Los ojos de Amaris ardían con una furia que desconocía y gruñó de forma amenazadora, con un tono que transmitía su intención mortal.‘Esta vez me has presionado demasiado, Jess. Puedes quedarte con el b*stardo. Quédatelo, móntalo a tu antojo, dale tantos cachorros como puedas y vive feliz. Mientras lo haces… ¡Nunca! Pero nunca, vuelvas a acercarte a mi puerta ni a dirigirme la palabra, ¿Me entiendes?’Jess asintió furiosa, adquiriendo un espantoso tono púrpura mientras arañaba desesperadamente el brazo de Amaris.‘Si alguna vez me entero de que mi padre ha sido maltratado o tiene una muerte prematura, que sepas que volveré aquí con una furia que nunca has visto antes y te aniquilaré a ti y a tu madre, ¿Me he explicado bien?’ Rugió Amaris.Jess volvió a asentir irritada, con los ojos en blanco, mientras sus intentos de apartar el brazo de Amaris se debilitaban. Con un bufido, Amaris, la soltó bruscamente y, con una última mirada de desprecio, se encaminó hacia la puerta principal para
'¿No hechas de menos a tu padre? ¿Alguna vez hablo contigo?', pregunto Amaris vacilante. Sintio una punzada de dolor y solto un suave quejido, seguido rapidamente de un gruñido rapidamente por un gruñido de ira. 'Es peor que tu padre. Guarda silencio constantemente y nunca responde a mis intentos de relacionarme con el. Es como si estuviera muerto' se quejo 'Si eso es lo que quiere, que asi sea. Una excusa de m*erda para un padre para ambas' La boca de Amaris se torcio mientras se concentraba en la carretera. En ese momento sono su telefono y la llamada se transfirio al sistema integrado del coche, conectado con la pantalla HUD de diagnostico a bordo. Toco la pantalla para aceptar y respondio a la llamada. '¿Hola?' 'Amaris, ¿Donde estas?', sono la voz preocupada de su mejor amiga. Amaris se estremecio y bajo rapidamente el volumen mientras contestaba. 'Estoy conduciendo en este momento ¿Esta todo bien?' '¡Iba a preguntarte lo mismo! Escucha, estoy en el trabajo en este momento
Esta vez, Amaris sí se rio. Había echado de mucho de menos el humor seco y el ingenio de Minerva.‘Escucha, tigre, ¿qué pasa entre Fernando y tú?’, preguntó, bajando la taza y mirando a su amiga a los ojos.Amaris suspiró y miró por la ventana.‘Las noticias vuelan’.‘Me sorprende que no lo hayas visto, si te soy sincera’, contestó Minerva mientras se inclinaba hacia un lado y empezaba a rebuscar en su bolso.‘¿Ver qué?’, preguntó frunciendo el ceño.Minerva buscó en su teléfono hasta que encontró lo que buscaba y se lo dio a su amiga.‘¿Qué m*erda hace esa cretina casándose con tu hombre?’, siseo enfadada.Amaris miró el informativo que había aparecido en la pantalla en las noticias de entretenimiento.«El heredero de la manada de Cristal deja de ser candidato al próximo Rey Alfa: Deja a su prometida y planea casarse con su hermana. Haz clic aquí para leer la historia completa»Justo debajo había una foto de Jess y Fernando mirándose con adoración en algún acto. Amaris resopló y le d
Amaris frunció el ceño.‘Entonces, ¿quién es y cómo ha conseguido mi número?’, preguntó, quitándose brevemente el teléfono de la oreja para comprobar el identificador de llamadas antes de volver a colocárselo sobre la misma.‘No tengo tu número guardado y este es mi teléfono personal. Entonces, ¿quién es?’, preguntó con altanería, dando golpecitos impacientes con el pie.'Eh... soy Allan, Beta Allan, mi Luna. Alfa Nocturne me pidió que llamara para averiguar tu paradero'.‘Ah...’, respondió ella mientras se le iba el color de la cara y Maena soltaba una risita...‘Ah... Alfa Nocturne ha organizado la ceremonia para mañana por la tarde. Para cuando la misma se haya completado y se hayan llevado a cabo las celebraciones apropiadas para la manada, la luna llena debería haber salido. Los sabios de la manada están listos y dispuestos, y más que emocionados debo añadir, para darte la bienvenida a tu posición oficial como Luna de la Manada de la Luna Oscura’.‘Claro...’‘Irónico que la cerem
