6. ¡Guardias, enciérrenla!

Tan pronto Marianné bajó las escaleras y atravesó el jardín de la casa, el peso de las miradas de aquella familia cayó sobre ella como toneladas de ladrillos, pero, sorpresivamente, nadie se atrevió a decirle nada ni a interponerse en su camino, ni siquiera los guardias de seguridad, así que sin más miramientos, dejó la mansión Gambino atrás.

Fuera se cernía la noche, oscura y silenciosa, mientras Marianné caminaba abrazada a sí misma buscando darse abrigo y consuelo. ¿Qué pasaría ahora con ella? Debía buscar a su familia y decirles la verdad lo que había hecho. Ellos la comprenderían y protegerían.

No supo por cuanto tiempo estuvo caminando, pero los primeros rayos de sol se asomaban de entre los árboles cuando llegó a la mansión Cavallier. Sus pies dolían y estaba exhausta.

Llamó a la puerta con manos temblorosas, y tan solo un par de segundos después, alguien abrió.

— ¿Anné?

Marianné alzó el rostro al reconocer la voz de Berta, su nana.

La vieja mujer la observó con una mezcla de p
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo