Definitivamente el hombre era mucho más intimidante en la vida real que en la foto. Los ojos de él parecían que podrían atravesarla por la intensidad que la mirada y ella solo podría apretar las manos en su regazo.
¿Qué madre loca dejaba a una joven en casa de un tipo que no había visto en 20 años por muy ex que fuera?
Pues la suya.
Muchas veces había pensado que su madre tenía más de un tornillo suelo, no ella como todo el tiempo Liliana le decía. Sin embargo, con el paso de los años se había dado cuenta que no había una sola cosa que hiciera su madre en vano. Quitando todo aquello, Alicia prefirió estar en aquel penhouse con un total desconocido que en su casa con su madre y su padrastro.
Vincet al ver que ella no respondía frunció el ceño y la soltó. Se dejó caer de nuevo en el butacón y recostó su rostro en su mano, sin dejarla de enfocar. Tenía un sueño brutal, pero era lo suficientemente adulto para saber que no podía dejarla dormir sin decirle al menos algunas cosas.
La recorrió de pies a cabeza por unos segundos. Mostraba la edad que decía, era joven, su rostro no era la mayor belleza del mundo, pero tenía unos rasgos suaves que llamaban la atención. Sus labios eran carnosos, aunque no llevara ni una pizca de maquilla. Su cabello lo tenía largo cayendo por su espalda de color chocolate y en suaves ondas que en parte enmarcaban su rostro junto a un flequillo. Se notaba delgada a pesar de la ropa holgada que tenía puesta y era mucho más pequeña que él en varios sentidos.
En resumen, era el tipo de mujer que no despertaba el deseo sexual en él en lo mínimo, al menos estaría a salvo dentro de la casa. Ah, maldición, en qué momento había aceptado aquello.
-¿Cuál es tu nombre?- le preguntó él en tono duro.
-Alicia- ella le respondió sin vacilar mirándolo al rostro como él le había dicho antes. Ella aprendía rápido.
-Bueno Alicia, he llegado a un acuerdo con tu madre y estarás aquí por los próximos meses, pero no será gratis- la vio tensarse. Se imaginó por qué- En esta casa hay reglas y no me gusta que sean rotas. Incumple una y te pondré en la calle. No tengo ninguna deuda moral contigo para no hacerlo.
Alicia tragaba pesadamente ante las palabras de él. Al menos solo debía seguir reglas.
-No te diré todas hoy pues estoy realmente cansado. Mañana debo volver temprano del trabajo y mi secretario te pondrá al tanto de todo, pero por ahora, nunca me reclames, no robes nada de la casa, si lo haces ya sabes dónde vas a terminar. No te metas ni en mi vida ni en mi casa, muchas mujeres intentan hacerlo para sacarme dinero, ninguna lo ha logrado. No me pidas dinero a menos que yo te lo dé, espero que tu madre te haya dejado el suficiente para mantenerte este tiempo y… -se inclinó hacia adelante- llámame Ceo cuando estemos aquí- concluyó.
Alicia solo pudo asentir ante cada una de las reglas que la mayoría no era novedad. Era un hombre que por lo que sabía estaba soltero y vivía solo. A nadie le gustaría que le interrumpieran su vida de ese modo.
Él alzó una ceja a no haber reclamos por parte de ella y sonrió levemente.
-Si entendiste todo pues vamos a dormir de nuevo, a diferencia de algunos tengo más trabajo del que deseo en estos momentos y estoy agotado- se levantó y caminó pero la chica no se movió del asiento- ¿Qué haces? Sígueme, te mostraré la habitación.
Alicia rápidamente agarró la única mochila que había traido consigo y lo siguió. Vincet atravesó la sala y se detuvo delante de una puerta debajo de la escalera. Al abrirla y encender la luz mostró una habitación que estaba acomodada y era mucho más amplia que la que ella tenía en su casa. La cama era grande y cubierta de sábanas limpias, había alfombra de pelos en gran parte del suelo, un armario que ella nunca podría llenar y un ventanal que daba a un balcón.
-Esta es la habitación de invitados, puedes quedarte aquí de momento. La puerta de al lado es el baño general del piso.
-Gracias… Ceo- la voz de ella también era suave, aunque ya no sonaba tan nerviosa como al inicio.
Él inclinó la cabeza con las manos en los bolsillos de su pantalón de dormir.
