—Marquena no dejes de mirarme—demanda—quiero que me mires mientras te penetro y te hago mía mi amor.Abro los ojos, cumpliendo con su petición, y la luz del fuego ilumina su rostro, destacando sus facciones. Me mantengo en la pose que me ha colocado, absorbiendo la intensidad que emana de él. Siento una sensación de anticipación mientras se acerca a mí, y su cuerpo comienza a unirse al mío.La sensación es intensa cuando me penetra y siento un dolor inicial mientras mi cuerpo se adapta a su presencia. Pero a medida que avanza, la sensación se vuelve más placentera, y me siento como si estuviera siendo consumida por la pasión. Me tensa, volviendo a sentir la emoción que había experimentado antes, y me dejo llevar por la sensación.Miro su rostro, notando la concentración en su expresión, y siento una conexión profunda con él. La sensación es casi abrumadora, y me siento como si estuviera siendo transportada a un lugar nuevo y desconocido.—¿Marquen amia, lo quieres todo verdad, quieres
Amanece en la cabaña, y con ella, una nueva jornada de nuestra luna de miel. Venco y yo nos despertamos temprano, abrazados en nuestra cama, rodeados de la tranquilidad del bosque que nos rodea. El sol comienza a asomar entre los árboles, proyectando una luz suave y cálida a través de las ventanas de la cabaña. Me estiro y me siento en la cama, mirando a Venco, que aún duerme. Su rostro está relajado, y su pecho sube y baja con un ritmo constante. Me sonrío, recordando la noche anterior, nuestra primera noche como esposos.Me levanto de la cama y me acerco a la ventana, mirando hacia afuera. El bosque está cubierto de hojas verdes, y el suelo está cubierto de una capa de hierba suave. Un pequeño arroyo corre cerca de la cabaña, y su sonido me es familiar y reconfortante.Venco se despierta y se sienta en la cama, estirándose y bostezando. Me sonríe, y yo le devuelvo la sonrisa.—Buenos días—me dice, acercándose a mí. Me abraza y me besa en la mejilla—¿Qué planes tienes para hoy? — me
Han pasado dos meses desde que me casé con Venco, y todo ha ido perfectamente. La luna llena brilla en el cielo, y el bosque está lleno de vida y energía. Mi tío y mi prima Lyra han venido a visitarnos, y ahora es hora de despedirlos, ya que regresan a su manada.Me acerco a mi tío y lo abrazo fuertemente.—Tío, gracias por venir a visitarnos —digo—. Ha sido un placer tenerlos aquí con nosotros, lamento que se vayan porque de verdad van hacerme mucha falta.Mi tío me sonríe y me abraza también.—Ha sido un placer para mí también, Ocaso —dice—. Estoy tan orgulloso de ti y de Venco. Son una pareja perfecta y tus padres estarían muy orgulloso de ti.—Gracias, tío —digo—. Significa mucho para mí que digas eso.Mi prima Lyra se acerca y me abraza también y le agradezco mucho al mundo recuperarla.—Ocaso, te voy a extrañar mucho —dice—. Pero estoy tan feliz por ti y por Venco, se feliz prima, te lo mereces.—Te voy a extrañar también, Lyra —digo con lágrimas en los ojos—. Pero sabes que sie
Han pasado más de ocho meses desde que descubrí que estaba embarazada. Recuerdo ese día como si fuera ayer, cuando la enfermera me dio la noticia y mi mundo cambió para siempre. Desde entonces, mi vida ha sido un torbellino de emociones, cambios y preparativos para la llegada de mi bebé.En estos meses, he experimentado todo tipo de sensaciones y emociones. Al principio, me sentí un poco abrumada por la idea de ser madre, pero Venco ha estado a mi lado en todo momento, cuidándome y apoyándome como nunca pensé que fuera posible. Me ha tratado como a una princesa, siempre asegurándose de que esté cómoda y feliz.Recuerdo cuando me despertaba por las noches con antojos y Venco se levantaba a prepararme algo para comer. O cuando me sentía cansada y él me llevaba en brazos hasta el sofá para que me recostara. Ha sido mi roca, mi apoyo, mi todo.Y no solo Venco, también sus padres, mis suegros, han sido increíbles. Me han tratado como a una hija, siempre preguntándome cómo me siento y si nec
