Paola respira hondo antes de entrar a la oficina donde la esperan todos los socios de su padre, aunque aún no tiene la experiencia necesaria para llevar a cabo las funciones de presidenta, quiere que sepan que ella pondrá todo su esfuerzo en mantener a la empresa de su padre como la numero uno del país.
Armando le había dicho que, si quería saber la última voluntad de su padre, pero eso no había sido necesario, él había dejado en claro su hermana y ella quedarían como únicas herederas a partes iguales. Ve a Armando que la espera por fuera de la sala de juntas. —Veo que eres muy puntual— le dice con una sonrisa, su padre siempre le había enseñado que la puntualidad era una virtud de los Alcaraz— antes de la reunión quiero mostrarte el manejo de la empresa. Le muestra muchas carpetas, y también le dice quiénes son los socios de su padre, y quien maneja el porcentaje más alto después de ella, pues Paola quedó como la albacea de los bienes hasta que su hermana cumpliera la mayoría de edad. El tiempo pasa volando, que una hora fue insuficiente para conocer todo de la empresa. Unos toques en la puerta los hace levantar la vista, era la secretaria que avisaba que ya todos habían llegado. Vuelve a respirar hondo y mira a Armando que le sonríe y coloca su mano sobre la de ella, tratando de darle confianza. —Tú puedes— ella afirma con la cabeza. Pronto comienza a ingresar uno a uno de los hombres y mujeres que eran socios de la empresa de su padre, cada uno la mira sentada en la silla que siempre había ocupado su padre. Cuando todos están en su lugar, ella los mira a cada uno que ya han tomado su lugar. —Buenos días a todos— dice segura de sí, escucha como responden todos. Mira a Armando para que comience con la reunión como lo tenían planeado. —Buenos días señores para los que no la conozcan ella es la señorita Paola Alcaraz, la nueva presidenta de la empresa— mira de cada uno de los presentes, no todos están conformes con la noticia, y era entendible, para muchos era aún muy joven para tomar ese cargo. Se comienza a escuchar las murmuraciones de los socios que se hablan entre sí, se imagina que es lo que están diciendo y para acallarlos se pone de pie. —Tal vez desconfíen que yo pueda llevar está empresa, y tal vez tenga razón porque soy muy joven y apenas estoy por comenzar mi carrera, pero les puedo asegurar si me dan un voto de confianza voy a llevar está empresa a dónde mi padre quería— les habla con firmeza, sin dejar que salga el nerviosismo que siente, —Son muy bonitas sus palabras señorita Alcaraz pero debe comprender que no podemos dejar en sus manos la empresa,— dice uno que toma la palabra, mira como muchos asienten apoyando del hombre que ha comenzado a hablar— si usted permanece al frente yo retiraré mi sociedad— mira a todos los socios que apoyan al hombre, nunca pensó que pudieran pasar esto — lo siento pero tengo mucho aquí invertido y no puedo permitir que se acabe todo por tener a una niña al frente— se levanta de su silla, al igual que otro de los socios que se disponen a salir, y ella no sabe qué hacer, pues siempre había imaginado que fuera todo diferente. —Señores, alto— mira a Armando qué sigue a su lado, les habla con tanta seguridad, no tiene ni idea que va decir, pero siente que estará agradecida si logra que se queden los socios, todos se giran para mirarlo— la señorita Alcaraz y yo estamos comprometidos para casarnos— ella abre los ojos por la declaración de Armando, eso no lo esperaba— mientras ella estudia yo me quedaré al frente de la empresa… Esta en total shock, como era posible que dijera eso, si no tenían ninguna relación, ni mucho menos había pensado que pudiera ver algo entre ellos. ve como todos regresan a sus lugares, pareciera que las palabras de Armando los a convencido. Armando toma su mano y sigue hablando —Habíamos mantenido nuestra relación en secreto por la diferencia de edad— voltea a verla con una sonrisa que podría decir que si está enamorado de ella o eso parece—, don Adolfo siempre estuvo de acuerdo con nuestra relación y deseaba vernos unidos en matrimonio—, se acerca a besar su frente con ternura— pero no aún, no hasta que Paola terminara la carrera, eso eran nuestros planes, pero desgraciadamente mi querido suegro murió. Se ve notoriamente afectado, aunque, sin embargo, se recompone de inmediato. —Bajo lo que dejo mi querido suegro, sus hijas son las únicas que pueden tener la presidencia de la compañía, pero hay una cláusula que sus esposos pueden estar al frente solo con un poder que ella otorgue al hombre que sea su esposo— ella recuerda lo leído en el testamento que su padre, si Armando tenía toda razón, pero eso no significaba que pudiera mantener esa mentira delante de todos los socios de su padre. —Yo…— comenzó a hablar