Estuve a punto de cumplir mi sueño de obtener la renuncia, pero hubo algo que me hizo cambiar de parecer, había deseado por demasiado tiempo ver a mi jefe perder la cordura y luego de todo lo que tuve que sufrir en sus manos, la vida me estaba dando una gran oportunidad.
Es cierto que tendré que vivir un mes con una de las personas más detestables de mi vida, pero nunca pensé decir que estaré encantada de hacerlo, esos dos niños son ángeles que llegaron a mi vida para cumplir mi mayor deseo, ver a mi jefe sufrir.Todo lo que había esperado por años que sucediera comenzaría a pasar ahora, con este contrato que no podrá negarse a firmar y que tendrá que cumplir al pie de la letra, veremos que ocurre primero, si se rinde o pierde la cordura.…Con la maleta lista y los documentos redactados volví a aquel apartamento, pensé que podría vivir un par de horas sin mi presencia, pero en cuanto toqué al timbre me encontré con una persona completamente diferente a lo usual que acostumbraba a ver.¿Qué diablos le había sucedido? ¿Eso en su rostro era harina? No había bastado con los huevos de la mañana, al parecer.—Adelante —dijo en un tono derrotado apartándose.Entré arrastrando mi maleta, que por supuesto no era nada pequeña, por lo que en vez de ayudarme se quedó ahí parado mirando la situación.—¿Te traes todo tu apartamento en esa maleta? —preguntó en un tono desbordado de burla.Sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda, la rabia volvía a apoderarse de mí, ni siquiera entendía que era lo que estaba haciendo, debería de dejarle solo, para que entendiera que no puede ser tan cretino en la vida, pero ya estaba allí.Le había aguantado por tantos años, que un simple mes no sería nada. Suspiré al dejar la maleta a un lado del sofá, le entregué la carpeta que estaba un poco arrugada y él levantó la mirada.—¿Qué es esto? —preguntó con el ceño arrugado— ¿Términos y condiciones para ayudar a mi jefe a ser niñera?—Sí, como acaba de leer, son mis condiciones para ayudarle, si no lo firma y acepta cada una de ellas, tendrá que buscar a alguien más que le ayude —me crucé de brazos.—Punto número uno —empezó a leer mientras se paseaba por la sala— Duplicará mi salario, por supuesto, este es uno de los puntos más tontos, se lo dije anoche, le daré todo el dinero que desee.—En un momento de desesperación usted puede decir lo que le venga en gana, señor, pero quiero que quede por escrito que mi salario no será el mismo —me encojo de hombros.—Segundo punto, los fines de semana no podrá negarse a ninguna petición que le haga —parpadeó incrédulo— Esto es un punto un poco extraño, espero que no pretenda venderme en una plaza.—Es su asunto si acepta, como le dije, si hay aunque sea uno de los puntos que no acepta, entonces tomaré la enorme maleta que lleva mi apartamento dentro y me voy a marchar, no estoy jugando, señor —sentencié con molestia.—Punto número tres, al terminar el mes y con él terminar con la ayuda requerida, debe colocarme un mes a prueba en el área de finanzas —se frotó la frente al leer aquellas palabras— Señorita Dahlia, no es que no crea en sus capacidades, pero esa área está con cupos llenos.—Hay muchos empleados que no cumplen con sus labores, señor, lo sé de primera mano, pero usted continúa teniendo a esos empleados en un área que no hacen nada productivo para la empresa y yo me creo muy capaz de crear un cambio en la empresa, así que pido un mes de prueba para demostrar mis capacidades y si lo logro me dará un puesto fijo —digo con firmeza a lo que él asiente.—Por último, pero como punto más importante, si consigue cumplir con el cuidado correcto de sus sobrinos, se comprometerá a pagar un abogado para que se ocupe de un problema de custodia —murmuró a lo que levantó la mirada de prisa— ¿Qué es lo que significa esto?—Estuve casada por un par de años, me casé con un hombre que no fue muy bueno conmigo y tuvimos un hijo, así que cuando no aguanté más sus maltratos y pedí el divorcio, exigió la custodia total de mi hijo —relamí mis labios en vano, tenía toda la boca seca— Me gustaría recuperar a mi hijo.