Me habían metido en el horrible sótano de la mansión, pensé que al menos tendría la decencia de dejarme en un mejor sitio, que se apiadaría de que soy una mujer embarazada, pero nada de eso les importaba a ellos.Me sentía asustada, mucho más luego de lo que había presenciado, había estado horas llorando, pero ya no me quedaban lágrimas, solamente me quedaba la mente perturbada, porque aún continuaba escuchando los gritos de Wendy en mi cabeza.Lowen me había querido obligar a verlo, pero yo había cerrado los ojos con fuerza cuando le comenzó a arrancar las uñas, eran unos gritos desgarradores, no podía quitarlos de mi mente, como tampoco podía dejar de sentir la culpa recorriendo mi cuerpo. Ella era una mujer que tenía demasiada fuerza, a pesar de las torturas de Lowen, de los gritos que habían salido de sus labios, y de las repetidas preguntas que si hubiera respondido quizá le hubieran dado una muerte más rápida, ella siguió firme sobre sus convicciones, negó de lo que Lowen la ac
Me sentía aún frustrado por la conversación que había tenido con aquel oficial, en mi mente seguía pensando que todo lo que estaba ocurriendo sería un sueño, que me despertaría y que me burlaría de toda la situación.Quizá el pensar eso era una esperanza, una pequeña luz al final del túnel, porque realmente todo lo que estaba ocurriendo, la cantidad de verdades que me había enterado de mi propia familia, me hacían sentir que había sido estafado todo este tiempo, que mi vida se derrumbaba, ya no estaba clara cuál era la verdadUn pequeño ancla era el pensar que tenía a Dahlia, a mi madre, hermana y sobrinos, al menos de momento eso era lo más real que había tenido en los últimos años, pero el miedo de perderlo todo me estaba atormentando.No sabíamos aún en donde estaba Dahlia, si la podríamos recuperar a tiempo, porque era seguro que Lowen quería algo con ella, probablemente que ella volviera a casarse, para hacerse cargo de la bendita herencia, que dicho sea el caso, aún nadie nos ha
El helicóptero que había visto había rondado los alrededores, pero al parecer no había sido nada fuera de lo normal, dado que se dio la media vuelta y se marchó, llevándose consigo todas las esperanzas que tenía de que pudieran sacarme de allí.Respiré profundo, los dolores continuaban atormentándome, eran el recordatorio constante de que ya no estaría mi bebé. Era cierto que en un principio había considerado que no tenía la menor idea de que haría con un bebé cuando intentaba salvar a mi hijo, pero luego me hice a la idea de que tendría una hermosa familia, no sería fácil superarlo, o al menos el continuar adelante, porque esas cosas te marcan para toda la vida.Miré a mis alrededores, necesitaba esconderme, necesitaba sobrevivir a toda esa mierda, por lo menos por Itan, que era lo único que me daba fuerzas para continuar, no podía dejar a una pequeña vida indefensa sufrir por mi culpa.Estaba avanzando cuando sentí una mano firme sobre mi brazo, al girar medio rostro me encontré con
Me sentía con los nervios de punta, después de todo aún ni siquiera estaba seguro de lo que pasaría una vez que llegáramos a aquel sitio, según las palabras de mi padre se había puesto en contacto con Lowen para saber en donde estaba, le había dicho que necesitaba hablar con él de algo importante, a lo que le había respondido que estaba en la mansión de su madreAquello me resultaba un verdadero fastidio, después de todo las palabras de mi padre fueron claras, eso era una especie de fortaleza y de allí nadie salía a menos que Lowen lo quisiera, así que tendríamos que hacer todo con suma sutileza.Tampoco habíamos armado ningún tipo de plan, yo iba a por Dahlia mientras que mi padre tenía esa maldita conversación con Lowen, en un estúpido intento de hacerle cambiar de parecer. Realmente no veía a Lowen como el tipo de hombre que da el brazo a torcer, sino como si fuera un niño pequeño y caprichoso, algo que no era muy lejano a la realidad, porque a pesar de vivir como un adulto, en rea
