ACACIA LUNA.
—Tengo sueño.
—Yo igual —me dice dejando un plato de hot cakes delante mío—. Pero así es la vida de un adulto.
—Extraño un poco ser pequeña —le revelo— ¿Recuerdas las vacaciones en la casa de los abuelos?
—¿Cómo no? Nos daban postres como desayuno y nos sentaban en la sala para ver una película los cuatro juntos mientras desayunábamos —comenta sonriendo—. Extraño realmente eso.
—Yo igual —le digo—. Pero al menos Emily y Dylan están con ellos, es mejor que estar con nuestros padres —como otro pedazo de mi hot cake—. De solo recordar como era estar todo el día con ellos estando de vacaciones, me siento mal.
—A ellos no los menciones, por favor —me dice—. Es muy temprano para amargarnos el día.
—Sí, tienes razón —le digo—. Te quedaron bien los hot cakes.
—Gracias —me dice comiendo— ¿Qué crees que nos digan en la reunión?
—Realmente no lo sé —le revelo—. Solo espero que no sea algo malo.
—Yo igual —me dice—. Espero que nos digan de que será la nueva empresa y en qué parte de Canadá trabajaremos.
Lo veo confundida.
—¿Cómo? ¿La empresa no va a ser del mismo negocio?
—El presidente tiene varias empresas dirigidas a varios negocios en el mundo —me revela—. Yo estoy en la empresa que se dedica al marketing.
—Wow, eso es impresionante —le comento—. Creí que las personas solo tenían empresas dirigidas al mismo ámbito laboral.
—Pues ya sabes que no siempre es así —me dice—. Pero mejor come rápido, que conociéndote, te vas a tardar una eternidad maquillándote.
—Y, conociéndote a ti, vas a estar detrás de mí apurándome aunque no me tarde demasiado —le comento—. Como sea, ya termine —agarro mis trastes sucios y los dejo en el lavavajillas—. Recuerda encender el lavavajillas después de que metas todo lo que usaste —le digo caminando hacia mi habitación.
—¡Ok! —me dice desde el comedor.
🌕🌕🌕🌕🌕
—Oye —murmuro y Cameron se acerca más a mi— ¿Cómo que la mujer de allá te ve mucho, no?
Mi hermano me ve confundido y yo suspiro.
—La pelirroja de la esquina que tiene un pantalón y saco negro y playera blanca —le informo murmurando.
Cameron instantáneamente ve a la mujer pelirroja por un momentos antes de volverme a ver a mi.
—Esta guapa —me comenta.
—Sí, eso ya lo sé —le digo con obviedad en voz baja—. Lo que se me hace raro es que te vea demasiado.
—Soy guapo, ¿qué esperabas? —ruedo los ojos ante de su comentario y él me despeina con una de sus manos—. No tienes que estar celosa, hermanita.
—En primer lugar, no estoy celosa —él me dice un "si, claro" sarcástico—. En segundo lugar, seria un milagro que ustedes dos terminaran siendo pareja, porque, si no lo sabes, hermanito, eres pésimo para coquetear y más para saber cuando te están coqueteando —Cameron rueda los ojos—. Es la pura verdad, lo sabes muy bien.
—Sí, sí, como digas —me dice sin importancia— ¿Debería de ir a hablarle?
—No pierdes nada.
Cameron camina hacia la mujer pelirroja, la cual se endereza y sonríe cuando ve a mi hermano caminar hacia ella, pero antes de que ambos estén juntos, la puerta es abierta y por esta entran cuatro hombres y entre ellos se encuentra el presidente.
Aprieto los labios para no reírme cuando veo que mi hermano se da la vuelta avergonzado y camina hacia mi rápidamente mientras la pelirroja ve todo decepcionada.
—Tomen asiento, por favor —dice el presidente—. Vamos a empezar con la reunión.
Todos los que nos encontraban levantados nos sentamos rápidamente en una de las sillas de la sala de conferencia en donde nos encontramos.
