—Brindemos hijo por qué has conseguido ser el presidente de la empresa de los Alcaraz — dice una mujer mayor que lo espera en el comedor con una copa en mano.
—Te lo dije que lo lograría, Adolfo quiso librar a su familia de mí, pero el muy imb3cil me dio la forma de adueñarme de todo— choca la copa con su madre— sabes me decepciono saber que me saco de su testamento.—Cómo no si se enteró que le estabas robando— aun podía escuchar los gritos y la decepción en su rostro, parecía que al viejo si le había dolido su traición— por eso hiciste que los frenos de su auto fallaran y todos murieran, solo que las hijas sobrevivieron.—No te imaginas como me voy a divertir con las hermanas— se dejó caer en el sofá— con Paola seré el esposo atento, el conquistador, porque no podrá resistirse a mí. Y con la niña Ivette seré el marido incomprendido, el que sufre y necesita consuelo— su madre comienza a reír de solo pensar que tontas eran esas hermanitas Alcaraz había sido tan fácil manejarlas— y después cuando me aburra las voy a destruir, las hare enfrentarse por mí, y al final te aseguro que se suicidarán o morirán en un trágico accidente.—Recuerda que tienes que embarazar a Paola, teniendo un heredero será mejor, porque cuando muera tú te quedarías como el administrador de la herencia de mi nieto— gruñó, al recordar lo que ella había dicho, que no habría intimidad entre ellos, pero eso estaba por verse, si todo marchaba como lo tenía planeado, ella misma le pediría que la tomará, que la hiciera su mujer— con Ivette tienes que ser cuidadoso, es menor de edad y debes hacer que mantenga su amor en secreto, para evitar que las personas no lo quieran destruir, así que debes hacer que nunca hable con Paola de su relación, si ella se entera de tu amoríos con su pequeña hermana puede mandarte a la cárcel por corrupción de menores.—Si todo eso lo tengo claro, no tienes que repetirme las cosas, no soy un niño, soy todo un hombre— contesto verdaderamente molesto, no tenía que repetirle lo que ya sabía y tenían planeado desde hace años— la prueba está que yo mismo me deshice de Adolfo y de su esposa, me cayó como anillo al dedo esa salida a festejar a Paola, solo tuve que hacer que los frenos fallaran, y listo la familia moriría, aunque mis planes era que todos murieran, pero bueno se quedaron las huérfanas que ahora recibirían el castigo de ser unas Alcaraz— se terminó el líquido amarillo y miro a su madre que sonreía orgullosa de lo que su hijo había hecho— ahora tengo que pensar en que decirle a Ivette, cuando sepa de la boda, tal vez se aleje.—No, no puedes permitir eso— su madre se adelantó para verlo a los ojos— no puedes dejar que tus amoríos con esa coja se vallan a la basura— antes del accidente se había acercado a ella y poco a poco la fue enamorado, Ivette y ahora que sabía que quedaría incapacitada por el accidente estaba más vulnerable.—Si lo sé no te preocupes yo sé manejarla— saco su teléfono para mostrarle los mensajes— mira cómo está comiendo de mano, todos estos son los mensajes que hemos estado intercambiando, si ves cuánto la quiero— su madre sonrió feliz, eso era lo que quería, verla feliz,— ya hasta le robe unos cuantos besos, me ha resultado tan fácil engatusarla por su depresión que está pasando— de pronto comenzó a sonar su teléfono, miro la pantalla el nombre de Ripoll— es un gusto recibir su llamada señor Ripoll,—¿Cuándo me darás mi dinero? — escuchó su demanda, no podía creer que quisiera más, si tenía mucho dinero.—Tan pronto esté casado con Paola— había hecho una magnífica actuación al levantarse e intentar irse de la empresa si Paola se quedaba al frente—Bueno esperaré, fue un gusto hacer negocios contigo hombre.—El gusto fue mío— mira a su madre que se sirve más en su copa— ya escuchaste quiere su dinero…—Ya sabes que tienes que hacer, ese hombre es un peligro y puede arruinar nuestro plan si llega abrir la boca— el afirma con la cabeza.—No te preocupes después que me casé con Paola me deseare de él— los dos sueltan una carcajada llena de malicia.Por la tarde fueron a donde estaba el abogado y firmaron el contrato matrimonial. Armando hizo todo lo necesario para que al día siguiente se hiciera el casamiento. Fue al hospital a ver a Ivette y darle su versión, la manipulo para que no dijera nada a su hermana del gran amor que se tenía, ella le suplico que no se casará con su hermana, sino con ella, pero le deja en claro que no puede porque ella es menor de edad, y Paola nunca comprendería su amor, al final Ivette termina aceptando porque no quiere, ni puede perder al único hombre que la quiere a pesar que quedara coja por siempre.Al día siguiente en la mansión de la familia Alcaraz todo se está preparando para la unión en matrimonio de Paola y Armando, aunque no es como ella lo hubiera imaginado. Todo será con mucha discreción, y sería una ceremonia íntima, donde solamente estarán las personas más cercanas a ellos.Ivette había sido dada de alta, solo para que estuviera con su hermana en esa fecha tan importante, Paola le dijo porque lo hacía, que el matrimonio no duraría más que cinco años, ella acepto, si era la única manera de mantener a la empresa que su padre había construido con mucho esfuerzo.