¡Hola a todo/as! <3 Aquí está la tercera (y última, ¡lo prometo!) parte de la declaración. ¿Qué os ha parecido? La verdad es que me he divertido mucho escribiéndolo y revisándolo. ¡Espero que os haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo! :D ¡Os quiero un montón! ¡Sois los mejores! <3 P.D: Me gusta mucho leer vuestros comentarios, me motivan a avanzar mas rápido jajaja.
Salí de la forja entre muchos cuchicheos y me dirigí al restaurante de la vez anterior."Genial, voy a ser el cotilleo del día." — le dije a Roy."¿Del día? Como mínimo de toda la semana." — me respondió riéndose."¿Y a ti te parece bien todo esto?" "Emily me cae bien y se preocupa genuinamente por ti. Aunque todo ésto sea una pantomima, creo que es positivo para la manada. Además, puede hacer que cambies de opinión.""¿Cambiar de opinión? ¿En qué?""Hace mucho tiempo que no estás con una mujer, y nosotros necesitamos encontrar una Luna. Toda ésta actuación, obligarte a actuar como un Alfa enamorado... quizás te haga cambiar de opinión.""No voy a cambiar de opinión.""Bueno, la esperanza es lo último que se pierde."Llegamos al restaurante y vi cómo el dueño ya se encontraba fuera. Sonrió nada más verme.— ¡Bendito Esteban! ¡Es un placer verle de nuevo! ¿Qué desea?— Quería hacer una reserva para las nueve y media de la noche. Una privada, con una decoración bonita, acorde para una
Llegué a la manada justo cuando vi a a lo lejos, a Emily, dirigiéndose a la casa de la manada."Qué raro que esté fuera de la forja a esta hora." — le comenté a Roy."Sí. Ve a preguntar.""Entonces toca comenzar con el show del Alfa enamorado." — le dije con pesadez. Sin embargo, forcé una sonrisa juguetona y me escondí detrás de un edificio mientras la observaba.Noté que algunos lobos se habían dado cuenta de la situación y me observaban curiosos. Como Emily no se dió cuenta, avancé con sigilo lo más rápido posible hasta el siguiente edificio, y me asomé para ver qué hacía o si se había percatado de algo. "Vamos a por el siguiente." — le dije a Roy mientras avanzaba hacia el siguiente edificio después de haberme asegurado que no se había dado cuenta.Repetí aquello tres veces más, en las que Emily siguió avanzando con normalidad. Algunos lobos parecían encontrar divertida la situación."Es normal, parece que estás acechándola." — me dijo Roy, que estaba disfrutando de la situación.
Durante el resto del día, estuve atendiendo diferentes papeleos de las dos manadas (incluyendo costes de construcción, posibles financiaciones etc). También tuve alguna que otra reunión, aunque la más importante fue con Mar acerca de los brujos necesarios para desencantar SunLight. También aproveché para explicarle la situación de mi bloqueo. Lo único que me dijo fue que tuviese paciencia porque a ella también le había pasado, y que cuándo lo consiguiese, estaría encantada de tener una pelea de licántropos.A las siete de la tarde, alguien llamó a la puerta de la habitación.— Adelante. — dije sin mirar quien era, mientras guardaba el documento que estaba escribiendo en el ordenador portátil.— ¡Eeeesssteeeeebaaaaan! — canturreó Yo.— ¡Oh, no! ¿Otra vez? — dije mientras miraba a la puerta.— Sí, otra vez. — dijo Julián con una sonrisa mientras Yo se dirigía a mi armario.— ¿¡Tú también!? ¿No deberías estar en el hospital?— No pasa nada, todos los que luchaban entre la vida y la muerte
Llegamos al restaurante. El dueño puso cara de sorpresa al vernos pero la recompuso rápidamente. — Bendito Esteban, Beta Emily, es un placer volver a atenderlos. Por favor, acompañénme.Ambos le seguimos por el restaurante, ganándonos algunas miradas de sorpresa y algún cuchicheo adicional de los clientes que estaban cenando. Abrió una puerta y entramos, dejándonos a los dos boquiabiertos.La habitación tenía varios arcos de piedra muy altos. En las paredes colgaban tapices de estilo antiguo que mostraban escenas de forja, así como representaciones de las batallas y los hechos más importantes de los Benditos de SunLight. Había varias velas aromáticas de rosas y jazmín flotando por toda la sala emitiendo una luz tenue: se movían muy lentamente creando un juego de luces y sombras encantador. El techo era un cielo estrellado con una luna llena brillando: su luz caía encima de una mesa con un mantel rojo. Por todas partes había pequeños detalles, como pequeñas enredaderas con rosas blanca