para desmentir a Armando, no podía permitir que se engañara así a los socios. —Los felicitó, hacen una pareja perfecta y si el señor Loredo se queda al frente no veo ningún problema para que yo no mantenga mis negocios con ustedes— la interrumpe el hombre que había hablado primero, el que había hecho que todos se pusieran en su contra. Mira a todos que también están conformes con que Armando sea el que dirija la empresa mientras ella estudia en la universidad. Se asombra que nadie escuche su opinión todos los felicitan, hasta las mujeres, que deberían ser las primeras en apoyarla. Armando sigue hablando sin soltar su mano. —Solamente comprendan que la boda será discreta, aún la familia está en duelo— no puede creer la facilidad con que Armando engaña a todos los socios— muchas gracias a todos por no abandonarnos— termina diciendo Armando, de nuevo los vuelven a felicitar por la siguiente unión matrimonial satisfechos con la solución que había dado Armando. Paola se siente totalmente ignorada por todos que se han ido sin tomar en cuenta su opinión, claro que no se casaría con él, primero no lo quería y segundo ella podría llevar las riendas de la empresa sin la necesidad de un hombre atrás. Se levanta de la silla cuando todos han salido de la sala de juntas, mira a Armando con dureza, debía dejarle claro que no cumpliría con esa mentira que él había dicho. —¿Por qué dijiste todas esas mentiras? — le pregunta totalmente molesta, él levanta sus brazos en forma de rendición y tiene el descaro de todavía sonreír— tú y yo no tenemos ninguna relación, y no me voy a casar contigo —Paola tranquila— dice dulcemente— esto solamente lo hice para salvar la empresa de tu padre, para que tu hermana y tú no pierdan la empresa que tanto trabajo le costó construir, piensa que eso no le hubiera gustado a tu papá— al ir escuchar sus palabras su molesta se va bajando, en algo tenía razón, si no hubiera hecho ese anuncio ahora la empresa podría estar enfrentando un problema cuando todos los socios retiraran sus inversiones. Cierra los ojos, su escusa tiene lógica, ella no podía perder la empresa de su padre, no sin antes cumplir con su promesa que había hecho en su tumba. —El señor Ripoll es muy astuto, sabe usar las palabras correctas para que lo sigan — si ella misma había sido testigo de cómo todos los socios lo siguieron ciegamente— lo siento no encontré otra forma para ayudarlas, además ya tenía pensado hacerte esa misma propuesta, porque yo desde hace tiempo siento algo por ti… Su declaración la toma por sorpresa, nunca vio ninguna señal que él pudiera estar interesado en ella, y nunca había pensado en tener una relación más allá de lo laboral, o familiar, pues desde que lo conoció lo vio como a un amigo. —Yo ya había hablado de mis sentimientos a tu padre y el estaba contento si se daba el amor entre nosotros— sus palabras la hacen que se asombre, su papá nunca le había dicho que Armando sentía algo por ella, pues siempre le comunicaba las cosas que tenía que ver con ella, y no pensaba que su padre fuera capaz de arreglar un matrimonio a sus espaldas. —Armando lo siento, pero no siento nada por ti— ve el dolor reflejado en sus ojos, y eso la incomodo pues no quería lastimarlo— siempre te he visto como un hermano mayor, así que no puedo casarme contigo. —¿Entonces quieres arruinar la empresa de tu padre? — soltó con un tono de amargura, aunque su pregunta retumbo en su cabeza, ella no podía permitir eso, debía encontrar otra manera de salvar la empresa de su padre. —No— responde mirando el lugar que siempre fue de su padre. —Ya tienes la solución, casémonos, mientras tu estudias yo dirijo la empresa, periódicamente te muestro los balances financieros de cada mes— si esa era una solución, pero no estaba segura que fuera la correcta— piensa tu vas entrar a la universidad, no tendrás tiempo de estar en la empresa, y quien mejor que yo para dirigir la empresa de inversiones Alcaraz— si en eso tenía razón, pero algo no la convencía del todo de lo que decía Armando. —Tengo que pensarlo— dice poniéndose de pie— no quiero lastimarte, necesito ordenar mis ideas —Te aseguro que no me vas a lastimar porque estoy seguro que me ganare tu corazón— toma su mano para llevarla a sus labios. Llega a la casa y lo plática con la única mujer que la aconsejaría como su madre, su nana, la que ha estado con ella desde que nació. —¿Qué debo hacer? — ella la mira con la misma ternura que lo haría su mamá, toma sus manos, que la reconfortan. —Yo creo que deberías aceptar…— ella también está convencida que es la mejor solución. Se va a dormir pensando en la propuesta de Armando, no tiene otra solución que aceptar, solo que pondrá ella las condiciones de ese matrimonio. Al llegar a la empresa manda llamar al abogado de