El helicóptero que había visto había rondado los alrededores, pero al parecer no había sido nada fuera de lo normal, dado que se dio la media vuelta y se marchó, llevándose consigo todas las esperanzas que tenía de que pudieran sacarme de allí.Respiré profundo, los dolores continuaban atormentándome, eran el recordatorio constante de que ya no estaría mi bebé. Era cierto que en un principio había considerado que no tenía la menor idea de que haría con un bebé cuando intentaba salvar a mi hijo, pero luego me hice a la idea de que tendría una hermosa familia, no sería fácil superarlo, o al menos el continuar adelante, porque esas cosas te marcan para toda la vida.Miré a mis alrededores, necesitaba esconderme, necesitaba sobrevivir a toda esa mierda, por lo menos por Itan, que era lo único que me daba fuerzas para continuar, no podía dejar a una pequeña vida indefensa sufrir por mi culpa.Estaba avanzando cuando sentí una mano firme sobre mi brazo, al girar medio rostro me encontré con
Me sentía con los nervios de punta, después de todo aún ni siquiera estaba seguro de lo que pasaría una vez que llegáramos a aquel sitio, según las palabras de mi padre se había puesto en contacto con Lowen para saber en donde estaba, le había dicho que necesitaba hablar con él de algo importante, a lo que le había respondido que estaba en la mansión de su madreAquello me resultaba un verdadero fastidio, después de todo las palabras de mi padre fueron claras, eso era una especie de fortaleza y de allí nadie salía a menos que Lowen lo quisiera, así que tendríamos que hacer todo con suma sutileza.Tampoco habíamos armado ningún tipo de plan, yo iba a por Dahlia mientras que mi padre tenía esa maldita conversación con Lowen, en un estúpido intento de hacerle cambiar de parecer. Realmente no veía a Lowen como el tipo de hombre que da el brazo a torcer, sino como si fuera un niño pequeño y caprichoso, algo que no era muy lejano a la realidad, porque a pesar de vivir como un adulto, en rea
Aquel fue quizá el peor fin de año de toda mi vida, lo había pasado en una camilla de hospital, sentía que aunque todos estaban allí para apoyarme me veían con lástima, también había sentido lo mismo de parte del personal, no había quien no supiera de la mujer que fue secuestrada por su exesposo y que perdió un bebé en el proceso. Empecé a ir a terapia, porque quería volver a sentirme bien, estar lista para poder enfrentarme al mundo entero con todas mis fuerzas, como siempre había sido, la terapeuta me dijo que eso iba a llevar un proceso de sanación, que no intentara olvidar, sino aprender a vivir con lo que había sucedido. No voy a mentir, hubo momentos en los que por mi mente pasaron los peores escenarios, pero había razones para continuar, tenía a mi hijo, que estaba listo para poder pasar su niñez a mi lado, que se merecía una familia, porque él no había pedido venir a un mundo tan cruel, mucho menos a una familia tan disfuncional. Isaac se volvió un mejor ser humano, aprendió
Me desperté en la madrugada, los fuertes dolores me despertaron y coloqué mi mano en mi vientre, el bebé no dejaba de patearme, me dolía la espalda, tenía los pies hinchados, ese era el tipo de cosas que nadie te decía que ibas a sufrir en cada embarazo, por supuesto que eso yo ya lo tenía más que sabido.Isaac se empezó a quejar, de repente lo vi abrir los ojos, se quedó mirándome paralizado como si se hubiera quedado sin habla de repente.—Cariño, ¿te has hecho pis en la cama? —preguntó con un gesto de pena.Yo arrugué el ceño al no comprender que tipo de broma estaba haciendo, hasta que toqué la cama y me di cuenta de que estaba toda mojada, aquel dolor que me había despertado no era más que había roto fuente y que tenía que irme en medio de la madrugada al hospital.Gracias al cielo, mi suegra en las últimas semanas se había ofrecido a quedarse en la casa, así de ese modo si llegaba a suceder algo no tendríamos que preocuparnos por tener que llevar con nosotros a Itan, ya que los
