Me siento incómoda en la mesa de cena, con el Alfa y su hija Lyrarea sentados frente a mí. La tensión es palpable, tomo un sorbo de mi bebida, intentando calmar mis nervios.—Ya he enviado a los mensajeros—dice el Alfa, su voz firme y decidida—Morax estará aquí pronto"Me pongo tensa, mi corazón late con ansiedad.—Estás cometiendo un grave error— le digo, mirando a su hija que no lo hace y eso me pone peor porque esta evitando mirarme.—¿Qué sabes tú de Morax? —me interrumpe el Alfa, su mirada desafiante—Sé que es un loco, un desgraciado, un asesino— respondo, mi voz baja y urgente—No es alguien en quien debamos confiar.El Alfa se encoge de hombros.—Eso es lo que necesitamos—continua—Alguien que nos haga ver más allá de nuestras fronteras, alguien que nos haga querer conquistar más tierras.Me siento horrorizada.—Eso no es sano. Morax quiere ir de manada en manada, asesinando y masacrando a todos los que se interpongan en su camino. ¿Es eso lo que quieres para nosotros?Lyrarea s
Estoy sentada en la cama, mirando la puerta con desconfianza, cuando Lyrarea entra en la habitación. Su actitud es sospechosa, y me pregunto qué es lo que quiere.—¿Qué haces aquí? —le pregunto, intentando mantener la calma.—Quiero ayudarte —responde ella, su voz suave.Me río, incrédula.—La única forma de ayudarme es si me ayudas a escapar —le digo, mirándola fijamente.Lyrarea se pone nerviosa, y mira hacia la puerta como si temiera que alguien la estuviera escuchando.—Me da miedo... mi padre... —dice, su voz baja.Me acerco a ella, mi voz firme.—¿Y tú permites que tu padre haga este tipo de cosas con tu manada? ¿Que se alíe con un desgraciado, un asesino en masa, para cumplir con sus deseos más aberrantes? —le pregunto, intentando hacer que se dé cuenta de la realidad.Lyrarea se encoge de hombros.—Mi padre siempre ha sido un hombre muy ambicioso... la mayoría de las manadas lo apoyan... —dice, su voz débil.Me río, amargamente.—Lo apoyan porque es el alfa, pero si no lo fuer
Me encuentro en el bosque, rodeado de árboles altos y sombríos. Mi lobo, uno de mis hombres más confiables, acaba de llegar con información sobre Ocaso.Me encuentro en el bosque, rodeado de árboles altos y sombríos. Han buscado el rastro de Ocaso, y nos ha llevado a la manada del Bosque Oscuro. Estoy guardando lejos de la manada, en el bosque, a la espera de tener más información.Pienso que no puedo actuar impulsivamente, no puedo permitir que mi deseo de salvar a Ocaso me nuble la mente. La manada del Bosque Oscuro me traicionó una vez, y no voy a cometer el mismo error de nuevo. Necesito saber qué están planeando, y qué papel juega Ocaso en todo esto.Mi estrategia es esperar y observar, recopilar toda la información posible antes de actuar. Es un juego de paciencia, pero sé que es necesario. Debo ser cuidadoso y calculador si quiero salvar a Ocaso y proteger a mi manada. La espera es difícil, pero sé que es necesaria.– ¿Qué has sabido? – le pregunto, mi voz baja y urgente.Mi lo
Me acerco al alfa de la manada Bosque Oscuro, con la confianza y la autoridad de mi hermano gemelo Morax. Mi mirada es fría y desafiante, y mi voz es baja y amenazante.—Thrain, entregame a la prisionera —le digo, sin preámbulos ni cortesías.El alfa, Thrain, me mira con una expresión pensativa, y luego me responde:—Morax, primero debemos hablar. Hay cosas que debemos discutir antes de que te entregue a la prisionera.Me encojo de hombros, impaciente.—¿Sobre qué? —le pregunto, mi voz ligeramente irritada.Thrain se levanta de su asiento y me hace un gesto para que lo siga.—Por favor, Morax, acompáñame a mi oficina. Allí podemos hablar tranquilamente de cosas que le conciernen a todos.Lo sigo, mi mirada escaneando el entorno, buscando cualquier señal de peligro o debilidad. Mi mente está enfocada en mi misión: rescatar a Ocaso y llevarla a salvo.—Vamos, Thrain —le digo, mi voz impaciente—No tengo todo el día para perder el tiempo en conversaciones inútiles.—Morax, necesito saber
