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Capítulo 5: Elixir De Amor

Han pasado cinco años de aquella noche en que Paola estuvo con ese joven, al día siguiente intento recordar su nombre, pero era como si su cerebro hubiera borrado ese detalle, lo necesitaba para preguntar en el bar si alguien lo conocía y la manera de poder contactarlo, sin embargo y por desgracia al igual que ella, él también había sido la primera vez que se veía en ese lugar. Durante muchos meses ella regreso varias veces a ese bar para ver si tenía la suerte de encontrarse de nuevo con él, pero no pasaba, nunca paso.

 

—Te vez hermosa— mira detrás de ella a su hermana que estaba en la puerta de su habitación— al fin es el día de tu graduación— Paola toma su toga negra, si este día era el comienzo de su nueva vida.

 

—Si al fin tendré mi título— dice con una gran sonrisa— y la próxima semana tomaré las riendas de la empresa— mira a su hermana que estaba igual o más feliz que ella por este día, al fin podría librarse de Armando, los años habían comprobado el grave error que había cometido al casarse con él.

 

El Armando lindo, considerado que había considera como hermano desapareció al día siguiente de la boda, quería imponer siempre su voluntad, sin importar lo que ella quisiera, y lo peor era que durante años, la acosaba, e intentaba tener algún tipo de intimidad con ella, solo porque se sentía su esposo; gracias a que su padre le mando a tomar clases de defensa personal, había logrado salir librada de las agresiones de Armando.

 

Fue muy clara el contrato matrimonial, no habría intimidad entre ellos. Pero no solo fue eso, sino que también se volvió posesivo con ella, no podía ver a ningún chico junto a ella, porque se les iba a los golpes. Hubo una ocasión cuando Paola sintió la mayor vergüenza de su vida, un amigo suyo solamente le estaba felicitando por la calificación perfecta que había obtenido, solamente la había abrazado con cariño, pero Armando vio otra cosa.

 

Al verlo a la distancia dio grandes zancadas hasta que llegó a dónde estaban, tomo del hombro al amigo de Paola y sin dejar que él dijera una palabra comenzó a golpearlo, Paola intento separarlos, pero no fue posible, hasta por meterse recibió un golpe que la hizo sangrar del labio, al fin los de seguridad habían logrado quitarlo de encima del muchacho que lo había golpeado brutalmente en la cara, y le había advertido que no debía meterse con su esposa, Paola no podía creer en sus palabra, con una gran pena le pidió una disculpa a su amigo que era subido a una camilla para llevarlo al hospital y sin mirar a Armando se fue tomando sus cosas y su auto.

 

Aunque mil veces le pidió perdón Armando ella no las acepto, odiaba la violencia, además no podía permitir que le montará ese tipo de celos cuando no eran un matrimonio como todos. Los años pasaron y Armando no cambiaba, siempre que sabía que iría alguna reunión o fiesta él iba con ella y nunca la dejaba sola, pero no fuera una cena de negocios porque ella debía estar disponible, no le importaba que tuviera un examen al día siguiente.

 

—Y seré li…

 

—Mi niña ¿casi estás lista? — entra Celia con una pequeña caja.

 

—Si, que es eso Celia— Paola no puede dejar de verla, es de color azul de terciopelo

 

—Esto es un pequeño obsequio, que tú papá tenía para este día— Paola lo tomo mirándolo con amor, con nostalgia pensando que él no estaba ahí junto a ella en este momento. Al abrirlo se encontró con una pluma de plata la toma con cuidado y noto que tiene grabadas sus iniciales en oro— desde que le dijiste que querías estudiar esta carrera mando hacer esta pluma especial para ti, y soñaba con él día que te la diera— dice Celia con el nudo en la garganta, Paola e Ivette no puede evitar soltar unas cuantas lágrimas, era algo tan especial, cuando Paola puede hablar mira a Celia con gratitud

 

—Gracias por dármela— Celia asiente con la cabeza— es como si con ella los tuviera aquí junto a mi— abraza la pluma como si fuera a su papá

 

—Ellos desde el cielo están orgullosos de ti hermanita— dice Ivette limpiándose las lágrimas,

 

—De las dos— dice Paola abrazando nuevamente a su hermana— tu academia ha sido un éxito, y estas haciendo lo que más te gusta— su hermana sonríe, aun cuando tenía ese equipo ortopédico había logrado grandes cosas con las pequeñas que iban a aprender ballet con ella— ya dejemos de llorar porque esto no les hubiera gustado a nuestros papás— dice limpiándose el rostro, de nuevo tendría que retocar por dónde dejo su rastro. 

 

La mira con una sonrisa, el vestido rosa que había escogido especialmente para ella, para que la acompañará está noche le quedaba muy bien, aunque sabía que para su hermana no había sido fácil traerlo porque dejaba ver el aparato ortopédico que tenía que usar para poder caminar

 

—Te lo dije que ese vestido te haría ver lo hermosa que eres— hace que de una vuelta en el mismo lugar logrando que ella ría feliz— haber cuéntame ¿cómo van las clases? — por estar preparando este día no había tenido de hablar con ella, y quería escucharlas para que no pensará que no le importaba sus cosas,

 

—Muy bien, ayer una pequeña hizo un perfecto Retiré, no sabes que emoción sentí— Paola lo podía sentir, estaba muy contenta que su hermana tuviera esos momentos de felicidad, desde la muerte de sus padres la veía sonreír poco— creo que sí, sigue así será una gran bailarina— tomo sus manos haciendo que dejará el bastón que le ayuda para caminar, tenía que preguntarle algo.

