BREEN
1 año antes…
No podía dejar de pensar en aquel hombre, recordaba su exquisita voz de barítono, sus ojos oscuros y penetrantes, sus labios delgados y esa barba que… sacudí la cabeza. No podía estar pensando en un extraño. ¿Por qué lo estaba haciendo? Se supone que estamos aquí, justo ahora, porque Randy quiere conocer a mi familia, quiere hacerles saber a todos que me encuentro segura a su lado.
La verdad es que ni yo misma puedo creer lo que estoy haciendo, después de años de mantenerme sola y aunque miles de veces lo intenté, no pude estar con nadie y no me refiero a estar físicamente, eso… jamás habría sucedido. Sin embargo, con Randy, a pesar de conocerlo, apenas puedo… acercarme a él.
En realidad, fue él quien lo hizo. Aún mantenemos un cierto límite en nuestro acercamiento, bueno yo, pero estoy agradecida porque quizá él sea la persona que me ayude a superar todos mis miedos y traumas vívidos ya hace bastantes años. Aun mi piel se eriza cuando él se acerca demasiado. Algunas veces me toma de la mano, pero no más. Es muy precavido en esa cuestión y se lo agradezco. No entiendo cómo es que me ha soportado durante estos meses.
—¡Breen, Breen! —mi padre me llamó, no tengo idea desde hace cuánto que lo hace—. ¿Estás en la luna? —reí con vergüenza.
—Lo siento, padre, supongo que es el momento —Adam, por supuesto, no me creyó, ya que me observó y entrecerró los ojos, parecía ser el único descontento con la situación. De pronto, Randy comenzó a llamar la atención de todos en cuanto abrió la boca.
—Sé que apenas nos estamos conociendo, pero como ya Breen les comentó —me miró, como esperando mi aprobación; sin embargo, no entendía nada, así que siguió con su discurso—. Llevamos algunos meses saliendo y conociéndonos y… no puedo seguir esperando para esto.
De un momento a otro, metió su mano en el bolsillo de su saco; todos lo miraban con atención. Madi parecía intuir lo que a continuación pasaría, al igual que yo y Adam, que mantenía el rostro fruncido y el rostro rojo lleno de total rabia. Se arrodilló frente a mí y mostró lo que tenía en su mano.
—Sé que la idea era conocer a tus padres y hermanos. Sin embargo… no quiero perder más el tiempo. Quiero empezar a escribir nuestra historia juntos —Adam puso los ojos en blanco—, ser parte de tu vida y formar… una hermosa familia —me encontraba tan anonadada como todos, jamás llegué a pensar que Randy me propondría matrimonio—, Breen Greyson, ¿te gustaría casarte conmigo? ¿Te gustaría formar una vida a mi lado?
La imagen de cierto hombre apareció de inmediato en mi cabeza; no obstante, la hice a un lado. Randy no se merece que le haga esto.
—Sí, quiero casarme contigo — hablé con una enorme sonrisa, aunque por dentro me sentía… extraña. Me esperaba de todo menos esto. ¿Será, que hice bien en aceptar?
Adam debió notar mi titubeo, porque con una mirada me pidió hablar. Sin embargo, esta vez no cedí. Sé que, si lo escuchaba, me echaría para atrás y Randy no se merece una trastada de esas, sería… demasiado injusto.
Mis padres, por supuesto, sobre todo mi madre, se encontraban demasiado felices. Quizá creyó que me quedaría, sola, vieja y desamparada. Sin embargo, al parecer no será así. Nos abrazaron y felicitaron, no tenía idea de lo que más tarde se me vendría encima.
Tocó el turno de Adam, y obviamente no se pudo quedar callado. Siempre hablará conmigo de la verdad.
—¿Por qué dudaste? —me preguntó al oído mientras yo ponía los ojos en blanco.
—Solamente me sorprendí, Adam, ¿por qué siempre eres tan desconfiado?
—Sabes que siempre seré así, sabes que me preocupo por ti, no sé, por qué te extraña tanto.
—No me extraña, es solamente que… ya me di cuenta de que no es de tu agrado.
—Ningún hombre que se acerque a ti o a Madison serán de mi agrado, hazte a la idea.
—Adam —, chilló Mad—, yo también quiero felicitarla —muy a su pesar tuvo que soltarme.
—De acuerdo, enana, es tu turno —frunció el ceño y le dio un golpe en el brazo. Obviamente, Adam ni siquiera se inmutó.
—Ya te he dicho miles de veces que odio que me llames así.
—Oigan —, les llamé la atención—, no es hora de pelear.
—Tienes razón —comentó Madi emocionada— es hora de celebrar —su abrazo no se hizo esperar.
Adam se acercó a Randy, le dijo unas palabras y se alejó. Él no se veía molesto; sin embargo, quería saber qué es lo que le había mencionado.
Randy se acercó un momento después e intentó abrazarme, pero lo detuve. Aún necesitaba acostumbrarme a su cercanía. Me tomó la mano y la besó.
—¡Lo siento! —dije.
—No te preocupes, ya te acostumbrarás —ojalá que sus palabras sean verdad o, con todo el dolor de mi corazón, tendré que cancelar todo.
No pienso mantener a Randy en mi vida, obligándolo a vivir una mentira o, peor aún, obligarlo a estar soportando todos mis demonios, no puedo hacerlo. Randy, a pesar de todo, ha sido muy paciente en ese aspecto, pero tampoco creo que, siendo su mujer, siga aguantando el no tocarme o estar cerca de mí.
De verdad espero que esto funcione o me lamentaré haber tomado esta decisión.
Presente…
Me casé hace un mes con Randy, aunque… No hemos llegado a la parte donde terminamos en la cama, haciendo el amor hasta cansarnos y fusionándonos en una sola persona. Lo intentamos… Sin embargo, todo terminó realmente mal.
