¡Hola mis amores! ♥️ Aquí está la segunda parte relacionada con el hermano de Emily. ¿Qué os ha parecido? No ha sido fácil escribirlo, por las cosas que sucedieron y la violencia que requería, pero espero que aún así os haya gustado. En el próximo capítulo iremos a la última incógnita: ¿quién modificó la partida de nacimiento de Esteban? ¿Quién creéis que ha sido? ¡Me muero de ganas de leer vuestras opiniones! ♥️ ¡Os quiero un montón! ♥️ ¡Sois los mejores! ♥️ ¡Os adoro! ♥️
Los días pasaron con calma y tranquilidad. El único acontecimiento importante fue la incineración de la antigua familia de SunLight. Apenas hubo asistencia, la gran mayoría de los lobos de SunLight no se presentaron para mostrar su respeto a quienes les habían dirigido: después de todo lo que había visto de ellos, entendía que no quisieran saber nada. Para mi sorpresa y diversión, David apareció en el acto con una mueca de disgusto. Cuando le pregunté por eso, su respuesta fue "Un Beta debe asistir a los actos importantes de una manada, sin importar cómo se sienta al respecto. Una de sus obligaciones es apoyar al Alfa en sus decisiones y actos públicos. Solo cumplo con mi deber, por mucho que los odie". Se había tomado muy en serio su posición.— ¿Cómo te trata la manada, ahora que saben lo que hiciste? — le pregunté un rato más tarde en mi habitación.— Me toleran y me conformo con eso. No confían en mi, no como lo hacían antes, y me miran como si estuviese planificando tu muerte. Es
Me encontré en los archivos de Brisa Plateada."Por una vez, he acertado a dónde íbamos a ir." — le dije a Roy."Es el único sitio que podía ser." — me respondió Roy.Observamos la habitación cuando la puerta se abrió y entró mi suegra."¿¡Lourdes!?" — exclamé sorprendido."No creo que sea ella. Mírala, es demasiado joven y está embarazada.""Tienes razón, Roy. Entonces... creo que estamos viendo la creación del documento." — le respondí después de observar a mi difunta suegra un rato.Lourdes se movió por la habitación y la seguimos. Después de coger un archivador, se sentó en el escritorio con un suspiro.— Voy a tener que coger unos días... cada vez es mas difícil. — dijo con un suspiro de resignación. Acababa de abrir el archivo cuando una mujer entró por la puerta.— Disculpe, pero acaban de comunicar un nuevo nacimiento. Vengo a traer la información.— Por supuesto, Tifany. Adelante.— Se trata del otro Beta, su mujer acaba de dar a luz.— Entiendo. ¿Y cómo se llama el bebé?— E
— ¡ALTO! — gritó Mike mientras cerraba la puerta para evitar que la desconocida huyese. Encendió la luz y la desconocida miró con molestia a mi cuñado. El corazón se me paró un momento al reconocer aquellos ojos. — ¿Evelyn? ¿Qué estás haciendo? — preguntó Mike con sorpresa mientras apagaba la linterna. — Creía que nadie me había visto. — se quejó mi pareja destinada — Necesito modificar ésta partida de nacimiento, es demasiado importante. — Evelyn, eso es falsedad documental y está prohibido. Te meterán en la cárcel si lo haces. — Que me encarcelen es lo más liviano que podrá pasarme por hacerlo. Mike abrió aún más los ojos. — ¿Qué... qué estás tramando, Eve? — ¿Recuerdas que durante el embarazo noté algo extraño? — Sí, pero dijiste que sería algo psicológico. — Sí y pensé eso... hasta que noté un aura extraña en Lisa. — Sí, lo comentaste. Pensé que exagerabas pero es cierto que la niña ha empezado a desarrollar un aura atípica. Aún no sabemos que será pero está claro que e
Cuatro años después.— ¡Emy! ¡Ya vale! — dije riéndome mientras miraba esos ojos verdes que me quitaban el aliento.— ¡NO! ¡Debes pagar por este desastre! — me respondió la pelirroja con los mofletes ligeramente hinchados en un gesto que me parecía adorable.— No sé de qué me hablas. — dije mientras esquivaba su nuevo ataque mientras me hacía el tonto.— ¿¡Qué no lo sabes!? ¡MI TALLER! ¡Lo has destrozado! — gruñó mientras se abalanzaba de nuevo sobre mi. Me reí.— ¡OH! ¿Eso? Sólo lo he decorado un poco. — dije esquivándola de nuevo.— ¿¡UN POCO!? ¡Parece una discoteca navideña! ¡ASÍ NO SE PUEDE TRABAJAR! Volví a reírme mientras ella volvía a abalanzarse sobre mi, pero ésta vez esquivé parcialmente su ataque: con uno de los brazos la agarré de la cintura justo cuando pasaba a mi lado. El impulso que llevaba nos hizo girar como peonzas sobre nosotros mismos mientras mantenía mi agarre firme sobre ella. Cuando paramos de girar, su cuerpo estaba pegado al mío y su torso ligeramente incli
— ¡PAPIII! — escuché gritar muy emocionada a una niña pelirroja de ojos azules a mi lado.— ¿Li-i-isa? ¿Qué está... pasando? — pregunté totalmente sorprendido al ver a mi difunta enérgica hija a mi lado, con una sonrisa radiante. — ¡MAMI, MAMI! ¡PAPI YA PUEDE VERNOS! — chilló la niña emocionada mientras se giraba y corría en dirección contraria a nosotros. Alcé la mirada y me sorprendí aún más.— Hola Esteban. Cuánto tiempo. Me alegra ver que has rehecho tu vida. — me saludó Evelyn con una dulce sonrisa con Lisa a su lado.Iba a responder cuando escuché otra voz.— Hola cuñado. Muchas gracias por ponerle mi nombre a tu hijo. — me saludó Mike.Miré a mi alrededor y vi a tres personas más: allí se encontraban Alfred, el hermano de Emily y un señor que no conocía vestido de herrero. Por las lágrimas de mi Luna, deduje que se trataba de su padre adoptivo.— Lo mismo digo, Esteban. — dijo Alfred acercándose a mi — Siento mucho que no pudiésemos tomar esa copa pero era la única solución. Te
* ¡AVISO de la Autora! * Este libro es la continuación de La Loba Perdida (finalizado), con la historia de otro personaje. Este libro contiene spoilers importantes. El libro se puede leer y entender de forma independiente, pero recomiendo leer antes La Loba Perdida para comprender la totalidad de la historia, incluyendo sus matices.*** — ¡Papi, papi! — me gritó una niña pelirroja de ojos azules, corriendo y saltando en mi cama, con una sonrisa adorable en la cara. Me reí.— ¡Lisa! ¿No te he dicho muchas veces que debes dejar descansar a tu padre? — la regañó la mujer que había atrapado mi corazón: una mujer rubia, de ojos grises y una sonrisa tan luminosa como el mismo sol.— ¡Pero mami! ¡Quiero estar con Papi! — hizo un puchero tan tierno que me ablandó el corazón. — ¡Ven aquí, pequeña revoltosa! — dije incorporándome, cogiéndola entre los brazos y alzándola en el aire — ¡No te escaparás! La niña soltó una risotada divertida mientras la balanceaba en el aire.— Y ahora... ¡Un abr
— ¿Esteban? — escuché la voz de Mar al otro lado de la puerta — ¿Puedo pasar?— Sí, Mar. Adelante. — dije mientras me incorporaba y me dirigía al armario.La puerta se abrió.— Podías haberte puesto algo mas que unos calzoncillos.— En eso estoy. — dije sacando unos pantalones de deporte y una camiseta. Vi que Mar miraba hacia otro lado.— ¿Y qué querías? Has llegado antes de lo previsto. — le dije mientras me vestía.— Ver cómo estabas y si tenías alguna pregunta.— ¿Pregunta de qué tipo? Por cierto, ya puedes mirar.— Preguntas acerca de los Benditos. — dijo ella mirándome con alivio — Pensaba que mi hija y yo éramos las últimas y algunas cosas las descubrí por mi cuenta.— ¿En leyendas?— Sí, por ejemplo.Volví a tumbarme en la cama.— No sé decirte, Mar. ¿Qué podría interesarme? Lo único que se me ocurre es saber porqué he terminado siendo... ésto.— Bueno, no sé si sabes que todos los Benditos tienen algún tipo de poder... no es algo exclusivo de mi linaje.Me reí.— Si tuviera al
Llegamos a la habitación de Alfred, el lugar en el que habíamos quedado con María. Mar y yo nos miramos con pesar: aunque la muerte de Alfred nos había dejado mas preguntas que respuestas (que esperábamos encontrar hoy) nos dolía en el alma su marcha.Alfred había cambiado mucho: pasó de ser un machista egocéntrico que pensaba que todo lo hacía bien y se negaba a escuchar o aceptar otras formas de mandato, a ver la realidad de su hijo, las cosas positivas de otras formas de liderazgo y esforzarse en arreglar y compensar todos sus errores pasados.Su cambio había sido tan real y sincero, que incluso yo había sido capaz de perdonarle el asesinato de mi mujer e hija, hacía tanto tiempo.— ¡Bendito Esteban! ¡Reina Mar! Lamento el atraso. — escuchamos la voz de María a nuestra espalda justo cuando íbamos a llamar a la puerta.Ambos nos giramos y la vimos llegar corriendo y muy apurada.— No te preocupes María. No pasa nada. — dijo Mar con una sonrisa amigable."Ha aprendido mucho en poco ti