¡Hola a todo/as! <3 Mil disculpas por el atraso de esta semana, pero he tenido a mi familia en casa y ha sido una locura en la que no he tenido apenas tiempo (aún así, he ido escribiendo un poco cada día). Por otro lado, ¿creéis que Angie está en lo cierto acerca del motivo por el que Esteban no puede usar sus poderes? ¿Qué teorías tenéis acerca del problema? Mañana se marcha mi familia así que espero retomar la rutina habitual jajaja. ¡Os quiero un montón! <3 Mil millones de gracias por vuestra infinita pacienca <3 ¡Os adoro!
Apenas había caminado cinco minutos después de que Angie se fuese, cuando se formó un revuelo en el chat general de Luz de Luna, así que me dirigí hacia allí, dispuesto a cumplir con mis obligaciones de Beta. Cuando llegué, Mar ya estaba allí, permitiendo el paso de cinco camiones. — ¿Qué está pasando? — le pregunté cuando llegué a su lado. — ¡Hola Esteban! — me saludó muy alegremente — Espera y verás. Va a ser muy divertido. — noté que estaba conteniendo la risa y la miré con una ceja alzada — ¡De verdad! Quiero ver cómo reacciona la gente.— ¿Cómo reaccionan?— ¡SÍ! Ya lo verás.Mientras seguíamos a la comitiva, estuve tentado a preguntar que pasaba pero el primero de los camiones se paró delante de las mazmorras. A continuación, se bajaron tres pícaros y comenzaron a descargar unos enormes ramos de rosas rojas. Las lobas de la manada no tardaron en saturar el chat de Luz de Luna con un montón de grititos de emoción y cotilleos. Observé como se repitió el proceso con cada camión, a
— Un, dos, Papi se escondió... — canturreó Lisa muy lentamente con una voz tan dulce que me heló la sangre. Me había escondido detrás de una columna: ésta vez, la pesadilla sucedía en las ruinas de una iglesia.— Tres, cuatro, ¿dónde estará..? — la voz de Lisa sonó más cerca pero no me atrevía a moverme: Si me movía, delataría mi posición.— Cinco, seis, conmigo vendrá — cada vez estaba más cerca y noté cómo el corazón comenzaba a latir más deprisa, mientras gotas de sudor recorrían mi cuerpo desnudo. Intenté controlar la respiración para que no escuchase mi ubicación.— Siete, ocho, siempre estaremos juntos — la voz se escuchó un poco más lejos y sentí algo de alivio. — Nueve, diez... ¡TE ENCONTRÉ! — escuché gritar en mi oído. Me giré aterrado y vi a Lisa cayendo desde el cielo con un cuchillo en la mano. Era demasiado tarde. Grité.***Me desperté gritando y empapado de sudor. Enseguida llegó Sophie, corriendo y preocupada.— ¡E-esteban! ¿Te encuentras bien?— Sí, Sophie, tan sólo e
Emily y yo decidimos como íbamos a empezar toda nuestra farsa. Al final, habíamos quedado en que debía buscar una forma de declararme, porque literalmente "no tengo tiempo para pensar en esas cosas. Hazlo porque tengo mucho trabajo en la forja. Además, verán mejor si eres tu quien da el paso.". "¿En qué lío me he metido, Roy?" — le pregunté por décima vez desde que Emily se había ido a buscar a Mar."En uno muy gordo.""Gracias por tu infinita sabiduría." — le dije de forma irónica — "Hace demasiados años que no me declaro a nadie. ¿Cómo se supone que voy a hacerlo?" — me llevé las manos a la cara, preocupado."No lo sé, tengo la misma experiencia que tu. ¿Y si le preguntas a Yo? Él supo volver locas a todas las mujeres de la manada con el regalo de Elisa. Puede darte alguna idea.""¿Yo? Creo que cualquier idea que se le ocurra será excesivamente llamativa.""Bueno, para que la manada se entere, es perfecto.""Nunca he sido tan... llamativo"."Pues entonces encuentra rápido una soluci
— ¡SÍ! ¡ESTEBAN, SÍ! — gritó Jake entusiasmado: menos mal que las habitaciones estaban insonorizadas cuando estaban completamente cerradas.— ¡VAMOSSS! — dijo Yo bailoteando de la emoción — ¡HAY QUE PREPARAR TODO!— Esperad, ¿qué estáis tramando..? — dije ligeramente asustado cuando ambos se dirigieron hacia mi, abriendo y cerrando las manos y con una mirada de diversión que me dió escalofríos.— ¿Nosotros? No tramamos nada... — dijo Jake y de un salto se colgó de mi cuello, haciéndome trastabillar. Noté cómo Yo trepaba rápidamente por mi cuerpo y me inmovilizaba.— ¡JAKE! Esss hora de arreglarlo. Jake se soltó y abrió mi armario. Comenzó a sacar todo.— Eres muy ordenado. Así será más fácil. — dijo Jake.— Después lo ordenas tú de nuevo. — le dije viendo como toda mi ropa salía volando del armario. Cuando estuvo toda en el suelo, Yo me soltó y se deslizó rápidamente hacia mi ropa. Me agaché para ir doblando y colocando la que descartaban.— ¡ES PERFECTA! — gritó Jake cuando sac
