*—Diego:
Estaba encantado con aquella chica y ver cómo esta lo miraba sorprendida y con algo de miedo, pero también con anticipación, como si estuviera esperando algo de él, hacía que Diego Woodbury se sintiera más encantado todavía.
Aquella chica de ojos mieles lo miró más sorprendida cuando Diego acunó su mejilla entre mano, sintiendo la suavidad de esta. La misma se relajó cuando su dedo pulgar comenzó a acariciar la suave área de su mejilla y sus grandes ojos mieles se enfocaron en los suyos.
Había algo que a Diego le encantaba y tenía que decir que le encantaban los ojos de su chica, eran muy claros y podría perderse fácilmente en ellos. Lentamente, se inclinó hacia ella, apoyando su frente sobre la de aquella chica que tanto le gustaba mientras miraba sus generosos labios. Quería besarla, quería besar sus generosos y rosáceos labios.
No, más bien, quería hacer muchas cosas, pero esto era lo único que la chica que le gustaba, le dejaría hacer. Sin embargo, sabía que esta no le dejaría. Su chica se puso de pie y caminó de regreso a la casa vacacional donde se estaban quedando ese fin de semana, como si estuviera huyendo de él.
Sí, estaba huyendo de él, pero Diego no iba a dejar que se escapara, así que rápidamente la siguió y, antes de que entrara a la casa, la tomó entre sus brazos, encerrándola entre su fuerte y amplio cuerpo y la puerta de cristal a su espalda.
Estaba seguro de que se veía como si fuera un devorador y esta chica fuera su presa, pero no iba a desistir hasta saborear sus generosos labios.
—Sienna… —susurró el nombre de su chica, inclinando hacia abajo su cabeza y empapándose con el olor a flores que emanaba de ella.
Sienna parecía como si estuviera esperando el momento, pero Diego no quería arruinarlo. Sin embargo, no podía aguantarse más, tenía que besarla.
Sin más preámbulos, bajó la cabeza y movió sus labios hacia los de ella. Cuando se tocaron, se percató de que los de Sienna eran suaves y los besó con ligereza, disfrutando de la suavidad y generosidad de estos. El labio inferior de Sienna era muy grueso y las ganas de tomarlo entre sus dientes para tirar de ellos estaban creciendo.
Sintió como las manos de Sienna se colocaron en su pecho y agarraron su camiseta con fuerza. Esto fue suficiente para que Diego desatara su deseo en ella. Cuando empujó su lengua contra estos, la chica los abrió y ni bien la adentró en su boca, lo buscó. Diego no pudo evitar gemir y la apretó contra la puerta mientras pasaba los brazos por su cintura, abrazándola con fuerza. Le fascinaba cómo se sentía el cuerpo de Sienna contra el suyo, era tan curvilíneo y suave.
Besarla ya no le estaba siendo suficiente, quería tocarla en otros lugares.
Sin embargo, aunque al principio tocarla fue gratificante y esta pareció disfrutarlo, sabía qué se había pasado de la línea cuando tiró de su blusa de tirante hacia abajo, revelando sus turgentes pechos. Sienna reaccionó ante esto, alejándolo de su cuerpo y mirándolo con una expresión furiosa por haber cruzado una línea que, aunque pareció que Sienna le había dado el permiso, nunca fue así.
La discusión vino después de ello y fue por varias cosas, como por el atrevimiento de Diego al besarla, tocarla y medio desnudarla sin su permiso, pues, aunque esta había correspondido sus besos, no estuvo del todo bien. Además de ello, los celos que sentía por su hermano Thiago, quien parece interesado en Sienna, lo eclipsaron y dijo cosas tan feas que cuando Sienna lo abofeteó, se dijo a sí mismo que se lo tenía merecido.
¿Cómo podía ser tan cruel con la chica que le gustaba? Ya no era un niño, era un hombre y las cosas que dijo no estuvieron bien, aunque sabía que se había dejado llevar por sus celos y por su enfado, debió de haberse agarrado la lengua. No obstante, lo había arruinado.
Sienna le había dicho que no quería que Diego se volviera a acercar a ella y lo había expresado con un tono tan hostil, que le había dolido muchísimo más que la bofetada que aún ardía en su cara. No obstante, aunque nunca en su vida había pasado por algo así, ahora entendía que no iba a ser fácil.
La historia de amor de Josh y Rosé no fue fácil y veía que la de Leo con Esmeralda tampoco lo era, así que era obvio que la suya no sería un camino de rosas.
Sin embargo, estaba decidido.
