Capítulo 2.

ACACIA LUNA.

—Sí, pero eso no fue lo peor —mi compañera le da un sorbo a su bebida antes de seguir hablando—. Lo peor fue que...

Mi celular empieza a sonar y me levanto de la mesa para irme a un lugar un poco alejado para no interrumpir y que no escuchen mi conversación.

—Hola —es lo primero que digo al contestar— ¿Qué sucede?

—¿Estás en el trabajo? —me pregunta mi hermano.

—¿En dónde más estaría a esta hora? —le digo risueña.

—Buen punto —me dice—. Márcame en cuanto salgas de trabajar, vamos a salir a comer.

—¿Por qué? —le pregunto confundida y luego algo regresa a mi mente haciendo que abra los ojos sorprendida—. No me digas que te despidieron.

—Por suerte no —me dice y suspiro aliviada—. Me hablaron para algo más.

—¿Para qué...?

—Te lo cuento cuando estemos cenando —me interrumpe—. Te veo en unas horas, bye.

—¿Bye?

La llamada se termina dejándome confundida.

¿Para qué le abran hablado?

🌕🌕🌕🌕🌕

Veo sorprendida a Cameron mientras mi mente asimila lo que me acaba de contar.

—¿Qué? —le cuestiono.

—Que me ofrecieron mi mismo puesto pero en una nueva empresa en Canadá —me repite—. Me dijeron que si aceptaba, tendría mejor salario, un lugar en donde vivir y muchas cosas más, pero, no sé si aceptar.

Lo veo con cara de "¿es en serio?" antes de lanzarle una papa frita a la cara.

—¡Ey! —se queja.

—"¡Ey!" nada —le digo señalando con el dedo—. Tienes una muy buena oportunidad frente tuyo y estas pensando si la rechazas o la aceptas, o sea, ¿cómo puedes pensar en rechazarla?

—El trabajo es en Canadá —me recuerda y yo lo veo con cara de "¿y eso qué?"—. Nosotros vivimos en Texas.

—No me digas, creí que vivíamos en New York —Cameron rueda los ojos por mi comentario—. No me ruedes los ojos y, ¿qué importa que el trabajo sea en otro país? Cameron, ¡es una gran oportunidad!

—¿Pero qué pasara contigo si decido aceptar?

—Cameron, por el amor de dios, soy una adulta, sé cuidarme sola —le comento—. No te tienes que preocupar por nada, solo acepta y ya, es una gran oportunidad, muy pocas veces se presentan en la vida, si es que se presentan.

—Supongo que tienes razón —me dice antes de darle un sorbo a su refresco—. Mmm, por cierto, te tengo que decir algo más.

—¿Qué?

—Me dijeron que sufbdisvfnvf.

Lo veo confundida mientras él bebe su refresco.

—¿Qué qué? —le pregunto confundida.

—Que quieren nvubdvbfduvs.

—Cameron, habla bien, por el amor de di...

—Que quieren entrevistarte —me dice sorprendiéndome—. Están buscando a personas graduadas en lenguas extranjeras y pues, se enteraron que mi hermana es una de ellas, así que me dijeron que quieren entrevistarte y que si todo sale bien, te iban a proponer lo mismo que a mí.

—Ok, eso suena tentador —le digo antes de darle un bocado a mi hamburguesa— ¿Cuándo seria la entrevista?

—Mañana a primera hora.

Me atraganto con la comida y empiezo a toser.

—¿Mañana? —Cameron asiente— ¡No te pases, Cameron! ¿¡Y hasta ahora me lo dices!? ¡Quedan pocas horas! ¡Tengo que preparar todo y pedir permiso en el trabajo! 

—¿Y si renuncias?

—¿Y si lo hago y no me terminan contratando? —le digo.

—Buen punto —me dice—. Yo digo que renuncies, así no te preocupas por pedir permiso, además, estoy seguro de que si te van a contratar.

—¿Acaso te lo dijo el de recursos humanos?

—El presidente —lo veo confundida—. La entrevista no es con el de recursos humanos, es con el presidente, CEO, o como le quieras llamar de la empresa.

Abro los ojos sorprendida.

AY. DIOS. MIO.

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