la familia, necesita que redacte un contrato matrimonial, le dice lo que desea que lleve y que lo tenga listo por la tarde. En cuanto sale el abogado, aparece Armando con una sonrisa. —Buenos días cariño…— se acerca a darle un beso en la mejilla— ¿Qué pensaste? — no le gustaba sentirse presionada, pero era razonable que quisiera saber, debían ya nombrarlo presidente de la empresa. —Acepto que nos casemos por el bien de la empresa— Armando tomo su rostro entre sus manos para llevar sus labios a los de ella, sin embargo, ella se aparta— solo será por los años que dure la carrera, y no va haber ningún tipo de intimidad entre nosotros, y cuando yo tenga mi título, nos divorciamos. —Si como digas, solo que yo no descansare hasta que me gane tu corazón— se vuelve acercar a querer besar sus labios, pero ella se aparta, no soporta la idea que él la quiera besar— voy arreglar todo para que mañana mismo nos casemos. —Esta tarde firmaras el contrato matrimonial que mande hacer— él acepta sin ningún problema. Sale de la oficina de Adolfo Alcaraz y entra a su oficina, se siente feliz y satisfecho con la respuesta de Paola, mira la foto de su jefe y con una sonrisa burlona le habla. —Lo conseguí Adolfo, no sirvió de nada que me sacaras de tu testamento, yo seré el dueño de todo— deja él porta retrato en el escritorio— me quedaré con tus hijas y tú ya no estarás para impedirlo, ves como yo gané, fue tan fácil arruinar los frenos de tu auto, aunque mi plan no salió como pensaba, pero no te preocupes pronto tus hijas se reunirán con ustedes…—Brindemos hijo por qué has conseguido ser el presidente de la empresa de los Alcaraz — dice una mujer mayor que lo espera en el comedor con una copa en mano.—Te lo dije que lo lograría, Adolfo quiso librar a su familia de mí, pero el muy imb3cil me dio la forma de adueñarme de todo— choca la copa con su madre— sabes me decepciono saber que me saco de su testamento.—Cómo no si se enteró que le estabas robando— aun podía escuchar los gritos y la decepción en su rostro, parecía que al viejo si le había dolido su traición— por eso hiciste que los frenos de su auto fallaran y todos murieran, solo que las hijas sobrevivieron. —No te imaginas como me voy a divertir con las hermanas— se dejó caer en el sofá— con Paola seré el esposo atento, el conquistador, porque no podrá resistirse a mí. Y con la niña Ivette seré el marido incomprendido, el que sufre y necesita consuelo— su madre comienza a reír de solo pensar que tontas eran esas hermanitas Alcaraz había sido tan fácil manejarlas— y de
Armando estaba muy molestó con la actitud que había tomado Paola, fue al estudió a tomar una copa, necesitaba tranquilizarse y pensar como haría para que Paola viniera a él, rogando que lo quisiera, y el no duraría en humillarla como ella lo había hecho cuando le dio aquella cachetada. —Ha comenzado mi venganza padre, voy a recuperar lo que Adolfo Alcaraz te arrebato— dice mirando la fotografía del padre de Paola de joven sonriendo— pronto las hermanas vivirán lo que yo sufrí…Salió para tomar el lugar que ahora creía era suyo.—Celia que lleven mis cosas a la habitación de mi esposa— la mujer afirmo con la cabeza y llamo a dos muchachas de servicio para la ayudaran a subir las maletas. Paola se encontraba más tranquila en su cuarto, cuando escuchó que tocaba la puerta de su habitación. —Adelante— mira a Celia que entraba con dos muchachas de servicio — ¿Qué haces esas cosas aquí? — pregunta con desconcierto al ver como entraban con dos maletas a su habitación. —Son las maletas de
Han pasado cinco años de aquella noche en que Paola estuvo con ese joven, al día siguiente intento recordar su nombre, pero era como si su cerebro hubiera borrado ese detalle, lo necesitaba para preguntar en el bar si alguien lo conocía y la manera de poder contactarlo, sin embargo y por desgracia al igual que ella, él también había sido la primera vez que se veía en ese lugar. Durante muchos meses ella regreso varias veces a ese bar para ver si tenía la suerte de encontrarse de nuevo con él, pero no pasaba, nunca paso.—Te vez hermosa— mira detrás de ella a su hermana que estaba en la puerta de su habitación— al fin es el día de tu graduación— Paola toma su toga negra, si este día era el comienzo de su nueva vida.—Si al fin tendré mi título— dice con una gran sonrisa— y la próxima semana tomaré las riendas de la empresa— mira a su hermana que estaba igual o más feliz que ella por este día, al fin podría librarse de Armando, los años habían comprobado el grave error que había cometid
