'¿Puedes estar seguro de que serían sinceras sobre ese asunto? La maldición te quitó la capacidad de encontrar a tu verdadera pareja. ¿Quién dice que las malditas brujas no enviarán impostoras para intentar apoderarse de la manada? Esto no es algo trivial de lo que reírse' respondió frustrado Ben'
Amaris abrió mucho los ojos. ¿En qué se había metido? No reconoció la voz, pero su situación parecía difícil. Cuando se inclinó hacia adelante sobre la puerta para intentar ir mejor, esta se abrió de golpe y ella salió dando tumbos, golpeándose contra la pared de enfrente con un sonoro gruñido. De dolor, dejando ver sus colmillos y el brillo de sus ojos dorados.
Maena soltó una risita.
'¿Olvidaste cerrar bien la puerta?'
'No estás ayudando…' Amaris replicó mientras se agarraba el punto de la cabeza que había impactado contra la pared y hacía una mueca de dolor, era inevitable que en una pequeña muestra de dolor sus colmillos no saliera, resplandecientes con un blanco perlado perfecto.
Cuando levantó la vista, sus ojos entraron en contacto con los dos aturdidos hombres que se habían preparado para atacar, pero que, en ese momento, estaban un poco inseguros de cómo proceder, estaban obviamente preparados para luchar por mis colmillos al descubierto.
'¿Qué…? ¿Quién eres tú? ¡Explícate!', le espetó furioso el hombre cuya voz había sido identificada como el de Ben. Dejó caer la mano a un lado y le miró incrédula.
'¡Puedo explicarme ¿No crees que debería ser al revés?!'
'¿Qué…?' Empezó a protestar cuando Amaris le interrumpió furiosa.
'Dos hombres adultos usando el baño de mujeres para hablar de semejantes tonterías… ¿Son unos pervertidos?!', dijo mirándolos furiosa.
Ben miró a su amigo con impotencia. El hombre de la voz grave había adoptado una actitud relajada, metiéndose las manos en los bolsillos mientras su mirada evaluadora la recorría.
'Interesante elección de atuendo para el baño de hombres…' Comentó secamente con una ceja levantada.
Amaris parpadeó estúpidamente '¿Baño de hombres? ¿Este era el baño de hombres?'Dejó que su mirada recorriera la habitación y se fijó en los urinarios masculinos de la pared mordiéndose el labio con ansiedad.
'M'erda'.
El hombre de voz grave rio ante su evidente incomodidad y se dio la vuelta como si fuera a marcharse.
'No podemos dejarla. Si se descubre tu secreto… protestó Ben en voz alta mientras el hombre de voz grave giraba la cabeza al considerar las palabras de su amigo.
Finalmente, asintió levemente con la cabeza antes de darse la vuelta para marcharse de nuevo.
Los ojos de Ben cambiaron repentinamente a los ojos verdes que significaban un cambio inminente y el corazón de Amaris empezó a acelerarse.
¡¿Iban a matarla por escuchar una conversación?!
'¡Que lo intenten!' Gruñó Maena mientras intentaba avanzar para enfrentarse a su oponente. Los años de entrenamiento duro para ser una reina capaz de proteger a su manada ella sola en caso de ser necesario no iba a pasar en vano.
'¡Espera!' Gritó Amaris de repente. 'Tú necesitas una compañera elegida y yo necesito una forma de librarme de esta boda mañana. Lo haré. Me casaré contigo'. El hombre de la voz grave hizo una pausa y se volvió de repente hacia ella.
Se fijó en el aspecto de la mujer desaliñada, ligeramente borracha y vestida de novia, que le miraba con descaro, sin rastro de miedo en los ojos.
Contempló el significado de esta repentina aparición antes de sonreír.
'Acepto. Ben redactará un contrato básico contigo y podremos discutir los términos finales cuando hayas concluido con tu cancelación de boda'.
'¡Alfa! ¿Estás hablando en serio...?' Protestó Ben.