 

—Me gusta verte feliz, pero me gustaría más saber que esa felicidad esté relacionada con una ilusión, con un amor— Ivette bajo la vista, el tema de relaciones siempre le causaba una tristeza,

 

—Nadie se va enamorar de una mujer coja como yo, todos los hombres buscan una mujer perfecta, así como tu— dijo jugando con sus dedos, Armando se lo había dicho muchas veces, que no podía salir con una mujer coja para que todos se burlaran de él.

 

—Eso es mentira, cualquier hombre estaría feliz de ser tu novio— Paola mira como sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas— si ese hombre se fijará en esta pequeña discapacidad que tienes, y no viera los bellos sentimientos que tienes en tu interior es un complemento tonto— le acomoda un mechón de cabellos detrás de su oreja— tú no eres menos mujer por este artefacto, tu valor está aquí— señala a la altura de su corazón— y no creas eso, y si un hombre te lo dice es que no merece tu corazón…

 

***

—Solamente tienes estos días para hacer que Paola no te deje— Armando mira el líquido ámbar que está en su vaso haciendo círculos, la desesperación que tiene su madre es la misma que él, fueron cinco años que no pudo lograr que Paola se dejará enamorar por él, ni los malditos detalles de flores, poemas y regalos con joyas fueron suficientes para que ella lo dejará cayera a sus pies, por eso había llegado al extremo de intentar tenerla a la fuerza, pero para su desgracia ella sabía defenderse muy bien— tienes que hacer el amor con ella, antes que te pida el divorcio.

 

—Crees que no lo sé, mi cabeza no deja de pensar en eso— avienta con rabia la copa contra el suelo, estaba harto que no había podido hacer lo que había jurado tener a las dos hermanas en la cama— he tenido que quitarme las ganas con Ivette, ella siempre está muy dispuesta, pero a ella no puedo embarazar— nadie sabía que tenía algo con él, durante estos años había logrado mantenerla con la boca cerrada— con ella siempre me cuido, solamente hubo un accidente hace unos meses pero gracias a dios no quedó embarazada…

 

—Me da risa, cuando pienso en tus palabras— suelta una risita, Armando la mira con rencor no tenía que recordarle lo que había dicho— no que tú la enamoráis, que tendrías a las dos hermanitas Alcaraz comiendo de tu mano.

 

—Yo pensé que iba ser fácil, que lograría enamorara a Paola como a Ivette— dice a su defensa, nunca pensó que ella no fuera a caer en sus brazos— mi ego está herido, y te juro que la voy a tener sea como sea, pero Paola será mía.

 

—Pues tendrá que ser hoy, porque te aseguro que cuando tenga sus papeles en mano a ti te va botar como basura y no nos sirve tu relación con Ivette para mantener el control de la presidencia en la empresa— bufa no entiende la manía de su madre en decirle lo que ya sabe— y como no quiero que nada salga mal, ya tengo la solución— de su bolsa saca un pequeño frasco café oscuro— dale tres gotas y la tendrás, harás lo que tanto has querido con ella.

 

—¿Qué es esto? — le pregunta al tener el pequeño frasco en sus manos.

 

—Un elixir de amor— la miro con el ceño fruncido, nunca pensó que su madre recurriera a este tipo de cosas— cuando lo tomé ella estará totalmente dispuesta estar con cualquiera y ese cualquiera eres tú.

 

—Yo no puedo hacer esto así…

 

—No que la ibas a tener como fuera, pues te la estoy poniendo en charola de plata— se asombrada y le asusta la forma tan fría con la que habla su madre — y no puedes fallar porque después de esto no va haber otra oportunidad, así que la pregunta es ¿lo haces o pierdes todo? — nuevamente mira el frasco y lo mueve de un lado a otro, si no lo hace Paola anulará el matrimonio porque nunca hubo intimidad entre ellos, y perderá parte del control de la empresa.

 

Pero si Paola llegará a casarse y su nuevo marido quisiera podría pelear por ese derecho, entonces él quedaría relegado en un simple empleado, niega con la cabeza nadie podía quitarle lo que le correspondía, y nadie le podría quitar la empresa que pronto estaría en sus manos, y si ese líquido tenía la solución lo usaría sin importar el despreció que pudiera sentir Paola por él.

 

—Lo voy hacer, hoy después de la graduación— su madre sonríe feliz por sus palabras, se acerca a él para darle un beso en la mejilla

 

—Sabía qué harías lo correcto, los Loredo siempre hacemos todo para conseguir nuestro objetivo — después de salir de casa de su madre va a la florería a comprar el mejor arreglo de flores y una pulsera llena de diamantes. Listo con los obsequios que espera sean suficientes para que ella se ablande, toma camino de regreso a casa— solo espero que la dejes embarazada…

 

*****

 

—Paola tengo una duda— Paola toma su brazo para salir con ella de la habitación, ya el auto las esperaba para salir a la universidad

 

—Dime querida— Ivette la mira nerviosa, no sabe cómo preguntarle qué si iba divorciarse, si se divorciaba ella tendría una oportunidad de vivir su amor con Armando, ya no tendría que esconderse de nadie y podría decir cuánto se amaban y Paola no se opondría porque ella ya era mayor de edad, además era notorio que no amaba a Armando como ella.

 

—Te vas a…

 

—Mi esposa se ve muy hermosa este gran día— las dos miran a Armando que llegaba con flores, Ivette le duele ver eso, supuestamente, él no sentía nada por ella, porque traía flores…

 

—Ya nos vamos— responde Paola con total indiferencia— Ivette que me ibas a preguntar…

 

—Nada, no es importante…

 

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