KELLEN
Dos años antes…
Me considero un hombre demasiado explosivo, me molesta todo con facilidad, me irrito con aún más facilidad, soy todavía menos tolerante ante personas que sean incompetentes e incapaces de seguir una orden sencilla, el único que ha logrado aguantarme, hasta ahora, es Adam Greyson, quien por cierto ya me debe estar esperando.
Adam es una persona muy parecida a mí, en todos los sentidos, sobre todo compartimos un mismo deseo de venganza, tenemos los mismos enemigos en común.
Son aquellos mismos que les hicieron un daño indescriptible a nuestras hermanas, por ellas somos capaces de todo, yo lo sé y él lo sabe. Si alguno de los dos llegara a morir en el intento de destruirlos, el otro se encargaría de terminar el trabajo por los dos y sobre todo de proteger a nuestras hermanas, así como a nuestra familia.
Una vez todo, acabe, les contaremos cómo fue que terminamos con ellos esperando que con eso puedan cerrar este capítulo amargo de su vida, encontrar a un buen hombre que las ame y las trate como lo que son, unas reinas.
Esa mañana desperté más temprano de lo normal, con Tatyana, mi… pareja, si se le puede llamar así, sobre mi pecho. Sabía que no podría dormir un minuto más, así que me levanté y me vestí para hacer un poco de ejercicio. De todas maneras, Tatyana no se despertaría hasta dentro de un par de horas.
Primero corrí un poco en la caminadora, después pasé con las pesas. Una hora después subí a la habitación para ducharme y salir rumbo al trabajo. No me gusta que Tatyana se quede a husmear en mi casa mientras yo no estoy, así que la desperté para poder pasar a dejarla a su departamento.
—Buenos días a ti también, Kellen —no estaba para sus estupideces, así que la ignoré.
—Tienes cinco minutos para vestirte, te estaré esperando abajo —ella conoce perfectamente su posición, pero aún no parece entenderlo del todo.
La oí quejarse, pero me importó una m****a. Lo único que quería era que se apurara, para poder irme; tenía muchas cosas que hacer y se tardaba una m*****a eternidad en bajar. Justo cuando iba a subir a buscarla, llegó a la cocina.
—Ya podemos irnos —habló con enojo; de hecho, estaba más que cabreada.
—Bien —me levanté del asiento y caminé rumbo a la salida. Subimos al ascensor. Cuando llegamos un auto estaba esperando para llevarla a ella y otro a mí.
—Eres un idiota, Kellen, lo sabes, ¿no? —Espeto.
—Lo sé y me importa un carajo —cerré la puerta del auto en su cara, no quería escuchar más estupideces de su parte.
—Aún no sé por qué sigues con ella —declaró Ashton desde su asiento, le molestaba verme con ella—. Me cae pésimo, es una zorra que solo busca tu dinero y posición.
—Lo sabes muy bien, solo es un medio para un fin, ¿cómo está Amina? —sonrió ante la mención de nuestra hermana.
—Feliz, aunque ya sabes que te extraña —asentí con la cabeza.
En cuanto terminó nuestra conversación, mi móvil comenzó a sonar.
—Brennan —atendí la llamada —, muy bien, nos vemos por la noche.
—¿Irás? Pensé que no lo harías.
—Tengo que, sabes que me gusta saber en lo que invertí mi dinero, y creo que esta fue una buena inversión, además, Adam es bueno en lo que hace.
—Lo sé, es buen tipo, ¿algún día me presentará a sus hermanas? —puse los ojos en blanco, mientras Ash reía por lo bajo.
—Te aseguro que jamás dejara que te acerques a ninguna de ellas, así que es mejor que no le preguntes nada, ni siquiera le hagas la mínima insinuación —asintió, puesto que él conocía la historia de Amina.
—¿Vendrás a comer? Mi madre también te extraña.
—Tal vez lo haga, aún no lo sé. Aunque no entiendo por qué aún tengo que llevarte al colegio, se supone que tienes tu maldito auto —dije molesto, antes de dejarlo frente a la entrada de la universidad.
—Lo sé, pero me gusta molestarte —bajo del auto y lo vi saludar a algunos compañeros o amigos en todo caso.