Estoy acostada en mi cama, con Venco a mi lado, sosteniendo mi mano. La partera está sentada en una silla al lado de la cama, con una expresión de calma y profesionalidad.—Ocaso, es hora de empujar —dice la partera—. Tu hijo está listo para nacer.Me tomo un momento para respirar profundamente y prepararme para el esfuerzo que se avecina. Venco me aprieta la mano y me mira a los ojos.—Puedes hacerlo, Ocaso —me dice—. Eres fuerte y capaz.La partera me guía, diciéndome que empuje cuando sienta la contracción. Me esfuerzo por empujar, pero el dolor es intenso y me duele demasiado.—Duele —le digo a la partera, mi voz temblando—. Duele mucho.—Es normal —me responde la partera—. El dolor es parte del proceso. Pero puedes hacerlo, Ocaso. Eres capaz.Venco me mira a los ojos y me dice:—Tú puedes, Ocaso. Estoy aquí contigo. No te rindas.Me tomo otro momento para respirar y me preparo para el siguiente empujón. La partera me dice que empuje de nuevo, y yo me esfuerzo por hacerlo. El dolo
PROLOGOMe desperté sobresaltada por la algarabía que llenaba el aire. Gritos, murmullos, desespero..Olor a sangre, a muerto y desolacion.Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a la ventana para ver qué estaba pasando. ¿Qué está sucediendo? Pensé con el corazón en la garganta.La imagen me devasto y era como si me atrevesaran una estaca en el centro de mi pecho.Mi manada, mi pueblo, estaba siendo atacado. La escena era caótica, con figuras oscuras corriendo y gritando por todas partes.Sangre, gritos, caos. mi cabeza iba a explotar mientras absorbía la imagen que me desgarraba por dentro.Mi mente se llenó de pánico mientras corría hacia la puerta, mi único pensamiento era llegar a mis hermanitos gemelos. Tengo que protegerlosLa mansión estaba siendo invadida, podía escuchar los gritos y el ruido de espadas chocando contra las paredes.Intenté correr más rápido, pero un consejero me atrapó por detrás, cubriendo mi boca con su mano. lo conocia, sabia quien era, pero aun a
Estoy en medio de la selva, rodeada de árboles altos y densos. El sol filtra a través de las hojas, iluminando el claro donde estoy entrenando. Mi corazón late con fuerza mientras me enfrento a mis oponentes, un grupo de lobos hombres que me superan en número.Soy una loba ahora, después de 5 años de entrenamiento y dolor. La tragedia que sufrió mi familia me hizo buscar refugio en mi lado salvaje, y ahora soy una guerrera poderosa.Mi instructor, un lobo hombre llamado Thorne, me observa desde la sombra. Me ha estado entrenando durante meses, enseñándome técnicas de combate y estrategia.—¡Vamos, Ocaso! —grita Thorne—. ¡Muestra lo que has aprendido!Me lanzo hacia adelante, mis garras extendidas. Los lobos hombres se dispersan, intentando rodearme. Pero estoy lista. Me muevo con rapidez, esquivando sus ataques y contraatacando con fuerza.Uno de ellos se acerca demasiado, y lo derribo con un golpe de mi zarpada. Otro intenta morderme el cuello, pero lo esquivo y le doy un golpe en el
Después de cinco días de viaje, el carruaje en el que voy se detiene en la cima de una colina. El conductor, un hombre experimentado y callado, se vuelve hacia mí y dice:—Princesa, hemos llegado.Miro hacia afuera y mi respiración se detiene. Ante mí se extiende un reino espectacular, como si saliera de un cuento de hadas. El sol brilla sobre las estructuras de mármol y oro, haciendo que resplandezcan como joyas.La manada se extiende en el valle debajo de nosotros, rodeado por un río cristalino que serpentea a través de la ciudad. Una cascada impresionante cae desde una altura impresionante, creando un velo de agua que se desvanece en la bruma.Las columnas de las estructuras se elevan hacia el cielo, adornadas con intrincados diseños persas. Los arcos y cúpulas de las estructuras brillan con azulejos de cerámica azul y verde, creando un efecto de mosaico impresionante.En el centro del reino, un palacio majestuoso se alza sobre una colina, rodeado por jardines y fuentes. La arquite