Nos levantamos, cogí el ramo y salimos de la habitación. Un par de lobas que trabajaban en la Casa de la Manada nos vieron y comenzaron a cuchichear emocionadas. Cuando llegamos a la planta baja, todos los trabajadores se habían asomado para vernos. Aquello me puso terriblemente nervioso y para cuando llegamos al lado de Mar, estaba sudando.— ¿Nervioso? — preguntó con una risita.— Mucho. Sigo pensando que debiera ser algo más... privado.— Entonces mejor no digo que en todo Luz de Luna ya están cuchicheando, aunque se han molestado de no involucrar a Emily. Incluso en la forja están esperando a que aparezcas.— Eso no me ayuda. Me siento como un mono de feria.Mar tan sólo sonrió.— Creí que ya estarías acostumbrado a que observen cada cosa que hagas. — Los ojos de Mar se nublaron un momento — Ya está en la forja. ¡Buena suerte! — me dijo y me empujó con suavidad hacia afuera. Nada más salir, no pude evitar notar todas las miradas mirándome fijamente y cuchicheando. El corazón come
Salí de la forja entre muchos cuchicheos y me dirigí al restaurante de la vez anterior."Genial, voy a ser el cotilleo del día." — le dije a Roy."¿Del día? Como mínimo de toda la semana." — me respondió riéndose."¿Y a ti te parece bien todo esto?" "Emily me cae bien y se preocupa genuinamente por ti. Aunque todo ésto sea una pantomima, creo que es positivo para la manada. Además, puede hacer que cambies de opinión.""¿Cambiar de opinión? ¿En qué?""Hace mucho tiempo que no estás con una mujer, y nosotros necesitamos encontrar una Luna. Toda ésta actuación, obligarte a actuar como un Alfa enamorado... quizás te haga cambiar de opinión.""No voy a cambiar de opinión.""Bueno, la esperanza es lo último que se pierde."Llegamos al restaurante y vi cómo el dueño ya se encontraba fuera. Sonrió nada más verme.— ¡Bendito Esteban! ¡Es un placer verle de nuevo! ¿Qué desea?— Quería hacer una reserva para las nueve y media de la noche. Una privada, con una decoración bonita, acorde para una
Llegué a la manada justo cuando vi a a lo lejos, a Emily, dirigiéndose a la casa de la manada."Qué raro que esté fuera de la forja a esta hora." — le comenté a Roy."Sí. Ve a preguntar.""Entonces toca comenzar con el show del Alfa enamorado." — le dije con pesadez. Sin embargo, forcé una sonrisa juguetona y me escondí detrás de un edificio mientras la observaba.Noté que algunos lobos se habían dado cuenta de la situación y me observaban curiosos. Como Emily no se dió cuenta, avancé con sigilo lo más rápido posible hasta el siguiente edificio, y me asomé para ver qué hacía o si se había percatado de algo. "Vamos a por el siguiente." — le dije a Roy mientras avanzaba hacia el siguiente edificio después de haberme asegurado que no se había dado cuenta.Repetí aquello tres veces más, en las que Emily siguió avanzando con normalidad. Algunos lobos parecían encontrar divertida la situación."Es normal, parece que estás acechándola." — me dijo Roy, que estaba disfrutando de la situación.
Durante el resto del día, estuve atendiendo diferentes papeleos de las dos manadas (incluyendo costes de construcción, posibles financiaciones etc). También tuve alguna que otra reunión, aunque la más importante fue con Mar acerca de los brujos necesarios para desencantar SunLight. También aproveché para explicarle la situación de mi bloqueo. Lo único que me dijo fue que tuviese paciencia porque a ella también le había pasado, y que cuándo lo consiguiese, estaría encantada de tener una pelea de licántropos.A las siete de la tarde, alguien llamó a la puerta de la habitación.— Adelante. — dije sin mirar quien era, mientras guardaba el documento que estaba escribiendo en el ordenador portátil.— ¡Eeeesssteeeeebaaaaan! — canturreó Yo.— ¡Oh, no! ¿Otra vez? — dije mientras miraba a la puerta.— Sí, otra vez. — dijo Julián con una sonrisa mientras Yo se dirigía a mi armario.— ¿¡Tú también!? ¿No deberías estar en el hospital?— No pasa nada, todos los que luchaban entre la vida y la muerte