"ÂżJusto?""Ella se atreve a hablarme de lo que es o no es justo, cuando le roguĂ© a ella hacerse un tratamiento y lo rechazĂł una y otra vez" Pensaba Leandro molesto, pero nuevamente, eligiĂł no decir nada por respeto a su ex pareja. — PedirĂ© a Steven que te escolte de la mansiĂłn, por cierto ya ha pasado más del mes que te dĂ, este fin de semana enviarĂ© tus pertenencias a tu familia, ya no tienes que venir aquĂ de ahora en adelante.  Dicho eso Ăşltimo por el CEO Carletti, Ă©l se marchĂł de la sala, dejando a Miranda sola. ••••••••••Una vez la puerta se cerrĂł, Miranda gritĂł con todas sus fuerzas. Maldijo una y otra vez a su ex pareja y las decisiones que tomĂł Ă©l en pleno proceso de divorcio. — ¡Desgraciado Leandro! — GritĂł ella colocando su mano sobre su pecho izquierdo. — ¡¿CĂłmo pudo hacerme esto a mĂ?! ¡Tan humillante! ¡Tan degradante! Yo… ¡CreĂ que era un buen homb
— ¡Ha roto su palabra! — ExclamĂł Leandro alterado. — TĂş eres mi testigo Steven, asĂ que yo tambiĂ©n romperĂ© la mĂa y a partir de ahora quiero a un vigilante siempre con ella, házlo de manera que no se entere y siempre envĂame el reporte. — ExigiĂł el apuesto CEO poniĂ©ndose de pie y yĂ©ndose molesto. "Él solo querĂa una excusa para no quitarle los ojos de encima a la señorita Becker" SonriĂł el mayordomo tras ese pensamiento.  "Ni siquiera han pasado treinta minutos de retraso jaja~ no me quiero hacer ideas incorrectas, pero Ă©l señor le presta inusual atenciĂłn para ella ser vista como solo un vientre en alquiler" PensĂł Ă©l emocionado. "Es una mujer muy hermosa y bastante buena persona, se ve bien al lado del señor Carletti" ••••••••••Poco más de media hora despuĂ©s, Rouse finalmente habĂa llegado a la mansiĂłn del CEO Italiano. — ÂżDĂłnde está Ă©l? — PreguntĂł nerviosa al
— Ya entendimos, que tenga un buen dĂa señora Jhons. — ComentĂł Alice acercándose a Rouse y tomándola del brazo. — Nos tenemos que ir, vamos Señorita Becker. — SonriĂł la mujer asistente de bellos ojos celestes. Rouse asintiĂł y se marchĂł con sus dos servidores. Miranda que veĂa como esas tres personas caminaban alejándose, se diĂł cuenta que habĂa arruinado sola sus planes. "¡Cierto! ¡DebĂ ser amistosa con ella!" PensĂł la mujer de aspecto inocente ahora enojada consigo misma. "Me dejĂ© llevar y la he tomado contra ella, eso solo causará que suba su guardia conmigo, ÂżEntonces cĂłmo me voy a deshacer se ese bastardo en su vientre antes de que lo de a luz?" PensĂł Miranda Jhons llevando su pulgar derecho a su boca y mordiendo su uña de ansiedad. — Señora Jhons, ya hemos llegado, ÂżCuáles son las indicaciones? — PreguntĂł Ă©l hombre a cargo de los otros que le hacĂan compañĂa y la ayudar
Leandro finalmente se enderezĂł, alejándose un poco de la hermosa Rouse Becker. — Me hubieses mandado un mensaje o llamarme, habrĂa venido más temprano y no te hubiera dejado esperar. — ComentĂł Ă©l amablemente. — Es que… — Rouse dudo por unos segundos si decirle el motivo o no. — La Ăşltima vez que te llamĂ©, no me respondiste nada bien, supuse que no te gustaba recibir llamadas que interrumpan tu trabajo; además, esto no es algo que tenga mucha importancia. — Todo lo referente a mi hijo tiene mucha importancia para mĂ. — ConfesĂł el apuesto Italiano comenzando a quitarse el saco. — ÂżEsta bien si me pongo más cĂłmodo? Ella asintiĂł rápidamente viendo como Ă©l se quitaba el saco, chaleco y corbata de tonalidades oscuras que llevaba puestos. "Él huele muy bien…" PensĂł Rouse cuando le llegĂł la familiar aroma."TambiĂ©n bailaba bastante bien la noche que le conocĂ y es muy caballeroso aĂşn
