—Andrew, ¿me puedes decir a dónde vamos? Te recuerdo que hace un mes te dispararon, deberías estar descansando — Andrew puso los ojos en blanco pero le sonrió antes de darle un pequeño beso. —Ya sabrás — y tocando el vientre de tres meses que ya se empezaba a notar, le habló a sus bebés — Hola ahí adentro, ¿cómo están los bebés más hermosos del mundo? Papá los ama y los espera con ansia. Kaelyn sonrió al oírlo, a él le encantaba hablarle a sus hijos, a todo hora lo hacía, su vida había vuelto a la normalidad, se había ido a vivir definitivamente a la casa de Andrew, que ahora era su casa, Mila, la abrazó y lloraba mientras le pedía perdón por no haber ido con ella, Kaelyn le había dicho que eso fue lo mejor, porque al ver cómo había matado a dos mujeres inocentes, seguro hubiera hecho lo mismo con ella, y eso no iba a poder cargarlo en la conciencia ni soportarlo. Chase por su parte se había enojado por un muy corto tiempo con sus hijos por no confiar en él, Kaelyn le explicó que t
—¡Maldita sea!, ¿cómo es eso posible? —¿Puedes tranquilizarte hijo? Deja que tu hermano investigue, para eso él es el presidente de esta empresa. —¿Qué lo dejé? Ya a pasado 3 veces en los últimos dos meses, y recuerda que es el presidente porque yo renuncié a serlo, le cedí mi puesto para dejar un poco esta maldita rivalidad que a nada bueno nos ha llevado, pero escúchame muy bien padre, si otro contrato es cancelado voy a interferir y ya tu sabes como, esta empresa también es mía y no pienso permitir que por negligencia de la gente, nos vayamos a la quiebra. — dió media vuelta y salió de la oficina de su padre. —Andrew, espera… — Chase Lam uno de los mayores socios de la empresa quiso ir detrás de él, pero Demian Tremblay no lo permitió. —Déjalo Chase, sabes que mi hijo cuando se enoja no razona. —Lo sé — dijo este mirando todavía hacia la puerta. — Pero creo que Andrew tiene razón, estamos perdiendo clientes. Demian se frotó la cara con desespero, sabía que ambos estaban en lo
—No vuelvas a decir eso nunca más, sabes que no es verdad, que eso fue un maldito accidente. Andrew se echó a reír, pero su risa era sarcástica, miró a uno de sus grandes amigos. —Si fue un accidente, ¿por qué me siento tan culpable? Sabes de sobra que lo que pasó fue culpa de mi hermano y mía. —No pienso seguir hablando de lo mismo, algún día entrarás en razón y entenderás que eso fue un maldito accidente — dijo Chase realmente enojado, él sabía que Andrew nada tenía que ver con eso, pero al parecer el hombre no quería entrar en razón. —¿Me puedes decir porque permito que me hables en ese tono? —Porque he sido casi un segundo padre para ti. Ahora mejor cambiemos de tema. ¿Qué piensas hacer con los contratos que perdimos? —Declan es un incompetente, no está haciendo las cosas como debe de hacerlas un presidente. —En eso sí tienes razón, como también solo por esta vez, voy a decir que esto sí es culpa tuya, no debiste renunciar a ese puesto. — Andrew lo miraba enojado. —Era lo
—Me alegra haber cambiado de lugar — Connor veía alrededor muy entusiasmado al ver muchas mujeres hermosas. Andrew igual veía a su alrededor, el lugar era muy agradable. — ¿Quieres quitar esa cara de culo de una vez por todas? Así me espantaras a estas hermosuras.—Descuida que mi intención es poder quitarme el estrés que cargo, así que no voy a espantar a nadie. — Connor sabía que su amigo llevaba una gran cruz acuesta, y él deseaba que pudiera ser, quién realmente era, sin culpas ni nada. —Amigo, deberías empezar por dejar el pasado atrás, eres un gran hombre, y mereces más, mucho más de lo que recibes. — Andrew miró fijamente a su amigo y le sonrió. —Gracias, pero así estoy bien. — Connor era un gran amigo, había sido su mejor amigo desde los 6 años de edad, tenía casi toda una vida juntos, eran inseparables, eran más que amigos, eran hermanos, que aunque no tenían la misma sangre, podían comprenderse y apoyarse en todo, en la más mínima travesura, habían compartido, hasta las mu
