No tenía planeado llevar a mi jefe a mi apartamento, no quería que estuviera allí porque al final estoy segura de que algunas personas del edificio le pasan información de mi vida personal a Lowen y me da verdaderamente miedo pensar que puede que no recupere a mi hijo. También es cierto de qué habitaciones en uso solamente hay una, la mía, porque además de esa hay un estudio en el que dedico horas de trabajo, una vacía llena de cajas, que la pensé hacer de visitas por si en un futuro mi hijo quería invitar a sus amigos, pero nunca lo llevé a cabo por no querer invertir en algo que veía demasiado lejano, así que solamente quedaba una opción. Tendría que dormir en la habitación de Itan, porque dejar dormir a mi jefe en la habitación que hice con tanto amor para mi hijo, no es que fuera una de las mejores opciones, ni siquiera lo consideraba. En cuanto mi jefe se quedó dentro de la habitación que yo misma había cerrado sin darle opción de que me dijera nada más, no quería que me viera
Ni siquiera tengo una explicación de lo que me había sucedido en la noche anterior, era como si un espíritu me hubiera poseído y cuando entré en sí estaba teniendo sexo con mi asistente personal, pero lo peor era saber que me estaba encantando.Habíamos pasado una noche inolvidable, hoy había despertado y lo primero que había visto era su rostro, debo de admitir que eso tampoco me había disgustado, era una sensación completamente nueva, extraña.Abrió los ojos y en cuanto lo hizo una leve sonrisa se asomó de sus labios, hacía rato que me había despertado, pero no me había querido mover para no despertarla.—¿Llevas mucho tiempo despierto? —me preguntó bostezando.—No —mentí sonriendo— Pero sinceramente la noche intensa me dio mucha hambre.—Entonces iré a preparar el desayuno —dijo escabulléndose de mis brazos.La vi levantarse de la cama con una playera que había tomado en la noche de su armario, era dos veces su tamaño, pero se le veía jodidamente sexy. Se colocó sus gafas que desca
Me encontré con que no sabía que hacer, normalmente Isaac es un poco más estricto, es decir, no me permite ir a ningún sitio, solamente estar todo el día detrás de él. Me hubiera gustado quedarme a su lado, escuchar lo que tenían que discutir, pero realmente tampoco quería ser entrometida, le quería dar el espacio para que hablaran de eso tan privado.Es cierto que en este tiempo había sido tan inexistente para él, prácticamente como una herramienta, que ni siquiera notaba que yo iba detrás de él, no le importaba ni siquiera que yo lo supiera todo de su vida y desde ese día en que fui a su casa eso cambió por completo.Lo vi aparecer de la nada, mientras que yo estaba sentada con el vaso de café jugando con la cuchara, levanté la mirada hasta su rostro que se veía inexpresivo y me pregunté que tan malo debía haber sido para que estuviera de ese modo.—¿Te encuentras bien? —me atreví a preguntar.—Sí, pero creo que tú estás molesta con el hecho de que no te permitiera venir conmigo —me
Sentí el sol darme en el rostro, me desperté de forma repentina y una almohada me golpeó el rostro, miré a Dahlia, que aún estaba en pijama, pero no dejaba de sonreír.—Buenos días, bella durmiente —dijo de forma repentina y volteé a mirar el reloj en la mesa de noches.¿Seis de la mañana de un sábado? ¿Acaso esa mujer estaba rozando la locura? Podría jurar que sí, porque solamente una mujer muy loca se levantaría a esas horas un fin de semana en el cual puede descansar.—¿Qué haces despierta a estas horas Dahlia? —pregunté en un tono de voz adormilado— El sol apenas está dando, apenas él se despertó y tú ya estás levantada.—Agradece que te desperté después de mi sesión de meditación, levántate —me ordenó en un tono autoritario.—Quizá en un par de horas, quiero dormir un poco más —me quejé cubriendo mi rostro con la almohada.Un silencio hermoso se formó, agradecía que fuera de ese modo, volvería a quedarme dormido y luego le preguntaría a Dahlia qué clase de locura le había pasado
