Después de mucho batallar para poder presentarse en su lugar de trabajo, para tener las primeras impresiones y posteriormente ir al hotel asignado, Ayla pudo llegar a las oficinas centrales de Laboratorio RayAli.
Sin demorarse más, se bajó rápidamente del taxi y se dirigió a la entrada donde el guardia le ayudo con sus maletas en cuanto ella le dijo quién era y a quien buscaba.
Pregunto por el Dr. Hassan Khatir, el gerente general de la empresa. Ayla pensaba que era el hijo del dueño, por lo que investigo es alguien relativamente joven, lo que la llevó a aquella conclusión.
No tuvo que esperar demasiado, escucho el sonido de unas pisadas lentas pero con determinación. Así que se dio la vuelta, al mismo tiempo se dio cuenta que el guardia se ponía rígido, lo que le dio un indicio de quien se trataba.
No imaginaba el vuelco que tendría su corazón al ver frente a frente a esa persona tan impactante y esperaba que fuera el Dr. Hassan.
— Doctora Alima es un placer tenerla con nosotros por fin — saluda el atractivo moreno, con una voz profunda pero amable. Aunque sonreía sus ojos no indicaban su humor. Estaban impasibles, aunque ella pensó que no lo conocía y era la primera impresión.
— Gracias por su amable bienvenida, supongo que usted es el Dr. Khatir? — ella le sonrió ampliamente, le preguntó para no equivocarse y causar una mala impresión.
El sacudió la cabeza, y respondió rápidamente.
— Si, una torpeza por mi parte no haberme presentado. Pero primero quería asegurarme que una joven tan hermosa como lo es usted fuera a la Doctora que estábamos esperando — ante ese comentario adulador Ayla se sonrojo visiblemente — me presentó formalmente soy Hassan Khatir, el director general provisional de RayAli— le extendió la mano para saludarse. A lo que ella respondió estrechando la mano. Cuando se tocaron sintió una sensación extraña, como un leve dolor lo que era inusual y que era la primera vez que le sucedía. Ella sacudió la cabeza y siguió sonriendo.
— Mucho gusto Doctor, perdone mi impertinencia pero me siento algo agotada del viaje y fue todo un vía crucis conseguir llegar hasta aquí. — ante esa declaración la miro confundido, ahí ella comprobó que él no estaba enterado de su llegada, supuso.
— ¿Como? — pregunto confuso mirando levemente al guardia — tenía entendido que alguien iría por usted. Por lo que me está diciendo es información que no tenía — le confeso.
— Si, de hecho en la información que me mandaron decía que alguien iría por mí al mi llegada al aeropuerto. Pero no identifique a la persona, por lo que mejor decidí llegar aquí por mis propios medios. — le explico.
— No se preocupe Doctora Alima, lo importante es que se encuentra con nosotros — le señalo al frente indicándole que avanzara — por favor haga el favor de acompañarme para la reunión que está programada.
Y sin más se dirigieron a las oficinas, mientras él le iba contando un poco de la historia de cómo surgió la empresa. Lo que reforzaba la idea que era una persona importante y demasiado cercana a los dueños, tan cercana como alguien de la familia.
Pero ella aunque asentía de vez en cuando, por su mente iba pensando que no se esperaba conocer a un hombre como él. No se consideraba una colegiala pero quedo fascinada por ese hombre tan atractivo. Poseía una mirada de penetrante , con unos ojos marrones, que se podían transformar en un misterio. Su mandíbula cuadrada y barba de candado le daba un aire muy árabe. Ella siempre había anhelado conocer y que mejor que sus sueños se hagan realidad de la mano de lo que siempre le ha apasionado como es su trabajo.
No se percató como paso el recorrido hasta esa oficina, tocaron levemente y alguien de adentro indico que podían ingresar. Lo que hicieron inmediatamente.
Lo primero que observo fue una amplia estancia y totalmente iluminada con luz natural, frente a ella se encontraba una persona mayor, sentada detrás de un gran escritorio, que supuso era el dueño. Lo que se comprobó con lo siguiente que escucho.
— Bienvenida a mi país Doctora Alima, me llena de una gran satisfacción que se sume a nuestra plantilla de empleados y que sus investigaciones en el ámbito de la medicina serán fructíferas.— le saludo.
— Le agradezco mucho esa oportunidad para poder ser parte de su empresa, al mismo tiempo que me permita felicitarlo por todo lo que ha logrado con las investigaciones que se llevan aquí. le respondió y le estrecho la mano. El al diferencia del director general, le obsequio una sonrisa llena de entusiasmo que le llego a sus increíbles ojos azules, esos ojos le recordaban al impresentable del aeropuerto. Aunque se dijo que ese tono de ojos lo poseen varias personas en el mundo.