La frustracion me invade cada particula del cuerpo y lo unico que quiero es matar al hombre que tengo al frente. No puedo ser que el destino juegue asi con nosotros. No la puedo perder y tengo tantas dudas y miedos porque estoy seguro que mi hermano hara lo que le dije al alfa de estas tierras.—No me mientas, desgraciado —le digo, mi mano cerrada alrededor de su cuello. —¿Dónde está Ocaso?El alfa jadea, su rostro pálido.—Morax, te lo aseguro —me dice. —Yo la tenía aquí prisionera. Tenemos que preguntarles a los lobos que estaban custodiándola. Ella no puede haber escapado, no tiene por dónde. Excepto por la puerta...—¿Dónde está? —pregunta el Alfa, su voz firme y autoritaria.Los lobos se miran entre sí, nerviosos.—No ha salido de esta puerta —dice uno de ellos. —Tampoco hemos ingresado a verificar.De repente, aparece la hija del Alfa, Lyrarea. Ella se acerca a nosotros con una sonrisa en su rostro.—No la van a encontrar —dice ella, con una voz suave y segura.El Alfa se vuelve
Aparto el cuerpo de la mujer que tengo al lado. Estoy en la manada del rio negro, en las fronteras del bosque oscuro y aunque debo ir pronto allá, tenia que hacer una parada aquí, encontrarme con la mujer que deseo y quiero que reine a mi lado.Xylara.La verdad es que siempre me he sentido inferior a mi hermano Venco. Él era el favorito de nuestros padres, el más fuerte, el más rápido, el más inteligente. Y yo, simplemente, era el hermano menor que siempre estaba a su sombra. Recuerdo la forma en que Xylara siempre miraba a Venco con adoración, la forma en que sonreía cuando él estaba cerca. Y yo, simplemente, era el que siempre estaba en el fondo, observando, deseando ser visto, ser oído, ser amado.Pero Venco siempre me despreció. Me veía como un rival, como alguien que nunca podría ser tan bueno como él. Y yo, simplemente, me sentía cada vez más insignificante, más invisible."Venco siempre", esa es la expresión que mejor describe mi vida. Siempre he estado en segundo plano, siemp
Me detengo en la orilla del lago, sintiendo el agua cristalina gotear de mi cabello y mi piel. Me he estado vagando por horas en la selva, intentando escapar de Morax y sus planes siniestros. Pero ahora, al encontrarme con este lago espectacular, me siento renovada y revitalizada. El sol brilla sobre el agua, creando un efecto de espejo que me hace sentir como si estuviera flotando en el aire. La vegetación que rodea el lago es exuberante y verde, y puedo escuchar el canto de los pájaros y el susurro del viento a través de las hojas.Me sumerjo en el agua, sintiendo su frescura y su pureza. Me lavo el cabello y la cara, sintiendo cómo se van las impurezas y la suciedad de la selva. Me siento renovada y revitalizada, lista para seguir adelante en mi búsqueda de libertad y seguridad.Recuerdo aquellos días de verano en que mis hermanos y yo nos sumergíamos en el río que corría cerca de nuestra casa. Mis hermanos gemelos, Arien y Eira, y yo nos pasábamos horas nadando y jugando en el agu
Estoy parada frente a ellos, mi corazón late con fuerza en mi pecho. Morax y Venco están frente a mí, idénticos en todo sentido físico. No puedo distinguir quién es quién. Me siento confundida y asustada.Miro a los ojos de Venco, o al menos creo que es él. Quiero reconocer la mirada que siempre me ha hecho sentir segura y protegida. Pero sus ojos son iguales que los de Morax. No puedo distinguir la diferencia.Por la madre luna…. No sé qué hacer. siento un escalofrío recorrer mi espalda cuando miro a los ojos de Morax. Hay algo maligno en su mirada, algo que me hace sentir que estoy en peligro. Pero cuando miro a los ojos del hombre de la derecha, siento un estremecimiento diferente. Es como si su mirada me hiciera sentir que estoy en casa, que estoy segura. Me siento atraída hacia él, pero no sé si es Venco o no.Me siento confundida y asustada. No sé quién es quién. No sé qué pensar ni qué hacer. Mi corazón late con fuerza en mi pecho y mi mente está llena de dudas y temores. ¿Quié