— Si dices eso teniendo a SunLight y Brisa Plateada, debe ser algo bastante importante.— Lo es. Continuamos cenando mientras hablábamos de algunos temas mas triviales como las aficiones.— ¡No te rías de mi! — me dijo Emily completamente ruborizada mientras me secaba unas lágrimas de la risa.— ¡Es... es... es que no puedo imaginarte haciendo bordados! — le dije mientras soltaba otra carcajada.— No sé porque te lo he contado. — murmuró en voz baja. — Porque somos novios. — dije intentando serenarme.— Siempre os sorprendéis y reís. No entiendo el motivo.— ¡Ay, Emy..! Es que eres tan apasionada de la forja y el taller, que es difícil imaginarte en una silla, con un bastidor y haciendo bordados con calma. Ambas cosas son demasiado diferentes.— También me gustan algunas de las cosas que dicen que son de chicas.— Te creo. Será divertido descubrir esos secretos ocultos envueltos en tu fachada de mujer ruda.— Mírame, Esteban. ¿Crees eso de mi, ahora mismo? — Soltó el tenedor y me mir
Golpeé con furia la mesa de mi habitación. ¿Por qué? ¿¡POR QUÉ!? ¿¡POR QUÉ LOS MALDITOS BENDITOS ENCONTRABAN TAN RÁPIDO A ALGUIEN!? ¡No era justo! Ellos podían hacer lo que quisieran en sus guerras, destruían familias, pero no les importaba. Y los demás debíamos seguirlos y bailarles cualquier cosa que se les ocurriese porque... ¿Quién puede llevarles la contraria? Con poderes, una fuerza y velocidad superiores y la licantropía, ¿qué puede hacer una simple persona contra ellos? Incluso los Alfas de otras manadas eran marionetas contra ellos en un uno contra uno.Tenía que calmarme y pensar. Ya sabía que la Reina iba a ser muy difícil de matar: con sus poderes desarrollados y todo el apoyo y fanatismo que había logrado reunir, era una pieza muy dura. Su hija era igual de difícil: sólo pasaba tiempo con la niñera, el Rey, la Reina y sus abuelos. Por otro lado, atacar a los abuelos no era algo sensato: su condenada madre adoptiva había resultado ser demasiado resistente y eso sin contar q
Me desperté una hora después al sentir un forcejeo cerca y, por instinto, me lancé sobre el intruso: giré en la cama, me coloqué encima y le sujeté la garganta, cortándole la respiración mientras bloqueaba sus rodillas con las mías y le inmovilizaba un brazo con la otra mano.— ¿Quién eres y porqué pretendías matarme? — pregunté enfurecido y miré a mi prisionero, que había agarrado con su mano libre la palma que le estaba asfixiando.— ¡Oh, JODER! Lo siento mucho, Emily. ¿Estás bien?Retiré la mano del cuello permitiendo que pudiese respirar, mientras movía mi pierna y soltaba su brazo. Me apoyé en los laterales de su cuerpo, en la cama.— ¿¡Estás loco!? ¿Qué querías, matarme? — me dijo enfurecida mientras respiraba agitada. Tenía las mejillas sonrojadas.— No estoy acostumbrado a dormir con compañía así que pensé me estaba atacando un asesino.— Entonces querías matarme por ir al baño.— A ti no, al agresor sí. Una confusión.Emily fue a replicar cuando alguien entró corriendo por la
Me vestí y bajé a desayunar, no sin antes buscar el papel de la reserva: efectivamente, salía que en el caso de ser seres importantes, el restaurante se reservaba el derecho de hacer público lo que sucediese, ya que se consideraba información relevante. A cambio, la comida correría a cargo del restaurante. Cuando llegué al comedor, todos excepto Joselyn, Emily y Julián estaban desayunando. Nada mas entrar, se giraron hacia mi mientras me sentaba en un asiento vacío.— ¿Qué tal fue la cita anoche? — me preguntó Jake.— Creo que es de conocimiento público. O eso es lo que me dijeron cuando fui a pagar. — ¿No lo sabías?— No. Estaba en el papel de la reserva, pero no lo leí. ¿¡A quién se le ocurre que en el caso de "seres importantes", puedan mostrar lo que sucede sin su consentimiento!? — comencé a desayunar.— Bueno, al aceptar la reserva y acudir, en realidad diste tu consentimiento. — dijo Elisa — Pero es bueno saberlo. Creo que todos en esta mesa podríamos considerarnos Seres Impor