Ya estaban bastante lejos del hospital.
Iban orillando el mar. El olor al agua salada, despejaba sus pulmones y el cielo, de un turquesa exquisito, sus mentes.
Cada uno de ellos iba absorto en sus propios pensamientos, sin prestarle demasiada atención a su acompañante. Jordan pensaba como iba a cambiar su vida, había heredado una jovencita y en la peor edad; le preocupaba ser un mal ejemplo, después de todo, él se había criado muy independiente, es que su madre, la prima de Germán quien lo adoptara, había fallecido de cáncer cerebral cuando él tenía solo 11 años. Nadie se había hecho cargo de él, solo un amigo de su madre, Andrés, al que ella le había dejado el fideicomiso de Jordan, se encargaba de que tuviera una buena educación en un colegio muy estricto. Eso le sirvió para la vida, pero… ¿qué sabía él de dar afecto o de cuidar a otro ser humano?, solo lo que había aprendido con aquella mujer que decidió ser su madre, pero que solo contó con ella los primeros 8 años ya que el resto los pasó en hospitales aquejada por su cruel enfermedad. Todo eso había dado como consecuencia que tuviera una infancia solitaria y sin referentes, aunque el ama de llaves se encargó de que no olvidara los buenos valores que le había inculcado su madre antes de morir.
Mariana, por su parte, trataba de imaginar su nueva vida, pero le era imposible, ya que ni siquiera conocía la casa donde viviría de ahora en más, ni donde estudiaría, ni si tendría amigos, o si tenía perro; de pronto miró a Jordan y preguntó.
- ¿Tienes perro o gato? – él la miró desconcertado y contestó
- No, claro que no – como si fuera obvio que la vida que llevaba le impidiera tener una mascota. Ella fijó la vista nuevamente en la carretera un poco decepcionada, entonces Jordan agregó – pero si a ti te gustan podemos tener todos lo que quieras – ella solo rió
- El que solo se ríe de sus picardías se acuerda – dijo él con tono burlón.
- No tienes ni idea…- soltó una ruidosa carcajada.
- Eres muy pequeña aún para tener picardías.-
- Tengo 17, no soy una niña, ¿acaso eres mucho más grande?
- Tengo suficientes como para ordenarte que quites los pies del tablero de mi auto.- dijo tratando de sonar enojado.
Obedeció inmediatamente; es que tampoco quería hacerlo enojar, él se estaba portando de una manera excelente con ella.
Nuevamente ambos quedan absortos en sus pensamientos, es que había tanto por resolver y adecuar, que ninguno se podía imaginar el cambio que tendrían sus vidas de ahora en más. Habían recorrido ya varios kilómetros desde su última conversación. El teléfono de Jordan interrumpió el silencio. El miró quien le llamaba y la rechazó. Al cabo de unos segundos volvió a sonar, hizo lo mismo. Pero era insistente.
Jordan por un momento volteó y miró hacia el coche, Mariana seguía allí, sumergida en su música, sin enterarse de nada.
Ella le miró y asintió con la cabeza, entonces Jordan puso en marcha el auto y continuaron su rumbo.
Al fin se detuvieron en un restaurante. Mariana casi corrió hacia el baño, es que no se había detenido en horas, solo cuando Jordan hablaba por teléfono, pero le pareció poco decoroso hacer al costado de la ruta, así que aguantó, pero ya no podía más. Jordan fue quien eligió el sitio donde sentarse, lo hizo al lado de la ventana. Miró cuidadosamente la carta. Se acercó la camarera.
- Eso estaría bien, ya tengo el culo chato de estar sentada en el auto – él no pudo más que soltar una estruendosa carcajada. - ¿Sé puede saber de que te ríes?, a mi me duele y ya, no creo que sea gracioso – dijo un poco fastidiada.
- Es que nos parecemos tanto, yo estoy así todo acartonado, tratando de hacer las cosas bien…
- ¿Hacer las cosas bien? – interrumpió
- Sí, las cosas bien, tratando de ser un ejemplo de seriedad y rectitud, una ejemplo a seguir, una imagen inspiradora, y tu me sales con que te duele el culo de estar sentada en el coche… - volvió a reír de manera descontrolada, tanto es así que contagió de su algarabía a Mariana. A ella le hacía mucho bien reír, lo necesitaba realmente.