—¿Por qué le dieron la custodia completa? —se atrevió a preguntar.—En esos momentos yo estaba pasando por una crisis muy grande, no tenía un empleo por qué él no me permitía tener uno, me sentía como mujer mal y no tenía manera alguna de mantener a mi hijo —mi corazón se estruja al recordar la situación.—Lamento mucho haber preguntado, no debí preguntar, es una situación delicada, pero le ayudaré, aunque esto no salga bien, tendrá el abogado para recuperar la custodia de su hijo —me aseguró.Lo observé caminar por toda la sala, abrió unas puertas corredizas que pude observar que daban a un despacho, lo vi apoyar el documento sobre el escritorio y lo vi firmar, luego con una sonrisa en aquella cara llena de Harina me lo entregó.Solté un enorme suspiro, pensaba que tendría que pelear un poco más para conseguir aquella firma, se le notaba la desesperación. Estaba a punto de darle las gracias cuando escuché un grito de guerra y de repente algo voló por los aires y se estampó en el cuerpo de mi jefe.Tuve que aguantar mis ganas de reírme cuando me di cuenta de que eso olía horrible, quizá era una mezcla de alimentos que se habían echado a perder, ni siquiera yo podía saberlo con exactitud.—Comience a cumplir con sus tareas —me pidió con un gesto de molestia profunda.Lo vi marcharse en dirección a su habitación y me dejé caer sobre el sofá para empezar a reírme, entonces vi como dos pequeñas cabezas se asomaban.—Ahí está esa mujer de nuevo —susurró la pequeña.—Esa mujer me da un poco de mal rollo, seguramente es una vieja bruja de esas que se dedican a hacer pócimas en las noches —murmuró el niño.—Eh bruja —me gritó la niña parándose ante mí con sus brazos cruzados— No sé qué es lo que mi tío Isaac quiere que hagas con nosotros, pero no le creas nada, él es el malvado.—Oh, con que me llamas bruja —hice un gesto pensativo.—Cállate Abbie, le vas a hacer molestar y nos va a convertir en sacos y nos enviará al medio del campo —susurró el chico dándole un pequeño codazo.—Esta noche tal vez les convierta en tazones nuevos, ¿les parece bien? —me atreví a preguntar.Ambos negaron con el miedo reflejado en el rostro, soltaron un enorme suspiro y se arrodillaron en el suelo.—Señora bruja, por favor no nos haga daño —pidieron a unísono.—Entonces, podrían comportarse un poco mejor y podemos hacer un trato —sonreí de lado— ¿Qué les parece ir al parque de diversiones un rato a cambio de que se comporten por el resto del día con el tío Isaac?—¿Podemos subir a todos los juegos que queramos? —preguntó Abbie con una ancha sonrisa.—Claro —respondí.—Claro que no —escuché una voz decir.Los tres giramos el rostro en dirección al pasillo del cual venía la voz, Isaac venía con una toalla secando su cabello, tenía el torso al desnudo. De repente un calor intenso empezó a recorrer mi cuerpo, nunca debajo de aquel traje, un tanto aguado me había dado cuenta de lo que se escondía debajo, ese cuerpo contorneado.—Podrías cubrirte, le vas a causar una conmoción a la señora bruja, ¿no ves sus mejillas rojas? —pregunta la pequeña con ambas cejas alzadas.—Además de gruñón, es un indecente —agrega el niño en la misma postura.Cruzamos miradas un instante y aparté de prisa mi mirada, relamí nuevamente mis labios secos, esta vez por la situación, me acaricié las mejillas que me ardían.—Vístase, señor, nos iremos al parque de diversiones —le dije a modo de orden.—Tenemos cosas que hacer en la oficina, ellos se quedarán en el área especial de cuidados de niños que hay —comentó encogiéndose de hombros.Entonces levanté el documento, el mismo que hacía cuestión de nada, él había firmado, no podría librarse de esto, a partir de ahora las cosas se harían a mi modo.—El cuidado de los niños está a mi cargo ahora, así que si desea nos puede dejar en el parque de pasada y marcharse a la empresa, aunque no sé qué hará sin mí allí, porque usted no tiene idea de como manejar su propia empresa sin una agenda organizada —le recordé en un tono de media burla.—Bruja, un punto, tío Isaac, cero, me agrada —murmuró el niño.