Rashid estaba tenso por la reacción de su padre al verlo, confiaba en que sería prudente y no evidenciaría frente a todos los empleados las desavenencias que estaba teniendo últimamente. El apostaría todo lo que tenía que Hassan le estaba metiendo ideas a su padre, lo conocía lo suficiente para saber que cuando Hassan quería algo, nada lo detiene.
Se encamino en dirección a la oficina de su padre, sin demorarse más.
Entro a la estancia si tocar, inmediatamente localizo a Deo entre sus colegas, mientras el daba un vistazo y se daba cuenta que su padre conversaba en voz baja con una mujer, que de espaldas le pareció familiar, aunque eso no podía ser. Lo que si le llamo la atención es el pelo corto de esa persona, el mismo corte de cabello de la chica de la terminal aérea.
<<está de moda ese corte en las mujeres occidentales>> pensó para sí mismo, mientras su amigo lo ponía al día.
— Llegaste justo a tiempo, porque su querido “amigo” Hassan llego hace unos minutos, como te dije por teléfono — Deo sonrió ante la mirada de su amigo y continuo — aunque en este momento llevan 5 minutos hablando.
El siguió su mirada y vio que Hassan les hacia una seña para que se acercaran y escucharan lo que les iba a comunicar, que para nadie era un secreto. Todos obedecieron, la mayoría prefería seguir trabajando en sus pendientes que tener que soportar al director general, que era antipático con todas las personas que no servían para sus propósitos.
Deo y Rashid se quedaron atrás, de una posición privilegiada, aunque no estaban en la primera línea.
— Como saben todos aquí en RayAli teníamos un lugar pendiente por ocupar, y aunque pudimos haber contratado a alguien nacional, el Sr. Amrai determino que necesitábamos ideas frescas. Por lo que hicimos una exhaustiva búsqueda de perfiles y seleccionamos a la Doctora Alima, la cual se encuentra aquí con nosotros — la presento, sonriendo ampliamente aunque sus ojos demostraban algo más.
La aludida se dio la vuelta y ahí es cuando Rashid cerro los ojos para aclararse y descartar que su mente le estaba jugando una broma.
Inmediatamente los volvió a abrir y efectivamente, ahí estaba la nueva empleada de los laboratorios de su padre.
Era una joven morena, de cabello castaño a la altura de los hombros, una persona bajita pero que tenía un carácter muy explosivo, se recordó así mismo. Sus ojos eran de un verde olivo, su piel bronceada, aceitunada. Cejas expresivas. Y un cuerpo curvilíneo, todas estas características no había podido visualizarlas ante lo rápido y accidentado de su primer encuentro.
Porque si, ya la había visto antes. Precisamente era la joven que escucho su conversación y que más tarde discutieron. Aunque si lo pensaba, esa joven encajaba con los rasgos característicos de la persona que iba a buscar. En su enfado no comprendió nada, hasta ahora que sabe quién es.
Por su expresión, se notaba cansada y queriendo terminar con esta presentación para poder irse a descansar. Y el tonto de Hassan o no lo notaba, o no le importaba. Ella tomo aire y dio un paso adelante.
— Es un placer poder compartir con todos ustedes, esperando poder construir una buena relación de trabajo con todo ustedes — dijo brevemente.
— Como pueden observar viene con toda las expectativas de lo desconocido pero también sumarse al equipo de trabajo que forman y formamos — expreso Hassan, <<siempre tan hipócrita, todo porque se encuentra mi padre aquí presente >> pensó para si Rashid.
En ese momento su padre se unió a la Doctora y Hassan, aunque se notaba que la nueva empleada estaba muy interesada en lo que decía Hassan, lo miraba con una especie de adoración. No sabía porque, pero eso le molestaba, lo cual era ilógico. Porque mientras más lo conociera, se daría cuenta que las apariencias engañan.
— Gracias a todos por dejar un poco sus deberes, pero era importante presentar a la Doctora Ayla a todos, ya que mañana muchos de ustedes no estarán aquí. Y ella se incorpora oficialmente mañana. Por lo que les pido que se presenten con ella para que vaya familiarizándose con todos.
Y mecánicamente todos se fueron presentando, hasta que llegó el turno de Deo y el de Rashid. Aunque cuando lo iban a hacer, su padre lo hizo por ellos, mientras Hassan despedía a los demás.
— Doctora Ayla, permítame presentarle a sus compañeros de área, el Doctor Rashid y el Doctor Deo, quienes serán sus compañeros de área, compartiendo oficina con Rashid — le explico.
