Tal y como lo habían planeado, Jordan y Mariana se marcharon rumbo a la cabaña del bosque de Carlos. Era en un lugar apartado de la campiña, a unos 6 kilómetros del poblado más cercano, junto a un lago maravillosamente hermoso. Allí tenían planeado pasar unos cuantos días, para poder despejar sus mentes, pero sobre todo para poder conversar de todo lo sucedido, sin interrupciones ni presiones de ningún tipo. Necesitaban poner las cosas en claro, en perspectiva. Sabían, ambos, que habrían cambios, muchos cambios, por ello tenían que ponerse de acuerdo de cómo afrontarlos.
Mariana, si bien estaba abrumada por todo lo acontecido, también estaba feliz, pues pasaría unos días en una cabaña con un entorno de película y con el hombre que amaba. Ella había visto a German e Isabel muy enamorados, pero cre
Ya sin Carlos ni Maite, Mariana y Jordan se sentaron frente a la estufa, en el sillón, abrazados y tapados por una frazada.-¿Qué te han parecido Carlos y Maite? -Me han agradado, claro, son tus amigos.- Jordan se separó un poco de ella y le interrogó¿Por qué son mis amigos?, ¿qué clase de respuesta es esa Mariana?No es de ninguna clase, solo pienso que por un par de horas de conversación no puedo hacerme un juicio real.-Son buena gente, te lo aseguro. Y me han ayudado mucho, muchas veces.-Eso no lo discuto, pero no puedes negarme que lo único que hicieron fue hablar mal de Elda y maravillas de German e Isabel, como si ellos fueran unos ángeles.¿Qué te sucede Mariana?, no sé qué te haya dicho Elda, pero tus padres fueron personas maravillosas que lo único que hicieron todos estos años fu
Jordan quería arreglar las cosas, pero realmente no sabía cómo hacerlo, y cuando Mariana se enterara de que él sabía que Germán estaba vivo y que mantenía comunicación con él, no estaba seguro de que lo perdonara. Se sirvió una copa de licor y se sentó frente a la estufa. Allí meditó largo rato sobre que sería lo mejor para hacer, pero no obtuvo muchas respuestas, así que se dignó a acostarse. Al llegar al dormitorio encontró a Mariana aún despierta sentada en la cama, con la mirada perdida. Se sentó junto a ella¿Mariana, estás bien? – ella le miró¿Bien?, ¿quién puede estar bien?, yo seguro que no.-Escucha, porque no duermes un rato y mañana ya hablaremos con más calma.-Es que tengo miedo de lo que pase mañana.¿Miedo?<
¿Qué quieres decirme? – dijo asombrada ante semejante declaraciónSí, verdad por verdad. Yo te cuento la mía, hasta donde sé y tú me cuentas la verdad sobre ti según lo que te han contado Elda y la Doctora Dallas.- ella apartó la vista de él por un instante y volviéndole a mirar le respondióMe parece justo. Primero tu.- él tragó saliva y dejó escapar un largo suspiro.-Ok, ok…- se puso de pie y comenzó a caminar por la habitación.- Cuando mis padres murieron, me entregaron a mi tío, quién a los pocos meses me puso a la venta para solventar así su adicción a las drogas, por suerte caí en manos de Carolina…- la miró y sonrió.- pero esa parte de la historia ya te la he contado ¿verdad? – ella asintió con la cabeza.- bueno al año o año
Luego de un rato ya estaban tumbados uno al lado del otro en la cama totalmente exhaustos. Jordan se pone de costado y acaricia el rostro de Mariana.Estás empapada…- sonríe maliciosamente¿Cómo no voy a estarlo?, esto fue realmente intenso.- suspiró largamenteTu insististe que me dejara llevar, que te mostrara quien era en verdad.-Sí, y estuvo súper rico.- ella también se puso de costado clavando el codo en la cama y apoyando su cara en la mano.No te hice daño, ¿o sí? – ella soltó una suave carcajadaNo soy tan frágil, Jordan; ya debieras de saberlo.- le miró un poco más seria.- ¿tú estás bien? - él sonrió ampliamenteMás que bien, tenía miedo de que no te gustara. Yo soy realmente así, un poco… ¿cómo decirlo?... grosero.
Al día siguiente, ambos fueron a El Complejo, lo primero que hicieron fue presentarse ante Elda Buenos días, queridos, ¿cómo está mi pareja favorita? - dijo jocosamente Elda al verlos entrar a su despacho. Elda, estamos bien, gracias. – dijo Jordan seriamente como lo caracterizaba.- Tenemos algo importante que decirte y no queremos perder tiempo.- Elda abrió grande sus ojos y los observó Mariana y yo hemos decidido casarnos y esperamos no hayan trabas.- Elda se puso de pie y con una enorme sonrisa les respondió No solo no habrá trabas, sino que me alegro muchísimo, son la pareja perfecta, congenian más de lo que creen. Están hechos el uno para el otro. Las declaraciones de Elda lejos de alegrarlos los inquietaba. Se abalanzó sobre ellos y los abrazó a ambos. Muchas gracias, Elda.- respondió Mariana Gracias ningu
Mariana estaba en esa etapa rebelde de la adolescencia. Esa en la que todo lo que deciden los padres está mal. Así que el hecho de que hubieran decido mudarse de Estado, sin siquiera consultarle, había sido suficiente para que se llenara de ira y resentimiento. A pesar de ser una joven muy madura para su edad, no dejaba de tener los arranques de cólera de cualquier adolescente. - Mariana, ¿has terminado de empacar ya lo último?- preguntó Isabel, su madre, desde el pie de la escalera. - No, aún no.- respondió Mariana en un tono algo irritado.Isabel subió la escalera y entró en la habitación. - ¿Qué es lo que estás espera
Mariana, secó sus lágrimas con sus manos y miró hacia fuera. Luego de unos minutos miró a Jordan, su cara de dolor cambió a intriga.¿Cómo es que siendo mi tío, no te conozco?- él no pudo evitar esbozar una enorme sonrisa.Es que soy primo segundo de tu padre.-No se parecen en nada.- Jordan volvió a sonreír.Eso es porque una prima de tu padre me adoptó cuando yo tenía 8 meses, así que no busques porque no hay parecido familiar.- se encogió de hombros y logró el milagro; Mariana sonrió.¿Cómo te localizaron? -Pues, nuestro apellido no es de lo más común, así que utilizaron el directorio. Hablaron con mi secretaria y ella los puso de inmediato en contacto conmigo. Hubo suerte de que viniera tan rápido, es que andaba por estas latitudes, que sino; hubiera demorado al
Ya estaban bastante lejos del hospital. Iban orillando el mar. El olor al agua salada, despejaba sus pulmones y el cielo, de un turquesa exquisito, sus mentes. Cada uno de ellos iba absorto en sus propios pensamientos, sin prestarle demasiada atención a su acompañante. Jordan pensaba como iba a cambiar su vida, había heredado una jovencita y en la peor edad; le preocupaba ser un mal ejemplo, después de todo, él se había criado muy independiente, es que su madre, la prima de Germán quien lo adoptara, había fallecido de cáncer cerebral cuando él tenía solo 11 años. Nadie se había hecho cargo de él, solo un amigo de su madre, Andrés, al que ella le había dejado el fideicomiso de Jordan, se encargaba de que tuviera una buena educación en un colegio muy estricto. Eso