—Me presento, soy Nicolás Cooper, el presidente de esta empresa y ellos son mis socios Leonardo Mancini, Michael Ochoa y Roberto Gautier —cada uno de ellos levanta la mano cuando dicen sus nombres—. Los reunimos todos aquí hoy para hablarles sobre su nuevo trabajo en mi nueva empresa, la cual, se encontrara en la provincia de Ontario en Canadá, para ser más específicos, en Toronto, ¿supongo que todos han oído hablar de ese lugar, no?
Todos asentimos.
—Leonardo les dará una presentación sobre la nueva empresa, después, Michael les dará una presentación...
—Manual —lo interrumpe el tal Michael.
—Es lo mismo —le dice el presidente y su socio lo ve mal—. Bien, es un manual.
—Gracias —dice Michael y nos voltea a ver a todos—. Créanme, el manual les va a servir mucho.
—Regresando a lo importante —su socio castaño lo ve mal pero el presidente lo ignora— vamos a empezar con las presentaciones, así que, Leon, por favor, empieza.
Su socio asiente antes de dar un paso hacia adelante y que en la pantalla se empezara a proyectar algo.
—La empresa se llamara Cooper's food y se encargara de abrir varios restaurantes muy populares y de éxito que se extenderán por todo Canadá y después, por todo el mundo —empieza a explicar—. Nuestro primer restaurante será —la diapositiva de la pantalla cambia y muestra un logo— Moon Melody.
Que feo nombre.
—Moon Melody será un restaurante de comida rápida y saludable, lo último, no se lo revelaremos al publico porque seamos, sinceros, todos creen que la comida saludable no está rica o que tiene muy poco sabor o demasiado vegetales y poca carne, ¿no lo creen? —todos asentimos dándole la razón—. Además, la estrategia es que cuando el restaurante agarre bastante popularidad, le revelaremos a todo el publico que nuestras comidas además de ser muy deliciosas, son saludables, lo cual, incrementara aun más la popularidad y las ventas, mientras tanto, no deben de decir nada de esto, ¿entendido?
—Sí —contestamos todos.
—Como trabajadores de Cooper's food, ustedes contaran con descuentos en sus comidas en todas los restaurantes que abramos, siempre y cuando, sigan trabajando con nosotros, de lo contrario, se les dará los alimentos a precio normal —informa Leonardo.
—Dejando eso claro, yo les expondré el segundo restaurante —habla Roberto— Y ese será —la diapositiva cambia a otro logo— mi niña bonita.
Ese nombre si me gusta.
—Este restaurante será un restaurante de comida mexicana —ay, ya valió—. Pero, a diferencia de los demás restaurantes, este sí tendrá verdadera comida mexicana, ya que muchos de los inmigrante son de México y la gran mayoría, por no decir todos, se han quejado de que la comida con este tipo de comidas son una muy mala copia, de hecho, algunos dicen que es una insulto o broma hacia su verdadera comida y cuando hicimos la investigación, descubrimos que tenían toda la razón, ya que, para empezar, los tacos no tienen la tortilla dura y tampoco los acompañan con crema, pero eso no importa ahora.
Cameron y yo intercambiamos miradas brevemente y aunque no decimos nada, sé que pensamos lo mismo.
A ver si lo logran.
—En mi niña bonita, en la cocina solo trabajaran personas que sean mexicanas, pero sobretodo, que hayan vivido y sepan preparar comida de su país, esto lo haremos para evitar caer en los mismos errores que los demás restaurantes.
—Y, para finalizar —ahora habla Leonardo al mismo tiempo que la pantalla cambia a otro logo— también abriremos Vegans, creo que con el nombre ya todos saben de que tratará el restaurante, ¿no?
Asentimos.
—Muy bien, es mi turno —habla Michael con entusiasmo y la pantalla cambia a otra diapositiva—. Antes que nada apláudanme porque les voy a ayudar mucho —dice con más entusiasmo, pero borra su sonrisa después de que nadie aplaude y con voz sería dice:—. En serio, apláudanme, no estoy bromeando.