Quizá la manera en la cual estaba actuando era demasiado infantil, después de todo lo que había pasado en estos días entre nosotros, de lo que me estaba ayudando a recuperar la custodia de mi hijo, tal vez debía dejar a un lado el rencor del pasado.Pero, por otra parte, existe el pensamiento que me dice que debería de darle una lección, que le haría bien aprender de esto, así de ese modo no volvería a hacerle jamás a un empleado algo como eso, porque al fin sabría un poco de lo que se siente.Cuando me llevó el desayuno a mi habitación pude darme cuenta de que verdaderamente él no era consciente de lo que hacía, le restaba tanta importancia a esos sucesos que no los notaba para nada, por eso no recordaba como fueron mis primeros días en la empresa, aunque yo en lo personal jamás los olvidaría.Había planeado el fin de semana perfecto, bueno, al menos que yo había pensado que sería perfecto para mí y para los niños, a todos los niños les gusta lo nuevo, lo desconocido, un sitio donde
No podía creer que me hubiera dejado convencer de hacer una locura como estás, a decir verdad había estado todo el camino tratando de convencerme a mí mismo que todo estaría bien, que solamente sería un día en el medio de la nada, sin señal en mi celular y lejos de toda civilización.Pero al llegar cuando entramos en esa carpa enorme que tenía solamente unos sacos de dormir, que quién sabe cuantas personas y qué tipo de personas lo habían utilizado. Me causaba una comezón en todo el cuerpo pensar en que tendría que pasar la noche allí, sin contar que la amiga de Dahlia se notaba que me detestaba, aunque ni siquiera me conociera.También me había estremecido al escuchar como su amiga me había comentado que tendría que utilizar el mismo baño que todas las personas allí estaban utilizando y ni hablar de tener que hacer una enorme fila para ir a cagar, definitivamente no.—¿está bien, señor? —preguntó Dahlia con una media sonrisa burlona.—Lo estoy —mentí a duras penas.Ella se carcajeó a
Estaba sumergida en la historia que estaba contando el señor Rick, siempre había sido una mujer que utilizaba bastante la imaginación, desde que era muy pequeña me encantaba escuchar historias que me contaba mi madre o que me contaban mis abuelos.Esto me había llevado de nuevo a mi infancia, por poco me había vuelto a sentir como una niña pequeña, me apoyé en el hombro de Aaron, me hacía sentir tan bien el volver a ver a mis amigos del colegio, habíamos pasado por tanto juntos y a la vez habíamos pasado tantas cosas por separado, pero se seguía sintiendo como si nunca nos hubiéramos separado.De repente cuando se paró August, un chico que a decir verdad se veía bastante apuesto aunque hubiera pasado desapercibido en un comienzo, vi como Isaac se levantó de su sitio y se fue caminando, todos lo miraron marcharse, pero nade se atrevió a decir nada.—Enseguida regreso —le susurré al oído a Aaron que enseguida asintió.Me levanté y fui detrás de Isaac, sé ni siquiera se dio cuenta de mi
Mi corazón se había detenido ante las palabras de Dahlia, es decir, ni siquiera me había pasado por la mente la idea de que ella no estuviera tomando las pastillas, lo sé, había sido otra de mis estupideces.Pero lo que más me había desconcertado había sido su silencio después de mi pregunta, no sabía que era lo que había ocurrido en realidad, si lo había tomado o no, si había pasado algo o no, ahora me quedaría tal vez el resto del mes con la incertidumbre de si había cometido el peor error de mi vida.Tampoco quiso volver a dirigirme la palabra en el resto de la noche, se quedó dormida mientras que yo miraba al techo de aquella horrible carpa y escuchaba ruidos extraños que provenían de afuera.Cuando logré quedarme dormido, no sé cuanto tiempo habrá pasado hasta que escuché un sonido que me hizo saltar de aquel saco de dormir, era prácticamente lo mismo que utilizaban los vikingos en las películas, ese sonido del cuerno.—¿¡Qué carajos!? —me quejé irritado.—Es hora de levantarse —