BREEN
La noche en que cambió mi vida por completo aún no logró superarla por completo. He aprendido a lidiar con ese suceso, más no he podido olvidarlo y ser feliz. Tengo muchos demonios que aún me siguen persiguiendo y temo que, debido a ello, me quedaré sola por el resto de mi vida.
10 años antes…
Me encontraba más feliz que nunca. Una etapa de mi vida estaba por concluir y otra por comenzar. Aunque mi mejor amiga, Amina y yo, tomaríamos rumbos distintos, ambas sabíamos que nunca nada podría separarnos. Eso, en realidad, es lo que al menos yo pensaba, pero todo estaba por tomar un rumbo bastante trágico en nuestras vidas.
Estaba terminándome de arreglar para salir a una fiesta junto a ella. Amina ya me esperaba en el taxi, así que me despedí de mis padres y salí a su encuentro.
—Déjame decirte, que esta noche te ves espectacular —bromeo Amina.
—Sabes que solo voy a divertirme, no me interesa conquistar a nadie. Aún no me siento preparada —Amina puso los ojos en blanco.
—Eres una aguafiestas —subimos al taxi y nos dirigimos rumbo a la fiesta.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que todos ya se encontraban aquí. Nos dieron una bebida por nuestra llegada, y decidimos ir a explorar. Al parecer, algunos ya se encontraban bastante alcoholizados, solo nos miramos y comenzamos a reír.
Era obvio que no planeábamos dar ese tipo de espectáculo, así que dejamos nuestras bebidas cerca y nos dispusimos a bailar, junto a algunos compañeros. De pronto, un chico bastante guapo se acercó por detrás.
Me pidió bailar con él y acepté por pura cortesía y porque quería divertirme, pero pronto intento sobrepasarse y eso no pensaba tolerarlo. Le aventé la bebida en el rostro y me dirigí directo a un baño. Aunque ni siquiera tenía idea de donde se encontraba el más cercano.
Amina fue detrás de mí y, al igual que yo, se encontraba molesta por lo que el idiota ese había intentado hacer.
—¡Maldito idiota! ¿Cómo se atrevió a hacer eso? Quisiera regresar y golpearlo en el rostro.
—No te preocupes Amina, seguro que no se me vuelve a acercar en el resto de la noche.
Al regresar, no vi al tipo por ningún lado, para mi fortuna. Así que dejé de lado ese incidente y regresamos a bailar, esta vez, sin dejar que nadie se nos acercara. Aunque más tarde, una chica se acercó a nosotras con un par de tragos. Nos instó a tomarlo de un golpe, mientras las personas a nuestro alrededor vitoreaban.
Quizá no debimos entrar en ese juego, porque eso, selló nuestro destino. Más tarde, todo me daba vueltas, intentaba sostenerme en pie, pero se me dificultaba realizar cualquier acción.
Además, Amina parecía sentirse igual que yo. Le pedí que llamara un taxi para irnos, quizá fue la bebida que nos tomamos de golpe, jamás pensé que la hubieran puesto algo.
Estábamos a punto de marcharnos, cuando la chica que nos ofreció las bebidas se acercó a nosotras. Nos dijo que no nos podíamos ir en ese estado, que subiéramos a descansar a una de las habitaciones. Cada vez me sentía peor, así que opte por aceptar su ayuda. Quizá hubiera sido mejor rechazarla.
No sabía cuánto tiempo había pasado, así que comencé a abrir los ojos. Entonces, una voz, seguida de varias risas, me paralizó por completo.
—Hasta que finalmente despiertas, preciosa —traté de pensar quién era, pero me fue imposible, ni siquiera recordaba esa voz—. ¿Sabes? Si solo me hubieras seguido el juego, nada de esto estaría pasando.
Fue entonces cuando traté de levantarme y al darme cuenta de que no podía moverme me aterroricé. Miré a un lado y entonces recordé que Amina también se encontraba aquí. Ella parecía seguir dormida.
