Sonreí lo mejor que pude. “Creo que fue a buscar el desayuno, no se preocupe”.
Ella se tranquilizó y asintió despidiéndose, entrando de nuevo a su departamento.
Me despedí saliendo del edificio, cuando estaba a punto de caminar por la acera me encontré con Omar. “Hey Lili”.
Le sonreí tratando de calmar mis lágrimas que amenazaban con salir. “Omar, Gracias por lo de ayer, te debo una”.
Él me sonrió, claro que noto mis ojos hinchados y mi mal semblante, pero agradecí que no dijera nada. “Me debes más que una… y un enjuague bucal, tuve que besar a Bianca para que no te vieran sacar a tu amigo”.
Recuerdo de Lili…
Tomaba un sorbo de mi bebida, era realmente mala y amarga, tenía mucho más alcohol de lo que imaginaba, caminé alrededor todos bailaban y gritaban como locos, toda la escuela estaba presente. -¿Qué hacía aquí?, la verdad ni yo sé-.
Bianca camino junto con sus amigas a las escaleras, yo estaba cerca y escuché...
“Roger ya está en la habitación Bianca”.
Todas se sonrieron cómplices.
Bianca miró hacia todos lados y me escondí un poco más para que no me encontrara.
“¿Ya hizo efecto?”.
Una de las amigas de Bianca le dijo. “Creo que no tarda, él tomó la bebida hace varios minutos”.
Bianca sonrió y miró a sus amigas. “Esta será la noche en que él nunca podrá dejarme …”
Yo abrí mucho mis ojos y cubrí mi boca para no hacer ningún ruido, sé que es su novia, pero algo aquí no me gustaba.
Observé alrededor y encontré a Omar, corrí a él y le expliqué lo que acababa de oír.
“Omar por favor, ayúdame a entretener a Bianca, necesito llevarme a Roger, creo que no está bien, le dieron algo”.
Omar me miraba en silencio. “¿Estás segura?”.
Asentí con ojos suplicantes para poder convencerlo.
Él resopló. “Está bien, pero me debes una comida”.
Sonreí feliz. “Gracias”. Lo abracé sin darme cuenta y él acarició mi cabello regresando el abrazo, me sentí rara y me alejé. “Ok, gracias”.
Me escondí en la barra de la cocina, Bianca y sus amigas estaban al pie de la escalera, Bianca estaba a punto de subir cuando Omar llegó, habló algo con ella y salieron de la casa juntos, las amigas los siguieron de cerca quedándose en la puerta mirando a Omar y Bianca, fue mi oportunidad para subir.
Al llegar arriba chequee las habitaciones, la mayoría estaban ocupadas, vi cada cosa indecorosa, ¡Ugh! estos jóvenes de ahora, todos me gritaban que cerrara la puerta.
Al final del pasillo encontré una última puerta, entré y vi a Roger, estaba recostado en la cama murmurando cosas que no entendía.
“¿Roger?”. Me acerqué lentamente.
Él me miró y sonrió… ¡Dios! es la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida.
“Lili… Viniste… A la Fiesta…” Él estaba demasiado borracho.
Me acerqué y traté de levantarlo. “Si vine por ti, creo que no estás en condiciones de quedarte”.
Él se carcajeó y tambaleaba, era realmente pesado. “Quedémonos en la fiesta, bailemos juntos...”
Yo lo abracé como pude. “No se va a poder, vamos salgamos rápido de aquí”.
Al bajar con él, la música se escuchaba fuerte, había mucha gente alrededor, el lugar estaba saturado, observe la puerta por donde salieron Bianca y Omar, él conversaba con ella, cuando Bianca estaba a punto de girar y atraparme, Omar la besó, sus amigas se quedaron pasmadas viendo cómo se besaban.
Baje más rápido y saque a Roger de la casa por la puerta de atrás.
No sé cómo, pero lo subí a mi coche, era demasiado pesado, manoteaba y tarareaba cosas sin sentido, incluso hubo momentos en que se abrazaba más a mí poniéndome nerviosa, oler su fragancia me hacía sentirme descolocada, amaba todo de él. Cuando al fin llegamos a su departamento, lo ayudé a recostarse en la cama, le quité los zapatos y busqué una manta para cubrirlo.
Observé su rostro y escuchaba como murmuraba, sonreí, hasta borracho era lindo, sus pestañas rizadas y ceja poblada eran uno de los atractivos que más me gustaban de él.
Llevaba un pequeño piercing en la ceja izquierda, me subí a la cama, poniendo una rodilla en la orilla, inclinándome hacia él. Acaricie su mejilla despacio lo hacía muchas veces cuando él dormía, solo en esos momentos podía admirarlo y tocarlo sin inhibiciones.
Estaba a punto de retirarme y sentí como me tomó de la mano y me jalo hacia él, en un momento ya estaba debajo de Roger.