— Rouse, ella no se sentĂa bien, asĂ que no le conocerás hoy. — AdmitiĂł Leandro volviendo a su expresiĂłn pacĂfica. Mason quien ingresĂł a la sala donde estaba su amigo, vio involuntariamente la televisiĂłn que estaba encendida, haciendo de inmediato un gesto de horror. — ¡¿Por quĂ© diablos estás viendo eso?! ¡Quita esa porquerĂa! — ExclamĂł el CEO Miller asqueado. Leandro volviĂł a ver hacia la pantalla con total normalidad. — Cierto, olvidamos apagarla. — ComentĂł Leandro. — Apagado. — Dijo despuĂ©s para que se active el comando de su voz en la pantalla y está se apague de inmediato. — ÂżPor quĂ© ella se sentĂa mal? ÂżNo la has estado cuidando como se deberĂa? — PreguntĂł Mason ya más tranquilo al no ver las escenas de embarazos en esos videos. — Volvamos al salĂłn donde estabas. — PidiĂł Leandro, para ahĂ continuar la charla con su mejor amigo. …..Unos minutos más tarde,
— Tienes razĂłn, he estado siendo más bueno de lo normal contigo por quĂ© estás embarazada, pero a partir de ahora será lo que yo diga y quiera realmente, ÂżEs eso lo que te hará sentir bien? Rouse notĂł la seriedad con la que Ă©l la veĂa y se sintiĂł nerviosa. CĂłmo si estuviera tomando nuevamente una mala decisiĂłn Sin embargo, ella asintiĂł. — SĂ, eso serĂa perfecto. — RespondiĂł. — DespuĂ©s no te vayas a arrepentir señorita Becker. — Una semi sonrisa se mostrĂł en los labios de ese apuesto Italiano, Ă©l sonreĂa maliciosamente retirándose de la habitaciĂłn. •••••••••• Tres semanas despuĂ©s.  ••••••••••El tiempo habĂa transcurrido y Rouse habĂa estado llevando una relaciĂłn más mecánica y monĂłtona con Leandro, quien ahora era más expresivo con ella. Si querĂa pasar tiempo con Rouse por el bebĂ© simplemente lo hacĂa y si no, Ă©l se negaba de forma serĂa y frĂa.Â
— Lo siento, ÂżTe ha molestado? DebĂ pedirte permiso. — SusurrĂł Leandro alejando su mano de Rouse. La bella mujer de ojos azules negĂł lentamente con su cabeza. — No, en realidad no me molesta para nada… — ComentĂł ella con un tono pacĂfico en su voz mientras seguĂa viendo a ese apuesto hombre frente a ella.  Un silencio reinĂł en el salĂłn, uno que no fue para nada incĂłmodo. — ÂżCuando exactamente será ese viaje? Y… ÂżPor quĂ© has decidido que querĂas irte una semana de vacaciones? — Preguntaba Rouse sin poder esconder por más tiempo su curiosidad. — El Domingo está bien y volveremos el sábado, quiero despejar mi mente… — ÂżTĂş mente? ÂżDe que? — PreguntĂł ella casualmente. Sin embargo, obtuvo una seria mirada de advertencia por parte de Leandro Carletti. Rouse entendiĂł que Ă©l no querĂa responder a esas preguntas, volviendo a sentirse incĂłmoda. AsĂ que ell
"Le dejĂ© un guarda espaldas y una asistente, pero probablemente ellos ahora la estimen tanto que hacen lo que ella diga y por ello nunca me han informado cĂłmo se siente Rouse realmente" PensĂł Leandro ahora dudando de sus empleados. Él se quedĂł de pie apoyando su cuerpo en el borde del marco de la puerta. VeĂa a Rouse que seguĂa incĂłmoda y ahora sintiĂ©ndose avergonzada de que ese hombre siguiera ahĂ. — ÂżPor quĂ© no me has dicho nada sobre como te sentĂas realmente? — PreguntĂł Leandro.Ella hizo una pausa pasando su mano por los bordes de su boca y se intentaba levantar sola. Él de inmediato se acercĂł ayudándola, una vez Rouse estuvo de pie, se soltĂł del agarre de ese hombre y se dirigiĂł al lavamanos. Ella seguĂa sin responderle nada, pero el tambiĂ©n estaba reacio a irse sin más. — ¡Me darĂ© un baño! ÂżPodrĂas solo salir? Leandro obedeciĂł permitiendo