No puedo creer lo que estoy viendo. El rostro de Morax es idéntico al de Venco. Me siento como si estuviera en un sueño, un sueño que se está convirtiendo en una pesadilla.— No puede ser — digo, mi voz apenas un susurro.Venco grita desde la distancia, su voz llena de preocupación.— ¡Ocaso, vamos a hablar de eso más adelante! — dice.Pero Morax no permite que Venco me calme. Se acerca a nosotros, su sonrisa cruel y siniestra.— No creo que vayan a hablar — dice, su voz llena de veneno. — Ustedes de aquí no salen vivos.Venco se enfurece, su rostro lleno de ira y determinación.— ¿Qué estás hablando? — pregunta, su voz llena de desafío.Morax se ríe, su risa como un trueno que retumba en el valle.— Además, sabías, Venco, que tus mujeres estaban hablando conmigo para vengarse de ti — dice, su voz llena de ironía.Venco se queda impresionado, su rostro pálido y tembloroso. Me mira a mí, y yo puedo ver la sorpresa y la confusión en sus ojos.— ¿Es verdad? — pregunta, su voz llena de do
Me dirijo a mi habitación y tomo una maleta, la lleno con algunas de mis pertenencias más básicas: ropa para cambiarme, un par de objetos personales. No tengo mucho tiempo para elegir, así que me apresuro a meter todo lo que puedo en la maleta y la echo en un morral. Sé que debo irme, y rápido. Venco no me va a perdonar lo que hice, y sé que me matará si me encuentra.Le escribo una carta, explicándole mis razones y que espero algún día llegue a perdonarme. La dejo sobre la cama antes de salir de aquí.Con el morral a cuestas, me dirijo a la habitación secreta de Venco. Sé que allí guarda su tesoro, y necesito algo de oro para poder sobrevivir en el exterior. La habitación secreta es un lugar que pocos conocen, pero yo la descubrí por casualidad hace tiempo. Me apresuro a abrir la puerta y entro en la habitación, donde veo una gran cantidad de oro y joyas brillando en la oscuridad. Me apresuro a tomar suficiente oro para comprar alimentos y otras cosas que me sean necesarias. También
Entro al castillo con un sentimiento de desesperación y decepción. Acabo de perder la pista de mi hermano, Morax, después de perseguirlo durante horas. Me siento frustrado y enojado conmigo mismo por no haber podido atraparlo.Morax conoce bien el terreno, incluso mejor que yo. Ha pasado años estudiando cada rincón, cada sendero y cada escondite. Me doy cuenta de que he subestimado su habilidad para escapar.Me dirijo hacia el salón del trono, donde nuestro padre, el rey, me espera. Me siento culpable por no haber podido cumplir con mi misión. Me pregunto qué dirá nuestro padre cuando se entere de que Morax ha escapado de nuevo.Al entrar al salón, veo a nuestro padre sentado en el trono, con una expresión seria en su rostro. Me acerco a él y me inclino en una reverencia.— Padre, lo siento — digo, intentando explicar mi fracaso. — Morax conoce el terreno demasiado bien, se escapó nuevamente y...Nuestro padre me mira con desilusión, pero no dice nada. Se limita a asentir con la cabez
Querido Venco,Me duele escribir estas palabras, pero sé que es hora de que sepas la verdad. La verdad sobre por qué vine al castillo, por qué te utilicé y por qué te quiero muerto.Hace años, cuando era apenas una niña, presencié un horror que me cambió la vida para siempre. Vi cómo tú, o al menos eso creí, mataste a mi familia. A mi padre, a mi madre y a mis hermanos. Me quedé sola y con una sed de venganza que me consumió por completo.Juré que te encontraría y que te haría pagar por lo que habías hecho. Con ese pensamiento en mente, me uní a tu manada, esperando encontrar la oportunidad perfecta para matarte. Pero lo que no sabía era que tenías un hermano gemelo, y que él era el verdadero culpable de la muerte de mi familia.Al principio, no podía entender cómo un hombre como tú, que parecía tan amable y justo, podía ser capaz de cometer semejantes atrocidades. Me sentía confundida y llena de emociones contradictorias. Pero a medida que te conocí más, empecé a sentir cosas por ti.
