Dante no podía dejar de mirar a su perfecta esposa que caminaba hacía él acompañada de los niños, mientras a su mente llegaba lo ocurrido estos últimos años. Habían pasado tres años desde que se casaron y todo había tomado su curso, él se había encargado de que Charles fuera a recuperarse al extranjero para que no le diera más problemas a su familia y así lo hizo, pero esté último hace un año había muerto, pero afortunadamente la relación con los demás miembros de la familia Walsh estos años había sido buena. Bruno había sido condenado a treinta años de prisión y aunque los Miller intentaron contactarse muchas veces con Mia y también con él, Dante nunca se los permitió, por lo que se quedaron sin nada e incluso Mandy tuvo que ir a prisión por el secuestro de Mia, lo que terminó de destruir a la familia. Y aunque Dante al final si le había dicho del destino de éstos a ella, Mía no quiso volver a involucrarse con ellos nunca más, le habían hecho mucho daño en el pasado y ahora que
Mia estaba embarazada de siete meses y el doctor le había indicado que prestara atención a su forma de caminar. Al bajar las escaleras, se movía lentamente, agarrándose fuertemente del pasamano con una mano y acariciando suavemente con la otra su vientre hinchado, donde llevaba los amados bebés de ella y Bruno, que había estado esperando con ansias. Pero había una voz áspera en sus oídos, proveniente de su media hermana Mandy. — Mia, estás engordando cada día, eres realmente vergonzosa. Es solo un embarazo, ¿hay alguna necesidad de exagerar tanto? ¡Es como si a Bruno le importara! Mia se dio la vuelta y Mandy miraba su cuerpo de arriba abajo con una expresión desdeñosa. Al escuchar su sarcasmo, Mia sintió una oleada de ira en su corazón. Se mordió el labio inferior. Ahora no era el momento de enojarse con personas indignas. Mandy no podía afectarla. — Sí, después de todo, soy yo quien está embarazada de él, nos casaremos después de que nazcan los bebés y yo volveré a estar
CAP 2 Mía no podía creer que Mandy no solo se atreviera a venir aquí después de lo que hizo, sino que ahora empieza a fingir y a mentir. ¡Hace un rato, ella quería matarla! Y ahora se hace la buena. Sin poderlo soportar más, Mia llena de rabia se sienta con dificultad, para encarar a Mandy. — ¿Por que tu estas aquí? Mandy Miller, tú eres quien intentaba matar a mis hijos, no quiero ver tu cara, vete! El rostro de Bruno se llenó de indignación al escuchar tal reproche. — Pero hermana, Mía, ¿de qué estás hablando? ¿Cómo podría empujarte? Cuñado, mi hermana está tan enojada, pero yo nunca hice algo así. Créeme por favor. Bruno miró a Mandy, sabía que como habían mantenido una relación secreta desde hace un tiempo, Mandy podría tener motivos para no querer que nazcan los bebés, sin embargo no cree que Mandy pueda ser capaz de hacer algo así. Ella es una chica gentil y amable que siempre pone a su familia en primer lugar. A menudo incluso lo convence para que visite más
Capítulo 3Mía se despertó del dolor y se encontró acostada en la mesa de operaciones. Asustada y nerviosa quería levantarse, pero estaba demasiado débil aún por la anestesia que todavía no salía por completo de su sistema. —Mis bebés, ¿Dónde están mis hijos? — Cuestionó Mia tocando su vientre, dándose cuenta que ya estaba vacío y sintió como si su corazón estuviera colgando de un hilo en este instante al no saber si sus bebés estaban bien. —No se mueva, felicidades señora por dar a luz a Mellizos. Tuvimos que realizarle una cesárea y los dos bebés nacieron prematuros, han sido enviados a la incubadora. Actualmente se encuentran en condiciones estables. Podrás ver a tus hijos en unas horas.Al escuchar esto Mía se relajó y sonrió con cansancio. La empujaron a su habitación, lista para descansar bien. Mientras la llevaban miró a todos lados buscando a Bruno, pero no pudo encontrarlo y su corazón se puso más pesado.En ese momento, Bruno llegó desde el final del pasillo en la dist