—Mi niña ya está todo listo— entra Celia su nana, con una enorme sonrisa— don Armando ya está esperando abajo— Paola medio sonríe, aunque había dado su palabra, aún tenía un sentimiento que no debía seguir con esa locura de matrimonio.—¿Entonces ya es hora? — pregunta con pesar mirándose en el espejo de su tocador.—Si, pero porque lo dices en ese tono, pareciera que fuera tu funeral— casi así se sentía, esa boda era más por obligación que por gusto.—No me hagas caso, diles a todos que ya bajo— se levanta de la silla que estaba al frente de su tocador, aun le faltaba cambiarse.—Está bien, pero no tardes.Al estar sola se cambia de ropa, toma el vestido que vio como adecuado para la ceremonia, pues no había tenido tiempo de ir a comprar uno, ni ganas de hacerlo, ya que esa boda solo era para salvar a la empresa de su padre.Se ve por última vez en el espejo, ya era hora, sale de su habitación con el ramo de flores que Celia había mandado hacer con el jardinero. Todos miraban expectantes para ver la figura blanca de Paola, pero se sorprendieron cuando apareció con un vestido negro, todos abrieron los ojos, ve la pequeña mesa que se dispuso para que el juez pusiera sus documentos con un mantel blanco, baja el último escalón.—¿Por qué de negro Pao? — se acerca su hermana con la silla de ruedas para preguntar en un susurro, al verla a los ojos ve lágrimas, tal vez también ella estaba extrañando a sus papás, y por eso sus ojos tristes se dice Paola.—Porque aún estamos de luto— toma la silla y camina con ella hasta llegar donde la espera Armando que no puede creer que no usará otro color. Mira a Armando que se acerca a ella con una sonrisa, algo falsa, al tenerla cerca tomo su mano y se acercó fingiendo darle un beso en la mejilla para hacer la misma pregunta que Ivette—Me quieres decir porque de negro— ella le sonríe.—Te diré lo mismo que a Ivette, aún estoy de luto— Armando cerro los ojos, nunca pensó que Paola le hiciera esa semejante cosa, no vestirse de blanco el día de su boda, como tomaría una foto de este día, sería extraño que la novia no fuera de blanco. Hubiera sido mejor otro color, pero ella tenía que escoger el negro…— aun así, te ves hermosa— dijo disimulando su molestia.—Muchas gracias— le contesto y dejo que el pusiera su brazo sobre el de él y dio los últimos pasos que le faltaban para estar frente al juez, que sonreía más forzado que otra cosa, nunca en sus treinta años de juez, le había tocado ver a una novia de negro.—¿Esperamos a alguien más? — les pregunta mirándolos a los ojos.—No ya estamos todos, puede comenzar— dice Armando con una sonrisa.—Estamos reunidos para celebrar la unión en matrimonio de la señorita Paola y el señor Loredo, primero en el matrimonio siempre debe haber amor, compresión, y siempre hablar antes de comenzar una pelea…— Armando nunca soltó la mano de Paola, de vez en cuando le daba una sutil caricia con el pulgar sobre el dorso de su mano, y llegó el momento que menos quería, las preguntas del señor juez, el hombre miro directamente a Armando— señor Loredo acepta a la señorita Alcaraz como su esposa—Si acepto— dijo sin ningún titubeo, Paola mira atrás, y se encuentra con la mirada de Ivette, que tiene una expresión cómo si quisiera que dijera que no, regresa el rostro pensando en esos ojos suplicantes y se encuentra con la mirada de Armando que le está sonriendo—Señorita Alcaraz acepta al señor Loredo como su esposo— se muerde el labio, sabía que tenía que decir que sí, pero esa simple palabra no quería salir de sus labios, no podía pronunciarla. Miro de nuevo a su hermana que la miraba con dolor, todo le estaba pareciendo extraño— señorita— el juez la llama de nuevo y ella regresa su vista a él.—Si acepto.—Por el poder que me otorga el estado los declaró marido y mujer— se comienza a escuchar los aplausos de Celia e Ivette, Paola mira como Armando firma el acta, lo hace tan feliz, que le hace sentir mal, porque ella no está así, por primera vez en años se siente atada a un hombre que no quiere, que nunca podrá corresponder, le entregan la pluma y ella plasma su firma en el acta, le regresa la pluma— en una semana podrán pasar por su acta al registro civil— Armando estrecha su mano con la del señor juez y le da las gracias, toma la mano de Paola y de su bolsa del pantalón saca dos anillos de matrimonio.