'Es una orden, Ben' soltó con voz llena de autoridad mientras un vivo destello plateado cruzaba sus ojos.
Ben palideció y tragó saliva antes de contestar.
'Sí, Alfa Nocturne' gritó mientras mostraba su cuello en sumisión a él. Amaris parpadeó sorprendida.
¿Alfa Nocturne?! ¿En qué se había metido?
El Alfa Nocturne se sentó en silencio y observó con astucia a Amaris, sentada al otro lado de la sala, mientras Ben preparaba un contrato inicial.
Se preguntó distraídamente por qué ella quería librarse del matrimonio para el que claramente la habían preparado tan mal. Era una pena, el vestido le quedaba muy bien.
Ben suspiró mientras tecleaba apresuradamente el contrato y conversaba con el Alfa Nocturne sobre sus expectativas.
Al otro lado de la mesa, Amaris los observaba nerviosa. Se agarraba la tela del vestido de novia por debajo de la mesa y la barriga se le revolvía incómoda.
'No sé por qué estás tan nerviosa. Tiene una manada fuerte, es la más poderosa del país, ¿no? Creo que es un buen trato' comentó Maena despreocupadamente.
'Sí, pero tiene una reputación temible y un comportamiento frío. En realidad no sé nada de sus negocios, de sus ideales... solo que mi padre le odia'.
'Mejor saber a qué atenerte con un hombre frío y poderoso que sufrir un dolor atroz cada vez que tu compañero mete su p*ne donde no debe' gruño Maena de repente.
Amaris hizo una mueca ante sus palabras de incomodidad por lo revuelto de su estómago y una de dolor por el recuerdo, pero tuvo que reconocer que estaba en lo cierto.
'¿Señorita?' Preguntó Ben con un deje de irritación.
Era evidente que le había preguntado algo, pero ella no le había prestado demasiada atención y le sonrió disculpándose.
'Lo siento, mi loba me estaba distrayendo'.
'¿Ah, sí? Supongo que entonces no está muy contenta' dijo Ben satisfecho.
'Todo lo contrario. Ella piensa que es un buen trato. Sus palabras exactas fueron que el contrato era mejor que un compañero predestinado que mete el p*ne donde no le llaman' Contestó inquebrantable con una dulce sonrisa y la cabeza alza.
Al escucharla, Ben casi se atragantó y balbuceó ruidosamente. El Alfa Nocturne reprimió una sonrisa ante la franqueza de la bella mujer de ojos dorados que a partir de ahora sería su esposa, su luna y compañera de vida. Le resultaba refrescante, más que una sumisión absoluta, se nota en su aura que es fuerte y en sus ojos dorados se ve un corazón llameante.
'Um... de acuerdo. Entonces, los requisitos estándar según lo declarado por el Alfa Nocturne son que vivirás con él en la casa de la Manada de la Luna Oscura, asumirás los deberes de la Luna de la manada por un período no inferior a 5 años. ¿Lo aceptas?' Preguntó Ben con una mirada de aprensión cuando se hubo recuperado, se veía que tenía esperanza que rechazara.
Amaris asintió con recato.