-No deambules por la casa como si esta te perteneciese y no traigas gente aquí- al parecer había muchas más exigencias. Tras esto se dio media vuelta para subir las escaleras, pero antes de subir otro escalón se detuvo y la miró por encima del hombro- La nevera de la cocina no tiene muchas cosas porque no suelo comer aquí, pero algo debe servir- y después de esto Alicia si lo voy subir por completo la escalera y desaparecer.
Solo cuando ella escuchó el sonido de la puerta de él cerrarse pudo respirar con más calma. Entró en la habitación cerrando la puerta y desplazándose por ella. Sus manos se apretaron en torno a ella y contuvo las lágrimas de sus ojos.
Había sido mejor de lo que había pensado. Eso no quitaba que su futuro fuera incierto los próximos meses. La gente cuando tiene dinero es muy impredecible. Por el momento debía centrarse en sus objetivos para poder romper las cadenas que arrastraba.
***
Vincet abrió los ojos con la alarma junto con la llamada de su secretario.
-¿Qué quieres?- respondió de mal humor después de apenas poder dormir. Tener a alguien más ajeno en su casa no era un tema casual.
-¿Qué fue ese mensaje que me escribió en mitad de la noche?- la voz exasperada de su secretario sonó taladrante para la cabeza de Vincet.
-Lo que leíste. Los detalles te los cuento en el auto.
-Pero… pero… cómo aceptó algo como eso. Es una mujer metida en su casa. Eso… eso…
Vincet chasqueó la lengua y se volteó sobre la cama.
-Lukas por favor, es muy temprano. Todavía lo estoy procesando. Más bien, búscale un alquiler por estos seis meses, así me la quitaré de encima.
Unos segundos de silencio.
-Eso sonó bastante cruel de su parte después de comprometerse a cuidarla.
Eso hizo que Vincet se sentara en la cama.
-¿Y qué quieres? ¿Qué deje a la chica todo el tiempo en mi casa como si fuera la reina y señora? Lo mío con Liliana fue apenas pocos meses hace 20 años y ahora me suelta a su hija así sin más. Si tanta lástima te da puedes dejarla quedarse en tu casa.
-Calma jefe- Lukas era además de su secretario, chofer y mano derecha, un amigo de años y confidente- Mejor hablémoslo cuando lo pase a recoger. La chica tampoco tiene la culpa de que su madre la haya dejado con usted, así como así. Y si me comenta que tiene su cierto retraso mental ella también debe estar sufriendo, si se deja sola no sabemos que pueda pasarle.
Vincet tomó una respiración profunda y contuvo una palabra mal dicha. Sin embargo, Lukas era la persona que siempre lo ayudaba cuando estaba en este tipo de situación complicadas. Así que mejor esperaría a hablar con él. Fue entonces que un olor delicioso entró por debajo de la puerta. Su boca comenzó a salivar.
Su casa normalmente no olía así a menos que… hubiera comida. ¿Qué estaba haciendo esa chica?
Se levantó de la cama y caminó en dirección a la cocina de dónde provenía y se quedó en seco ante la imagen que encontró.
Alicia estaba delante de la estufa cocinando algo en lo que no se fijó. El delantal enmarcaba la cintura de ella que le resultó un poco preocupante con lo pequeña que era, pero más que eso, su cabello recogido y el cuello bajo de su blusa dejaba a la vista una nuca blanca, delgada y elegante, zona de cuerpo que para Vincet era sumamente tentadora, y antes que se diera cuenta pasó la punta de su lengua por sus labios.
Al parecer ante la presión de ser vista Alicia se giró y se sobresaltó al verlo allí parado.
-Buenos días, Ceo- saludó ella algo tímida al haber sido descubierta.
-¿Qué haces?- fue una pregunta estúpida por parte de él pero para quitarle interés cruzó los brazos sobre su pecho.
-Estoy preparando el desayuno. Dijo que podía usar lo que estaba y no es lo mejor, pero…- su rostro se giró hacia la mesa donde había algunos platos sencillos preparados pero que se veían mejor que lo que Vincet imaginó.
Él alzó una ceja y su estómago amenazó con gruñido. No recordaba la última vez que alguien había cocinado para él. Así que se giró hacia ella con el ceño fruncido.
-¿Qué quieres a cambio?
Ella pestañeó algo confundida.
-No entiendo su pregunta- se rascó la mejilla incómoda- Si no le gustó yo…
-Todas las personas que se me acercan es por una razón, y las que hacen cosas por mi después quieren algo a cambio.
Alicia apretó los labios ante las rudas palabras, pero no se quedó callada.