Sus ojos se abrieron, pero estaban oscuros, sin vida, bajó su cabeza hacia mí enterrándose en mi cuello aspirando mi perfume, me quede quieta ante este gesto, él levantó un poco la cara quedando frente con frente y me besó, por un momento me quedé en shock, antes Roger me había besado cuando teníamos trece, lo hizo solo para enseñarme cómo hacerlo y besar al chico que algún día me invitara a salir, pero eso nunca pasó.
Mi primer beso fue lento y dulce era con la persona que me gustaba fue lo más lindo, Roger me besaba y se detenía para decirme cómo hacerlo, los pros y los contras de que hacer al momento de estar con el chico adecuado. Fue una experiencia increíble y ese día me di cuenta que estaba enamorada de él desde hacía mucho tiempo.
Este beso fue diferente, él introdujo su lengua en mi boca muy despacio, sentí un rubor en mis mejillas incontrolable, después de varios minutos llenos de besos, bajó a mi cuello y dejó besos esparcidos por mi clavícula, ¡Uau! se sentía tan bien.
Yo estaba en silencio mientras él se movía, besaba mi cuerpo y me quitaba la ropa, acaricio mis senos de una forma tan brusca, pero me gustó, fue algo extraño pero placentero.
Sin darme cuenta él ya me tenía desnuda en sus brazos, el termino de quitarse su ropa, yo traté de ayudarlo, pero me di cuenta de lo inexperta que era, todavía estaba algo impactada por la situación, quería negarme, pero me ganaron más las ganas de estar así con él, al principio dolió… Sí que dolió, pero fue desapareciendo para sentir algo que nunca había sentido antes, me perdí en sus besos, en sus caricias, en su aliento, me perdí en él…
Fin del recuerdo.
Nunca voy a olvidar lo que hizo Omar por mí esa noche… Omar observó mi cuello y me cubrí como pude, tenía algunos moretones que Roger me hizo anoche. “Tengo que irme, muchas gracias Omar”. El asintió y entró al edificio, curiosamente era vecino de Roger. Después de despedirme mi sonrisa se esfumó, suspire mirando el edificio donde vivían ambos chicos, después de un tiempo me gire y me fui directo a mi casa, mi padre estaría preocupado por mí. Di algunos pasos y no podía creer a quien me encontraba, al parecer el día iba a ser largo y tedioso. “¡Liliana!”. Fruncí el ceño mirando a Bianca. “¿Qué quieres?”. “¿Tú te llevaste a Roger anoche?”. Sonreí altanera. “Si”. Ella se abalanzó a mi dándome una gran cachetada, les juro que me dolió tanto que una lágrima salió de uno de mis ojos. Me acerque y se la regrese, no iba permitir que se aprovechara de mí, no más de la Lili tranquila y callada que todo le aguantaba a esta tipa, además estábamos en la calle, todos nos veían. “¿¡Como
Por la tarde…Estaba frente al edificio mirándolo, no quería entrar, pero le había prometido a Omar ayudarle con matemáticas, no pude negarme él me había salvado dos veces en la escuela, suspiré y subí al ascensor, por suerte no vivían en el mismo piso. La puerta del ascensor se abrió encontrándome de frente con Roger, yo di un paso atrás. “Ro… ger”. El entró al elevador y solo vislumbre a Omar asomándose y mirando como la puerta se cerraba.Roger quedó frente a mí, me miraba molesto. “¿A dónde vas?”.Camine hacia atrás hasta topar con la pared. “Voy… a casa de Omar”.Roger quedó más y más cerca. “¿Por qué? ¿No crees que has estado mucho tiempo con él últimamente?”.Por unos momentos me quedé callada mirando sus bellos ojos, después recordé todo lo que había pasado estos días y lo enfrenté. “Y a ti que te importa?”.Roger puso sus manos a los lados de mi cabeza mirándome, el elevador timbro y se detuvo, no sé en qué momento, pero él ya me arrastraba a su departamento. “Oye, espera”. L
Subí rápido a mi habitación como me dijeron, la mayoría de mi ropa favorita ya no estaba, saqué una caja del armario y la abrí, eran todos mis recuerdos con Roger y mi mamá.Tomé la caja y abrí el cajón de mi escritorio llevando mi libreta de canciones, mi piano eléctrico y bajé.El mayordomo negó. “No puede llevarse el piano será un problema. Mire a hacia la sala y observe el gran piano de cola que era de mi madre, mis lagrimas empezaron a salir.El mayordomo tomó mi mano, sabiendo por qué lloraba. “Lo siento señorita, pero no hay forma de llevarse ninguno de los dos, afectaría el viaje y el piano de su madre es muy grande, no hay tiempo para moverlo.Asentí a Moisés triste, él me conocía desde bebé y sabía lo que me importaba las cosas de mi mamá, me acerque al gran piano y lo acaricie delicadamente recordando algunos momentos que pasé con mamá.Mis lágrimas corriendo por mis mejillas, abracé fuerte a Moisés. "Cuida el piano de mi mamá, búscale un buen lugar donde lo cuiden y lo ame
Roger era muy inteligente desde niño, siempre fue carismático, atento y muy divertido, pero después de que su mamá los abandonó a él y su padre, cambió mucho y eso me duele, he tratado de ayudarlo, pero no se abre conmigo y se guarda muchas cosas. Decidió perderse en fiestas y mujeres, siempre sale con una chica diferente cada mes, yo enamoradísima como estoy de él, me dolía verlo vivir de esa manera, pero me alegraba que no durará con ellas, eso cambió hace tres meses cuando conoció a Bianca una chica que estudia la misma carrera que él, de administración. Giré mi cabeza al lado derecho y la vi ahí caminando hacia nosotros, era una chica muy guapa y alta, cabello castaño y ojos del mismo color. Vestía una minifalda rosa y blusa blanca con hombros descubiertos, usaba joyería y maquillaje cargado, su cabello bien arreglado en un moño grande y usaba tacones altos en color rosa. “Hola Liliana”. Ella de pie frente a mí me saludó. Yo levanté un poco mi rostro y sin mirarla la saludé.