—No te preocupes por tu amiga, más tarde será su turno —habló con sorna.
—¿Turno para qué? —dije con rabia.
—Para disfrutar de su cuerpo, obviamente, así como disfrutaremos del tuyo.
Al escuchar esas palabras, comencé a negar. No podía creer que esto fuera a pasar. Le pedí que no lo hiciera, pero solo se burló.
—Como ya dije, si solo hubieras continuado, el único que te hubiera follado, sería yo, pero decidiste exponerme y no conforme con eso, también me dejaste en ridículo aventándome la bebida en el rostro. Además, desde que te vi entrar, no pude quitarte la mirada de encima.
Fue entonces cuando se acercó para poder hablarme al oído, poniendo su mano sobre mi vientre, subiendo y bajando un poco, haciendo que me asqueara con lo que se encontraba haciendo.
—En el momento que cruzaste esa puerta, decidí que estarías en mi cama, gimiendo mi nombre, pidiendo… —no pude soportarlo más y le escupí el rostro.
Como no podía moverme, debido a que me encontraba amarrada de pies y manos, solo eso se me ocurrió hacer, aunque debo de aceptar que cometí un grave error.
De pronto sentí un fuerte golpe en la cara, sentí el sabor metálico dentro de mi boca y entonces habló.
—Pensaba ser gentil, pero eso no va a pasar y tu amiga, también sufrirá las consecuencias de tus actos.
—¡No, no, no, no, no! Por favor, a ella déjala fuera de esto, ella no tiene nada que ver. Haré lo que me pidas, pero deja que se marche por favor —rogué con lágrimas en los ojos.
—Demasiado tarde, mi amor, eso debiste haberlo pensado mucho antes.
Sentí sus manos recorrer todo mi cuerpo, sentí cómo aspiraba mi aroma. Para mi mala suerte, había decidido ponerme un vestido, algo que le facilitó aún más las cosas. Sentí el frío de la habitación y mi piel se erizó, me subió el vestido hasta el ombligo, se detuvo un momento y cometí el peor error. Lo miré, tenía los ojos llenos de lujuria y una sonrisa diabólica.
—¿Te gusta zorra, si te toco aquí? —su mano cerca de mi entrepierna—, ¿comenzarás a mojarte? —se burló.
Después, con una fuerza descomunal, rompió mi vestido por la mitad, quería cubrirme, pero no había nada que pudiera hacer.
—Así me gustas más —amaso uno de mis pechos y después siguió con el otro— ¿ya quieres tenerme dentro zorra? —mire hacia otro lado, entonces de una bofetada me hizo mirarlo— mírame cuando te hable m*****a puta —hice lo que me pidió por qué no quería que me golpeara de nueva cuenta, entonces también rompió mis bragas y mi sostén— ¡eres tan hermosa! —, miro mi cuerpo con lascivia— voy a disfrutar tanto estar dentro de ti y tú también lo harás, te lo aseguro, que hasta pedirás más al final.
Esa noche, perdí a mi mejor amiga y me perdí a mí misma en el proceso. Mi familia cambió por completo y mi hermano Adam, aún más. Juró que se vengaría de cada uno de los infelices que abusaron de mí, aunque perdiera la vida en el proceso.
