Capítulo 6

— Esteban, ¿te acuerdas de nosotras? — me dijo Evelyn sujetándome los brazos.

— Papi, dijiste que me protegerías. — me dijo Lisa mientras me clavaba un cuchillo en las costillas — Prometiste que siempre estaríamos juntos, Papi.

— Juraste amarme mas allá de la muerte, Esteban. ¿Acaso lo has olvidado? — me dijo Evelyn con los labios morados y la sangre corriendo por su cuello.

Intenté moverme o decir algo pero estaba amordazado e inmovilizado.

— ¿Dónde estás, Papi? No estás aquí. No has cumplido tu promesa.

— Siempre dejas que otros mueran por ti, Esteban...

***

Me desperté gritando y envuelto en sudor: la puerta de la habitación se abrió de golpe.

— ¿Se encuentra bien, Bendito Alfa Esteban? — dijo una chica de mi nueva manada.

— Sí, no te preocupes. Estoy bien.

— Disculpe Bendito Alfa Esteban, pero no parece encontrarse bien. ¿Necesita algo?

— No te preocupes, solo era una pesadilla. Estoy bien. Muchas gracias por la preocupación. — dije esbozando una sonrisa que estaba muy lejos de sentir.

— Entiendo. Si necesita algo, no dude en pedirlo. Incluso si es algún medicamento para no soñar. — tras hacer una reverencia salió de la habitación.

"Quizás esas pastillas sean una buena idea, Esteban." — me dijo mi lobo preocupado.

"No quiero drogarme, Roy."

"Tampoco vas a poder liderar dos manadas si no puedes descansar."

"¡Bah! Puedo hacerlo. También tenía pesadillas cuando estábamos en la Aldea de los Pícaros"

"Pero esto es diferente, Esteban. Deberías..."

"No, no debería nada. Déjalo Roy."

Me levanté y me dirigí al baño de mi habitación para darme una ducha rápida. Justo acababa de salir cuando alguien volvió a tocar la puerta.

— Adelante. — dije mientras me ponía una toalla en la cintura y salía del baño.

— ¡Esteban! — me dijo Isa con una sonrisa — Venía a ver cómo te encontrabas.

— Bien. — le dije de forma escueta mientras me acercaba a ella.

Noté que Isa recorrió mi cuerpo con la mirada pero lo ignoré.

— Esas ojeras no parecen indicar que estés bien. — me dijo después de escudriñar mi rostro.

— No es nada. Últimamente estoy teniendo algunas pesadillas, será por eso.

— ¿Y no tendrá algo que ver la nueva situación?

Sonreí de lado.

— Quizás. ¿Quién sabe? La mente es un misterio.

"Mentiroso." — gruñó Roy.

Isa se rió.

— Eso es cierto.

Pasaron unos segundos en los que ninguno dijimos nada.

— Bueno, ¿y qué te ha traído por aquí? No creo que sea para ver mis ojeras.

— Quizás. ¿Quién sabe? Los misterios de las brujas son insondables. — dijo Isa dándose un ligero aire místico. Me reí.

— Es posible. Pero todo el misterio desaparece en cuanto os cortan la cabeza. Tengo cierta experiencia en eso.

— ¿Acaso eso es una amenaza, lobo? — dijo Isa en tono juguetón — Porque las brujas blancas también podemos hacer experimentos...

— ¿De verdad? Para eso antes tendrías que atraparme y soy bastante bueno esquivando.

— Entonces, ¿qué te parece si zanjamos esta conversación esta noche? Te recuerdo que me debes una cena y unas copas, lobo.

Solté una carcajada.

— ¡Me parece bien!

— Entonces prepara la cartera, no será barato.

— Menos mal que no hay más batallas, serías capaz de dejarme endeudado.

Isa fingió estar pensativa.

— No, endeudado no, pero... quizás sí con unos pocos céntimos en la cuenta corriente.

— M*****a bruja. — dije riéndome — Está bien, nos vemos a las nueve de la noche. Voy a ver dónde puedo hacer una reserva.

— De acuerdo. No me falles. Y por cierto, Esteban...

— Dime.

— Vístete cuando tengas visitas. Recibir a una mujer en tu habitación sólo con una toalla puede hacer que haya algunos malentendidos.

Solté una carcajada.

— ¡Ay, Isa! Eres de lo que no hay. Eso sería un suplicio para cualquiera que lo intentase.

— No es una broma, Esteban. Eres un Bendito que lidera dos manadas, además de ser el Beta general de la manada real, estás soltero y de muy buen ver. Muchas chicas estarían mas que dispuestas a ello.

— No me hagas reir, Isa. Huirían nada mas acercarme.

— Si huyen es por timidez, no por ganas.

— ¿Y tú tienes ganas, Isa?

Isa tan sólo sonrió de forma enigmática.

— ¿Quién sabe? Por el momento, seré la envidia de muchas saliendo a cenar contigo.

Y salió sin decir nada mas.

"¿Pero qué...? Roy, ¿¡qué cojones acaba de pasar!?" — pregunté incrédulo.

"No soy experto en comportamiento humano y mucho menos entiendo a las brujas, pero diría... que te acaba de meter ficha."

"De eso ya me había dado cuenta."

"Entonces, ¿para qué preguntas?"

"Porque no entiendo cómo ha podido pasar."

"Yo tampoco. Pero quizás deberíamos recibir las visitas con algo mas de ropa."

"No." — le dije tras varios minutos pensando en ello — "Voy a recibirlas sin camiseta. No veo mal recibirlas en unos boxers."

"No creo que a Mar o Jake les guste mucho eso."

"Nah, hablaba de Isa y de Emily. Y de alguna empleada. Puedo divertirme viendo sus reacciones."

"No deberías jugar con fuego, Esteban. Puedes quemarte."

"¿Y qué es lo peor que puede pasar si me quemo?"

"Que termines con algún hijo y una mujer pegada a tu trasero."

"Dudo que termine en una noche de sexo, no sin drogas por el medio. Pero si termina y hay un descendiente... me quitan el problema de continuar el legado de SunLight."

"Y tendrás a la madre pegada como una lapa."

"Entonces me quitan el problema de buscar una Luna."

"No deberías..." — comenzó a decir mi lobo pero lo interrumpí — "Déjame divertirme. Siempre que quede claro que no quiero nada con ninguna de ellas, no debería de haber problema."

"No puedes jugar con los sentimientos de esa manera."

"¿De qué sentimientos hablas, Roy? Ellas se acercarán por interés en ser la Luna del único Bendito que hay ahora mismo, ahí no hay sentimientos, sólo ambición."

"¿Y de verdad crees que eso es lo que mueve a Isa y a Emy? Porque ellas se preocupan de verdad por ti."

"No creo que ellas tengan ese tipo de sentimientos por mi."

"Isa te acaba de meter ficha."

"Estábamos bromeando, Roy."

"Si tú lo dices... Ya verás como el tiempo me da la razón." — dijo mi lobo, mientras buscaba qué ponerme.

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