Fue en ese momento que Ayla se dio cuenta que de las ultimas personas que le presentaban, a una ya la conocía y no tuvo la mejor impresión. Lo notaba tenso, se observaba que detestaba estar ahí, y ella pensó que se debía a ella. Pero le lanzaba miradas secas al director general. Por lo visto su humor no mejoraba en ninguna circunstancia. Y el Doctor Hassan tenía que soportarlo.
Deo fue el primero en reaccionar, dándole la bienvenida.
— Doctora Alima, no sabe lo que me agrada que venga a sumarse a nuestro equipo — de pronto pregunto — ¿puedo llamarte Ayla? Somos casi contemporáneos — cuando ella asintió le guiño el ojo, coqueteándole visiblemente. — ahora si tendremos un trabajo más equitativo, porque entre mi amigo y yo estábamos realizando el trabajo de la tercera persona de nuestro equipo.
En eso Amin le hizo una inclinación de cabeza a Rashid para que dijera algo, al ver que se hacía un silencio incomodo, no le quedo de otra. Su padre aunque sonreía, seguía molesto con él.
— Doctora, espero que demuestre que se merece estar aquí, pensaba no encontrármela nuevamente después de lo hablado anteriormente — Rashid tenía toda la intención de ser amable y expresarle palabras de bienvenidas pero su mente y su boca no coordinan.
En ese momento los 4 presentes se quedaron atónitos ante su respuesta. Pero sobre todo ante lo que respondió Ayla.
— Créame Doctor, que compruebo una vez más que un título no da la educación.
Ayla no podía creer que el destino la odiará tanto, de todas las personas que tenían que coincidir en esta maravillosa aventura, tenía que ser ese impresentable del aeropuerto, cuyo incidente prefería no recordar.Siempre que había leído alguna historia situada en las arenas del desierto y encontraba un nombre en particular le emocionaba conocer algún día a alguien que llevara ese nombre, pero nunca pensó que la emoción que la embargaría sería el enojo.Aceptaba que quizá se excedió en la respuesta, pero por lo visto eran antipáticos el uno con el otro, y no pudo reprimir sus pensamientos, quizá no debió haberlo hecho enfrente de sus jefes. Y por la expresión anonadada del Dr. Hassan y el Señor Amrai, quienes eran sus jefes, estaban confusos por la interacción de esos dos. Pero es que Rashid, si ese es su nombre favorito en árabe y que irónicamente significa inteligente, maduro, la sacaba de sus casillas.Y si dijo Rashid, porque después de su comentario y el trato anterior que le dio
Rashid echaba chispas, se sentía acorralado, y si apenas soporta al impresentable de Hassan, ahora tendría que soportar a la nueva doctora. Si bien en un principio estaba contento de poder delegar algunas responsabilidades, pero todo se complicó. Él y su bocaza que no tiene filtro, pero internamente reconoció que el culpable de que la situación con su nueva compañera no mejorara era suya completamente. Pero fue verla, sentir esa incomodidad en una parte de su cuerpo y explotar ante la evidente adoración que esa chica sentía por el protegido de su padre.Así que ni se inmuto cuando ella salió del brazo de Hassan y suponía que lo esperaría en la recepción, porque no conocía a donde la iba a llevar. Eso era algo que detestaba, se sentía como un niño pequeño recibiendo ordenes como si él no se pudiera comportar como el adulto que era.> le respondió una voz interior que de inmediato acallo.Regresando al presente, se sentó frente a su padre para poder sacar ese enfado q
El viaje hacia el edificio de la empresa fue tenso y muy silencioso. Después del odioso comentario del Doctor Rafiq, hicieron el trayecto comunicándose lo menos posible. No entendía porque el doctor era así con ella, desde que se conocieron en el aeropuerto no habían hecho otra cosa más que pelear.Algo raro en Ayla, siempre se ha caracterizado por ser muy pacifica, pero ese hombre tenía algo que despertaba su lado salvaje. Reconoció que se sentía frustrada por no haber podido replicar su comentario tan fuera de lugar y sobre todo en presencia del doctor Hassan.Afortunadamente solo la dejaría y se iría a donde quiera que el viviera, por fin podría descansar y olvidar los últimos acontecimientos del día. Disfrutar de la emoción que sentía por estar viviendo lo que siempre había soñado, trabajar y vivir en otro lugar diferente a su país de origen. Una gran sonrisa tenía su rostro, lo que le daba una cierta ternura a quien podía verla. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que apenas s