ADAMA diario, me encuentro pensando en cada cosa que les haré a los hijos de puta que abusaron de mi hermana. No hay día que no lo haga, sé que disfrutaré hacerles pagar cada lágrima que derramó y que sigue derramando.Además, cuento con el apoyo y la ayuda de un gran hombre, llamado Kellen Brennan, que en poco tiempo se convirtió no solo en un socio, sino en un gran amigo y hermano. Él, al igual que yo, se encuentra en la misma situación. Desea venganza.10 años antes…Escuché cómo se cerraba la puerta de un auto. Supuse que se trataba de Breen, quien no tenía idea de que me encontraba en casa, para acompañarla el día de mañana en su gran día.Ella daría un pequeño discurso para su generación y, aunque le mentí, diciéndole que no podía acompañarla, sé que rápidamente se le pasaría el enojo al saber que era una pequeña mentira.Abrí la puerta de golpe con una enorme sonrisa en el rostro, pero esta rápidamente desapareció al ver el estado en que se encontraba.Su rostro magullado con e
BREENAmina se encontraba frente a mí, con la mirada perdida y su cuerpo cubierto por sangre. Ella me pedía que la ayudara, pero yo no podía hacer nada. Mientras intentaba hacerlo, sentía cómo se le iba la vida cada vez más rápido.Aquellos hombres se encontraban detrás de ella, tocándola mientras yo solo miraba. Trataba de moverme, pero ese hombre, me sostenía con una fuerza descomunal y me hablaba al oído. Describiéndome lo que le estaban haciendo a ella, con una risa siniestra.—No me dejes morir —fueron sus últimas palabras, antes de cerrar los ojos para siempre.Desperté dando un grito de agonía, con lágrimas en los ojos y completamente bañada en sudor, me senté en medio de la cama, prendí la lámpara de noche y subí mis rodillas hasta que tocaron mi pecho, mi cabeza colgaba entre ellas y abracé mis piernas con mis brazos, imágenes de aquella noche fatídica, mezcladas con el sueño que acababa de tener, no hacía más que agravar toda mi situación.Hacía bastante tiempo, que no soñaba
BREENY desde ese día, Randy comenzó a conquistarme, parecía intuir que no me gustaba que se acercaran mucho a mí, y eso él lo respetó demasiado, hasta que un día me preguntó por qué era así, por qué no me gustaba que me tocaran, porque no me gustaba que me abrazaran.Me aseguró que él quería hacerlo, y yo más que nadie lo sabía; sin embargo, cada vez que se acercaba, yo lo alejaba; le pedí que dejáramos de vernos, pero él se opuso, me advirtió que eso no pasaría, entonces le conté la verdad a grandes rasgos. Él estuvo atento mientras yo le relataba todo lo que sufrí durante y después, bueno, lo sigo haciendo, no obstante, en menor medida.Esa fue la primera vez que dejé abrazarme por él, me dio un beso en la frente y me aseguró que con él estaría a salvo, yo sabía que me hablaba con la verdad. Los meses posteriores a nuestra primera cita fueron progresando exitosamente, él me contaba cosas sobre sí mismo, su familia, sus amigos más cercanos, en fin, todo, y yo también hacía lo mismo.
BREENDos años antes…No podía dejar de pensar en aquel hombre, recordaba su exquisita voz de barítono, sus ojos oscuros y penetrantes, sus labios delgados y esa barba que… sacudí la cabeza. No podía estar pensando en un extraño. ¿Por qué lo estaba haciendo? Se supone que estamos aquí, justo ahora, porque Randy quiere conocer a mi familia, quiere hacerles saber a todos que me encuentro segura a su lado.La verdad es que ni yo misma puedo creer lo que estoy haciendo, después de años de mantenerme sola y aunque miles de veces lo intenté, no pude estar con nadie y no me refiero a estar físicamente, eso… jamás habría sucedido. Sin embargo, con Randy, a pesar de conocerlo, apenas puedo… acercarme a él.En realidad, fue él quien lo hizo. Aún mantenemos un cierto límite en nuestro acercamiento, bueno yo, pero estoy agradecida porque quizá él sea la persona que me ayude a superar todos mis miedos y traumas vívidos hace bastantes años. Aun mi piel se eriza cuando él se acerca demasiado. Algunas