Alguien empieza a aplaudir y no mucho después, le seguimos los demás.
—Gracias, gracias —dice Michael haciendo reverencias—. No tenían porque aplaudir, pero se los agradezco. Ahora si —se pone recto y une sus manos— empecemos. Cuando alguien dice "Canadá" a la gran mayoría se le viene a la mente la nieve, lo cual, es algo que caracteriza a Canadá, pero muchas personas creen que siempre hace frio y esta nevando, lo cual, es totalmente erróneo, ya que este país es como cualquier otro, en los inviernos hace frio, en los veranos hace calor, tiene playas...
Lo veo sorprendida.
¿Hay playas en Canadá?
—Y muchas cosas más, ahorita, como ya saben, estamos en primavera y las temperaturas en este mes están en un estándar de 10° a 19° grados solo para que lo sepan y se vayan preparando con la ropa adecuada.
🌕🌕🌕🌕🌕
—Acacia y Cameron Luna.
Mi hermano y yo nos levantamos de nuestros asientos y entramos a la oficina.
—Tomen asiento, por favor —nos ordena Leonardo y ambos obedecemos—. Por lo que tengo entendido, ambos viven juntos, ¿verdad?
Cameron contesta con un "sí" mientras yo solo me limito a asentir con la cabeza.
—Bueno, tienen la opción de vivir juntos en Canadá o que cada uno tenga su propio departamento, en cualquiera de las dos opciones, ambos contaran con su propio vehículo —nos informa—. Así que, ¿qué opción eligen?
—Vamos a vivir juntos —contesta Cameron.
Que bueno que hablamos de esto antes.
—Entonces este seria su contrato de vivienda —mueve un documento hacia nosotros—. Firmen arriba de la linea que esta encima de sus nombres.
Le entrega un bolígrafo a Cameron y él empieza a firmar los papeles antes de darme el bolígrafo para que yo los firme.
—Y estos son sus contratos laborales —mueve dos documentos hacia nosotros—. Firmen, por favor.
Me da un bolígrafo a lo que le doy las gracias, ya que Cameron estaba usando el bolígrafo que nos dio primero.
—Este son los documentos de su departamento y sus autos —nos entrega una carpeta—. Como ya saben, los departamentos ya estarán amueblados, así que solo tienen que preocuparse por empacar su ropa y otras cosas personales, el domingo un auto pasara por ustedes a su hogar a las 22 hrs, el vuelo será a las 24 en punto, así que, por favor, tengan listo todo desde un día antes de preferencia. Eso es todo, ya se pueden retirar.
—Gracias —le decimos al unisono Cameron y yo.
Nos levantamos de las sillas y salimos de la oficina.