Terminé transportándome a esa noche horrorosa, donde los cerdos que me violentaron tenían la cara de Randy. Me convertí en una m*****a niña sin protección alguna. Toda la noche me quedé sentada en la esquina de mi habitación, con un Randy mortificado y angustiado. Sin tener idea de qué hacer o decir para hacerme sentir bien.
Terminó yéndose a dormir a otra habitación para no pensar que me haría algún daño, y yo… pues con más traumas que antes. Supongo que pensó que eso me serviría, para que pudiera recomponerme, pero en realidad no sirvió de nada. A pesar de todo, quería tenerlo cerca, sentir un poco de su calor y sentirme protegida, pero decidí mejor no buscarlo. Por suerte, ese episodio quedó en el pasado.
Ahora estaba por suceder algo que realmente jamás pensé que ocurriría. Me reencontraría con aquel hombre, en el cual pensé algunas noches, después de verlo aquella primera vez. Lo que no imaginaba es que mi mundo y su mundo, se estrellarían. Y no sabía si eso sería algo bueno o algo malo.
Me robaría el aliento, de tal forma, que ni siquiera Randy ha logrado hacerlo. No obstante, algo muy oscuro dentro de él, se esconde. Lo tiene tan oculto, que no estoy segura de poder ayudarlo. Está tan sumido en su deseo de venganza que muy probablemente termine destruyéndolo por dentro.
KELLEN1 año antes…Me considero un hombre demasiado explosivo, me molesta todo con facilidad, me irrito con aún más facilidad, soy todavía menos tolerante ante personas que sean incompetentes e incapaces de seguir una orden sencilla, el único que ha logrado aguantarme, hasta ahora, es Adam Greyson, quien por cierto ya me debe estar esperando. Adam es una persona muy parecida a mí, en todos los sentidos, sobre todo compartimos un mismo deseo de venganza, tenemos los mismos enemigos en común.Son aquellos mismos que les hicieron un daño indescriptible a nuestras hermanas, por ellas somos capaces de todo, yo lo sé y él lo sabe. Si alguno de los dos llegara a morir en el intento de destruirlos, el otro se encargaría de terminar el trabajo por los dos y sobre todo de proteger a nuestras hermanas, así como a nuestra familia. Ese pacto lo hicimos el mismo día en que nos enteramos de una terrible verdad.A pesar de que nos conocemos hace años, jamás hemos conocido a la hermana del otro, sab
BREENLa noche en que cambió mi vida por completo aún no logró superarla por completo. He aprendido a lidiar con ese suceso, más no he podido olvidarlo y ser feliz. Tengo muchos demonios que aún me siguen persiguiendo y temo que, debido a ello, me quedaré sola por el resto de mi vida.10 años antes…Me encontraba más feliz que nunca. Una etapa de mi vida estaba por concluir y otra por comenzar. Aunque mi mejor amiga, Amina y yo, tomaríamos rumbos distintos, ambas sabíamos que nunca nada podría separarnos. Eso, en realidad, es lo que al menos yo pensaba, pero todo estaba por tomar un rumbo bastante trágico en nuestras vidas. Estaba terminándome de arreglar para salir a una fiesta junto a ella. Amina ya me esperaba en el taxi, así que me despedí de mis padres y salí a su encuentro.—Déjame decirte, que esta noche te ves espectacular —bromeo Amina. —Sabes que solo voy a divertirme, no me interesa conquistar a nadie. Aún no me siento preparada —Amina puso los ojos en blanco.—Eres una a
BREENY desde ese día, Randy comenzó a conquistarme, parecía intuir que no me gustaba que se acercaran mucho a mí, y eso él lo respetó demasiado, hasta que un día me preguntó por qué era así, por qué no me gustaba que me tocaran, porque no me gustaba que me abrazaran.Me aseguró que él quería hacerlo, y yo más que nadie lo sabía; sin embargo, cada vez que se acercaba, yo lo alejaba; le pedí que dejáramos de vernos, pero él se opuso, me advirtió que eso no pasaría, entonces le conté la verdad a grandes rasgos. Él estuvo atento mientras yo le relataba todo lo que sufrí durante y después, bueno, lo sigo haciendo, no obstante, en menor medida.Esa fue la primera vez que dejé abrazarme por él, me dio un beso en la frente y me aseguró que con él estaría a salvo, yo sabía que me hablaba con la verdad. Los meses posteriores a nuestra primera cita fueron progresando exitosamente, él me contaba cosas sobre sí mismo, su familia, sus amigos más cercanos, en fin, todo, y yo también hacía lo mismo.
BREENDesde ese día, fue el único hombre al que le permití acercarse, lo llamé una semana después, al parecer él creyó que no lo llamaría nunca y en parte tenía un poco de razón, aún era muy desconfiada con el género masculino a mi alrededor, sobre todo cuando mostraban interés en mí.Un año antes…—Tienes que llamarlo Breen Greyson, lo prometiste —Mad cruzó los brazos a la altura de su pecho y me miró con una ceja alzada —dame tu móvil, yo lo llamaré si tú no te atreves.—No harás nada mocosa —odiaba que la llamara así —además no puedes obligarme a hacer nada que no quiera.Entonces, en un momento tenía el móvil en mi mano y al siguiente minuto ya no, Madison corrió directo al baño y se encerró ahí. Traté de empujar la puerta antes de que lograra encerrarse, pero fue imposible.—¡Madison, abre, no es gracioso! —conocía perfecto mi tono de voz cuando estaba enojada; sin embargo, no abrió, no hasta que ya lo había llamado.—Contesta —susurró y me puso el móvil frente a la cara, entonce