Capítulo 4—Uno de sus hijos, el niño, lamentablemente padecía una cardiopatía congénita, falleció hace unos minutos. Lamentamos profundamente que no hayamos podido detectar esta condición durante el embarazo. Nos haremos cargo de todos los gastos durante su hospitalización como compensación.Las palabras de la enfermera fueron como si un rayo le cayera, partiéndola en dos, al mismo tiempo que sentía que su corazón había sido atravesado por un picahielos, que se enterraba una y otra vez sin parar, todo dolía tanto y al mismo tiempo no lo podía creer. Ella hace poco acababa de ver a sus dos bebés y los dos se veían bien, ¿Cómo podía ahora uno de ellos estar muerto? ¿Cómo Dios podría ser tan cruel y quitarle a su pequeño bebé? —No, yo los ví, los dos estaban bien, me estás mintiendo, quiero ver a mis bebés de inmediato. — Pidió desesperada, intentando levantarse de la cama, se negaba a creer que uno de sus preciosos bebés estuviera muerto. Los dos debían estar bien, era lo que anhelaba e
Cinco años después.— Hola mi princesa, mira lo que te traje. — Saludó Mía acercándose de prisa a su pequeña, con el helado favorito de Lydia en su mano.Lydia ni siquiera la miró y permaneció sentada mirando a la nada sin ni siquiera hacer una mueca, ella había tenido que estar todo el día sin su madre y a pesar de que Isabel o la madre de Isabel, le daban un vistazo, no podían dedicarle tiempo y esto llenaba de frustración a la pequeña niña, que se sentía muy sola, pero no sabía cómo expresar estos pensamientos.La vida de Mia ha mejorado mucho desde que recibió la ayuda de esta vieja vecina, madre e hija. Ayudaron a Mia a mudarse del vecindario original, pero ella aún tuvo que trabajar mucho para mantener a su hija.— Mi niña, es tu helado favorito. — Insistió Mía con preocupación abrazando a la persona más importante de su vida.Lydia solo bajó la cabeza, aún sin mostrar ninguna expresión y él corazón de Mía se apretó al ver así a su pequeña.Sabía que Lydia la necesitaba, pero el
— Está muy oscuro aquí, Papá, esta tía tan guapa me ha salvado, quiero darle las gracias! ¡Tío Santiago, ya volviste! — Dijo Liam contento, mostrando sus dientes blancos, con una linda sonrisa, que capturaba el corazón de cualquiera. Dante estaba aliviado de que su hijo parecía estar bien. Al lado de la mujer que parecía estar asustada al sentir su mirada, la observó con seriedad, pensando en que había algo familiar en ella, como si no fuera la primera vez que se encuentran. En ese instante empezó a recordar a las mujeres con las que se había acostado en el pasado y han sido buscadas, pero está mujer frente a él, no se encontraba entre ellas. — Bueno como ya el niño está bien, volveré al trabajo de inmediato. — Dijo Mía dando unos pasos al frente, queriendo salir del almacén, sintiéndose incómoda por la intensa mirada de Dante. Podía darse cuenta de que él no solo era impresionantemente atractivo, sino que también tenía mucho poder y ella no quería tener ningún problema con nadie
Ella realmente necesitaba el dinero con urgencia o de lo contrario no habría soportado el agravio de ser maltratada por su jefe en su primer día de trabajo.— ¿Cuánto quieres? — Escuchó a Dante preguntar y empezó a contar el coste del tratamiento de Lydia, los programas de terapia son muy caros.Mia calculó 15.000 dólares al año, Lydia tiene 4 años y necesitará tratamiento al menos hasta que tenga unos 12 años. Espera tener en el futuro más dinero, pero por el momento necesitaba asegurar el futuro de su hija.— Necesito 120.000 dólares. — Dijo con voz entrecortada, nerviosa y tensa, con miedo de que él hombre frente a ella se burlara en su cara por pedirle tal suma, pero debía intentarlo por su hija.Dante la miró fijamente por unos segundos y luego desvió la mirada, haciendo que Mía se sintiera mucho más ansiosa, al no saber si él estaba enfadado o pensativo.En medio del silencio incómodo las esperanzas de Mía comenzaron a desvanecerse. Ella no había podido leer sus intenciones cuan