- Llegamos. – dijo Jordan deteniendo el auto. Mariana saltó del mismo y maravillada hizo un paneo de 360º. Era un majestuoso hotel de 5 estrella, y eso porque no hay más estrellas para hoteles.
- ¿Cómo es que existe éste lugar en medio de la nada? – subió corriendo la escalinata. De inmediato vinieron a guardarle el coche y él también subió. Ya en recepción
- Dr. Reich, ¡que gusto verlo nuevamente! Y tan bien acompañado – le daba así la bienvenida el conserje
- Gracias, Julio, ella es mi sobrina, Mariana Reich y se quedará conmigo –
- ¿Nos acompañará unos días?; eso esperamos. –
- No lo sé aún, te avisaré.
- Siempre es un placer tenerlo como huésped, está en su casa, sírvase las llaves, ya le suben el equipaje. –
- Gracias nuevamente, Julio, siempre es lindo volver –
Miró a Mariana y le hizo un gesto para que lo siguiera al ascensor. Ya en el ascensor…
Ella dio un paso atrás y se atajó con las manos
Llegaron al piso donde estaba su habitación. Entraron en la misma. Mariana la recorrió casi corriendo, estaba extasiada, era como un pequeño palacio.
Esto es hermoso, aquí podría vivir toda una familia sin necesidad de salir a ningún sitio. – De pronto lo miró con ojos picarescos – Eh, Jordan, podría acostumbrarme a todo esto – él sonrió satisfechoNos refrescaremos del viaje y bajaremos a cenar, en el placar hay unos vestidos de noche que son para la ocasión, al igual que zapatos. Ponte el que más te guste, pues el lugar es algo formal.¿Vestidos? – dijo asombradaSí, mientras dormías en el auto llamé y pedí que subieran de la tienda algunos para que eligieras, espero haber dado con el talle. – ella salió corriendo para la habitación continua a ver los vestidos – si no te molesta iré dándome una ducha, estoy muerto - ella ni le respondió, estaba de cabeza metida en el placar. 
Luego de casi cuatro días de viajar, por fin habían llegado a su destino; la casa de Jordan y que también sería la de Mariana de ahora en más. Era una casa a las afueras de un pequeño pueblo llamado El Remanso. Su arquitectura era de una típica casa de campo, blanca con tejado a varias aguas en color azul oscuro, muy amplio, dos plantas, todo un porche que giraba en torno a la casa, un amplio jardín y un enorme fondo. Todo con césped muy bien cuidado, pareciera como si alguien se levantara cada mañana a cortar el penacho es estuviera más largo y así dejar toda la superficie exactamente a la misma altura, también era como si lo pintaran, pues tenía un color parejo en toda la superficie; eso era todo mérito de Juan, un empleado de la casa desde antes de venir al mundo Jordan.¡Guau…!