—En ese caso, que no sea demasiado tiempo —gruñó antes de marcharse en dirección a su habitación nuevamente.Tuve que acceder a ir a ese parque de diversiones, después de todo había firmado aquel documento, no solamente por mi desesperación, sino que esto me llevó a meditar un poco con respecto a mis actitudes últimamente.A lo largo de mi vida muchas veces me han llamado egoísta, porque al final siempre me termino poniendo a mí por encima de todo y en lo personal no considero que eso sea algo del todo malo. Pero en este tiempo que Dahlia lleva trabajando conmigo jamás me había detenido a pensar que ella tiene una vida fuera del trabajo, en muchas ocasiones mi egoísmo me llevó a pedirle cosas que tal vez no debí y ahora pensándolo con más detenimiento, quizá esta sea una manera de compensar mis actitudes.…Una vez en ese parque de diversiones estuve sentado en una banca esperando a que mis sobrinos terminaran su divertido recorrido por el parque, los vi subirse a juegos que no estoy del todo seguro si mi hermana le permitiría subir, pero que más daba.—Tío Isaac, vamos a subir a aquel jueg
Abrí los ojos y tenía su rostro frente al mío, ¿¡qué era lo que había hecho!?Me detuve a hacer memoria, quería recordarlo, pero el fuerte dolor de cabeza me estaba enloqueciendo. Me intenté poner de pie sin hacer nada de ruido, pero de repente un fuerte brazo me atrapó y cerré mis ojos con fuerza. ¿¡Por qué estaba en la misma cama que mi jefe!? ¿¡Cómo me libraré de mi odioso jefe después de esto!?Estaba sumergida en aquellos pensamientos cuando un movimiento brusco me empujó al suelo y empecé a escuchar murmurar una voz.—Maldición, maldición, maldición —repetía en un murmullo entre gruñidos.Ahora no sabía si debería de seguir fingiendo estar dormida como una piedra, continuar tirada en el suelo hasta que él fuera el primero en salir de la habitación y fingir que me dio un ataque de demencia. Quizá debería de levantarme y salir huyendo como si hubiera ocurrido la peor de las tragedias, aunque eso me dejara ante él como la peor de las inmaduras, o si no, quedaba la última opción, le
Estaba más que cansado de la situación de tener que vivir con las bromas de por medio de mis sobrinos, quizá lo que Dahlia decía tenía un poco de sentido, por no decir que bastante. No estoy acostumbrado a lidiar con niños, tampoco sé como razonan, solamente pienso en que quiero las acciones que su madre me dará y no me he detenido ni un momento en pensar como se sienten al tener que quedarse en el apartamento de un extraño que solamente se queja de tener que quedarse con ellos.Así que acepté ir a comprar esos juguetes, incluso aunque eso sea un gasto que me parece poco necesario, si eso hará que me dejen un poco más tranquilo, si me trae un poco de paz, entonces sin dudarlo lo haré.En el trayecto hasta el Shopping me obligaron a ir escuchando unas canciones que, en lo personal, me hace dudar sobre lo que la juventud suele escuchar, pero no quise emitir palabra de queja, todo por recordar lo que Dahlia había hecho. Si el quejarme menos mejoraba la relación, pues pondría un poco de m
Algo dentro de mí estaba se había vuelto a romper, no me esperaba encontrar a mi exesposo en aquel centro comercial, mucho menos volver a ver a mi hijo. Me duele no poder darle un abrazo como tanto me gustaría, ninguna madre debería de pasar por algo como esto, a ninguna madre que realmente ama a su hijo deberían de arrebatárselo de los brazos como a mí me lo hicieron.Pasé por la humillación de volver a desmoronarme, no quería ni que los niños, ni que mi propio jefe me vieran pasar por ese dolor tan grande, pero no logré ocultarlo, no pude soportarlo hasta estar en una habitación a solas para romperme.Al llegar al apartamento me disculpé con los tres y me retiré a mi habitación, sabía que no podía volver a dejarme caer en la depresión, porque desde ese sitio solamente iba a empeorarlo todo, porque no podría volver a ver a mi hijo como tanto deseaba si me caía de rodillas y no estaba dispuesta a levantarme.Lowen es una persona despreciable, decirme en mi propia cara que no me preocu