—Aunque no hay boda por la iglesia, quiero que tengamos anillos— poco a poco va metiendo el anillo en el dedo de ella recitando las palabras de promesa que se dicen en la iglesia— ahora tu— le entrega otro anillo y Paola que se siente ridícula por esto, a lo que solo introduce el anillo sin decir ninguna palabra— te prometo que sacaremos la empresa adelante juntos— toma su rostro entre sus manos y la acerca para darle el primer beso como esposos, Paola al sentir esos labios se desconcierta, desde el primer minuto de casados ya no estaba cumpliendo con lo acordado en el contrato.—¿Qué te pasa? — lo empujo y le planto una fuerte bofetada.—Lo siento fue un impulso…— abrió los ojos, nunca pensó que pudiera reaccionar así.—Es hora del brindis— todos miraron a Celia que entraba con una charola dónde en ella llevaba cinco copas de champagne. Pero Paola dio media vuelta y salió del salón, ya había cumplido, no podían esperar algo más de ella.Armando estaba muy molestó con la actitud que había tomado Paola, fue al estudió a tomar una copa, necesitaba tranquilizarse y pensar como haría para que Paola viniera a él, rogando que lo quisiera, y el no duraría en humillarla como ella lo había hecho cuando le dio aquella cachetada. —Ha comenzado mi venganza padre, voy a recuperar lo que Adolfo Alcaraz te arrebato— dice mirando la fotografía del padre de Paola de joven sonriendo— pronto las hermanas vivirán lo que yo sufrí…Salió para tomar el lugar que ahora creía era suyo.—Celia que lleven mis cosas a la habitación de mi esposa— la mujer afirmo con la cabeza y llamo a dos muchachas de servicio para la ayudaran a subir las maletas. Paola se encontraba más tranquila en su cuarto, cuando escuchó que tocaba la puerta de su habitación. —Adelante— mira a Celia que entraba con dos muchachas de servicio — ¿Qué haces esas cosas aquí? — pregunta con desconcierto al ver como entraban con dos maletas a su habitación. —Son las maletas de
Han pasado cinco años de aquella noche en que Paola estuvo con ese joven, al día siguiente intento recordar su nombre, pero era como si su cerebro hubiera borrado ese detalle, lo necesitaba para preguntar en el bar si alguien lo conocía y la manera de poder contactarlo, sin embargo y por desgracia al igual que ella, él también había sido la primera vez que se veía en ese lugar. Durante muchos meses ella regreso varias veces a ese bar para ver si tenía la suerte de encontrarse de nuevo con él, pero no pasaba, nunca paso.—Te vez hermosa— mira detrás de ella a su hermana que estaba en la puerta de su habitación— al fin es el día de tu graduación— Paola toma su toga negra, si este día era el comienzo de su nueva vida.—Si al fin tendré mi título— dice con una gran sonrisa— y la próxima semana tomaré las riendas de la empresa— mira a su hermana que estaba igual o más feliz que ella por este día, al fin podría librarse de Armando, los años habían comprobado el grave error que había cometid
El camino a la universidad es en total silencio, Paola solamente lleva consigo solamente una carpeta donde llevaba el discurso que daría y la pluma que le había dado Celia, con ella podía sentir cerca a sus papás. —Amiga al fin terminamos la carrera— solo al entrar al estacionamiento su mejor amiga en toda la carrera llega corriendo a abrazarla con efusividad, no sería la última vez que se verían porque Paola tenía pensado contratarla en la empresa manejando unas cuantas.—Si Eli, al fin seremos licenciadas— no puede con la alegría y la emoción— señora Raquel cómo está— mira detrás a la madre de Eli, una mujer que siempre la acogió en su casa—Muy bien Paola, y muchas felicidades hija— también la abraza con afecto.—Muchas gracias Raquel— mira al hombre rubio que llega junto a su amiga Eli, es un hombre muy guapo de ojos color miel, en sus labios siempre mantiene una sonrisa— hola Oliver— el abraza a Eli del hombro.—Hola Paola, muchas felicidades— se acerca y sin importarle la mirad
