Mia estaba embarazada de siete meses y el doctor le había indicado que prestara atención a su forma de caminar. Al bajar las escaleras, se movía lentamente, agarrándose fuertemente del pasamano con una mano y acariciando suavemente con la otra su vientre hinchado, donde llevaba los amados bebés de ella y Bruno, que había estado esperando con ansias.
Pero había una voz áspera en sus oídos, proveniente de su media hermana Mandy. — Mia, estás engordando cada día, eres realmente vergonzosa. Es solo un embarazo, ¿hay alguna necesidad de exagerar tanto? ¡Es como si a Bruno le importara! Mia se dio la vuelta y Mandy miraba su cuerpo de arriba abajo con una expresión desdeñosa. Al escuchar su sarcasmo, Mia sintió una oleada de ira en su corazón. Se mordió el labio inferior. Ahora no era el momento de enojarse con personas indignas. Mandy no podía afectarla. — Sí, después de todo, soy yo quien está embarazada de él, nos casaremos después de que nazcan los bebés y yo volveré a estar en forma. — Ella exhaló, miró a Mandy a los ojos y dijo sin emoción. — ¿Estás presumiendo ante mí? ¿Crees que tu embarazo es un gran problema? Si eres tan importante, ¿dónde está Bruno? Mia estaba realmente estimulada esta vez. Es cierto que Bruno no la visita desde hace unos días, para un padre que espera con ansias el nacimiento de sus hijos esto no es lo que debería ser, pero siempre se excusa diciendo que está ocupado en el trabajo. Y Mia no pensó mucho en eso, después de todo, aún no estaban casados, por lo que Mia todavía vivía en la casa de su padre. Pero la humillación de Mandy no terminó ahí. — Si lo has olvidado, te lo recordaré amablemente. La última vez que vino a verte pareció que fue hace dos semanas. ¿Viste este vestido mío? Ayer se ofreció a llevarme al centro comercial a comprarlo. Y estás vestida como una niñera. Parecías estar usando esto hace medio año. ¿Quién le importa más a Bruno? ¿Necesito decir más? Mia apretó los puños con enojo, intentó cerrar los ojos, respiró hondo y trató de calmarse. Esto es algo que ha estado tratando de ignorar. El cuidado de Bruno por Mandy supera con creces el cuidado de Bruno por ella y los niños. Cada vez que Mandy se luce, a Mia le duele profundamente el corazón. Pero lo que Mandy dijo era la verdad. Durante su embarazo, su prometido y ella salieron solos así más de una o dos veces. Mia intentó recordarle a Bruno que se mantuviera alejado de Mandy. Pero Bruno siempre se reía y le pedía que no pensara demasiado, afirmando que Mandy era solo una niña y que él simplemente la consideraba su hermana. — Bruno es mi prometido, ¿crees que se preocupará más por ti? —Mia se dio vuelta nuevamente y respondió a la provocación sin fondo de Mandy. Volviéndose hacia su media hermana, estaba tan cerca que la cabreó aún más. — ¿Tu prometido? Veamos cómo lo conservaras después de esto. — Masculló Mandy con su mirada llena de odio y maldad antes de empujar a Mia que no pudo hacer nada por sostenerse al ser tomada por sorpresa y solo gritó poniendo sus manos en su vientre, intentando proteger a sus bebés al caer. — Noo. — Gritó Mia desesperada cuando se despertó, su corazón se aceleró, goteaba sudor frío y estaba llena de pánico. Sin embargo, tan pronto como luchó, le dolió todo el cuerpo. El olor a desinfectante le picó las fosas nasales y abrió los ojos. Con ojos de horror, se encontró que algunas partes de sus manos y pies estaban vendadas. — Señorita, ¿qué le pasa? ¡No puede moverse! ¡Ha sufrido un accidente y su cuerpo está muy afectado!. — escuchó la voz del médico y se dio cuenta de su presencia, ya no estaba tirada en las escaleras, estaba en el hospital. El incidente en el que su hermanastra Mandy la empujó escaleras abajo no fue un sueño, fue real, sucedió hace apenas unas horas. — Doctor, ¿cómo están mis bebés? — su voz era demasiado débil. Inconscientemente quería tocarse el vientre, y lo sentía herido. Pero descubrió que no podía levantar la mano, que estaba envuelta en vendas. — Señorita Mia, sus hijos están bien, pero debe tener más cuidado al caminar, debe descansar, su embarazo es más frágil ahora, pero ¿por qué el padre del niño no ha venido a verla todavía? – El médico miró a Mia que palideció y su tono se volvió más suave. Luego se marcho, la dejo descansar. Mia miró hacia la puerta de la sala. Frunció los labios y guardó