ELIXIR DE PASIÓN
ELIXIR DE PASIÓN
Por: Dilay Bakir
CAPITULO 1

Ayla Alima se encuentra en la comodidad de su departamento, había salido al cine con sus amigas de la universidad cuando recibe una llamada. Su ceño se frunce porque no esperaba una llamada tan tarde. Se encontraba bastante cansada, por lo que con cierta molestia riega porque no sea algo urgente del laboratorio donde recién comenzó a trabajar. Aunque le fascina la investigación, si es algo agotador no tener horarios fijos.

Sin más se dirige a su bolsa, donde saca un teléfono de última generación y responde

— Hola— dice secamente. Algo impropio de ella pero el cansancio la hace responder así.

— Buenas noches, estoy hablando con la Doctora Alima— pregunta una suave voz de mujer,  desconocida para ella, aunque tiene un lenguaje formal.

— Si, ella habla— y espera que su interlocutora continue.

—Le hablamos de RayAli laboratories— en ese momento Ayla se lleva la sorpresa de su vida, y de la impresión por poco suelta el teléfono. Hace unos días le hablaron de la universidad donde estudio, para hacer de su conocimiento una vacante que había en el extranjero de un importante laboratorio y que expresaron que ella seria apta para ese puesto. Si le interesaba, enviara su documentación y posteriormente le harían una entrevista virtual. La cual ya había sido y quedaron de llamarla en caso de ser aceptada.

<<Esa llamada solo podia significar una cosa>> pensó para si misma. y siguió escuchando aun sin saber reaccionar.

— Hace unos días uno de los encargados se entrevistó con usted, y los ejecutivos deliberaron ofrecerle un contrato indefinido con nuestra empresa, y su presencia será requerida en dos días, por lo que era urgente comunicarnos con usted. En este momento le estamos enviando toda la información a través del correo electrónico que nos proporcionó con sus datos, así mismo tiene una cuenta de correo del laboratorio, en ese mismo correo están todos sus datos. Por ese medio nos comunicamos con nuestros empleados. ¿quedo claro Doctora Alima? — pregunto la mujer, y sin darle tiempo a responder se despidió.

— Bien, si no hay dudas me despido de usted momentáneamente y nos veremos muy pronto acá en marruecos. Descanse — y sin más, así como había entrado la llamada, se había esfumado.

Sin embargo ella aún estaba anonadada, que no le dio tiempo a responder correctamente. <<pensaran que hablaron con una muda>> se dijo así misma, recriminándose no haber reaccionado a tiempo para hacer las preguntas pertinentes.

— ¡siiiii! — alzo la voz y los brazos hacia el techo, dando unos saltitos y sonriendo ampliamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas, por haber podido cumplir ese sueño de viajar y colaborar con colegas de otros país, de otra realidad y sobre todo que ella por fin podría hacer aportaciones al mundo de la medicina, un mundo liderado principalmente por hombres. — Machismo le llaman— expreso con una mirada decidida a abrirse su propio camino.

Pensó en llamar a su familia, alzo la muñeca izquierda, donde tenía su reloj analógico y al percatarse de la hora, y conociendo la rutina en casa dedujo que no estarían, así que decidió hacerlo más tarde o mañana. Aunque estaba segura de que no podía dormir de la impresión y emoción, aunque también se sentía nerviosa.

Rashid siempre ha sido un hombre que se ha interesado por la ciencia, estudio en las universidades más prestigiosas del mundo, siempre queriendo aprender de personas más sabias, cultas y experimentadas. Personas que puedan aportar para poder aplicar las investigación que hasta ahora ha realizado para beneficio de su pueblo, donde la principal enfermedad es una nueva variante de la hepatitis, la han clasificado como tipo C. 

A pesar de que su familia es rica e influyente, es dueña de uno de los laboratorio más importantes de su país, él ha sido agradecido con lo que la vida le dio y busca ayudar a los demás.

Él se decidió por enfocarse al tema de las investigación, por lo que estudio medicina y de ahí se ha ido especializando hasta convertirse en un investigador, aunque procura siempre tener un perfil bajo.

— Rashid, vaya hasta que te dejas ver a una hora adecuada — lo saludo uno de sus colegas, palmeándole un poco la espalda. — pensábamos que te convertías en un vampiros por la noche y en el día descansabas — bromeó.

— ya ves que no es así, Deo.— repuso, haciendo una mueca de desagrado al saber los chismes que rondan en el laboratorio por sus horarios tan diferentes de sus compañeros del laboratorio.

— Si ya se amigó que no te gustan los chismes, pero es que tu no cooperas. Eres demasiado reservado que a los simples mortales solo les queda especular que haces en tu tiempo libre — su amigo Deo le respondió, pero sacudió la cabeza, dando a entender que cambiaran de tema — por cierto como no habías venido no te has enterado de que está por llegar una nueva adquisición, al parecer es extranjera. Por fin tenemos suplida la vacante de la doctora Mayran que no regreso después de su permiso.

— Si es cierto, Mayran ya no regreso, lo que me extraño porque parecía estar entusiasmada. Por lo visto aquí los rumores vuelan — comento un poco extrañado — aunque si nos hacía falta alguien, porque la carga de trabajo es mucha y lo que de verdad no apasiona que es la investigación, se ha quedado un poco de lado.

— Así es, al parecer fue muy repentino. Pero si esto es cierto llega en dos días — le confió.

Él se extrañó ante ese dato, por lo regular las contrataciones tardan un poco más en llevarse a cabo. Encogió levemente los hombros y no añadió más. En ese momento alguien le hablo a Deo y se fue, dejándolo con sus pensamientos.

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