ACACIA LUNA.—Creo que esto fue lo último —le digo a Cameron mientras sello la caja con cinta— ¿Terminaste lo tuyo?—Sí —me dice terminando de sellar la caja— ¿Por qué tuvimos que empacar todo lo del departamento si solo nos vamos a llevar nuestra ropa?—Porque luego se ensucian —le respondo— ¿Ya tienes lista tus maletas? —me sonrie— ¿Es en serio, Cameron?—Ya casi las termino —ruedo los ojos—. Solo me falta guardar mi ropa.—O sea que ni siquiera has empezado, ¿verdad?—Bingo —me dice—. Voy a terminar antes de que lleguen por nosotros.—Faltan menos de seis horas —le recuerdo— ¿Sabes qué? Mejor ve y termina de alistar tus maletas, yo me encargo de lo demás.—¿Segura?—Sí, a diferencia de ti, yo tengo mis maletas y todo lo que me voy a llevar completamente listo desde hace dos días, así que deja de perder el tiempo y ve y ponte a empacar.—Ok, ok, ya entendí —me dice levantándose del suelo— ¿Pero estás...?—Largo.Levanta las manos y se da la vuelta para irse a su habitación.Amo a Ca
ACACIA LUNA.Lunes.—Es aquí —se detiene delante de la puerta de madera con el número 20— ¿Me das la...? —le entrego la llave antes de que pueda terminar de pronunciar la pregunta—. Gracias.—De nada.Cameron mete la llave en el cerrojo y unos segundos después, abre la puerta de nuestro nuevo hogar.Metemos las maletas primero y después de entrar nosotros y cerrar la puerta, empezamos a explorar el departamento.—Es demasiado grande —comento saliendo al balcon que esta delante del comedor.—Y es solo el primer piso, todavía hay que ver las habitaciones —entro al mismo tiempo que Cameron sale de la lavanderia y posteriormente de la cocina, ya que esos dos lugares se encuentran conectados—. Algo me dice que a lo mejor cada uno va a tener su propio baño.—Eso seria bueno —le digo mientras caminamos hacia la sala—, así ya no tendriamos horarios para bañarnos.—Cruza los dedos, hermanita, cruza los dedos.Empezamos a subir las escaleras y vemos tres puertas y otras escaleras.—¿Cuántas hab
ACACIA LUNA.Una semana después.—Odio las mañanas —me dice bostezando—. En serio, las odio.—Ya somos dos —le digo bebiendo un poco de cafe—. Pero, lamentablemente, somos adultos, asi que no hay nada que podamos haces más que soportarlo.—Ya quiero jubilarme —me revela— ¿Te imaginas? Así me levantaria a la hora que yo quisiera y no me tendria que preocupar nada más que por lo que voy a hacer para entretenerme día a día.—Ese tipo de mi vida a mi no me gustaria.—Lo sé, no te puedas quedar mucho tiempo sin hacer nada —me dice—. Pero eso es algo que tarde o temprano va a ocurrir, hermanita, no puedes detener el tiempo y tampoco tu edad.—¿Sabes? La idea de ser una anciana con una panadería no suena tan mal —suelta una risa— ¿De qué te ries? Lo digo en serio.—¿En serio quieres extresarte por trabajo hasta morir? —asiento—. Estas loca.—Uno de los dos tenía que ser el cuerdo y el otro, el loco —tomo otro sorbo de mi café—. Pero, en nuestro caso, ambos somos el cuerdo y el loco.—Supongo
ACACIA LUNA.Una semana después.—Voy a estar más tiempo por acá —me informa—. Probablemente regrese en una o dos semanas más, no lo sé con certeza.—Esta bien, lo entiendo —le digo— ¿Te estás alimentando bien, verdad?—Sí, mamá —ruedo los ojos por como me ha llamado—. He estado comiendo bien.—En primer lugar, no me llames así, que no me gusta —escucho como se rie— y en segundo lugar, más te vale que no me estés mintiendo, Cameron, que luego se te olvida comer y estás sintiendote mal o en el peor de los casos, te desmayas.—Exagerada —me dice—. Solo me he desmayado una sola vez en mi vida y fue por el calor.—Hasta dónde recuerdo, el doctor dijo que también se debió a qué no habías comida nada —le señalo—. Así que más te vale que comas, Cameron, y con comer me refiero a desayunar, almorzar o cenar y no solo a comer un snack o tomar café.—Sí, regañona, ya entendí —por su tono de voz, me imagino que ha de haber rodado los ojos—. Voy a alimentarme bien.—Más te vale o te juro que en cu