Cuando llegaron a la pista, Andrew le colocó las manos en la cintura y sin poder controlar la bestia que esa mujer había despertado en él, la pegó a su cuerpo, haciendo que ambos se estremecieran. Kaelyn era muy desconfiada y a pesar de que él mismo le había dicho que era una mala persona, no quería alejarse de él, su cuerpo, por encima de esa ropa se sentía duro, trabajado, era un hombre fuerte, muy guapo y sexy, su fragancia, había inundado todos sus sentidos. —Está música no se baila así — dijo en apenas un susurro. —Lo sé, pero quería sentirte pegada a mi cuerpo, es maravilloso — Andrew no se consideraba un hombre romántico, él era de los que iban por lo que quería y listo. —Vaya, que hombre tan romántico — su voz denotaba sarcasmo por lo que Andrew sonrió. — De hecho no soy romántico. —Sí, ya lo pude notar. A medida que bailaban, no sabían si era el ambiente o ellos los que estaban subiendo de temperatura, sus cuerpos estaban muy cerca, sus manos viajaban, Andrew había rec
Andrew se debatía si llevarla a un hotel o a su casa, nunca llevaba a sus conquistas de una noche a su casa, era una ley que tenía él y Connor, las mujeres siempre se ponían histéricas y al parecer porque les brindaba una gran noche se creían con derechos sobre ellos, pero por alguna razón Liz se había ganado su confianza en ese aspecto, no parecía una mujer que se iba a enamorar en una noche, ni haría un escándalo cuando lo viera con otra, así que por primera vez llevo una conquista de una noche a su casa. —¿Qué es este lugar? — preguntó incrédula, no imaginaba que la fuera a llevar a su casa. —Mi casa – dijo alzándose de hombros, Kaelyn lo miró sorprendida, por lo que Andrew sonrió. –Pensé que me llevarías a un hotel. —Eso pensaba hacer, pero la verdad te has ganado mi confianza, no pareces de las mujeres paranoicas que se enamoran en una noche, o que harán una escena si me ven con otra, así que dije porque no. —Bien, piensas bien, porque no me considero ese tipo de mujer. — am
Kaelyn trataba de abrir sus ojos, los cuales le pesaban toneladas, odiaba desvelarse cuando tenía que levantarse temprano, pero claro como se dejó convencer por Callie que debían festejar que ya tenía empleo, claro, que aunque no se desveló de fiesta, no se había emborrachado, sí se había desvelado por un hermoso hombre, aunque no quisiera abrió sus ojos, sabía que tenía que ir a trabajar. Miró a su lado y Andrew estaba plácidamente dormido, se veía tan guapo, tan perfecto, sacudió su cabeza y se levantó con sumo cuidado y en silencio para no despertarlo, miró la hora en el reloj que estaba en la mesita de noche y eran las 5 am, frustrada de que solo había dormido solo dos horas, buscó con la mirada su vestido, al encontrarlo lo agarró, y se lo colocó, buscó sus zapatos y cuando los tuvo en la mano salió de la habitación sin mirar atrás, cuando llegó a la sala su bolso seguía tirado en el piso, busco su celular y llamó un taxi, entraba a las 8 am a trabajar, tendría que pasar a puras
Andrew pensó que estaba soñando, ¿cómo era posible? trató de salir del trance en el que se encontraba, esa mujer le había mentido con su nombre, pero a pesar de eso, no pudo evitar sentirse alegre por volverla a ver. —Así que tu eres la famosa Kaelyn Lam, sabes, te pareces a una mujer que conocí anoche, pero se llama Liz. — dijo tendiendole la mano, Kae quiso matarlo con la mirada por ser tan idiota. —Pues no creo que haya sido tan hermosa como yo — le dio la mano en forma de saludo — mucho gusto Andrew — la sonrisa que le dio hizo que a él le temblara el piso. Kae se giró a su padre. — Me voy a presidencia, aunque el presidente no esté, no creo que deba estar fuera de mi área de trabajo. —Está bien princesa, ve, y no te preocupes, Sophia no volverá a molestarte. —Bien, no quiero empezar a tener problemas — Kaelyn abrazo a su padre muy fuerte, lo amaba, y no se avergonzaba demostrarlo cada vez que podía, con o sin gente cerca. — Necesito otro favor papi. —Tú dirás — nunca podía n