Paola se levanta cubriéndose su cuerpo con la sábana, aún no puede creer que esto le estuviera pasando, como flashes le llegan recuerdos de la noche anterior, de ver Armando como se acerca a besarla, a desvestirla y el cómo también se desvestía, ¿porque no lucho?, Se preguntaba y de nuevo esos flashes, porque ella pensó que estaba de nuevo con ese chico del bar, había sentido que la besaba él, aunque había sentido algo diferente está vez no le tomo importancia porque era solamente un sueño, o eso había pensado.Por desgracia no había sido un sueño, Armando se había aprovechado de eso, levantó la vista para verlo a los ojos con rencor—¿Porque me hiciste esto? — traga el nudo en la garganta reteniendo las lágrimas pues no está dispuesta demostrar debilidad y el dolor que ahora está sintiendo.—Yo solo hice lo que tú me pediste— le dice con una sonrisa ladina— no recuerdas que tú misma me invitaste a tu cama, que me dijiste que querías estar conmigo.—No, no yo no pude hacer eso, es men
Al estar sola entró al cuarto de baño, deja caer la sabana para entra en el chorro de agua, que la purifique y borre cada rastro de los toques de Armando. La esponja la llena con jabón y talla todo su cuerpo con fuerza, pero no puede sentirse limpia, hay algo, como una tela que la cubre, que mantiene esa sensación de suciedad por su cuerpo. Las lágrimas no dejan de salir por cada vez que cierra los ojos le llegan más recuerdos, se restriega la esponja con fuerza sobre su muslo, dejándolo completamente rojo.—No sabes cuanto deseaba esto— un asqueroso recuerdo inundo su cabeza, sus lágrimas salen con más rabia — eres tan suave y deliciosa como siempre lo pensé— un grito de odio sale de su garganta, no podía creer que Armando hubiera llegado a esa bajeza, con solo tenerla.Nunca pensó que Armando fuera capaz de hacer algo así, antes de casarse lo veía como un hermano, lo apreciaba, aún recordaba las palabras que la hiciera aceptar, que lo estaba haciendo por su padre para no perdieran l
Las luces de la fachada del bar le dan la bienvenida de nuevo como aquella noche, traspasa la puerta con la esperanza viva de volver a ver a su princesa, la que lo embrujó con su encanto y fragilidad, pero no podía confiarse en sus ojos tristes vio la fuerza que tenía por dentro. Llega a la misma butaca junto a la barra, mira a cada una de las personas que están ahí, aguardando que en cualquier momento ella pudiera aparecer como aquella noche. Los segundos se convierten en minutos, después en horas y para su desgracia nunca apareció su princesa, la que no había podido olvidar durante esos cinco años, todos a los que les llegó a contar su historia le dijeron que estaba loco, una persona no podía enamorarse de otra con solo verla una noche, pero lo peor era que le guardaba fidelidad sin saber si ella estaba comprometida con alguien. Pero era posible, y él era el claro ejemplo, su cuerpo no reaccionaba con nadie más, y solo recordar esa noche despertaba ese deseo de amar, de protegerla
Después de pasar todo el día fuera de la casa, llegó cansada, no quiso cenar junto a su hermana porque ahí estaba Armando, no quería ni verlo en pintura, creería sacarlo de su casa como fuera, después de hablar y estar con su mejor amiga fue con el abogado para ser valido el contrato matrimonial que habían firmado Armando y ella.No podía creer en la persona en la que se había convertido, aquel hombre bueno, comprensivo y amable desapareció tiempo después del matrimonio, fue como si hubiera tenido una careta todo el tiempo, nunca se imaginó que fuera capaz de hacerle algo así, de drogarla y abusar de ella, no porque antes de la boda siempre lo considero como a un hermano, de hecho, muchas veces escuchó a su padre decir que lo quería como a un hijo. Qué pensaría de él ahora, al saber de lo que fue capaz de hacer, seguramente hubiera estado decepcionado de él. Al salir del baño se sorprendió al ver a Armando acostado en su cama, con una expresión de satisfacción, como si lo que hubiera
Cristopher no podía creer la suerte que tenía, al comenzar con su búsqueda de trabajo no pensó que tan rápido tuviera una oportunidad, su hermana le había insistido a que fuera con ella a la empresa de su amiga, pues ellos necesitaban un CEO y efectivamente, en la bolsa de trabajo aparecía que buscaban a una persona como él, pues cumplía con el perfil que era necesario. —En cuanto lleguemos te presentó a Paola y el trabajo es todo tuyo— le comento su hermana cuando iban llegando a la empresa, pero el negó de inmediato, no quería conseguir el trabajo por ser el hermano de la mejor amiga de la dueña. —Hermanita no sabes si Paola va hacer la entrevista, además no quiero conseguir el trabajo por palancas, quiero conseguirlo porque yo soy capaz de ese puesto— Eli sonrió aceptando las palabras de su hermano— ¿tú en que vas a trabajar?—Paola me ofreció ser la asesora financiera de unas cuentas ahí voy a comenzar— fue envuelta por unos brazos, que la abrazaban por la cintura.—Y será la me