Una hora después, llegué a Brennan Security. A primera vista, pasaría como una empresa líder en tecnología de seguridad del más alto nivel. Eso únicamente es una fachada para mi verdadero negocio. En lo que en realidad trabajo y me encanta, es en la creación de armas y explosivos.
Explosivos y armas de cualquier tipo, que te pueden volar un dedo, un brazo, destruir un cuerpo humano por completo o hasta una ciudad entera, ese es mi verdadero negocio. No hay nadie que me pueda igualar, es por eso por lo que trabajo con todo tipo de… personas, personas que están dentro del gobierno hasta la misma mafia.
En realidad, es un negocio muy lucrativo, y vaya que pagan una cantidad exorbitante por solo uno de mis artefactos. Esa mañana tenía una reunión con un nuevo cliente. Antes de aceptarlo, lo primero que hago es investigarlo. Me gusta saber primero con qué tipo de persona trataré en un futuro, así que le pedí a Adam que me leyera el archivo.
—Se llama Randy Montgomery, dueño de Montgomery Industries tiene 30 años, y estoy seguro de que es el mismo pendejo que pretende a mi hermana —comentó con rabia en su voz, a leguas se nota que detesta al tipo y aún ni siquiera lo conoce— lo conoceré en unas horas y si es él, sobre mi cadáver seguirá con mi hermana, además ¿qué busca haciendo negocios contigo?, su maldito rubro es muy diferente al de nosotros.
—Llama a García, pídele que sea su sombra —Adam salió de la oficina, hecho una furia, lo que él no sabía es que esta noche el tal Montgomery, haría su jugada.
En cuanto salió, sonó mi móvil. Sabía quién era, así que una sonrisa se asomó por mi sombrío rostro.
—Hola, grandullón, ¿cómo estás? ¿Me extrañas? —La voz cantarina de Amina siempre alegraba mi día.
—Hola, Amina, sabes que siempre lo hago —y eso era muy cierto.
—¿Pasarás esta noche a cenar con nosotros?
—No puedo, princesa, tengo una cena importante y no puedo volver a cancelarla.
—¿Irás con la arpía que tienes como novia?
—¿De quién me hablas? —pregunté, sabía perfecta que hablaba de Tatyana.
—Lo sabes muy bien, no me hagas decir su nombre, aún es muy temprano para que me amargues mi día.
—¿Estás celosa? —bufó.
—Claro que sí, ya ni siquiera me llamas, porque seguro te estás revolcando con ella. Además, aún no superó cuando me llamó puta y me pidió que no te buscara más, porque ella sería la señora Brennan —comencé a reír. Amina y sus ocurrencias siempre me sacan una sonrisa.
—Sabes que eso es una reverenda estupidez, nunca me casaré con nadie —afirmé.
—Nunca digas nunca, aún no encuentras a la persona correcta, y cuando lo hagas lo sabrás —afirmó toda sabionda, como si eso fuera a suceder, ni en mis peores pesadillas lo haría.
—Claro que no sabelotodo —negué.
—¿Entonces vendrás a comer? —preguntó esperanzada.
—Tal vez lo haga —la oí resoplar, me gusta molestarla.
—Está bien, ya dejaré que regreses a lo que sea que estés haciendo.
—Bien, princesa, nos vemos más tarde.
—Lo sé, grandullón, te quiero y recuerda terminar con esa antes de que aparezcas por la casa de mi madre, sabes que igual la odia —volví a reír.
—Aún no es tiempo, pero muy pronto lo haré.
—Bien, como digas.
Más tarde me reuní con mi madre y mi hermana, ya que por la noche no podría hacerlo. Platicamos un rato y ambas me reprocharon que casi no las visito. Prometí hacerlo para no disgustarlas, aunque los tres sabemos que no es cierto.
Más tarde pasé por Adam a la empresa, quedé de llevarlo al restaurante donde se encontraría con su familia y de ahí yo me iría a mi propia cena, pero el destino siempre tiene reservados ciertos encuentros. Encuentro para el que no estaba preparado y el cual me haría cuestionar mis propias creencias. Creencias que yo mismo enterré en el pozo más profundo y que poco a poco saldrán a la superficie sin yo esperarlo.