Mientras tanto en el pueblo, Mariana y Laura se divertían como locas; es que la joven había traído a la vida de todos ellos la frescura que necesitaban. Laura había olvidado lo bien que se sentía salir acompañada, cuando Jordan era más chico, y estaba en la casa, era quien la acompañaba y pasaban el día en el pueblo. Laura, que pueblo hermoso es éste, rodeado de colinas y lagos, parece sacado de un cuento. Sí, Mariana es bellísimo. Aunque hacía muchos años que no lo disfrutaba como hoy – Mariana la miró asombrada ¿Cómo es eso posible, con lo bello que es? Es que ya hace mucho que vengo sola a hacer las compras y la verdad es bastante aburrido – sonrió ¿Jordan nunca te acompaña? – Ya no – dijo en un tono triste – cuando era más pequeño y venía por vacaciones, solíamos venir a menudo y llegábamos a pasar todo un día entero. Pero luego su trabajo lo empezó a absorber, su novia le dejo; todo eso fue endureciendo su c
Esto no puede ser, tú tienes que conocer a un chico de tu edad, tener tus primeras experiencias con él. Yo no soy bueno para ti – ella se lanzó sobre él y le besó con tal pasión que le estremeció. La miró profundamente, la tomó en sus brazos y la llevó a su habitación, la puso sobre la cama y luego de besarle cada célula de su cuerpo le hizo el amor durante toda la noche, casi sin parar. La fusión era perfecta, sus cuerpos parecían estar hechos el uno para el otro, no sobraba ni faltaba medio centímetro de piel. Eran perfectos. Los sorprendió el amanecer, desnudos, uno en brazos del otro. Ella al despertar vio como él la observaba. Buenos días, mi amor – dijo Jordan con una amplia sonrisa Buenos días. ¿A qué no te parece una mala idea ahora? – &nbs
Ya un poco más relajados, él volvió a su silla y comieron, casi devoraron, allí comprendieron que no solo de amor vive el hombre.¿En qué piensas? – preguntó JordanEn que hay muchas cosas que no sé de ti –Pregunta que responderé con la verdad aunque sepa que tal vez no te guste. -¿Lo prometes? –Por supuesto que sí –Bien, ¿Cuál es tu segundo nombre?Pues fíjate que curioso, no tengo segundo nombre ni segundo apellido –¡Ah!, bueno ¿Cuál es tu edad?La suficiente – y rióDijiste que no me mentiríasOcultar no es mentir – volvió a reírNo seas tramposo, ocultar es una forma de mentir, más cuando te he hecho una pregunta directa –De acuerdo, me ganaste, tengo 28 a&
La experiencia en La Villa, había sido muy extraña para Jordan, algo estaba cambiando en Mariana, pero ella no se daba cuenta y él no sabía explicarlo. Era algo a nivel físico que, por ahora, no afectaba su psiquis; o al menos eso era lo que parecía. Y aunque quería ignorarlo o pasarlo por algo no podía y le estaba carcomiendo el cerebro. Para su suerte, Mariana comenzaría con los exámenes físicos al día siguiente.Ya se encontraban en la casa.Marina, cariño, ¿Qué paso en el hotel? – Mariana lo miro desconcertada¿Cómo que paso, Jordan?, creí qué nos habíamos divertido - él la abrazoClaro que nos divertimos y fue maravilloso, bueno siempre es maravilloso estar contigo. No me refiero a eso, me refiero a que estabas un poco más fuerte que de costumbre – ella sonrió
Mientras Jordan y Mariana dejaban las instalaciones, Teresa llamaba a la sala médica a Elda.¿Qué tienes para mí, Teresa?-Pasa a la sala de rayos a que veamos lo que salió de la máquina. – entraron en la sala y le mostró una cantidad de imágenes tomadas al cerebro de Mariana. – mira, estas son las imágenes que se tomaron cuando recién ingreso, como verás es totalmente normal, pero luego, algo paso, no sé qué fue, pero su cerebro empezó a funcionar a un ritmo elevadamente inquietante, pero de golpe paro y la actividad, si bien esta fuera de lo normal, bajó considerablemente sus picos.No te entiendo, explícamelo en español por favor. –Esta chica tiene la capacidad de calmarse a sí misma con una velocidad inimaginable y; tengo que hacerle más pruebas; creo que tiene memo
Desde aquella conversación no habían vuelto a tocar el tema, Mariana no parecía estar muy apurada por enterarse lo que Jordan tenía para decirle, es que en realidad no sabía si iba a gustarle lo que escuchara, así que decidió dejarle esa responsabilidad a él. Habían pasado unos días desde que le hicieran los exámenes físicos a Mariana y había comenzado ya su entrenamiento. Hoy le tocaba tiro. Jordan estaba en la ducha, pues recién se despegaba de la cama, cuando Mariana interrumpió en el baño, le abrió la puerta de la mampara y le dijo:No demores que hoy es mi gran día.-¿Gran día? - preguntó él mientras yacía totalmente enjabonado. –S&iacut