NICOLÁS COOPER.—Les juro que si no cierra la boca dentro de un minuto, voy a levantarme a darle un buen golpe.Leon y yo intercambiamos miradas por un momento después del comentario de Roberto, para posteriormente regresar la vista hacia delante y ver como Michael canta una canción (bastante desafinada) sobre desamor con una botella de vino en una de sus manos mientras en la otra tiene su celular, el cual, usa micrófono.—Michael, por dios —habla Leon haciendo que el castaño lo voltee a ver—. No es para tanto.—¿Qué no es para tanto? —arrastra las palabras mascullando— ¿¡Qué no es para tanto!?—Estas exagerando —comenta Roberto—. Que tú primo haya encontrado a su mate no importa en lo absoluto.—Exacto —lo apoya Leon—. No tiene sentido que estés así.—¡Ustedes no lo entienden! —se deja caer sobre una silla y empieza a patalear como un niño pequeño— ¡Quiero a mi mate!Lo veo actuar como un niño berrinchudo de dos años antes chasquear los dedos y hacer que se dé una cachetada.—¡Nicolá
NICOLÁS COOPER.—¿Qué es lo qué le sucede? —escucho que cuestiona Roberto en voz baja.—No tengo ni las más minima idea —le contesta Leon en el mismo tono.—A mi se me hace que no le dieron bien anoche y por eso anda de tan mal humor —comenta Michael en voz baja.Me detengo abruptamente ocasionando que ellos también lo hagan.Los volteo a ver a los tres enojado antes de volver a ver hacia adelante y seguir caminando.—Se los dije —dice Michael.—No estoy de mal humor por eso, idiota —le digo a Michael.—¿Entonces por qué lo estas?Por que por tu culpa perdí la oportunidad de acercarme a ella.—Por nada —le contesto—. Solo amaneci de mal humor, eso es todo.—No, pues que excelente respuesta —me dice Michael—. Eso soluciona todo.—Callate al menos que quiera que te mande a limpiar excremento de caballo con tus propias manos y sin ninguna protección —lo amenazo— y sabes muy bien que cumplo lo que digo.—Eres demasiado amargado y serio —me dice—, solo por eso me compadezco por la mujer qu
ACACIA LUNA.—No estoy segura de esto.—¿Qué? ¿Acaso tiene miedo de perder contra mi? —se voltea para verme burlón—. No se preocupe, no la voy a destrozar, bueno, no tanto.Me guiña el ojo, cosa que me sorprende, antes de girarse y seguir caminando.¿Con que muy confiado?A ver si sigue así después de que lo humille al ganarle.—¿No deberiamos de ir al comedor? —le inquiero después de un rato—. Ahí esta la cocina.—La cocina de ahí es especialmente para que se preparen los alimentos de los empleados, además, solo cuenta con todo lo necesario para los menús de la semana —me contesta—. En cambio, en el laboratorio de comida hay de todo para crear cualquier tipo de comida que se le ocurran a los que trabajan ahí, pero sobretodo, no perjudicamos a nada ni a nadie si agarramos y cocinamos lo que queramos de ahí.—Eso tiene sentido.—Sí, lo tiene —me dice— ¿Sabe preparar hamburguesas?—Sí.—Pues prepárese que eso es lo que vamos a cocinar —me informa.—Ok —le digo—. Pero... ¿cómo vamos a de
ACACIA LUNA.¿En qué momento decidi que esto era una buena idea? ¿En serio? ¿En qué momento?Veo a Christa levantar los pulgares desde su asiento mientras Armin, su pareja, está sentado al lado de ella y solo sonríe viendo la situación.Está es la última vez que apuesto algo con esta mujer, en serio, no quiero salir perdiendo otra vez.Un hombre con un traje negro y un ramos de flores rojas entra al restaurante y parece buscar algo hasta que detiene su mirada en mi y empieza a caminar en mi dirección.Por un instante, deseo ser yo la que se equivoca al verlo, pero cuando veo que cada vez está más cerca mío y su mirada no se despega de mi, me resigno y solo sonrió como si esto no me molestará en absoluto.—¿Acacia Luna? —cuestiona deteniéndose delante mío. Yo solo asiento—. Vaya, eres más hermosa en persona.—Gracias por el cumplido —le digo mientras se sienta delante mio— ¿Son para mí?—Ah, si, ten —me las entrega—. No sabía que flores eran tus favoritas y me daba vergüenza preguntart