'También se te pedirá que no reveles a nadie información sobre este contrato o sobre la maldición de Alfa. Las consecuencias serán inmediatas y brutales si lo haces ¿Esta claro?' 'Me parece bien. Aunque tengo una petición propia' El Alfa Nocturne entrecerró los ojos ¿Que iba a exigirle exactamente? se preparo para unas exigencias desorbitadas y se mantuvo impasible mientras esperaba. 'Puedes pedirlo...' Ben declaro en un tono no comprometedor, mientras le hacia señas para que continuara aunque se veía dudoso en sus movimientos. Ella respiro hondo y sonrió dejando ver sutilmente sus colmillos. 'No es nada importante, no te preocupes. En primer lugar, antes de volver a la manada con ustedes, quiero tener la oportunidad de despedirme de mi familia. Segundo, quiero poder continuar con mi trabajo en la empresa de mi antigua manada si es posible. Tercero... quiero poder seguí viendo a mis amigos' 'Deberías haberle pedido las b*las de nuestro compañero b*stardo en una bandeja de oro' re
Ella resopló en voz baja y se inclinó para susurrar al oído de Amaris. ‘No me extraña que Fernando no pudiera esperar a estar adentro de mí, solo mira como estás’ dijo burlándose. Amaris cerró los dedos de sus manos en puños mientras luchaba desesperadamente por impedir que Maena se lanzara sobre Jess y agravará la situación. ‘No te quedes ahí sin hacer nada, la p*utita tiene que saber cuál es su sitio. Déjame darle su lección que no olvidará’ gruño Maena enfadada. ‘Maena, no podemos, aún no tiene una loba. Conoces las leyes, no sería una pelea justa, y el castigo…’ ‘A la m*eres con el castigo, Amaris, déjame morder un poco de ella, tal vez quitarle uno de sus miembros. Al menos así tendrá menos partes que envolver alrededor de los compañeros de otras personas’ chasqueo la lengua con maldad mientras intentaba avanzar. Amaris cerró los ojos con fuerza, apretó la mandíbula y luchó contra su loba mientras Jess soltaba una risita. ‘Ahh ¿Qué pasa? ¿Esta molesta tu loba? ¿Celosa? Es p
El impactante silencio duro solo unos segundos antes de que su padre estallara furioso, gritando incoherencias, mientras Jess y Amanda hacían todo lo posible por calmarlo.Amaris observó su lucha sin emoción ni temor. Ya era hora de que todos escucharán algunas verdades.‘¡Amaris, ya basta, has ido demasiado lejos! ¡Mira cómo está tu padre! Después de todo lo que he hecho…’ Espetó Amanda mientras forcejeaba con su marido tratando de calmar a su lobo.‘¡¿Todo lo que has hecho?!’ río incrédula.‘¿Dime qué parte debería agradecerte, Amanda? ¿La parte en la que seducías a mi padre para que rompiera su sagrado vínculo de pareja? ¿Quizás, la parte en la que mi madre perdió su lucha y se rindió ante la vida? ¿O tal vez debería estar agradecida por las veces que me has expulsado de esta miserable fachada de familia y me has excluido en favor de tu propia sangre?’ espeto con desdén.Jess hizo todo lo posible por apaciguar a su madre antes de girar furiosa y segui a Amaris deteniéndose a milíme
Amaris se despertó sobresaltada por el incesante vibrar de su teléfono en la mesita de noche.Con el corazón latiéndole desbocado por haber sido despertada a la fuerza de forma inesperada, tanteo el lugar tratando de encontrar el dichoso aparato con la vista nublada.Cuando sus dedos se cerraron finalmente en torno a la familiar superficie de su teléfono, se apresuró a comprobar la pantalla de llamadas y vio el nombre de su infiel ex parpadear en la pantalla.Entrecerró los ojos y pulso el botón de rechazo antes de tirarse de nuevo en la cama. En sus notificaciones aparecieron treinta dos llamadas perdidas y un torrente de mensajes de él a través de SMS y redes sociales. Amaris resoplo de forma burlona ¿Ahora me necesita?Giro la cabeza sobre la almohada y observo su habitación. Una sonrisa irónica se dibujó en su rostro cuando sus ojos se posaron en el vestido de novia desechado y arrugado en un rincón de su habitación, lanzado ahí con desprecio.Se suponía que iba a casarse hoy… El