-Yo… no deseo algo de usted. Simplemente hice el desayuno. Es lo menos que puedo hacer cuando me dejó dormir en una cama cómoda bajo un techo, en vez de botarme a la calle como haría alguien racional.
Vincet se quedó callado. No había vacilación en ella. Se corrió el cabello hacia atrás y se giró en dirección a la mesa. Contra lo que había dicho ella… era complicado refutar. Bueno, él había hecho eso que ella decía, por lo que… estaban a mano.
-Termina de cocinar y ven a desayunar. Tengo algunas cosas que decirte.
Alicia apagó la estufa y puso las salchichas cocidas en un plato y se unió con él en la mesa.
Vincet se encontró en medio de una encrucijada. Desayunar de aquella forma, con la comida caliente, casera y con un olor delicioso, hacía mucho tiempo que no lo hacía. Estaba más habituado a los desayunos de hotel o solo de café en la mañana por lo que la sensación fue gratificante. No era un hombre tan fácil de sorprender, pero en este momento…Como cuando la frase un hombre se conquista por el estómago se hacía válida.Razón por la que se enfocó más en comer que hablar con la chica, hasta que notó que ella…-¿Por qué no comes?- le pregunté él tomando un sorbo de café.-¿Puedo?- la pregunta de ella lo desconcertó.-¿Por qué no podrías?- frunció el entrecejo- Si está servido es por una razón.-Gracias- el agradecimiento por parte de ella lo alteró aún más.-¿Qué? Acaso tu casa era como el servicio militar en donde tienes que pedir permiso hasta para ir al baño- se burló él con el comentario que no tenía ningún trasfondo. No se esperó que ella no respondiera, más bien, los hombros de e
Vincet alzó la mirada de los documentos que estaba revisando y casi quiso patear al hombre que estaba manejando en el asiento de adelante.-Realmente te estás buscando que te despida. Acaba de desaparecer esa sonrisa de burla que tienes en tu rostro- le gruñó.Lukas por su parte solo pudo reírse más. Lo había hecho desde esa mañana y solo se había contenido cuando alguna otra persona estaba presente. Pero por el contrario había disfrutado mucho hacerlo.-Es que realmente tienes que ver tu cara Vincet, lo que te hicieron realmente parece sacado de una novela barata de romance- el secretario giró el timón tomando una curva- y no puedes despedirme, soy tu mejor amigo y ambos nos sabemos hasta lo más oscuro de nuestras almas.El hombre de atrás chasqueó la lengua.-Es que en serio, como permites que te manipule así una ex que apenas estuvo pocos meses contigo en una media relación, y que venga ahora a engancharte para que cuides a su hija. Mínimo te follaste a la chica ayer, porque me ima
Vincet se sintió realmente estúpido o ese fue el sentimiento que tuvo al ser visto tanto por su secretario como por el custodio al simplemente haber olvidado que la chica vivía ahora con él. Tampoco era que fuera fácil acostumbrarse, incluso el mismo Lukas estaba sorprendido que su amigo dejara a una mujer vivir con él cuando apenas las dejaba quedarse cuando tenían sexo y a la mañana siguiente ya las estaba botando de su propiedad.El Ceo terminó los trámites, le pidió el celular a Alicia y después de verificar que ella pudiera acceder desde el lobby del hotel, que su huella estuviera registrada en la cerradura del apartamento y que tuviera su número para localizarlo y viceversa, se sintió un poco… menos imbécil.Había dejado a la chica todas esas horas, literal, botada en la calle. No sabía por qué, pero tenía su pecho apretado, lo peor es que no había recibido algún reclamo como tal, que él usaría de excusa replicarle, pero no, ella estaba simplemente parada en la sala como si no s
-¿Y bien? ¿Qué opinión tienes?- Vincet dejó que la brisa de la noche echara su cabello hacia atrás. Ambos se habían desplazado al balcón mientras Alicia cocinaba la cena. El ceo recostaba su cuerpo contra el barandal de espaldas mientras Lukas se había parado a su lado, al contrario. -Cuando mencioné que esa chica era interesante no fue en vano- este sonrió- Le hice muchas preguntas para intentar analizarla, mis estudios en psicología la menos me sirven para esto. -¿Y a qué conclusión llegaste? ¿Es una amenaza? ¿Tengo que sacarla de la casa? El rostro de Lukas era todo un dilema. -La verdad es que… lo primero que me dijiste de ella es que tenía retraso mental, pero me gustaría saber un poco más de ello, porque no encontré ningún síntoma de ello- vio como el ceño de Vincet se frunció. -¿A qué te refieres? Lukas apretó la boca y bajó el tono de voz. -Creo que ella es muy introvertida, pero por la forma en que reaccionaba a ciertas preguntas, es como si… algo dentro de su cabeza l
