EL RECUERDO

Todo el día el karma de ensaño con Rashid, por lo cual solo salió a relucir su humor pésimo que el reconocía que tenía. Y lamentablemente se desquito con esa gruñona pero hermosa desconocida. Pero en su defensa diría que no esperaba que fuera testigo de las palabras  que intercambio con su padre.

Por la mañana había necesitado un archivo como parte de su investigación que necesitaba, pero tal parecía que se había esfumado porque no lo pudo encontrar. Por más que le ayudo Deo a buscar, no hallo nada.

Posteriormente su padre le dijo que necesitaba un favor, que ya era tiempo que hiciera algunas cosas que le corresponderán como futuro heredero del imperio de laboratorios, por lo que no pudo negare. Si hubiera sospechado de que se trataba, no hubiera aceptado por nada del mundo. Cuando lo supo era demasiado tarde.

Así que para no seguir discutiendo con esa turista, prefirió cortar la conversación y dirigirse a donde iban llegando los viajeros. Realmente estaba desesperado porque llegara la nueva científica, para poder regresar a sus investigaciones.

Vio la hora, y se dio cuenta que ya llevaba más de una hora de retraso. Se acerco al mostrador para preguntar si todos los que viajaban en el avión proveniente de México ya habían bajado, cuando se lo confirmaron soltó una maldición, lo que hizo que una pareja mayor lo viera con desaprobación.

Decidió ya no perder más el tiempo, al parecer perdió a su colega y ni cuenta se di. No quiso que le proporcionaran una foto o algo para identificarla, pensó que no hacía falta.

Pero la realidad es bien distinta, no le quedó más remedio que informarle a su padre del fiasco que fue ese favor.

Ya lo escuchaba reprochándole nuevamente su actitud.

— hola, papá — le hablo suavemente, después del exabrupto anterior, su padre no estaría de buen humor. Vaya que si lo conocía.

— y ahora que pasa? — se escuchaba harto también — Rashid por una vez pórtate con madurez y no seas tan caprichoso.

Él se contuvo de responderle furiosamente y paso a relatarle el incidente.

— Solo hablaba para decirte que no llego tu empleada, o bien nos cruzamos y no la vi, pero ya llevo más 60 minutos aquí y no ha aparecido. Así que solo te hablaba para informarte— le dijo a su padre, esperando que no lo volviera a reprender.

— ¿COMO QUE NO ESTA CONTIGO? — tuvo que separarse el teléfono de la oreja ante los gritos que daba su padre — Solo una cosa, un favor te pedí. Hassan estaba en otro asunto y no podía ir. Ilusamente pensé que algo tan sencillo como eso si lo podías hacer sin mayores conflictos.

— No fue mi culpa, yo estuve aquí en el horario establecido — se defendió, aunque interiormente pensaba que quizá esa distracción con la extranjera lo distrajo y fue el momento en que llego la Doctora Alima, pero prefiero no decirle nada a su padre. Ya por sí solo estaba suficientemente enfadado. Decidió guardar ese secreto, aunque pensaba que no volvería a cruzarse con esa mujer por lo que nunca tendría la oportunidad de confesar ese secreto.

— como sea, ahorita me comunico con la secretaria para que la localice. Te dejo para que vuelvas al laboratorio y sigan absorto en tu vida — finalizo sarcásticamente, lo que le dolió un poco, que su padre no compartiera sus metas con él. Y no, su padre no es así, pero por lo visto también tuvo un día pésimos.

Sin más se dirigió a su coche con rumbo hacia su laboratorio, esperaba que Deo haya encontrado el archivo que necesitaba. Y quizá habría un milagro y la nueva doctora ya estaría ahí.

Cuando llego al lugar, entro con rapidez, afortunadamente no se topó con demasiadas personas.

Fue en busca de Deo, pero no lo encontró ni en su oficina, ni en la de Rashid, así que lo llamo por teléfono. Respondió al segundo timbre.

— ¿dónde estás? — le cuestiono y sin darle tiempo a responder siguió hablando, aunque en voz un poco baja — te estuve buscando hace rato, pensando que ya habías regresado, pero no te encontré.

Rashid se extrañó por su urgencia, frunciendo la frente levemente.

— más bien ¿dónde estás tu? — le devolvió la pregunta y le reclamo — ¿porque estas susurrando? Te deje aquí para que buscaras el archivo que no encontramos, y por lo visto tu andas haciendo de las tuyas, quien sabe dónde — lo juzgo, sin tampoco darle tiempo a responder.

Se escucho un suspiro sutil pero suficientemente audible al teléfono.

— Yo estoy aquí en la reunión que convocaron, donde especificaban que todo el persona debería estar presente— explico — aunque aún no comienza y por eso te quería localizar, porque fue algo de última hora. Varios ya se están impacientando, solo está aquí el odioso de Hassan. — le confió y lo apresuro . — date prisa, viene llegando tu padre con una morena muy bonita.— Deo colgó la llamada.

Cuando su amigo dijo <<morena muy bonita>> se le vino a la mente un rostro enojado pero también hermoso. Sacudió la cabeza por tener ese tipo de pensamientos y sin más se dirigió al lugar donde todos se reunían cuando daban alguna información general.

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