Los ojos de Amaris ardían con una furia que desconocía y gruñó de forma amenazadora, con un tono que transmitía su intención mortal.‘Esta vez me has presionado demasiado, Jess. Puedes quedarte con el b*stardo. Quédatelo, móntalo a tu antojo, dale tantos cachorros como puedas y vive feliz. Mientras lo haces… ¡Nunca! Pero nunca, vuelvas a acercarte a mi puerta ni a dirigirme la palabra, ¿Me entiendes?’Jess asintió furiosa, adquiriendo un espantoso tono púrpura mientras arañaba desesperadamente el brazo de Amaris.‘Si alguna vez me entero de que mi padre ha sido maltratado o tiene una muerte prematura, que sepas que volveré aquí con una furia que nunca has visto antes y te aniquilaré a ti y a tu madre, ¿Me he explicado bien?’ Rugió Amaris.Jess volvió a asentir irritada, con los ojos en blanco, mientras sus intentos de apartar el brazo de Amaris se debilitaban. Con un bufido, Amaris, la soltó bruscamente y, con una última mirada de desprecio, se encaminó hacia la puerta principal para
'¿No hechas de menos a tu padre? ¿Alguna vez hablo contigo?', pregunto Amaris vacilante. Sintio una punzada de dolor y solto un suave quejido, seguido rapidamente de un gruñido rapidamente por un gruñido de ira. 'Es peor que tu padre. Guarda silencio constantemente y nunca responde a mis intentos de relacionarme con el. Es como si estuviera muerto' se quejo 'Si eso es lo que quiere, que asi sea. Una excusa de m*erda para un padre para ambas' La boca de Amaris se torcio mientras se concentraba en la carretera. En ese momento sono su telefono y la llamada se transfirio al sistema integrado del coche, conectado con la pantalla HUD de diagnostico a bordo. Toco la pantalla para aceptar y respondio a la llamada. '¿Hola?' 'Amaris, ¿Donde estas?', sono la voz preocupada de su mejor amiga. Amaris se estremecio y bajo rapidamente el volumen mientras contestaba. 'Estoy conduciendo en este momento ¿Esta todo bien?' '¡Iba a preguntarte lo mismo! Escucha, estoy en el trabajo en este momento
Esta vez, Amaris sí se rio. Había echado de mucho de menos el humor seco y el ingenio de Minerva.‘Escucha, tigre, ¿qué pasa entre Fernando y tú?’, preguntó, bajando la taza y mirando a su amiga a los ojos.Amaris suspiró y miró por la ventana.‘Las noticias vuelan’.‘Me sorprende que no lo hayas visto, si te soy sincera’, contestó Minerva mientras se inclinaba hacia un lado y empezaba a rebuscar en su bolso.‘¿Ver qué?’, preguntó frunciendo el ceño.Minerva buscó en su teléfono hasta que encontró lo que buscaba y se lo dio a su amiga.‘¿Qué m*erda hace esa cretina casándose con tu hombre?’, siseo enfadada.Amaris miró el informativo que había aparecido en la pantalla en las noticias de entretenimiento.«El heredero de la manada de Cristal deja de ser candidato al próximo Rey Alfa: Deja a su prometida y planea casarse con su hermana. Haz clic aquí para leer la historia completa»Justo debajo había una foto de Jess y Fernando mirándose con adoración en algún acto. Amaris resopló y le d
Amaris frunció el ceño.‘Entonces, ¿quién es y cómo ha conseguido mi número?’, preguntó, quitándose brevemente el teléfono de la oreja para comprobar el identificador de llamadas antes de volver a colocárselo sobre la misma.‘No tengo tu número guardado y este es mi teléfono personal. Entonces, ¿quién es?’, preguntó con altanería, dando golpecitos impacientes con el pie.'Eh... soy Allan, Beta Allan, mi Luna. Alfa Nocturne me pidió que llamara para averiguar tu paradero'.‘Ah...’, respondió ella mientras se le iba el color de la cara y Maena soltaba una risita...‘Ah... Alfa Nocturne ha organizado la ceremonia para mañana por la tarde. Para cuando la misma se haya completado y se hayan llevado a cabo las celebraciones apropiadas para la manada, la luna llena debería haber salido. Los sabios de la manada están listos y dispuestos, y más que emocionados debo añadir, para darte la bienvenida a tu posición oficial como Luna de la Manada de la Luna Oscura’.‘Claro...’‘Irónico que la cerem