CAPÍTULO 3.
Regalo de media noche Eliana Me meto en la cocina. Para esta noche prepararé una rica comida. Un exquisito pavo al horno, arroz salteado a la marinera, como le gusta a mi Juan. Mis dotes culinarias son estupendos y disfruto mucho de consentir a mi familia con exquisitas comidas. Estoy segura de que será una velada increíble para mi esposo y para mí. Nos lo merecemos, ya que tenemos muchos meses sin compartir juntos y esto es debido a que Juan David vive trabajando todo el tiempo, hasta los fines de semana. Pero esta noche juro que no lo suelto, voy a consentirlo como nunca antes. Por suerte hoy es sábado así que podemos permanecer despiertos hasta muy tarde celebrando y divirtiéndonos todo lo que queramos, debido a que mañana podremos dormir hasta medio día si así lo queremos. Hace mucho que no hacemos el amor y eso ya me está pareciendo alarmante. Llamo a mi hermana Elsa para que se quede con mi retoño esta noche y así poder tener la casa sola para los dos y casi me tocó rogarle a ella para que lo hiciera, ya que trabaja prácticamente día y noche, pero sé que a pesar de que no está de acuerdo con mi relación con Juan es incapaz de negarse a una de mis peticiones. Como amo a mi pequeña hermana y sé que a mi hijo Eliot también le encanta pasar tiempo con ella, puesto que es la tía divertida y demás de consentidora en esta pequeña familia. Tengo mucho que agradecerle a Elsa, siempre me ha ayudado con mi pequeño Eliot a pesar de su condición, ella siempre le tiene paciencia. Este día me dedico a hacer mis quehaceres cotidianos como de costumbre, ya que luego de casarme con Juan, él siempre quiso que yo me dedicara a tiempo completo a cuidar de nuestra familia y hogar, se negó rotundamente a que yo saliera a trabajar asumiendo que sería él quien se ocuparía de suplir todos los gastos de la casa. Y claro que hay empleadas domésticas para dicho trabajo pero no hacen lo tan perfecto como lo hago yo. A mi Juan le encanta como mantengo nuestra casa a diario. El es un maniático del orden y la limpieza al igual que yo, es por eso que siempre seremos el uno para el otro. La pareja perfecta aunque muchos no estén de acuerdo. Es un hombre increíble, y si, me costó mucho hacerme a la idea de que debía quedarme en casa cuando desde mis quince años salí a trabajar a la calle para cubrir los gastos de mi hogar, y esto se debe a que mamá falleció muy joven y me dejó a cargo de mis dos hermanas, pero si de algo estoy segura es de que lo hice con todo el amor del mundo, pagar sus estudios y los míos fue duro, pero como siempre digo, querer es poder y aquí estamos, las tres con una carrera terminada, con maestría y doctorado, a pesar de que no ejerzo la mía, me siento orgullosa cada vez que veo mis diplomas y medallas que gané por haberme graduado con honores. Es increíble cuanta nostalgia me da limpiar los cuadros de mi casa y ver mis logros congelados en una pared. Pero estaré bien siempre que no piense tanto en eso. Sé que hice una buena elección. Juan siempre dice que la familia es lo primero y tiene toda la razón. Por eso me dedico a cuidar de ellos cada día, con el mismo entusiasmo con el que estaría ejerciendo mi carrera. Se hacen casi las siete de la noche y Elsa pasa buscando a Eliot a casa, me despido de ambos con un beso y un fuerte abrazo, y mi hermana me acorrala bombardeándome con preguntas y diciéndome que tenemos que hablar. Con suerte pude zafarme de ella aunque se que será solo por esta vez, sé que quiere que le hable de lo que sucedió con Ferrara, siempre me alentó a buscarlo y yo nunca le hice caso. Corro hasta el comedor, decoro la mesa y todo el espacio de manera elegante con flores, velas aromáticas y luces tenues. ¡Quedó hermosísimo! Le echo un vistazo a la comida que preparé y la dejo cocinando a fuego lento mientras subo a arreglarme, hoy tengo que brillar. Me meto en la tina de baño un rato con agua tibia, aceites de girasol, muchas espumas y mis sales marinas que tanto me gustan y me ayudan a relajarme. Me siento tensa, como muchas emociones inexplicables dentro de mi. Mi mente no deja de volver a aquel encuentro con Fabio, el jefe de mi esposo. Su mirada penetrante y su forma de hablar, tan segura pero insinuante. Ha dejado una huella imposible de borrar. Me siento perturbada, como si mi mundo interior se comenzara a tambalearse. El miedo de que Juan David descubra mis inquietantes pensamientos me atormenta, pero al mismo tiempo una parte de mí no puede evitar revivir cada detalle de ese encuentro: el roce de casual de sus dedos al colocarme el brazalete. Su