Aquella imagen… fue impactante para Vincet. Aun cuando las cicatrices se perdían bastante claras en la piel de la joven no quitaba el hecho de que estaban allí, que habían sido hechas una y otra vez cerrándose de forma dispares, como si no hubieran sido curadas correctamente. Sintió que perdió el aliento.¿Qué tipo de persona le haría eso a alguien una y otra vez?Un gemido por parte de Alicia lo hizo reaccionar, y aunque las marcas en su espalda si despertaba tanto su asombro como su curiosidad ahora había otras cosas que necesitaban su atención. Se acercó a ella agarrando una de las batas de baño felpudas de la repisa y la puso sobre ella para cubrir su desnudes. No sin darle un vistazo sin querer al cuerpo entero de ella.Al parecer Alicia no se había dado cuenta que él había entrado por el aturdimiento de la caída que se sobresaltó y quiso escapar de él, pero el dolor en su rodilla le impidió moverse mucho.-Quédate quieta- Vincet no estaba para tratar temas como la vergüenza de e
Vincet no podía creer que realmente estuviera haciendo eso, sobre todo por la razón que lo había llevado a terminar así… con los pantalones a mitad de los muslos, su boca semi abierta mientras los gemidos salían de esta y su mano alrededor de su miembro se movía de arriba abajo que se encontraba resbaladizo de su propia liquido preseminal.¿Él, teniendo que masturbarse para tener que aplacar su deseo sexual?Realmente no sabía si estaba molesto o excitado en exceso pues los pensamientos no se acomodaban en su cabeza. Había intentado obviar la erección, pero había sido inútil. No había disminuido y solo le dolía más y más cada vez que pensaba en la chica y en sus pequeños pechos.-Ah- otro gemido salió de su boca y apretó su glande impidiendo correrse del todo y se lamentó después. Debía llegar al orgasmo rápido para quitarse ese picor del cuerpo, pero a la vez quería extender aquello un poco más, pues al dejarse llevar por su imaginación algo lo recorría y le daba un estremecimiento q
Alicia se mantenía quieta dentro del lujoso auto. Por fuera se veía elegante, pero por dentro se notaba que se le había invertido unos buenos dólares para adaptarlo. Los asientos forrados en suave piel eran realmente cómodos, el asiento de adelante incluso tenía una pantalla. los cristales no dejaban ver nada de afuera para adentro al contrato que viceversa. la temperatura y el olor también era agradable.Su madre tenía algo de dinero, del cual ella nunca había visto mucho, pero nunca había tenido un auto de ese estilo... y dudaba que si lo tuviera la dejara montarse.-¿Estás incómoda?- la voz de Vincet llegó a ella y se dio cuenta que estaba frunciendo el ceño.Alicia reaccionó y sonrió ligeramente.-No, es un auto realmente cómodo. solo... recordé algo.Vincet no dijo nada y volvió a su atención a su Tablet donde parecía que trabajaba.-Oye paloma, tú universidad es la que queda doblado dentro de cinco cuadras ¿verdad?-Si, la de idiomas- respondió ella relajando el semblante.-Debe
Alicia estaba terminando su clase y recogiendo sus cosas cuando su celular comenzó a sonar en el bolsillo. Lo sacó y el número que estaba no lo reconoció. No era de responder números desconocidos ni tampoco tenía por qué dado que no daba su número así que no respondió cautelosa de quien pudiera ser. Sobre todo… porque no quería que se volviera a repetir cierta historia de su pasado, sin embargo, el número siguió insistiendo y simplemente lo bloqueó.Acto seguido volvieron a llamar solo que esta vez no era un número lo que aparecía en la pantalla sino el nombre de Ceo Vincet. Se quedó mirándolo preguntándose de por qué la llamaba y respondió.-¿Estás en la universidad?- fue la pregunta directa de él.-Si.-¿Ya terminaste?-Si, iba camino de vuelta a su casa- ella pestañeó aún con la duda del pequeño interrogatorio.-Perfecto, ve al mismo punto donde te…-¿Por qué me bloqueasteeee?- de buena a primeras la voz del otro lado del celular cambió y esta vez era Lukas- Desbloqueameeeeee--Quí