NICOLÁS COOPER.

Observo como unas personas entran a la habitación con algunas cajas de terciopelo en sus manos antes de ponerla sobre la mesa enfrente mio.

—Espero que le gusten —me dice la gerente.

Empiezan a abrir cada caja enseñandome su contenido.

—Como se los habiamos comentado, debido a el diseño que eligio para poder crear las joyas tuvimos que hacer algunos pequeños cambios pero intentamos que quedaran lo más parecido al diseño original —me dice la gerente.

—Sí, lo recuerdo —le digo mientras agarro la caja del anillo—. Hicieron un excelente trabajo.

—Muchas gracias —me dice.

Observo detenidamente el anillo que le voy a dar a mi melodía cuando le proponga matrimonio.

—Estoy segura de que a su novia le van a encantar —comenta la gerente— y lo haran más cuando se entere que usted personalmente se tomo el tiempo para diseñar cada una de las joyas.

—Eso espero —saco el anillo de su caja y empiezo a observarlo más detalladamente—. Aunque me preocupa más que acepte la propuesta.

—Esto