— Amin como podrás ver ya está aquí la Doctora. Aunque hace un momento me pareció entender que nadie se presentó en al aeropuerto pero tenía entendido que si había alguien asignado para ellos ¿sabes que sucedió?— interrumpió la conversación Hassan, queriendo resolver ese enigma.
El señor Amrai sacudió la cabeza, se podía observar que estaba molesto.
— Si, alguien se presentó pero no la encontró — dijo y más que resolver dudas, las acrecentó más.
Hassan y Ayla le respondieron con un silencio.
— Lamento ese incidente Doctora pero la persona que fue por usted no le encontró en ese momento y lamentablemente tenía un compromiso muy importante. De nuevo mis más sinceras disculpas por no haberla traído hasta acá como estaba programado.— explico luciendo avergonzado con la situación.
Ella solo sacudió la cabeza y pensó que no era momento de disculpas, al fin ella ya estaba así.
— No se preocupe, entiendo que son cosas que pasan. Por cierto me encontré a una persona que también esperaba a alguien y estaba exasperado por la persona que no llegaba. Así que lo entiendo.
Lo que ella no esperaba es que esa persona se presentara en la oficina en ese momento.
Shaira iba distraída, aunque muchos la consideraban una bruja, ella se identificaba como una persona que ayudaba a los demás. Los habitantes del barrio en él que vivía en Marrakech la veían de una manera despectiva. Todo porque en alguna ocasión tuvo la brillante idea de acudir a un mercado y una señora se sintió mal, por lo que ella fue amable y le ayudo a levantarse. Pero al tocarla le dio una descarga eléctrica y tuvo una visión donde la señora estaba dentro de un ataúd.Y días después se corrió la noticia que esa señora había muerto después de ser tocada por Shaira, lo que le creo mala fama. Su abuela siempre le había dicho que ellas eran diferentes, no superiores; solo que sus sentidos estaban más desarrollados que los humanos mortales. En ese momento ella no lo entendió y solo pensó que su abuela estaba desvariando, aunque no la contradijo ni le pregunto nada, porque la respetaba mucho y no quería molestarla. Aunque con el paso del tiempo entendió a que se refería su abuela.Por
Rashid estaba tenso por la reacción de su padre al verlo, confiaba en que sería prudente y no evidenciaría frente a todos los empleados las desavenencias que estaba teniendo últimamente. El apostaría todo lo que tenía que Hassan le estaba metiendo ideas a su padre, lo conocía lo suficiente para saber que cuando Hassan quería algo, nada lo detiene.Se encamino en dirección a la oficina de su padre, sin demorarse más.Entro a la estancia si tocar, inmediatamente localizo a Deo entre sus colegas, mientras el daba un vistazo y se daba cuenta que su padre conversaba en voz baja con una mujer, que de espaldas le pareció familiar, aunque eso no podía ser. Lo que si le llamo la atención es el pelo corto de esa persona, el mismo corte de cabello de la chica de la terminal aérea.> pensó para sí mismo, mientras su amigo lo ponía al día.— Llegaste justo a tiempo, porque su querido “amigo” Hassan llego hace unos minutos, como te dije por teléf
Ayla no podía creer que el destino la odiará tanto, de todas las personas que tenían que coincidir en esta maravillosa aventura, tenía que ser ese impresentable del aeropuerto, cuyo incidente prefería no recordar.Siempre que había leído alguna historia situada en las arenas del desierto y encontraba un nombre en particular le emocionaba conocer algún día a alguien que llevara ese nombre, pero nunca pensó que la emoción que la embargaría sería el enojo.Aceptaba que quizá se excedió en la respuesta, pero por lo visto eran antipáticos el uno con el otro, y no pudo reprimir sus pensamientos, quizá no debió haberlo hecho enfrente de sus jefes. Y por la expresión anonadada del Dr. Hassan y el Señor Amrai, quienes eran sus jefes, estaban confusos por la interacción de esos dos. Pero es que Rashid, si ese es su nombre favorito en árabe y que irónicamente significa inteligente, maduro, la sacaba de sus casillas.Y si dijo Rashid, porque después de su comentario y el trato anterior que le dio