sonrisa que parecía prometer secretos prohibidos. ¿Cómo pude permitir que esas emociones me afectaran tanto? Siento un nudo en el pecho, una lucha constante entre la razón y un deseo inexplicable que no debería existir. Luego de mi grandioso baño salgo envuelvo mi cuerpo en una toalla y voy directo al vestidor, Al revisar esas bolsas me doy cuenta de que Fabio se había encargado de comprar todo para mí, desde calzado, ropa interior, perfume y cremas corporales, cosa que fue demasiado vergonzosa para mí. Pensar en lo que pasó por su mente cuando estaba eligiendo el panti y el brasier es un poco sofocante. Sin importar qué, me coloco ese vestido rojo que mandé a confeccionar justo para esta ocasión, tiene un escote profundo hasta la espalda baja y una decoración de piedras brillantes en la parte de los senos, su tela rigida y a la vez tan suave al tacto moldea mi figura a la perfección. Me quedó perfecto, estiliza y resalta todos mis atributos que conservo a la perfección a pesar de mi edad. «"A mi también me encanta como se ve usted dentro de ese vestido"» Aquellas palabras que soltó ese hombre mientras me colocaba los zapatos, llegaron a mi mente al momento en que me veía en el espejo y esa mirada tan intensa de él, definitivamente no sale de mi cabeza y juro que quisiera arrancármela de mis pensamientos. ¿Qué carajos me pasa? De repente no puedo escuchar un elogio de un hombre cualquiera porque se me queda grabado en la mente. (Suspiro) ¿De verdad es un hombre cualquiera? Pensé con una inexplicable sonrisa en mis labios. Admito que se siente increíble escuchar que tan bien me veo. Ya que Juan David escasas veces me hace ese tipo de comentarios. ¿Pero por qué tuvo que decirlo precisamente él? —llevo mi mano a la frente— Es una locura siquiera pensar en eso, debería emocionarme si lo hubiese escuchado de mi esposo, no de un hombre X en la vida que ya no significa nada para mí. No entiendo por qué Juan tuvo que olvidarse de esos pequeños detalles. Porque sí... Llevamos una vida entera juntos, pero a veces me hace falta escuchar que estoy hermosa, quisiera escucharlo de él y no de otra persona ajena a mi vida —resopló—. Últimamente Juan David se ha enfocado tanto en su trabajo que se ha olvidado de esos pequeños detalles que son tan indispensables para una mujer, que a veces quisiera que se tomara unas vacaciones y pasar algo de tiempo juntos, me siento abandonada y quisiera tener un poco de su calidez, ya perdí la cuenta de cuanto tiempo lleva sin tocarme siquiera un cabello, pero se que pedir eso sería como soñar despierta porque ya me imagino cuál será su respuesta, que el trabajo es duro, que se siente explotado, que quiere pero no puede. En fin, hace tanto tiempo que no toma unas vacaciones. Vive trabajando para vivir mejor, para que a nosotros no nos falte nada y a la final termina faltando él en casa. Continúo arreglándome tratando de disipar la tristeza que hay dentro de mi, dejo mi cabello suelto y lo peino de lado, está lacio con unas ondas en las puntas. Me encanta. Me maquillo elegante, busco en el cajón hasta conseguir unas joyas que vayan bien con mi atuendo, por último me coloco mis tacones y voy directo a la cocina. Una vez más sucede lo mismo. Ver esos tacones me arrastró a recordar aquella mirada tan bonita de Fabio y su sonrisa... Esa sonrisa tan atractiva que me ha robado tantos suspiros. Definitivamente está loco ese don. Ahora debe ser un verdadero casanova para atreverse a hacer todas estas cosas locas conmigo. ¿Cuánto puede cambiar una persona en tan poco tiempo? Jaah. No fue poco tiempo, Eliana, sabes bien que fueron más de dos décadas. Termina de aceptar que ese hombre no es para ti. Son más de las ocho de la noche y comienzo a marcarle al celular de Juan David mientras sirvo la comida para los dos. «Espero que este no sea uno de esos tantos días en los que está ausente de casa porque lo mataré» Pensé porque estoy consiente de que hay días en los que está cargado de trabajo y llega hasta el día siguiente, pero da igual. Hoy es nuestro día y tenemos que pasarlo juntos. Diez de la noche y ya he perdido la cuenta de las veces que le he marcado a Juan David y siempre tengo el mismo resultado, la contestadora enviándome a buzón. ... Ya casi es media noche y todavía sigo sin obtener respuestas. Muero de hambre, mi maquillaje ya está hecho un asco porque no pude evitar llorar como una idiota al sentirme plantada ¿Cómo se pudo olvidar de nuestro aniversario? (Suena el timbre) La esperanza me invade por dentro al pensar en que puede ser mi esposo, a pesar