Estaba bastante feliz de haber podido arrancarle una sonrisa a Dahlia, nunca había pasado por una situación similar y verla tan deprimida me causó un poco de temor, así que había llamado a mi abogado para hablar con respecto de pedir de nuevo la custodia del niño, claro que para eso él tendría que evaluar el caso, así nos diría la probabilidad que había de conseguirlo. Sin embargo, cuando llegamos al restaurante y ordenamos, el mundo se me vino abajo, no pensaba que en un solo día podrían ocurrir tantas tragedias. Esa sonrisa canalla, la manera en que tomaba su mano, como se pavoneaba al lado de esa mujer, una mujer que se le notaba que solamente le interesaba conseguir un par de billetes, conocía muy bien el tipo de mujer que era. No podía permitir que esto pasara por desapercibido, pero tampoco podía exponer a los niños a pasar por una situación como esa, así que le pedí a Dahlia que los llevara a comer a otro sitio y luego a la casa. Bastó con ver que Dahlia se los llevaba para p
No tenía planeado llevar a mi jefe a mi apartamento, no quería que estuviera allí porque al final estoy segura de que algunas personas del edificio le pasan información de mi vida personal a Lowen y me da verdaderamente miedo pensar que puede que no recupere a mi hijo. También es cierto de qué habitaciones en uso solamente hay una, la mía, porque además de esa hay un estudio en el que dedico horas de trabajo, una vacía llena de cajas, que la pensé hacer de visitas por si en un futuro mi hijo quería invitar a sus amigos, pero nunca lo llevé a cabo por no querer invertir en algo que veía demasiado lejano, así que solamente quedaba una opción. Tendría que dormir en la habitación de Itan, porque dejar dormir a mi jefe en la habitación que hice con tanto amor para mi hijo, no es que fuera una de las mejores opciones, ni siquiera lo consideraba. En cuanto mi jefe se quedó dentro de la habitación que yo misma había cerrado sin darle opción de que me dijera nada más, no quería que me viera
Ni siquiera tengo una explicación de lo que me había sucedido en la noche anterior, era como si un espíritu me hubiera poseído y cuando entré en sí estaba teniendo sexo con mi asistente personal, pero lo peor era saber que me estaba encantando.Habíamos pasado una noche inolvidable, hoy había despertado y lo primero que había visto era su rostro, debo de admitir que eso tampoco me había disgustado, era una sensación completamente nueva, extraña.Abrió los ojos y en cuanto lo hizo una leve sonrisa se asomó de sus labios, hacía rato que me había despertado, pero no me había querido mover para no despertarla.—¿Llevas mucho tiempo despierto? —me preguntó bostezando.—No —mentí sonriendo— Pero sinceramente la noche intensa me dio mucha hambre.—Entonces iré a preparar el desayuno —dijo escabulléndose de mis brazos.La vi levantarse de la cama con una playera que había tomado en la noche de su armario, era dos veces su tamaño, pero se le veía jodidamente sexy. Se colocó sus gafas que desca
Me encontré con que no sabía que hacer, normalmente Isaac es un poco más estricto, es decir, no me permite ir a ningún sitio, solamente estar todo el día detrás de él. Me hubiera gustado quedarme a su lado, escuchar lo que tenían que discutir, pero realmente tampoco quería ser entrometida, le quería dar el espacio para que hablaran de eso tan privado.Es cierto que en este tiempo había sido tan inexistente para él, prácticamente como una herramienta, que ni siquiera notaba que yo iba detrás de él, no le importaba ni siquiera que yo lo supiera todo de su vida y desde ese día en que fui a su casa eso cambió por completo.Lo vi aparecer de la nada, mientras que yo estaba sentada con el vaso de café jugando con la cuchara, levanté la mirada hasta su rostro que se veía inexpresivo y me pregunté que tan malo debía haber sido para que estuviera de ese modo.—¿Te encuentras bien? —me atreví a preguntar.—Sí, pero creo que tú estás molesta con el hecho de que no te permitiera venir conmigo —me