KELLENAdam no esperaba mi llegada a la empresa, en cuanto me vio, me hizo señas para que me orillara y poder subir al auto.—Creí que no vendrías, me avisaron que saliste a comer con tu madre y tu hermana. ¿Irás a la reunión de esta noche? ¿Puedes llevarme? —anunció. Sabe que mi familia es muy importante, aunque no lo demuestre.—Lo hice y me dirijo para allá; sabes que no cancelo nada, a menos que sea muy urgente o de suma importancia. Además, el restaurante al que me dirijo queda cerca de donde tú estarás, no me cuesta nada pasarte a dejar.Adam se quedó con la boca abierta. Supongo que es la frase más larga que le he dicho a lo largo de estos años y aunque me molesta un poco que crea que soy su maldito chofer, por él, siempre haré lo que sea. Hasta recibir una bala en su nombre.—¿Te encuentras bien? —sonrió de medio lado, el muy imbécil preguntó con sorna.—Cállate, idiota. ¿Has pensado en lo que harás si se trata del mismo hombre? —Su cara cambió de la felicidad a la furia absol
KELLENLa mañana siguiente, en cuanto puse un pie en mi oficina, la imagen de un Adam pensativo me recibió. Aún era muy temprano para un trago; sin embargo, por la cara que traía, las ojeras y los ojos rojos, supongo que no había dormido durante la noche. Además, mi oficina apestaba al cigarrillo de Adam y él, no era un fumador compulsivo, solamente lo hacía en ocasiones como… está.—Adam —pronuncié para llamar su atención—, veo que no la pasaste nada bien anoche.—No, no lo hice. Es por eso por lo que decidí esperarte en tu oficina; se me ocurrió algo. Le he dado muchas vueltas y todo siempre me lleva al mismo camino —rodeé el escritorio y tomé asiento.—Ya veo por qué traes esa cara —asintió—. Suéltalo.—Primero necesito saber si es él. ¿García, no se ha reportado? — Miré mi reloj, se supone que el reporte ya debería de estar en mi escritorio. Justo en ese momento, unos toques en la puerta nos hicieron voltear a Adam y a mí.—Adelante —hablando del rey de Roma.—Siento llegar tarde,
ADAMDesde que conocí a ese hombre, Randy Montgomery, no me dio buena espina. Es más, el solo mencionar su nombre me causaba cierto… repelús. Había algo en él, en su mirada, en su forma de ver a mi hermana, no sé. El hombre no era para nada de mi agrado y se lo hice saber a Breen; sin embargo, ella se empecinó en seguir adelante con esa absurda relación.La noche en que nuestra familia se reunió en el restaurante para conocerlo, jamás me llegué a imaginar que el muy pendejo se presentaría con todo y anillo. Quería tomarlo del maldito cuello y azotarle su jodida cabeza en la mesa hasta hacerlo sangrar. Obviamente, no lo hice por respeto a mis padres y mis hermanas, no obstante ganas no me faltaron.Me pude dar perfecta cuenta de la duda de Breen, al darle el sí. Traté de hacerla entender, tenía que entrar en razón y no solamente responderle por presión social. Sé que mis padres quieren verla feliz, quieren verla realizarse como mujer, que su vida sea plena y que lo que le pasó lo olvid
BREENAntes de la boda…Mi relación con Randy progresó muy lentamente, ya no entendía, por qué le había dado el sí. Ahora creo saber por qué Adam me cuestionó aquella noche. Él pudo ver más allá. Pero yo, por necia, ahora me encuentro en este lío y no sé cómo salir de él.No tolero que se me acerque, que me abrace, mucho menos me bese y no entiendo por qué, creí que esa etapa ya la había superado. Sé qué Randy se siente frustrado por no poder ayudarme, y aunque le he pedido de mil maneras que rompamos con el compromiso, él, se ha negado, todas y cada una de ellas.Necesitaba hablar con Adam, sé que es el único que me entendería, pero viajó durante algún tiempo y perdí el valor. Aunque me llamaba a diario, preguntaba si había alguna novedad. Su novedad, obviamente, era recibir la noticia de que la boda ya no se realizaría, pero no tuve el valor de decirle que ya no me quería casar.Además, mis padres, sobre todo mi madre, se encontraban llenos de felicidad. Hacía bastante tiempo que no