Una chica que le plantara cara como Sienna era lo que quería y esto solo avivó la llama en su pecho.
Sea como sea, Diego iba a conquistar a Sienna e iba a tener no tan solo un breve amor de verano, planeaba que fuera un amor que pasara por cada estación del año y que volviera a repetirse una y otra vez.
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Esta es la tercera historia de una mini serie:
1. Luchando Por Tu Amor (No esta en Buenovela)
2. Eternamente Juntos
3. El Arte de Amarte
4. Ecos de un Amor Perdido
*—Diego:Cada final de semestre era el mismo sermón de siempre.Diego Woodbury no pudo evitar soltar un suspiro mientras escuchaba a su padre llamarle la atención por enésima vez por haberle ido fatal en este último semestre, que, viéndolo desde el punto de vista de una persona normal, no fue tan malo, pero para su padre, irle fatal era no tener todas las clases aprobadas con una A+, pero para Diego, quien había dado su mejor esfuerzo, le había ido excelente.Otro suspiro salió de él cuando escuchó a su padre, Allen Woodbury hablar sobre sus responsabilidades y de lo mal que las estaba siguiendo, como si esa mierda fuera la única cosa importante.¿Por qué no le preguntaba sobre lo que le gustaría hacer? ¿Cuáles eran sus hobbies? ¿Qué deseaba en la vida?Estaba cansado y era lo mismo siempre. Era el menor de tres hermanos y porque sus hermanos mayores decidieron hacer lo que deseaban con su vida, Diego tuvo que asumir las responsabilidades de ser el heredero del imperio de su padre, po
*—Diego:Quería divertirse a lo grande este verano, encontrar un amor en dicha estación y luego de disfrutar de este, volver a su aburrida vida, pero no, tenía que leer un libro de macroeconomía que a su padre le interesaba que lo leyera para que aprendiera sobre la misma. Debería estar viviendo su vida, pero allí estaba pasando el verano, leyendo como si fuera un maldito mocoso que no había hecho sus malditos deberes.Diego suspiró cansado y le echó una mirada a su teléfono, ninguno de sus amigos le había escrito. Diego volvió a soltar un suspiro y dejó el libro a un lado.Sus amigos parecían ocupados. Sabía que Josh y Rosé estaban teniendo el momento de su vida con sus citas, disfrutando de lo hermoso que era el amor, mientras que Leo estaba comprometido con Noelle a lo grande, tan grande que hasta había salido en el periódico local. No había visto a Leo desde hace semanas e incluso Nick estaba por su lado.Ya no era lo mismo que hace unos meses, el compromiso de Leo lo había cambia
*—Diego:Los ánimos de todos estaban muy por debajo, pero el viaje continuaba.Habían decidido hacer el viaje al final, pero solo iban a ir Josh, Rosé y él, ya que Rosé no había querido decirle a Leo. Más bien, se había negado a hacer el viaje con este y su nueva compañera, ni Nick estaba invitado, así que la velada sería muy tranquila. Aún Rosé no le había dicho a Esmeralda, pues desde el anuncio del compromiso de Leo, la pobre chica no había querido darle la cara a su amiga por vergüenza. Sin embargo, le había escrito que lo haría hoy y que le haría saber del viaje.Ya que los ánimos estaban casi nulos, Diego esperaba que Esmeralda se animara a ir, la misma necesitaba un respiro y el mismo Diego planeaba animar a sus amigos. Alguien tenía que ser el alma de la fiesta.Estaba revisando sus ropas para ver qué podía llevar y qué le hacía falta para el viaje cuando escuchó golpes en la puerta de su recámara. Diego giró la cabeza hacia esta en el momento en que se abría. Estaba esperando
*—Diego:Era fin de semana y ya por fin era el día del viaje.A pesar de que Thiago se iba a unir al viaje y aún no habían resuelto sus diferencias por haberse comido las galletas de Sienna, Diego iba a ceder y perdonarlo por ello. No era del todo su culpa y quizás debió explicarle el porqué de su enfado. Además de ello, debía de mantenerse con un buen humor para tratar con Sienna, no quería que ella pensara que era grosero.Decidieron reunirse en casa de Josh, ya que era obvio que no podían hacerlo en casa de Rosé, pues no iban a condenar a Esmeralda a tener que ver a Leo. El plan era que tanto Rosé como Esmeralda y Sienna se fueran con Josh, mientras que Diego y Thiago abordaran el mismo vehículo llevando el equipaje de todos, pero claro, Rosé tenía otros planes.Los planes de Rosé eran que ella esté con su amado, mientras que Esmeralda se vaya en el vehículo de Thiago, con el fin de que estos comenzaran a coquetear y sabía que su hermano lo haría, pues este había mirado a Esmeralda
