CAPITULO 6

Rashid estaba tenso por la reacción de su padre al verlo, confiaba en que sería prudente y no evidenciaría frente a todos los empleados las desavenencias que estaba teniendo últimamente. El apostaría todo lo que tenía que Hassan le estaba metiendo ideas a su padre, lo conocía lo suficiente para saber que cuando Hassan quería algo, nada lo detiene.

Se encamino en dirección a la oficina de su padre, sin demorarse más.

Entro a la estancia si tocar, inmediatamente localizo a Deo entre sus colegas, mientras el daba un vistazo y se daba cuenta que su padre conversaba en voz baja con una mujer, que de espaldas le pareció familiar, aunque eso no podía ser. Lo que si le llamo la atención es el pelo corto de esa persona, el mismo corte de cabello de la chica de la terminal aérea.

<<está de moda ese corte en las mujeres occidentales>> pensó para sí mismo, mientras su amigo lo ponía al día.

— Llegaste justo a tiempo, porque su querido “amigo” Hassan llego hace unos minutos, como te dije por teléfono — Deo sonrió ante la mirada de su amigo y continuo — aunque en este momento llevan 5 minutos hablando.

El siguió su mirada y vio que Hassan les hacia una seña para que se acercaran y escucharan lo que les iba a comunicar, que para nadie era un secreto. Todos obedecieron, la mayoría prefería seguir trabajando en sus pendientes que tener que soportar al director general, que era antipático con todas las personas que no servían para sus propósitos.

Deo y Rashid se quedaron atrás, de una posición privilegiada, aunque no estaban en la primera línea.

— Como saben todos aquí en RayAli teníamos un lugar pendiente por ocupar, y aunque pudimos haber contratado a alguien nacional, el Sr. Amrai determino que necesitábamos ideas frescas. Por lo que hicimos una exhaustiva búsqueda de perfiles y seleccionamos a la Doctora Alima, la cual se encuentra aquí con nosotros — la presento, sonriendo ampliamente aunque sus ojos demostraban algo más.

La aludida se dio la vuelta y ahí es cuando Rashid cerro los ojos para aclararse y descartar que su mente le estaba jugando una broma.

Inmediatamente los volvió a abrir y efectivamente, ahí estaba la nueva empleada de los laboratorios de su padre.

Era una joven morena, de cabello castaño a la altura de los hombros, una persona bajita pero que tenía un carácter muy explosivo, se recordó así mismo. Sus ojos eran de un verde olivo, su piel bronceada, aceitunada. Cejas expresivas. Y un cuerpo curvilíneo, todas estas características no había podido visualizarlas ante lo rápido y accidentado de su primer encuentro.

Porque si, ya la había visto antes. Precisamente era la joven que escucho su conversación y que más tarde discutieron. Aunque si lo pensaba, esa joven encajaba con los rasgos característicos de la persona que iba a buscar. En su enfado no comprendió nada, hasta ahora que sabe quién es.

Por su expresión, se notaba cansada y queriendo terminar con esta presentación para poder irse a descansar. Y el tonto de Hassan o no lo notaba, o no le importaba. Ella tomo aire y dio un paso adelante.

— Es un placer poder compartir con todos ustedes, esperando poder construir una buena relación de trabajo con todo ustedes — dijo brevemente.

— Como pueden observar viene con toda las expectativas de lo desconocido pero también sumarse al equipo de trabajo que forman y formamos — expreso Hassan, <<siempre tan hipócrita, todo porque se encuentra mi padre aquí presente >> pensó para si Rashid.

En ese momento su padre se unió a la Doctora y Hassan, aunque se notaba que la nueva empleada estaba muy interesada en lo que decía Hassan, lo miraba con una especie de adoración. No sabía porque, pero eso le molestaba, lo cual era ilógico. Porque mientras más lo conociera, se daría cuenta que las apariencias engañan.

— Gracias a todos por dejar un poco sus deberes, pero era importante presentar a la Doctora Ayla a todos, ya que mañana muchos de ustedes no estarán aquí. Y ella se incorpora oficialmente mañana. Por lo que les pido que se presenten con ella para que vaya familiarizándose con todos.

Y mecánicamente todos se fueron presentando, hasta que llegó el turno de Deo y el de Rashid. Aunque cuando lo iban a hacer, su padre lo hizo por ellos, mientras Hassan despedía a los demás.

— Doctora Ayla, permítame presentarle a sus compañeros de área, el Doctor Rashid y el Doctor Deo, quienes serán sus compañeros de área, compartiendo oficina con Rashid — le explico.

Fue en ese momento que Ayla se dio cuenta que de las ultimas personas que le presentaban, a una ya la conocía y no tuvo la mejor impresión. Lo notaba tenso, se observaba que detestaba estar ahí, y ella pensó que se debía a ella. Pero le lanzaba miradas secas al director general. Por lo visto su humor no mejoraba en ninguna circunstancia. Y el Doctor Hassan tenía que soportarlo.

Deo fue el primero en reaccionar, dándole la bienvenida.

— Doctora Alima, no sabe lo que me agrada que venga a sumarse a nuestro equipo — de pronto pregunto — ¿puedo llamarte Ayla? Somos casi contemporáneos — cuando ella asintió le guiño el ojo, coqueteándole visiblemente. — ahora si tendremos un trabajo más equitativo, porque entre mi amigo y yo estábamos realizando el trabajo de la tercera persona de nuestro equipo.

En eso Amin le hizo una inclinación de cabeza a Rashid para que dijera algo, al ver que se hacía un silencio incomodo, no le quedo de otra. Su padre aunque sonreía, seguía molesto con él.

— Doctora, espero que demuestre que se merece estar aquí, pensaba no encontrármela nuevamente después de lo hablado anteriormente — Rashid tenía toda la intención de ser amable y expresarle palabras de bienvenidas pero su mente y su boca no coordinan.

En ese momento los 4 presentes se quedaron atónitos ante su respuesta. Pero sobre todo ante lo que respondió Ayla.

— Créame Doctor, que compruebo una vez más que un título no da la educación.

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