Rashid echaba chispas, se sentía acorralado, y si apenas soporta al impresentable de Hassan, ahora tendría que soportar a la nueva doctora. Si bien en un principio estaba contento de poder delegar algunas responsabilidades, pero todo se complicó. Él y su bocaza que no tiene filtro, pero internamente reconoció que el culpable de que la situación con su nueva compañera no mejorara era suya completamente. Pero fue verla, sentir esa incomodidad en una parte de su cuerpo y explotar ante la evidente adoración que esa chica sentía por el protegido de su padre.Así que ni se inmuto cuando ella salió del brazo de Hassan y suponía que lo esperaría en la recepción, porque no conocía a donde la iba a llevar. Eso era algo que detestaba, se sentía como un niño pequeño recibiendo ordenes como si él no se pudiera comportar como el adulto que era.> le respondió una voz interior que de inmediato acallo.Regresando al presente, se sentó frente a su padre para poder sacar ese enfado q
El viaje hacia el edificio de la empresa fue tenso y muy silencioso. Después del odioso comentario del Doctor Rafiq, hicieron el trayecto comunicándose lo menos posible. No entendía porque el doctor era así con ella, desde que se conocieron en el aeropuerto no habían hecho otra cosa más que pelear.Algo raro en Ayla, siempre se ha caracterizado por ser muy pacifica, pero ese hombre tenía algo que despertaba su lado salvaje. Reconoció que se sentía frustrada por no haber podido replicar su comentario tan fuera de lugar y sobre todo en presencia del doctor Hassan.Afortunadamente solo la dejaría y se iría a donde quiera que el viviera, por fin podría descansar y olvidar los últimos acontecimientos del día. Disfrutar de la emoción que sentía por estar viviendo lo que siempre había soñado, trabajar y vivir en otro lugar diferente a su país de origen. Una gran sonrisa tenía su rostro, lo que le daba una cierta ternura a quien podía verla. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que apenas s
En lo alto de un edificio se encontraba una de las personas mas importantes de tan famosos laboratorios, alguien que estaba sonriendo, pero de una manera tan escalofriante.Hassan observaba la ciudad que se había convertido desde niño en su hogar, provenía de una familia disfuncional, pero gracias al Doctor Amrai, que desde que lo vio en aquel pequeño y olvidado orfanato de una localidad tan pobre que ni siquiera aparecía en el navegador digital. Aunque ese día cambio su vida para bien, sin embargo, no se podía decir que fuera feliz. Si bien gozaba de la confianza plena de Amin, su padre de adopción. El desde pequeño fue muy ambicioso y no le gustaba ese segundo lugar que siempre le había dado Amin, por obvias razones no lo favorecería por encima de su primogénito.Aunque lo entendía, sabía perfectamente que no compartían un lazo sanguíneo en su adolescencia lo idolatraba hasta que un día escucho una conversación si querer. Lo cual le abrió los ojos y le genero rencor hacia Amin, pero
“Tic, tic”Un familiar sonido se filtraba por los oídos suaves y frágiles de una hermosa joven, que se encontraba soñando con unos increíbles ojos marrones que la miraban con ternura.“tic,tic,tic,tic”—Que molesto ruido— dijo para si misma Ayla, aunque se despabilo parcialmente — estúpida alarma — le hablo al teléfono, como si le pudiera responder.Se levanto para apagarlo, y ahí se percato que tenia un mensaje de Rashid, el Doctor Rafiq, se corrigió automáticamente.—¿Qué demonios quiere este impresentable? — se preguntó mientras abría el mensaje.Lo que leyó le causo cierta sorpresa, no esperaba algo así y menos de él, pero decidió aprovecharlo.“Tomate el día libre, conoce tu entorno y ya mañana te incorporas”.Si bien no fue un mensaje muy emotivo, si le alegro porque aun no se recuperaba del todo del larguísimo viaje con sus consecuencias del día anterior.Dejo el teléfono en la mesa de noche, se desnudó rápidamente, eligió la ropa que usaría en el día y se adentro en el cuarto d
Ayla dio un vistazo rápido a todos lados para verificar que su nueva amiga no estuviera de regreso y sin mas demora se levanto de donde se encontraba. Avanzo poco a poco curioseando en los puestos que iba pasando, aunque no se detuvo en ninguno en particular, si iba lento. Eso no era sospechoso para nadie. Era lo común en la gente que acudía a esos lugares.— ¡oh!— dijo cuando sintió que alguien la paso a empujar a punto estuvo de tirar unas esculturas, pero pudo reaccionar a tiempo. Se dio la vuelta para reclamarle a la persona que tuviera cuidado, cuando se percato que dicha persona se iba perdiendo en la esquina y era el mismo hombre que vio minutos antes entregando la bolsa.Sacudió la cabeza y se decía así misma que era una tontería, pero su sistema nervioso no entendía de palabras y sin darse cuenta se encontraba ante el puestecito de la chica.En ese pequeño puesto, pues era diminuto se encontraban objetos peculiares. Y si, peculiar fue la palabra menos despectiva o mas bien ho