*—Diego: Al detenerse a un lado de la carretera y mirar a Sienna enfadado, vio que esta lo miraba asustada. ¿Por qué no lo pensó antes de atacarlo por el lado que más a Diego le dolía? Mientras que Diego la alentó a que diera lo mejor de sí y se sintió mal porque no estuviera cumpliendo sus sueños, Sienna lo atacaba solo por ser rico.Quizás no era un buen ligue como había creído y solo era una chica más del montón.—¿Crees que porque soy rico puedo hacer lo que quiero? —le preguntó Diego mirándola a los ojos, pero Sienna no contestó, solo tragó saliva viéndose muy asustada—. ¿Acaso no viste lo que pasó con Rosé y Jack? ¿Cómo Jack le hizo la vida imposible? ¿Piensas que fue fácil para Rosé librarse de ese estúpido compromiso? —le espetó, quizás sonando muy duro, pero era increíble lo que la gente pensaba de ellos sin saber ni una mierda. Sienna no comentó sobre esto tampoco y debió de haberse callado, pero quería aclararle que, aunque fueran chicos provenientes de familias ricas, eso
*—Diego:Le gustaba Sienna.No tenía que pensarlo más, ya era un hecho.La mirada de Diego se enfocó en la chica que le bailaba sobre el regazo.Thiago y él habían decidido venir a un club nocturno en Green Coast, solamente ellos porque los demás tenían planes.Era obvio que, en algún momento de la noche, Josh y Rosé se perderían para hacer quién sabe qué. Otra cosa era que Leo se había desaparecido después de la velada y Diego sospechaba que Esmeralda por igual. Noelle parecía que aprovecharía la desaparición de su prometido para hincarle el diente a Nick, quien estaba más perdido que nunca, pues lo habían dejado vaciando el minibar de los padres de Leo. Aunque Diego lo invitó para que se desquitara con una chica, el chico no quiso y se quedó allí.En cuanto a Sienna, no había visto la misma desde que se fue con Esmeralda y era posible que estuviera durmiendo, Sienna se veía como una chica que dormía mucho. Se preguntó si dormía con un pijama o desnuda, había algunas chicas que dormí
*—Diego:Sin más preámbulos, bajó la cabeza y movió sus labios hacia los de ella. Cuando se tocaron, se percató de que los de Sienna eran suaves y los besó con ligereza, disfrutando de la suavidad y generosidad de estos. El labio inferior de Sienna era muy grueso y las ganas de tomarlo entre sus dientes para tirar de ellos estaban creciendo.Sintió como las manos de Sienna se colocaron en su pecho y agarraron su camiseta con fuerza. Esto fue suficiente para que Diego desatara su deseo en ella. Cuando empujó su lengua contra estos, la chica los abrió y ni bien la adentró en su boca, lo buscó. Diego no pudo evitar gemir y la apretó contra la puerta mientras pasaba los brazos por su cintura, abrazándola con fuerza. Le fascinaba cómo se sentía el cuerpo de Sienna contra el suyo, era tan curvilíneo y suave.Besarla ya no le estaba siendo suficiente, quería tocarla en otros lugares.Diego alzó una mano y la colocó sobre uno de sus generosos pechos, escuchando cómo Sienna jadeaba cuando lo a
*—Diego:De todos los viajes que Diego había hecho en su vida, aquel a Green Coast había sido el viaje más estresante de esta.Había pasado una semana de este y todavía las secuelas del mismo aún estaban latentes. El domingo por la mañana fue como si fuera un campo de batalla, los ánimos estaban por los suelos y no hubo conversaciones más que las habituales de: ¿Quieres desayunar? ¿A qué hora se van? ¿Me puedo ir contigo? Después de ello, cada quien se fue por su lado y más temprano de lo normal.Diego podría afirmar que el viaje fue un desastre y que, en lugar de alcanzar el objetivo que había sido disfrutar y divertirse, fue todo lo contrario. Diego estaba más triste que antes, y las ganas de pasar el verano en grande, estaban nulas. La había cagado con Sienna y, por ello, se sentía horrible, pues era la primera vez que una chica le llamaba tanto la atención y que no podía ni tenerla.Sin embargo, Diego no iba a tirar la toalla. Era obvio que esa noche cada quien vivió una experienc