Tal y como dijo, sigue siendo el Don siciliano y tiene hombres armados y listo para disparar, sus guardias de confianza que saben su secreto y que aun así lo apoyan porque los ha ayudado dándole trabajo, cuidando de sus familias y hoy están dispuesto a dar sus vidas por la de él.
Estos hombres están equipados armas francotiradoras para evitar que los cazadores dispare hacia los cambias formas cuando estén transformados, ya que las balas pueden ser letales para estos.
—Estaremos listo y tenemos la sorpresa de emboscada, —anuncia Leonardo subido en un peñasco—. No dejaremos prisioneros… si atacan es porque vienen por nuestros hijos, mujeres y ancianos, no podemos dejar que avancen hacia el centro y por esa razón la lucha será en el bosque donde podremos estar más que protegidos, ya que conocemos el área.
—Entendido alfa… le recomendamos que se mantenga atrás y evitar su perdida, ya que sin usted la estabilidad de los tratados pueden quebrarse.
—¿Y mis h
¡Hola! Me complace anunciarle que han llegado al capítulo final, espero hayan disfrutado de cada uno de estas emocionantes escenas escritas. Respondiendo sus dudas, no existirá un tercer libro destinado a Kara y Leonardo, pero tendremos libros de Enzo, Donato y Kiara. Se que todos estamos interesados en saber que sucederá con ellos y como se desenvuelven, tal vez incluya algo de Dantes, pero no es muy seguro. Pronto estaré publicado el epilogo final de esta novela para darla por concluida al cien por ciento.
—¿No crees que ese traje de baño es muy revelador? —cuestiona observando a la loba con una de sus cejas curveadas, Kara lleva un bañador de una sola pieza, con un escote no tan pronunciado en la parte delantera mientras que este se sujeta en su cuello con una pequeña tira, es sexy pero no cae a lo vulgar. —Es el mejor que encontré, —se mira al espejo admirando lo bien que le queda, le gusta mucho y desde que lo miro en aquel estante no dudo tres segundo para comprarlo a escondida de su esposo. —Aun así no me gusta—reprocha cruzando sus brazos sobre su bronceado torso. Kara pone los ojos en blanco para acercarse a este y hacerlo descruzar los brazos para que los coloque en su cintura, envuelve los suyos en su cuello y planta un beso en su torso sobre su corazón. —Pero a mí me gusta ¿no me veo linda? —hace un puchero, no importa la edad que tenga siempre sigue siendo una chica jovial, caprichosa y busca todas las maneras posible para que su esposo la mi
—Enzo, no puedes estar peleándote con todos los niños del colegio, —suelta el Don mirando serio a su cachorro de once años.—Se lo merecían, —murmura mirando hacia la puerta donde detrás de esta se encuentran sus hermanos escuchando la conversación, Leonardo sabe que sus cachorros están allí. Puede olerlos y escuchar sus corazones latir, gruñe para ponerse de pie y agrande zancada ir hasta esta y abrirla dejando al descubierto a los intrusos.—Entren, ahora, —ordena y estos con sus cabezas agachada ingresan a la oficina, Donato sujeta la mano de su pequeño hermano Dantes y todos se quedan quietos para escuchar lo que dirá su padre—¿Quiero que me cuenten que paso? —No es la primera vez que los revoltosos gemelos terminan en peleas con otros niños.—Un niño de curso superior estaba molestando a otro más pequeño, no me gusta que maltraten a las personas por tener alguna discapacidad, —Leonardo arquea sus cejas mientras mirada a Enzo que tiene su ceño fruncido disgusta
Leonardo observa su cachorra dormir después de haberla tomado varias veces, suspira y acaricia los costados del cuerpo desnudo de Kara. La loba se remueve y se pega al calor que emana desde el Don que deja salir un bajo gruñido.Deposita un beso en su frente para abrazarla fuerte, escucha como pasos rápidos se acercan hacia la habitación y el olor de sus cachorros también llega a su nariz, sonríe y se levanta para ir hasta su cajón de donde toma un bóxer, se acerca a la puerta y quita el seguro para volver a la cama donde sube y toma las colchas para cubrir a la mujer que duerme a su lado.Los cachorros atraviesan la puerta y rápido suben a la cama, el ruido inunda la habitación mientras abrazan a su padre y lo llenan de besos, Leonardo se ríe al sentirlo tan animados.—Buenos días cachorros, —murmura—Su mamá está dormida, no hagan ruido…