de que sé que él tiene sus llaves y no necesita usar el timbre, sonrío como niña inocente y seco mis lágrimas mientras me dirijo casi corriendo a abrir esa puerta. Mi ilusión cae por el piso cuando veo que no es él, simplemente es un repartidor que dice tener un envío para mí. ¿Un repartidor de envíos a esta hora? Pensé que eso no era posible. Tomé esa caja con un hermoso lazo rojo, firmé el recibo y me dirigí a la sala a abrir mi regalo. «Si lo recordó, este año Juan David si recordó nuestro aniversario. ¡Que feliz estoy!» Pensé con una sonrisa enorme mientras abría esa caja, pero lo que vi ahí dentro me borró esa sonrisa del rostro en un instante. Era justo ese hermoso set de rubí que me ofreció la muchacha de la boutique frente a Ferrara y ya me imaginaba por donde venía la cosa. Debajo del estuche se encontraba una de sus tarjetas personales con su número de celular y dirección, seguido de una pequeña carta escrita de su puño y letra, que cabe acotar que reconocería esa letra a kilómetros, ya que en el pasado se encargó de enviarme tantas cartas como pudo, mismas que guardé como un tesoro hasta que Juan David las encontró y quemó una a una luego de leerlas.CAPÍTULO 4 Excusas poco convincentes Eliana Tomo esa carta en mis manos y no puedo evitar sonreír como una tonta, aunque siento un nudo en mi garganta de pensar en todo aquello que pudo haber sido y no fue. Debo admitir que muchas veces soñé despierta con que llegaría él a rescatarme de la locura que estaba obligada a hacer, que me raptaría y viviríamos juntos y felices como en un cuento de hadas, pero en mi vientre crecía la razón que me recordaba que debía borrarme esas ideas absurdas de la cabeza. Este hombre siempre con los mejores detalles, desde la preparatoria siempre me trató como una reina, “su reina” como acostumbraba a llamarme y yo ahora sin poder aceptar nada que venga de parte de él porque eso sería como faltarle a mi compromiso con Juan. Comienzo a leer la carta: Mi señora bonita. Antes de que se pregunte el motivo por el cual le hago este pequeño obsequio, le informo que lo hice pensando en esa mirada tan hermosa que le dio al ver apenas la muestra de esta colecc
CAPÍTULO 5. Desilusión Eliana Al tratar de arreglar esa gaveta me doy cuenta de que Juan David dejó su alianza de matrimonio envuelta en una corbata color lila en el fondo de la misma. Justo esa corbata que Eliot le regaló en navidad y que él jamás ha usado. Caí sentada en el piso mientras que un fuerte escalofrío recorrió mi cuerpo entero. "Esto no puede ser posible" No, no debo pensar nada malo —llevo mis manos a la altura de mi cien—. No sé por qué estoy llorando ahora si se le pudo haber caído allí dentro sin darse cuenta. ¿O no? Trato de sacudir mi mano con fuerza a ver si a mi también se me puede caer el anillo y no ocurre. La verdad no se que hacer, ni mucho menos que pensar. Termino de tirar todas esas corbatas. Tiro la gaveta y lloro como idiota al pensar que me está engañando con otra mujer. Después de pasar mi repentino ataque de pánico, comienzo a ordenar esa gaveta nuevamente y guardo el anillo donde mismo él lo dejó, debido a que tengo intenciones de investigar m
CAPÍTULO 6Una cena con sorpresasElianaEsta noche vuelvo a arreglarme para salir con mi esposo, a pesar del incidente del anillo quiero pensar que me estoy equivocando y que esto no es mas que un simple malentendido.¿Pudo haber sido un error, no? No quiero cuestionarme más adelante acerca de que mi siquiera le di el beneficio de la duda. Hoy quiero desestresarme, pensar que todo va a estar bien y que lo que vi esta mañana no fue nada por lo que deba preocuparme.Mi hijo Eliot también se alista para comer afuera junto a nosotros. Mi niño se ve tan feliz que me conmueve, hace mucho no lo veía así de emocionado por algo. Me gustaría creer que despues de todo lo que ha pasado por mi mente, aun podemos ser una familia feliz y completa. Sin terceros que interfieran en nuestras vidas.Se hacen casi las siete de la noche y una vez más Juan David no llega a casa. Prometió estar aquí antes de la cena y nuevamente es desplante me llena la cabeza de dudas.📝—Mamá, ¿a que hora va a llegar papá