Aquel fue quizá el peor fin de año de toda mi vida, lo había pasado en una camilla de hospital, sentía que aunque todos estaban allí para apoyarme me veían con lástima, también había sentido lo mismo de parte del personal, no había quien no supiera de la mujer que fue secuestrada por su exesposo y que perdió un bebé en el proceso. Empecé a ir a terapia, porque quería volver a sentirme bien, estar lista para poder enfrentarme al mundo entero con todas mis fuerzas, como siempre había sido, la terapeuta me dijo que eso iba a llevar un proceso de sanación, que no intentara olvidar, sino aprender a vivir con lo que había sucedido. No voy a mentir, hubo momentos en los que por mi mente pasaron los peores escenarios, pero había razones para continuar, tenía a mi hijo, que estaba listo para poder pasar su niñez a mi lado, que se merecía una familia, porque él no había pedido venir a un mundo tan cruel, mucho menos a una familia tan disfuncional. Isaac se volvió un mejor ser humano, aprendió
Me desperté en la madrugada, los fuertes dolores me despertaron y coloqué mi mano en mi vientre, el bebé no dejaba de patearme, me dolía la espalda, tenía los pies hinchados, ese era el tipo de cosas que nadie te decía que ibas a sufrir en cada embarazo, por supuesto que eso yo ya lo tenía más que sabido.Isaac se empezó a quejar, de repente lo vi abrir los ojos, se quedó mirándome paralizado como si se hubiera quedado sin habla de repente.—Cariño, ¿te has hecho pis en la cama? —preguntó con un gesto de pena.Yo arrugué el ceño al no comprender que tipo de broma estaba haciendo, hasta que toqué la cama y me di cuenta de que estaba toda mojada, aquel dolor que me había despertado no era más que había roto fuente y que tenía que irme en medio de la madrugada al hospital.Gracias al cielo, mi suegra en las últimas semanas se había ofrecido a quedarse en la casa, así de ese modo si llegaba a suceder algo no tendríamos que preocuparnos por tener que llevar con nosotros a Itan, ya que los
Cerré mis ojos y respiré tan profundo como mi cuerpo me lo permitía, no, esto no me podía estar sucediendo a mí, debía de ser un sueño, una pesadilla, cuando abriera los ojos no estarían dos pequeños insolentes saltando en mi sofá Lawson. Quería pensar que estaba soñando, pero aquellas pequeñas carcajadas entre dientes no me lo permitieron, cuando abrí los ojos no solamente estaban sobre mi sofá, sino que habían despedazado unos de mis almohadones de pluma, Abbie, ella era la culpable, la pequeña delincuente de almohadas, ¿qué le había hecho la pobre para merecer ese trato? Recibí por la espalda un golpe que me hizo tambalearme, me di la vuelta para encontrarme con el gesto distorsionado de Lucius, estaba a punto de soltar una carcajada. —Se marchan ahora mismo a su habitación —les ordené a punto de perder la cordura. Cruzaron miradas, pero no se movieron, por el contrario, Lucius me lanzó el almohadón a la cara. Mi paciencia estaba a punto de desaparecer, solamente llevaban en el
Últimamente, me sentía tan cansada de la monotonía de mis días, levantarme cada mañana a primera hora, habiendo dormido tan pocas horas por haber estado trabajando hasta la hora en que mi jefe se había decidido a dejarme en paz. Me tenía que contener, porque la rabia que sentía cada vez que le veía la cara me sobrepasaba, es un desconsiderado hombre rico, no le importa si uno sufre, si uno tiene problemas, solamente le interesa que todo salga exactamente como lo planea. Estuve considerando dejar el trabajo, incluso si eso conlleva que me quede viviendo en medio de la calle, porque en ocasiones el estar cerca de ese hombre me provoca ganas de volverme una loca y atentar contra su bienestar. Pensaba tener un domingo tan relajante que cuando el lunes volviera a ver la cara de mi jefe no me causara ese sentimiento de querer estrangularlo, pero eso no sucedió, el día en general fue extremadamente malo, pero justamente cuando estaba a punto de visitar el mundo de los sueños, de tener uno