BREENDespués de que Adam se fuera molesto, no volví a tener noticias de él en días. Por más que lo llamaba o mensajeaba, jamás contestó. También fui a buscarlo hasta su departamento, pero nunca me abrió la puerta. Fui distintos días y en distintos horarios, incluso regresé en diferentes horas el mismo día, pero jamás lo pude localizar.Tenía cierto miedo de que de verdad hiciera algo en contra de Randy o de la boda; sin embargo, nada sucedió y quizá no lo hizo porque no se enteró a tiempo del cambio de planes. Más bien, yo no decidí avisarle. ¡Que se joda! Si no quiere saber nada más de mí, pues, que así sea. Además, todo se celebrará en casa de Randy, la cual, próximamente, también sería mi casa.Lo que no sabía es que se encontraría presente en mi boda con una cara de pocos amigos y eso me dolería mucho, puesto que él es uno de los hombres más importantes para mí, creí que me quería ver feliz. Fue mi confidente durante mucho tiempo y es totalmente injusto que ahora se comporte de e
BREENSupongo que iniciamos con el pie izquierdo, desde el inicio, todo empezó mal. De hecho, desde que Randy me propuso casarme con él. Quizá debí haberle hecho caso a Adam. Ahora me encuentro pensando en todo el daño que le voy a causar a una persona inocente.Un hombre que ha intentado de todo para que yo lo acepte, para que me entregue a él, y no estoy, solamente hablando, en el plano sexual, sino también en el sentimental. Por más que he querido entregarme completamente a él, hay algo que me lo impide y no sé qué es.Ahora tendré que disculparme por lo que no pasó anoche y, a juzgar por lo que sucedió, tampoco llegará a pasar. Tomé una ducha rápida, creo que fue mucho mejor no haber ni siquiera planeado la luna de miel, solamente hubiera hecho un gasto innecesario y no creo que ninguno de los dos hubiese podido disfrutar de las vacaciones. Seguramente, habría sido un completo desastre.Me vestí con lo primero que encontré, quizá más tarde comenzaré a arreglar todas mis pertenenci
KELLENDías antes de la boda…Desde que Adam se enteró de que su hermana, la hermosa pelirroja, que conocí por pura casualidad, se encontraba cerca de casarse, todo en su persona empeoró. Siempre se encontraba de muy mal humor, se enojaba por el mínimo detalle, cualquier cosa o persona lo alteraba. Todo fue aún peor cuando se peleó con ella.—Adam, ¿y si no funciona? —Espeté, no quería ser pesimista, pero diversos factores podían provocar que algo, saliera mal.—Nada saldrá mal, te lo aseguro, yo mismo me encargaré de eso. ¿Cuándo he fallado? —Lo miré, sé que nunca ha fallado; sin embargo, siempre hay una primera vez. Además, él no lo sabe, pero… será mejor no mencionarlo… por ahora.—¿Qué día será la reunión con ese bastardo? —preguntó molesto—. Debe entender con quién está por tratar de ahora en adelante esa escoria.—¿Estarás presente? —No creía que fuera lo correcto, pero él tiene sus propias ideas y considera que será útil para lo que tenemos planeado.—Se llevará a cabo en unos
KELLENY la noche tan esperada por Adam, más que por mí, llegó. Bueno, ni a mí mismo me engañaba; la realidad, es que yo también la esperaba con muchas ansias; sin embargo, había cierta reticencia de mi parte. Aunque… más tarde cambiaría de parecer.Por su puesto que Tatyana no fue invitada esta noche, no queríamos que nada saliera mal, además y gracias a Dios que se había ido de viaje.Los invitados comenzaron a llegar. Mientras yo esperaba en la entrada, me sentía un poco ansioso, pero logré disimularlo frente a Adam. Él estaría dentro; sin embargo, llegado su momento haría su aparición.Fue entonces cuando llegaron. La vi bajar del auto de Montgomery, no podía creer lo que mis ojos veían. La verdad es que el vestido no le hacía justicia, seguro era el sueño de cualquier hombre en este lugar y la envidia de todas las féminas presentes, lo noté al ver la mirada de todos sobre ella.Traía puesto un vestido rojo, pegado al cuerpo, resaltando cada una de sus curvas, a pesar de ser recat