Luego de un rato ya estaban tumbados uno al lado del otro en la cama totalmente exhaustos. Jordan se pone de costado y acaricia el rostro de Mariana.Estás empapada…- sonríe maliciosamente¿Cómo no voy a estarlo?, esto fue realmente intenso.- suspiró largamenteTu insististe que me dejara llevar, que te mostrara quien era en verdad.-Sí, y estuvo súper rico.- ella también se puso de costado clavando el codo en la cama y apoyando su cara en la mano.No te hice daño, ¿o sí? – ella soltó una suave carcajadaNo soy tan frágil, Jordan; ya debieras de saberlo.- le miró un poco más seria.- ¿tú estás bien? - él sonrió ampliamenteMás que bien, tenía miedo de que no te gustara. Yo soy realmente así, un poco… ¿cómo decirlo?... grosero.
Al día siguiente, ambos fueron a El Complejo, lo primero que hicieron fue presentarse ante Elda Buenos días, queridos, ¿cómo está mi pareja favorita? - dijo jocosamente Elda al verlos entrar a su despacho. Elda, estamos bien, gracias. – dijo Jordan seriamente como lo caracterizaba.- Tenemos algo importante que decirte y no queremos perder tiempo.- Elda abrió grande sus ojos y los observó Mariana y yo hemos decidido casarnos y esperamos no hayan trabas.- Elda se puso de pie y con una enorme sonrisa les respondió No solo no habrá trabas, sino que me alegro muchísimo, son la pareja perfecta, congenian más de lo que creen. Están hechos el uno para el otro. Las declaraciones de Elda lejos de alegrarlos los inquietaba. Se abalanzó sobre ellos y los abrazó a ambos. Muchas gracias, Elda.- respondió Mariana Gracias ningu
Mariana estaba en esa etapa rebelde de la adolescencia. Esa en la que todo lo que deciden los padres está mal. Así que el hecho de que hubieran decido mudarse de Estado, sin siquiera consultarle, había sido suficiente para que se llenara de ira y resentimiento. A pesar de ser una joven muy madura para su edad, no dejaba de tener los arranques de cólera de cualquier adolescente. - Mariana, ¿has terminado de empacar ya lo último?- preguntó Isabel, su madre, desde el pie de la escalera. - No, aún no.- respondió Mariana en un tono algo irritado.Isabel subió la escalera y entró en la habitación. - ¿Qué es lo que estás espera
Mariana, secó sus lágrimas con sus manos y miró hacia fuera. Luego de unos minutos miró a Jordan, su cara de dolor cambió a intriga.¿Cómo es que siendo mi tío, no te conozco?- él no pudo evitar esbozar una enorme sonrisa.Es que soy primo segundo de tu padre.-No se parecen en nada.- Jordan volvió a sonreír.Eso es porque una prima de tu padre me adoptó cuando yo tenía 8 meses, así que no busques porque no hay parecido familiar.- se encogió de hombros y logró el milagro; Mariana sonrió.¿Cómo te localizaron? -Pues, nuestro apellido no es de lo más común, así que utilizaron el directorio. Hablaron con mi secretaria y ella los puso de inmediato en contacto conmigo. Hubo suerte de que viniera tan rápido, es que andaba por estas latitudes, que sino; hubiera demorado al
Ya estaban bastante lejos del hospital. Iban orillando el mar. El olor al agua salada, despejaba sus pulmones y el cielo, de un turquesa exquisito, sus mentes. Cada uno de ellos iba absorto en sus propios pensamientos, sin prestarle demasiada atención a su acompañante. Jordan pensaba como iba a cambiar su vida, había heredado una jovencita y en la peor edad; le preocupaba ser un mal ejemplo, después de todo, él se había criado muy independiente, es que su madre, la prima de Germán quien lo adoptara, había fallecido de cáncer cerebral cuando él tenía solo 11 años. Nadie se había hecho cargo de él, solo un amigo de su madre, Andrés, al que ella le había dejado el fideicomiso de Jordan, se encargaba de que tuviera una buena educación en un colegio muy estricto. Eso
Esto es hermoso, aquí podría vivir toda una familia sin necesidad de salir a ningún sitio. – De pronto lo miró con ojos picarescos – Eh, Jordan, podría acostumbrarme a todo esto – él sonrió satisfechoNos refrescaremos del viaje y bajaremos a cenar, en el placar hay unos vestidos de noche que son para la ocasión, al igual que zapatos. Ponte el que más te guste, pues el lugar es algo formal.¿Vestidos? – dijo asombradaSí, mientras dormías en el auto llamé y pedí que subieran de la tienda algunos para que eligieras, espero haber dado con el talle. – ella salió corriendo para la habitación continua a ver los vestidos – si no te molesta iré dándome una ducha, estoy muerto - ella ni le respondió, estaba de cabeza metida en el placar. 
Luego de casi cuatro días de viajar, por fin habían llegado a su destino; la casa de Jordan y que también sería la de Mariana de ahora en más. Era una casa a las afueras de un pequeño pueblo llamado El Remanso. Su arquitectura era de una típica casa de campo, blanca con tejado a varias aguas en color azul oscuro, muy amplio, dos plantas, todo un porche que giraba en torno a la casa, un amplio jardín y un enorme fondo. Todo con césped muy bien cuidado, pareciera como si alguien se levantara cada mañana a cortar el penacho es estuviera más largo y así dejar toda la superficie exactamente a la misma altura, también era como si lo pintaran, pues tenía un color parejo en toda la superficie; eso era todo mérito de Juan, un empleado de la casa desde antes de venir al mundo Jordan.¡Guau…!
Mientras tanto en el pueblo, Mariana y Laura se divertían como locas; es que la joven había traído a la vida de todos ellos la frescura que necesitaban. Laura había olvidado lo bien que se sentía salir acompañada, cuando Jordan era más chico, y estaba en la casa, era quien la acompañaba y pasaban el día en el pueblo. Laura, que pueblo hermoso es éste, rodeado de colinas y lagos, parece sacado de un cuento. Sí, Mariana es bellísimo. Aunque hacía muchos años que no lo disfrutaba como hoy – Mariana la miró asombrada ¿Cómo es eso posible, con lo bello que es? Es que ya hace mucho que vengo sola a hacer las compras y la verdad es bastante aburrido – sonrió ¿Jordan nunca te acompaña? – Ya no – dijo en un tono triste – cuando era más pequeño y venía por vacaciones, solíamos venir a menudo y llegábamos a pasar todo un día entero. Pero luego su trabajo lo empezó a absorber, su novia le dejo; todo eso fue endureciendo su c