Cerré mis ojos y respiré tan profundo como mi cuerpo me lo permitía, no, esto no me podía estar sucediendo a mí, debía de ser un sueño, una pesadilla, cuando abriera los ojos no estarían dos pequeños insolentes saltando en mi sofá Lawson. Quería pensar que estaba soñando, pero aquellas pequeñas carcajadas entre dientes no me lo permitieron, cuando abrí los ojos no solamente estaban sobre mi sofá, sino que habían despedazado unos de mis almohadones de pluma, Abbie, ella era la culpable, la pequeña delincuente de almohadas, ¿qué le había hecho la pobre para merecer ese trato? Recibí por la espalda un golpe que me hizo tambalearme, me di la vuelta para encontrarme con el gesto distorsionado de Lucius, estaba a punto de soltar una carcajada. —Se marchan ahora mismo a su habitación —les ordené a punto de perder la cordura. Cruzaron miradas, pero no se movieron, por el contrario, Lucius me lanzó el almohadón a la cara. Mi paciencia estaba a punto de desaparecer, solamente llevaban en el
Últimamente, me sentía tan cansada de la monotonía de mis días, levantarme cada mañana a primera hora, habiendo dormido tan pocas horas por haber estado trabajando hasta la hora en que mi jefe se había decidido a dejarme en paz. Me tenía que contener, porque la rabia que sentía cada vez que le veía la cara me sobrepasaba, es un desconsiderado hombre rico, no le importa si uno sufre, si uno tiene problemas, solamente le interesa que todo salga exactamente como lo planea. Estuve considerando dejar el trabajo, incluso si eso conlleva que me quede viviendo en medio de la calle, porque en ocasiones el estar cerca de ese hombre me provoca ganas de volverme una loca y atentar contra su bienestar. Pensaba tener un domingo tan relajante que cuando el lunes volviera a ver la cara de mi jefe no me causara ese sentimiento de querer estrangularlo, pero eso no sucedió, el día en general fue extremadamente malo, pero justamente cuando estaba a punto de visitar el mundo de los sueños, de tener uno
Me desperté de repente, tenía una mala sensación en todo el cuerpo, ayer en la noche había estado a punto de besar a mi asistente personal, eso me había hecho reflexionar de que no estoy en un estado mental cuerdo. Es decir, mi asistente siempre ha sido un poco callada, incluso podría decir qué retraída, es el tipo de mujer que viste bastante discretamente, que no socializa con las personas de la empresa y que se dedica gran parte de su tiempo a estar pegada al iPod. No es mi tipo de mujer, nunca me fijaría en alguien como ella, lo que me hace pensar que perdí por completo la cordura, sobre todo porque cuando la miré directo a los ojos sentí algo que nunca antes me había pasado, un cosquilleo extraño en el cuerpo, tiene unos ojos, una mirada que te obliga a detenerte a mirarla. ¿Lo ven? Yo no soy el tipo de hombre que pensaría de ese modo. Me dispuse a levantarme de la cama, no podía quedarme ni un momento más pensando en esa mujer, así que me paré, de repente sentí algo peludo que
Estuve a punto de cumplir mi sueño de obtener la renuncia, pero hubo algo que me hizo cambiar de parecer, había deseado por demasiado tiempo ver a mi jefe perder la cordura y luego de todo lo que tuve que sufrir en sus manos, la vida me estaba dando una gran oportunidad.Es cierto que tendré que vivir un mes con una de las personas más detestables de mi vida, pero nunca pensé decir que estaré encantada de hacerlo, esos dos niños son ángeles que llegaron a mi vida para cumplir mi mayor deseo, ver a mi jefe sufrir.Todo lo que había esperado por años que sucediera comenzaría a pasar ahora, con este contrato que no podrá negarse a firmar y que tendrá que cumplir al pie de la letra, veremos que ocurre primero, si se rinde o pierde la cordura.…Con la maleta lista y los documentos redactados volví a aquel apartamento, pensé que podría vivir un par de horas sin mi presencia, pero en cuanto toqué al timbre me encontré con una persona completamente diferente a lo usual que acostumbraba a ver