Después de un agradable día en casa de Fer, el alfa y familia partieron a la manada, Kara tuvo que irse a ayudar a los niños con sus tareas y Leonardo a hacer una vigilancia de rutina junto a su beta Eliecer. Cuando regresa todos están dormidos, pasa por la habitación de sus cachorros y deja un beso en la frente de cada uno de ellos para luego irse hasta su aposento.El Don observa a su cachorrita dormida, suspira para ir hasta el baño donde se ducha y luego sale para entrar desnudo a la cama, pasa su brazo por la cintura de Kara y la pega a su cuerpo, respira su dulce olor y deja un beso en su cuello.—Te amo cachorrita, —ronronea cubriendo con su olor de alfa a su hembra y quedar dormido minutos después.(…)Kara es la primera en despertar sintiendo el calor que emana desde su macho alfa, suspira para girar en los brazos de este hasta quedar cara a cara, eleva su mano hasta su rostro pa
La loba no pudo pegar un ojo en toda la noche, preocupada porque tal vez volvería a ver a su hermano y no sabe cómo tomaría este su unión con el Don, no le importa que este no la acepte, pero tampoco quiere que rechace o se sienta decepcionado.—Cachorrita, —el Don la mira y pasa su mano por su rostro trayéndola a la realidad. —No debes preocuparte, alégrate de que tu hermano viene, —sentencia para que ella se sienta mejor.—Estoy feliz de que Adriano venga, pero y ¿si no acepta que este contigo? —El don frunce su ceño.—Que se joda, eres mía, —gruñe abrazándola, Kara ríe para suspirar olfateando el olor fuerte que emana del Don y sabe que este deja muy marcado su territorio.—No debes estar celoso, —este arquea sus cejas.—No estoy celoso ¿debería estarlo? —Cuestiona y Kara niega
Después de dos días el hermano de Kara regreso a su manada dejándola feliz pero al mismo tiempo nostálgica por su partida, Leonardo notando esto en su hembra tomo la iniciativa de ir junto a sus hijos a la cabaña donde pasaron su luna de miel y a la cual van en tiempo de apareamiento.—Con cuidado, —sentencia el alfa al ver a los pequeños revoltosos correr por la orilla de la alberca mientras toma el sol junto a la loba—¿Estas mejor? —Cuestiona alcanzando su mano en la cual deposita una caricia.—Gracias, eres el mejor, —masculla sacándole una sonrisa al hombre.—No me gusta olerte cuando estas triste —es lo que dice—Kiara no vayas al fondo, —gruñe al ver a esta intentar pasar al lado profundo de la piscina.—Yo me encargo, —comenta Enzo dejando de lado su libro para ir con su hermana.—Quiero nadar como Dante
Durante el desayuno Valentino se siente cohibido por la mirada curiosa de los demás, Leo se mantiene con expresión relajada ya que nota que el joven no representa ningún peligro a su familia pero igual necesita saber porque esos lobos lo atacaron. El chico de piel morena igualmente vigila a Kiara que se mantiene ignorante de la situación.—¿De dónde eres Valentino? —Cuestiona Kara curiosa esbozando una sonrisa hacia el joven.—Era de la manada del norte.—La manada del alfa Sam, —comenta Leo con curiosidad observando la tristeza pasar por sus ojos.—Sam era mi padre, pero pereció cuando un alfa de una manada sanguinaria lo ataco, mataron a todos los de mi familia, —masculla mientras sus ojos se cristalizan—Logre escapar gracias al beta, —haga su cabeza sintiéndose avergonzado por huir como un cobarde.—Lamento mucho tú perdida,
El insistente sonido de un teléfono sonar provoca que el Don deje salir un gruñido molesto, Kara se queja al sentirlo moverse en la cama.—¿Quién mierda llama a esta hora? —Se queja mirando el identificador de llamada el nombre de Tamara, frunce su ceño. —Tamara… —Se queda callado al escuchar el escándalo del otro lado y los sollozos de esta. —¿Qué está pasando?—Es Fernando —eso lo despierta y su corazón se salta un latido. —Algo lo ataco en la mansión, está muy mal, —sollozos salen de sus labios.—¿Qué tan mal esta?—Está muriendo, —su corazón se comprime y sale rápido de la cama.—¿Dónde están? —Indaga al escuchar ruido de autos del otro lado del teléfono.—Camino al hospital,<