silencio. De repente, la puerta de la habitación se abrió y una figura familiar entró, tan pronto como el hombre la vio, corrió ansioso hacia la cama. Los ojos de Mia se iluminaron de inmediato y su estado de ánimo se calmó. Sabía que Bruno era el que más se preocupaba por ella, simplemente estaba ocupado con el trabajo, no porque estuviera ocupado saliendo con otras mujeres. Pero la realidad decepcionó al segundo siguiente, Mandy siguió de cerca a Bruno. Ella también fingió estar ansiosa y se acercó, pero esta mujer hipócrita en realidad fingió estar ansiosa. Mia odiaba a esta mujer, no sólo le había quitado a su padre, sino que ahora también quería quitarle a Bruno y ella no podía permitirlo.CAP 2 Mía no podía creer que Mandy no solo se atreviera a venir aquí después de lo que hizo, sino que ahora empieza a fingir y a mentir. ¡Hace un rato, ella quería matarla! Y ahora se hace la buena. Sin poderlo soportar más, Mia llena de rabia se sienta con dificultad, para encarar a Mandy. — ¿Por que tu estas aquí? Mandy Miller, tú eres quien intentaba matar a mis hijos, no quiero ver tu cara, vete! El rostro de Bruno se llenó de indignación al escuchar tal reproche. — Pero hermana, Mía, ¿de qué estás hablando? ¿Cómo podría empujarte? Cuñado, mi hermana está tan enojada, pero yo nunca hice algo así. Créeme por favor. Bruno miró a Mandy, sabía que como habían mantenido una relación secreta desde hace un tiempo, Mandy podría tener motivos para no querer que nazcan los bebés, sin embargo no cree que Mandy pueda ser capaz de hacer algo así. Ella es una chica gentil y amable que siempre pone a su familia en primer lugar. A menudo incluso lo convence para que visite más
Capítulo 3Mía se despertó del dolor y se encontró acostada en la mesa de operaciones. Asustada y nerviosa quería levantarse, pero estaba demasiado débil aún por la anestesia que todavía no salía por completo de su sistema. —Mis bebés, ¿Dónde están mis hijos? — Cuestionó Mia tocando su vientre, dándose cuenta que ya estaba vacío y sintió como si su corazón estuviera colgando de un hilo en este instante al no saber si sus bebés estaban bien. —No se mueva, felicidades señora por dar a luz a Mellizos. Tuvimos que realizarle una cesárea y los dos bebés nacieron prematuros, han sido enviados a la incubadora. Actualmente se encuentran en condiciones estables. Podrás ver a tus hijos en unas horas.Al escuchar esto Mía se relajó y sonrió con cansancio. La empujaron a su habitación, lista para descansar bien. Mientras la llevaban miró a todos lados buscando a Bruno, pero no pudo encontrarlo y su corazón se puso más pesado.En ese momento, Bruno llegó desde el final del pasillo en la dist
Capítulo 4—Uno de sus hijos, el niño, lamentablemente padecía una cardiopatía congénita, falleció hace unos minutos. Lamentamos profundamente que no hayamos podido detectar esta condición durante el embarazo. Nos haremos cargo de todos los gastos durante su hospitalización como compensación.Las palabras de la enfermera fueron como si un rayo le cayera, partiéndola en dos, al mismo tiempo que sentía que su corazón había sido atravesado por un picahielos, que se enterraba una y otra vez sin parar, todo dolía tanto y al mismo tiempo no lo podía creer. Ella hace poco acababa de ver a sus dos bebés y los dos se veían bien, ¿Cómo podía ahora uno de ellos estar muerto? ¿Cómo Dios podría ser tan cruel y quitarle a su pequeño bebé? —No, yo los ví, los dos estaban bien, me estás mintiendo, quiero ver a mis bebés de inmediato. — Pidió desesperada, intentando levantarse de la cama, se negaba a creer que uno de sus preciosos bebés estuviera muerto. Los dos debían estar bien, era lo que anhelaba e
Cinco años después.— Hola mi princesa, mira lo que te traje. — Saludó Mía acercándose de prisa a su pequeña, con el helado favorito de Lydia en su mano.Lydia ni siquiera la miró y permaneció sentada mirando a la nada sin ni siquiera hacer una mueca, ella había tenido que estar todo el día sin su madre y a pesar de que Isabel o la madre de Isabel, le daban un vistazo, no podían dedicarle tiempo y esto llenaba de frustración a la pequeña niña, que se sentía muy sola, pero no sabía cómo expresar estos pensamientos.La vida de Mia ha mejorado mucho desde que recibió la ayuda de esta vieja vecina, madre e hija. Ayudaron a Mia a mudarse del vecindario original, pero ella aún tuvo que trabajar mucho para mantener a su hija.— Mi niña, es tu helado favorito. — Insistió Mía con preocupación abrazando a la persona más importante de su vida.Lydia solo bajó la cabeza, aún sin mostrar ninguna expresión y él corazón de Mía se apretó al ver así a su pequeña.Sabía que Lydia la necesitaba, pero el