CAPÍTULO 7Parque de diversionesLlegamos al parque de diversiones y yo miro a Fabio de arriba a abajo, sonrío al darme cuenta de que parece un muñeco de torta y no encaja para nada con ese traje en un lugar como este.—¿Qué? ¿Me veo mal? —su pregunta parece chiste porque a ese hombre no hay nada que lo haga lucir mal—.Lo tomo de su corbata y lo acerco a mí bruscamente ahora puedo notar que es él quién está nervioso y sonrío al ver que no soy yo la única que va perdiendo.Aflojo un poco el nudo de su corbata y se la quito, desabrocho dos de los primeros botones de su camisa y el no me quita los ojos de encima ni por un segundo.Me alejo un poco de él y vuelvo a observarlo, pero me parece que se sigue viendo muy formal, le ayudo a quitar su saco y ¡Madre mía! Apenas su traje vale como un millón de euros.Tiene gustos caros el arrogante este.Sigo enfocada en su aspecto y me parece que hay que subir las mangas de su camisa hasta la altura de sus codos, despeino un poco su cabello y son
CAPÍTULO 8Aceptando la realidadElianaEsta noche Juan David llega temprano a casa (contando con que temprano para él sería a poco mas de las diez de la noche), mientras que su hijo ya dormía y yo estaba en la ducha, al salir me doy cuenta de que ese hombre ya estaba profundamente dormido.Me acerco a inspeccionarlo y llevaba puesto el maldito anillo nuevamente.«Bien, dejaré pasar la ocasión porque parece estar cansado, pero mañana deberá explicarme que diablos es lo que ocurre con él y ese relajo que tiene con su alianza de matrimonio"»Una vez más me quedé dormida y al despertar bajo a la cocina y veo a Juan preparando el desayuno.Parece que se le ha hecho costumbre, o es su manera de disipar el sentimiento de culpa de lo que sea que esté haciendo en la calle.—Nena siéntate, preparé unos huevos revueltos y tocino, tu desayuno favorito, hay pan en la mesa, una ensalada de frutas y tu café con leche como te gusta.—¿No vas a desayunar con nosotros?—No cielo, se me hace tarde, per
Capítulo 10Decidido a recuperarteFabioMe quedo recostado en el sillón de mi oficina, recordándola a ella, a mi reina. No he podido sacarla un segundo de mi mente y no estaré tranquilo hasta tenerla entre mis brazos. Ese hombre cometió el error de volver y su ambición lo hará perder algo más valioso, que es ella. No estoy dispuesto a dejarla ir, esa mujer tiene que ser mía. Siento que voy lento, pero seguro. Si me le encimo de una vez diciéndole que quiero que estemos juntos de nuevo, lo más probable es que la pierda, así que me quedo tranquilo. Sé que a cada momento Eliana se queda esperando alguna actitud o acercamiento atrevido de mi parte, pero no lo hago tan solo para generar más interés de ella hacia mí. Siempre he sido un estratega y estoy seguro de que lo estoy haciendo bien, mientas la busco y luego me pierdo dejándola con ganas de más, eso aparte de divertirme me encanta y estoy seguro de que a ella también.Luego de verla en la celebración navideña de la empresa no pu
Capítulo 10Una cruda verdadFabioEstoy cansado de ver como el infeliz de Juan David se liga a cuanta mujer llega a trabajar a este maldito edificio, me parece una burla de su parte porque él sabe muy bien cuanto deseo que su mujer me preste siquiera un poquito de atención, mientras tanto solo me toca ver como él la deja sola cada día para irse con quien se le de la gana. Pero se equivoca si cree que voy a seguir siendo condescendiente con él. Esa mujer va a ser mía así tenga que hacer que ella se entere de todas las cosas que hace este hombre a sus espaldas.Eliana merece lo mejor, un trato único y exclusivo para ella, no un imbécil como él que solo esté pendiente de otras mujeres mientras que la deja a ella en casa. No me parecen justo, si antes había sido respetuoso, ahora seré mucho más atrevido.Hoy pude sentir como su voz se quebró al darle la noticia de que ese imbécil había enviado un reposo a la empresa, ella no se esperaba algo así y es obvio que ni siquiera estaba al tant
Capítulo 11Se le cayó el teatroElianaTomo una fuerte bocanada de aire y cierro mis ojos mientras dirijo la mirada hacia el cristal de la ventana.Es justo aquí donde me doy cuenta de que estoy haciendo el papelazo de mi vida por alguien que no le importa en absoluto como me estoy sintiendo en este momentoPero pienso en él, en todo el tiempo que le he dedicado a esta relación y en lo que he tenido que renunciar para ser feliz, que me parece imposible dejar pasar esto. Esta mujer no va a quedarse con Juan David. No. No voy a permitirlo.Tampoco le permitiré ser feliz con otra mujer, al menos no mientras sigamos casados y es obvio que no le daré el divorcio.Antes tiene que pagarme todas las que me ha hecho. En esta vida nadie se va sin pagar y el infiel de Juan David no va a ser la excepción.—¿Me estás diciendo que saliste con él durante dos meses y no te diste cuenta de que era un hombre casado? —le pregunto nuevamente a la muchacha, sigo en negación, con miedo a creer toda esta v