KELLENDos años antes…Me considero un hombre demasiado explosivo, me molesta todo con facilidad, me irrito con aún más facilidad, soy todavía menos tolerante ante personas que sean incompetentes e incapaces de seguir una orden sencilla, el único que ha logrado aguantarme, hasta ahora, es Adam Greyson, quien por cierto ya me debe estar esperando. Adam es una persona muy parecida a mí, en todos los sentidos, sobre todo compartimos un mismo deseo de venganza, tenemos los mismos enemigos en común.Son aquellos mismos que les hicieron un daño indescriptible a nuestras hermanas, por ellas somos capaces de todo, yo lo sé y él lo sabe. Si alguno de los dos llegara a morir en el intento de destruirlos, el otro se encargaría de terminar el trabajo por los dos y sobre todo de proteger a nuestras hermanas, así como a nuestra familia.Una vez todo, acabe, les contaremos cómo fue que terminamos con ellos esperando que con eso puedan cerrar este capítulo amargo de su vida, encontrar a un buen homb
KELLENAdam no esperaba mi llegada a la empresa, en cuanto me vio, me hizo señas para que me orillara y poder subir al auto.—Creí que no vendrías, me avisaron que saliste a comer con tu madre y tu hermana. ¿Irás a la reunión de esta noche? ¿Puedes llevarme? —anunció. Sabe que mi familia es muy importante, aunque no lo demuestre.—Lo hice y me dirijo para allá; sabes que no cancelo nada, a menos que sea muy urgente o de suma importancia. Además, el restaurante al que me dirijo queda cerca de donde tú estarás, no me cuesta nada pasarte a dejar.Adam se quedó con la boca abierta. Supongo que es la frase más larga que le he dicho a lo largo de estos años y aunque me molesta un poco que crea que soy su maldito chofer, por él, siempre haré lo que sea. Hasta recibir una bala en su nombre.—¿Te encuentras bien? —sonrió de medio lado, el muy imbécil preguntó con sorna.—Cállate, idiota. ¿Has pensado en lo que harás si se trata del mismo hombre? —Su cara cambió de la felicidad a la furia absol
KELLENLa mañana siguiente, en cuanto puse un pie en mi oficina, la imagen de un Adam pensativo me recibió. Aún era muy temprano para un trago; sin embargo, por la cara que traía, las ojeras y los ojos rojos, supongo que no había dormido durante la noche. Además, mi oficina apestaba al cigarrillo de Adam y él, no era un fumador compulsivo, solamente lo hacía en ocasiones como… está.—Adam —pronuncié para llamar su atención—, veo que no la pasaste nada bien anoche.—No, no lo hice. Es por eso por lo que decidí esperarte en tu oficina; se me ocurrió algo. Le he dado muchas vueltas y todo siempre me lleva al mismo camino —rodeé el escritorio y tomé asiento.—Ya veo por qué traes esa cara —asintió—. Suéltalo.—Primero necesito saber si es él. ¿García, no se ha reportado? — Miré mi reloj, se supone que el reporte ya debería de estar en mi escritorio. Justo en ese momento, unos toques en la puerta nos hicieron voltear a Adam y a mí.—Adelante —hablando del rey de Roma.—Siento llegar tarde,
ADAMDesde que conocí a ese hombre, Randy Montgomery, no me dio buena espina. Es más, el solo mencionar su nombre me causaba cierto… repelús. Había algo en él, en su mirada, en su forma de ver a mi hermana, no sé. El hombre no era para nada de mi agrado y se lo hice saber a Breen; sin embargo, ella se empecinó en seguir adelante con esa absurda relación.La noche en que nuestra familia se reunió en el restaurante para conocerlo, jamás me llegué a imaginar que el muy pendejo se presentaría con todo y anillo. Quería tomarlo del maldito cuello y azotarle su jodida cabeza en la mesa hasta hacerlo sangrar. Obviamente, no lo hice por respeto a mis padres y mis hermanas, no obstante ganas no me faltaron.Me pude dar perfecta cuenta de la duda de Breen, al darle el sí. Traté de hacerla entender, tenía que entrar en razón y no solamente responderle por presión social. Sé que mis padres quieren verla feliz, quieren verla realizarse como mujer, que su vida sea plena y que lo que le pasó lo olvid