— Está muy oscuro aquí, Papá, esta tía tan guapa me ha salvado, quiero darle las gracias! ¡Tío Santiago, ya volviste! — Dijo Liam contento, mostrando sus dientes blancos, con una linda sonrisa, que capturaba el corazón de cualquiera. Dante estaba aliviado de que su hijo parecía estar bien. Al lado de la mujer que parecía estar asustada al sentir su mirada, la observó con seriedad, pensando en que había algo familiar en ella, como si no fuera la primera vez que se encuentran. En ese instante empezó a recordar a las mujeres con las que se había acostado en el pasado y han sido buscadas, pero está mujer frente a él, no se encontraba entre ellas. — Bueno como ya el niño está bien, volveré al trabajo de inmediato. — Dijo Mía dando unos pasos al frente, queriendo salir del almacén, sintiéndose incómoda por la intensa mirada de Dante. Podía darse cuenta de que él no solo era impresionantemente atractivo, sino que también tenía mucho poder y ella no quería tener ningún problema con nadie
Ella realmente necesitaba el dinero con urgencia o de lo contrario no habría soportado el agravio de ser maltratada por su jefe en su primer día de trabajo.— ¿Cuánto quieres? — Escuchó a Dante preguntar y empezó a contar el coste del tratamiento de Lydia, los programas de terapia son muy caros.Mia calculó 15.000 dólares al año, Lydia tiene 4 años y necesitará tratamiento al menos hasta que tenga unos 12 años. Espera tener en el futuro más dinero, pero por el momento necesitaba asegurar el futuro de su hija.— Necesito 120.000 dólares. — Dijo con voz entrecortada, nerviosa y tensa, con miedo de que él hombre frente a ella se burlara en su cara por pedirle tal suma, pero debía intentarlo por su hija.Dante la miró fijamente por unos segundos y luego desvió la mirada, haciendo que Mía se sintiera mucho más ansiosa, al no saber si él estaba enfadado o pensativo.En medio del silencio incómodo las esperanzas de Mía comenzaron a desvanecerse. Ella no había podido leer sus intenciones cuan
Era muy peligroso, que lo hiciera su hija siendo autista era aterrador, ella no reconocía el peligro.— Iré de inmediato, llama a la policía y sal a buscarla, ella no puede andar sola, es muy peligroso. — Musitó con voz rota, tenía un enorme y doloroso nudo en la garganta, sintiendo que le acababan de arrancar el alma y se la habían llevado lejos.Su alma era su hija y necesitaba recuperarla.Colgó la llamada sin esperar otra respuesta y salió del baño corriendo para dirigirse a la salida del brazo, sin perder tiempo en avisar, no le importaba nada más ni si siquiera si perdía este trabajo, en este instante lo único que le interesaba era encontrar a Lydia.Cuando salió del bar miró a todos lados, intentando encontrar un taxi mientras se iba sintiendo cada vez más desesperada, pero los taxis que pasaban todos iban ocupados, ninguno se detenía y en medio de su desesperación sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, hasta que un auto lujoso se detuvo frente a ella.— ¿Qué sucede? — Pre
— Parece que le agrada a esta niña, Sr. Walsh. Y se parece un poco al joven Amo Liam. —Axel intervino.En ese momento, se escuchó la voz de Mia en la comisaria.— Ya encontraron a Lydia, no debes preocuparte, pronto volveremos a casa.Al escuchar sus palabras Dante tensó la mandíbula al pensar que con quién debía estar hablando debía ser su esposo. Se detuvo de pensar en esa mujer.Lydia soltó su mano para correr hacia la ventana para ver a su madre. Dante por su parte, se dirigió a la salida, él le dio la espalda cuando Mia entro a buscar al oficial.Por otro lado Mía al ver que su pequeña está a salvo finalmente siente que la piedra pesada en su corazón era removida y la abrazó. Aunque se siente molesta por lo que Lydia hizo, sabe que no puede culparla. — Lydia no puedes volver a desaparecer de nuevo de esa manera. — Suspiró al separarse del abrazo y la niña permaneció en silencio, por lo que suspiro. — Muchas gracias oficial, ¿Puedo saber quién trajo a mi hija hasta aquí? Qui