Fernando gruñó por lo bajo mientras giraba la cabeza y miraba nervioso a su alrededor, notando un buen número de ojos entrecerrados dirigidos hacia él. Respiró hondo y giró los hombros, obligándose a relajarse mientras se pasaba la mano por el pelo. La furia seguía ardiendo en sus ojos, pero al menos su agresividad estaba bajo control. ‘Escucha, sobre Jess…', exclamó, pero Minerva no se dio por aludida y levantó la mano para silenciarlo. ‘Me importan una m*erda tus excusas y estoy segura de que a Amaris tampoco le interesa oírlas', siseó. ‘Amaris, por favor... ¡Escúchame!’, suplicó mientras se giraba hacia un lado para intentar llamar su atención. 'Creo que deberíamos escuchar lo que tiene que decir’ Intervino Maena Contemplativa. ‘¿En serio? ¿Quieres escucharlo?’, replico Amaris con incredulidad. ‘Si. Entonces podré decidir cuanto dolor quiero hacerle sufrir cuando lo castre a la fuerza a él y a su cobarde lobo’ gruñó, enseñando los colmillos. Amaris suspiro pesadamente y se
‘O tal vez llegué en el momento perfecto', continuó con una pizca de diversión. Los ojos de Amaris se abrieron de par en par. Había reconocido aquella voz. De todos los momentos en que podría haber llegado, Alfa Nocturne eligió ahora. ‘¡No sé quién d*monios te crees que eres, pero esto no tiene nada que ver contigo, así que apártate!’, gruñó Fernando mientras se daba la vuelta lentamente. Amaris oyó un chillido de excitación y, al mirar a Minerva, se dio cuenta de que tenía una expresión de horror mientras miraba expectante a los dos hombres que tenía delante. Deseó que el suelo se la tragara entera mientras se giraba con morboso interés para ver cómo acababa todo aquello. Dave se mantuvo firme, mirando impasible la figura temblorosa de Fernando que se volvía hacia él. Una sonrisa irónica se dibujó en su rostro cuando este lo miró fijamente y se quedó inmóvil. ‘Qué... esto no tiene nada que ver contigo Alfa Nocturne. Es simplemente una riña entre dos compañeros, eso es todo. No
‘Si mantuvieras tus manos quietas no necesitaría...’ ‘¿No necesitarías qué, chico? ¿Hacer el ridículo y dar a la gente razones para dudar de tus capacidades como Alfa?’, resopló Dave. ‘¡Haré que te arrepientas!’. ‘Me encantaría que volvieras a intentarlo cuando hayas reflexionado un poco más sobre esto... lo que sea que haya sido’. Fernando gruñó mientras finalmente se quedaba quieto bajo su agarre. Estaba furioso. ¿Cómo se había dejado poner en ridículo? Su reputación sufriría mucho por ello. El Alfa Nocturne ya se había ganado una reputación de Alfa poderoso y Fernando estaba deseando aplastar su arrogancia cuando ascendiera al trono. Ahora, no solo se había mostrado incapaz de ello en un momento de furia, sino que además había conseguido enemistarse con la única persona realmente capaz de ayudarle a subir al trono. Jess no era nada comparada con Amaris, ni siquiera tenía un lobo por el amor de Dios. Las manadas nunca la aceptarían. Ella nunca gobernaría y ahora él estaba atas
'No. Maena y yo estamos de acuerdo en esto. No hay nada para mí en casa. Por alguna razón, la relación entre mi padre y yo se ha roto, y no me llevo bien con mi familia ensamblada. Mi madrastra y su hija son muy parecidas'. '¿Qué hay de tu madre?'. Amaris agarró con fuerza el cinturón de seguridad, y frunció el ceño. Hizo todo lo posible por evitar que la voz le sonara hostil, pero no pudo evitar que revelara un poco de irritación. 'Murió. Todavía no me siento lista para hablar de eso contigo; si no te importa, alfa'. Dave la miró de soslayo y volvió a asentir, despacio. '¿Y tu amiga? ¿La del café?', preguntó como quien no quiere la cosa. 'Oh, esa es Minerva. La conozco desde la escuela. Ella no está afiliada a ninguna manada'. '¿Una insurrecta? ¿Una loba solitaria?', preguntó Dave con curiosidad. 'No', respondió Amaris lacónicamente. No quería entrar en demasiados detalles porque conocía la reputación de los híbridos Daemon. Las manadas los odiaban por sus antiguos lazos con