En lo alto de un edificio se encontraba una de las personas mas importantes de tan famosos laboratorios, alguien que estaba sonriendo, pero de una manera tan escalofriante.Hassan observaba la ciudad que se había convertido desde niño en su hogar, provenía de una familia disfuncional, pero gracias al Doctor Amrai, que desde que lo vio en aquel pequeño y olvidado orfanato de una localidad tan pobre que ni siquiera aparecía en el navegador digital. Aunque ese día cambio su vida para bien, sin embargo, no se podía decir que fuera feliz. Si bien gozaba de la confianza plena de Amin, su padre de adopción. El desde pequeño fue muy ambicioso y no le gustaba ese segundo lugar que siempre le había dado Amin, por obvias razones no lo favorecería por encima de su primogénito.Aunque lo entendía, sabía perfectamente que no compartían un lazo sanguíneo en su adolescencia lo idolatraba hasta que un día escucho una conversación si querer. Lo cual le abrió los ojos y le genero rencor hacia Amin, pero
“Tic, tic”Un familiar sonido se filtraba por los oídos suaves y frágiles de una hermosa joven, que se encontraba soñando con unos increíbles ojos marrones que la miraban con ternura.“tic,tic,tic,tic”—Que molesto ruido— dijo para si misma Ayla, aunque se despabilo parcialmente — estúpida alarma — le hablo al teléfono, como si le pudiera responder.Se levanto para apagarlo, y ahí se percato que tenia un mensaje de Rashid, el Doctor Rafiq, se corrigió automáticamente.—¿Qué demonios quiere este impresentable? — se preguntó mientras abría el mensaje.Lo que leyó le causo cierta sorpresa, no esperaba algo así y menos de él, pero decidió aprovecharlo.“Tomate el día libre, conoce tu entorno y ya mañana te incorporas”.Si bien no fue un mensaje muy emotivo, si le alegro porque aun no se recuperaba del todo del larguísimo viaje con sus consecuencias del día anterior.Dejo el teléfono en la mesa de noche, se desnudó rápidamente, eligió la ropa que usaría en el día y se adentro en el cuarto d
Ayla dio un vistazo rápido a todos lados para verificar que su nueva amiga no estuviera de regreso y sin mas demora se levanto de donde se encontraba. Avanzo poco a poco curioseando en los puestos que iba pasando, aunque no se detuvo en ninguno en particular, si iba lento. Eso no era sospechoso para nadie. Era lo común en la gente que acudía a esos lugares.— ¡oh!— dijo cuando sintió que alguien la paso a empujar a punto estuvo de tirar unas esculturas, pero pudo reaccionar a tiempo. Se dio la vuelta para reclamarle a la persona que tuviera cuidado, cuando se percato que dicha persona se iba perdiendo en la esquina y era el mismo hombre que vio minutos antes entregando la bolsa.Sacudió la cabeza y se decía así misma que era una tontería, pero su sistema nervioso no entendía de palabras y sin darse cuenta se encontraba ante el puestecito de la chica.En ese pequeño puesto, pues era diminuto se encontraban objetos peculiares. Y si, peculiar fue la palabra menos despectiva o mas bien ho
Ayla Alima se encuentra en la comodidad de su departamento, había salido al cine con sus amigas de la universidad cuando recibe una llamada. Su ceño se frunce porque no esperaba una llamada tan tarde. Se encontraba bastante cansada, por lo que con cierta molestia riega porque no sea algo urgente del laboratorio donde recién comenzó a trabajar. Aunque le fascina la investigación, si es algo agotador no tener horarios fijos.Sin más se dirige a su bolsa, donde saca un teléfono de última generación y responde— Hola— dice secamente. Algo impropio de ella pero el cansancio la hace responder así.— Buenas noches, estoy hablando con la Doctora Alima— pregunta una suave voz de mujer, desconocida para ella, aunque tiene un lenguaje formal.— Si, ella habla— y espera que su interlocutora continue.—Le hablamos de RayAli laboratories— en ese momento Ayla se lleva la sorpresa de su vida, y de la impresión por poco suelta el teléfono. Hace unos días le hablaron de la universidad donde estudio, p
Al final no fue tan complicado informarle a su familia y poder arreglar todo lo relacionado con su viaje. Se despidió con lágrimas en sus ojos de sus seres queridos y prometió hablarles constantemente. Era la primera vez que viajaba sola, pero en el correo que le enviaron, le indicaron que alguien la esperaría en el aeropuerto, aunque solo en ese momento que va bajando del avión, se percató que no le dijeron como lo iba a reconocer o viceversa.En ese momento se percató que si vestimenta era formal, tal como se esperaba de alguien con el perfil académico que poseía, y se notaba demasiado acalorada. Estaba deseando que el día terminara. Sin más se dirigió a la salida con sus maletas a cuesta, solo se trajo la más imprescindible, pensando que allá compraría lo que necesitara. En ese momento le llego a ella una voz grave, que claramente no le gustaría que esa fuera la persona que le habían asignado para que la recogiera. Y sin poder evitarlo, escucho lo que decía.Papá yo no soy niñera d