Me despierto con un sobresalto en una celda oscura y húmeda. La realidad me golpea como un puñetazo en el estómago. Recuerdo el establo, los tres hombres que me rodearon, mi intento de escapar... y el dolor. Las lágrimas comienzan a fluir al recordar cómo intenté huir de mi destino, pero parece que he terminado en un lugar peor.Miro a mi alrededor y veo una celda sucia y desolada. Hay otros presos en las celdas vecinas, y me doy cuenta de que me están mirando con una mirada llena de depravación. Me siento vulnerable y asustada. Agradezco estar en una celda solitaria, pero incluso eso no me proporciona consuelo. Los ruidos y las miradas de los demás presos me hacen sentir como si estuviera en una jaula, esperando a que algo malo suceda.— "¿Te crees que estás a salvo en tu celda de lujo, eh?" — grita uno de los presos, su voz resonando en el metal—Si estuviera encerrado contigo, te aseguro que lo pasarías muy bien".Trato de ignorarlo, pero el hombre no se detiene. Me pregunto qué tip
Me siento incómoda en la mesa de cena, con el Alfa y su hija Lyrarea sentados frente a mí. La tensión es palpable, tomo un sorbo de mi bebida, intentando calmar mis nervios.—Ya he enviado a los mensajeros—dice el Alfa, su voz firme y decidida—Morax estará aquí pronto"Me pongo tensa, mi corazón late con ansiedad.—Estás cometiendo un grave error— le digo, mirando a su hija que no lo hace y eso me pone peor porque esta evitando mirarme.—¿Qué sabes tú de Morax? —me interrumpe el Alfa, su mirada desafiante—Sé que es un loco, un desgraciado, un asesino— respondo, mi voz baja y urgente—No es alguien en quien debamos confiar.El Alfa se encoge de hombros.—Eso es lo que necesitamos—continua—Alguien que nos haga ver más allá de nuestras fronteras, alguien que nos haga querer conquistar más tierras.Me siento horrorizada.—Eso no es sano. Morax quiere ir de manada en manada, asesinando y masacrando a todos los que se interpongan en su camino. ¿Es eso lo que quieres para nosotros?Lyrarea s
Estoy sentada en la cama, mirando la puerta con desconfianza, cuando Lyrarea entra en la habitación. Su actitud es sospechosa, y me pregunto qué es lo que quiere.—¿Qué haces aquí? —le pregunto, intentando mantener la calma.—Quiero ayudarte —responde ella, su voz suave.Me río, incrédula.—La única forma de ayudarme es si me ayudas a escapar —le digo, mirándola fijamente.Lyrarea se pone nerviosa, y mira hacia la puerta como si temiera que alguien la estuviera escuchando.—Me da miedo... mi padre... —dice, su voz baja.Me acerco a ella, mi voz firme.—¿Y tú permites que tu padre haga este tipo de cosas con tu manada? ¿Que se alíe con un desgraciado, un asesino en masa, para cumplir con sus deseos más aberrantes? —le pregunto, intentando hacer que se dé cuenta de la realidad.Lyrarea se encoge de hombros.—Mi padre siempre ha sido un hombre muy ambicioso... la mayoría de las manadas lo apoyan... —dice, su voz débil.Me río, amargamente.—Lo apoyan porque es el alfa, pero si no lo fuer
Me encuentro en el bosque, rodeado de árboles altos y sombríos. Mi lobo, uno de mis hombres más confiables, acaba de llegar con información sobre Ocaso.Me encuentro en el bosque, rodeado de árboles altos y sombríos. Han buscado el rastro de Ocaso, y nos ha llevado a la manada del Bosque Oscuro. Estoy guardando lejos de la manada, en el bosque, a la espera de tener más información.Pienso que no puedo actuar impulsivamente, no puedo permitir que mi deseo de salvar a Ocaso me nuble la mente. La manada del Bosque Oscuro me traicionó una vez, y no voy a cometer el mismo error de nuevo. Necesito saber qué están planeando, y qué papel juega Ocaso en todo esto.Mi estrategia es esperar y observar, recopilar toda la información posible antes de actuar. Es un juego de paciencia, pero sé que es necesario. Debo ser cuidadoso y calculador si quiero salvar a Ocaso y proteger a mi manada. La espera es difícil, pero sé que es necesaria.– ¿Qué has sabido? – le pregunto, mi voz baja y urgente.Mi lo