El camino a la universidad es en total silencio, Paola solamente lleva consigo solamente una carpeta donde llevaba el discurso que daría y la pluma que le había dado Celia, con ella podía sentir cerca a sus papás. —Amiga al fin terminamos la carrera— solo al entrar al estacionamiento su mejor amiga en toda la carrera llega corriendo a abrazarla con efusividad, no sería la última vez que se verían porque Paola tenía pensado contratarla en la empresa manejando unas cuantas.—Si Eli, al fin seremos licenciadas— no puede con la alegría y la emoción— señora Raquel cómo está— mira detrás a la madre de Eli, una mujer que siempre la acogió en su casa—Muy bien Paola, y muchas felicidades hija— también la abraza con afecto.—Muchas gracias Raquel— mira al hombre rubio que llega junto a su amiga Eli, es un hombre muy guapo de ojos color miel, en sus labios siempre mantiene una sonrisa— hola Oliver— el abraza a Eli del hombro.—Hola Paola, muchas felicidades— se acerca y sin importarle la mirad
Paola se levanta cubriéndose su cuerpo con la sábana, aún no puede creer que esto le estuviera pasando, como flashes le llegan recuerdos de la noche anterior, de ver Armando como se acerca a besarla, a desvestirla y el cómo también se desvestía, ¿porque no lucho?, Se preguntaba y de nuevo esos flashes, porque ella pensó que estaba de nuevo con ese chico del bar, había sentido que la besaba él, aunque había sentido algo diferente está vez no le tomo importancia porque era solamente un sueño, o eso había pensado.Por desgracia no había sido un sueño, Armando se había aprovechado de eso, levantó la vista para verlo a los ojos con rencor—¿Porque me hiciste esto? — traga el nudo en la garganta reteniendo las lágrimas pues no está dispuesta demostrar debilidad y el dolor que ahora está sintiendo.—Yo solo hice lo que tú me pediste— le dice con una sonrisa ladina— no recuerdas que tú misma me invitaste a tu cama, que me dijiste que querías estar conmigo.—No, no yo no pude hacer eso, es men
Al estar sola entró al cuarto de baño, deja caer la sabana para entra en el chorro de agua, que la purifique y borre cada rastro de los toques de Armando. La esponja la llena con jabón y talla todo su cuerpo con fuerza, pero no puede sentirse limpia, hay algo, como una tela que la cubre, que mantiene esa sensación de suciedad por su cuerpo. Las lágrimas no dejan de salir por cada vez que cierra los ojos le llegan más recuerdos, se restriega la esponja con fuerza sobre su muslo, dejándolo completamente rojo.—No sabes cuanto deseaba esto— un asqueroso recuerdo inundo su cabeza, sus lágrimas salen con más rabia — eres tan suave y deliciosa como siempre lo pensé— un grito de odio sale de su garganta, no podía creer que Armando hubiera llegado a esa bajeza, con solo tenerla.Nunca pensó que Armando fuera capaz de hacer algo así, antes de casarse lo veía como un hermano, lo apreciaba, aún recordaba las palabras que la hiciera aceptar, que lo estaba haciendo por su padre para no perdieran l
Las luces de la fachada del bar le dan la bienvenida de nuevo como aquella noche, traspasa la puerta con la esperanza viva de volver a ver a su princesa, la que lo embrujó con su encanto y fragilidad, pero no podía confiarse en sus ojos tristes vio la fuerza que tenía por dentro. Llega a la misma butaca junto a la barra, mira a cada una de las personas que están ahí, aguardando que en cualquier momento ella pudiera aparecer como aquella noche. Los segundos se convierten en minutos, después en horas y para su desgracia nunca apareció su princesa, la que no había podido olvidar durante esos cinco años, todos a los que les llegó a contar su historia le dijeron que estaba loco, una persona no podía enamorarse de otra con solo verla una noche, pero lo peor era que le guardaba fidelidad sin saber si ella estaba comprometida con alguien. Pero era posible, y él era el claro ejemplo, su cuerpo no reaccionaba con nadie más, y solo recordar esa noche despertaba ese deseo de amar, de protegerla
Después de pasar todo el día fuera de la casa, llegó cansada, no quiso cenar junto a su hermana porque ahí estaba Armando, no quería ni verlo en pintura, creería sacarlo de su casa como fuera, después de hablar y estar con su mejor amiga fue con el abogado para ser valido el contrato matrimonial que habían firmado Armando y ella.No podía creer en la persona en la que se había convertido, aquel hombre bueno, comprensivo y amable desapareció tiempo después del matrimonio, fue como si hubiera tenido una careta todo el tiempo, nunca se imaginó que fuera capaz de hacerle algo así, de drogarla y abusar de ella, no porque antes de la boda siempre lo considero como a un hermano, de hecho, muchas veces escuchó a su padre decir que lo quería como a un hijo. Qué pensaría de él ahora, al saber de lo que fue capaz de hacer, seguramente hubiera estado decepcionado de él. Al salir del baño se sorprendió al ver a Armando acostado en su cama, con una expresión de satisfacción, como si lo que hubiera