Desde que Roger empezó su relación con Bianca nosotros nos distanciamos, ahora con la noticia tenía mucho miedo de que él me dejara de hablar, ellos habían tenido algunas discusiones por mí. Roger tenía la costumbre de acariciarme al verme, podría ser mi cabello, mis orejas, mis mejillas, mis manos o mis brazos, pero siempre era así conmigo desde niños, besaba mi cabello o frente con cariño, a Bianca no le gustaba que me tratara de esa manera por ello discutían continuamente. Su relación ya era más estable y yo sentía que la que estorbaba ahí era yo, sabía que él pronto se alejaría más de mí. Habían pasado días y Roger no me busco en ese tiempo, tenía la costumbre de visitarme en mi árbol favorito o mandarme mensajes por las noches deseándome que durmiera bien, pero no lo hizo más. Estaba muy ocupado con los partidos de fútbol, estaban por llegar a la final tenían que trabajar duro. Recostada en mi cama observaba mi celular tenía escrito un mensaje avisando sobre la presentación,
Salía de mi casa, papá ya estaba camino a la empresa, cuando llegué en mi coche a la universidad estaba distraída al estacionarme, le pegue a un auto, baje del coche para checar el golpe. “¡Maldición!”. El chico del otro auto salió y se acercó a mí, era alto de tez clara y ojos cafés oscuro, su cabello era castaño y claro. Lo observé por un momento, era realmente muy guapo. “Lo siento, te pagaré la reparación”. Le dije muy apenada. Él me sonrió. “Es solo un pequeño rasguño, no te preocupes”. Yo me sentí un poco nerviosa con su mirada. “Insisto, te pagaré el arreglo”. El regreso al auto y saco su mochila cerrando las puertas para después caminar hacia mí. “Qué tal si me pagas mostrándome el edificio, soy nuevo y no conozco nada”. Yo acepté alegremente. “Está bien, ¿En qué carrera estás?”. “Música”. El me mostró su horario. Al leer su horario me asombre. “Tiene las mismas clases que yo”. “Eso es genial, estaré detrás de ti todo el tiempo”. Lo dijo regalándome una sonrisa carismá
Omar hizo una mueca. “¿Él sabe que te gusta?”. Yo me detuve y me quedé mirándolo asustada. Omar se rio. “Es difícil no darse cuenta, pero al parecer él no lo sabe”. “No. Y te pido que no digas nada por favor, no quiero perder su amistad, como vez él no me ve más que como su amiga”. Dije eso haciendo una mueca con mi boca amarga. El entendió dejando el tema y seguimos caminando hasta que llegamos a un local, se detuvo y me preguntó. “¿Quieres un helado?”. Yo lo observe algo incómoda por nuestra conversación de hace un momento y nunca salía con nadie más que con Roger. Omar notó mi estado y me dijo. “Será como agradecimiento por ayudarme a encontrar una tienda de música”. Me alegré al escuchar sus palabras. “Ok”. Él me acompañó hasta la escuela y disfrutamos nuestro helado mientras conversábamos de nuestros artistas favoritos, habíamos dejado los autos en la universidad para poder caminar al centro comercial que estaba cerca. Omar abrió la puerta de su auto y se recargó mirándo
“Ok, te veo en un rato”. Colgué el teléfono apurándome al centro comercial.Llegue a las tiendas, compre el regalo de Lili y el del padre de Bianca, no quería llegar con las manos vacías. Al llegar a la casa, Bianca abrió la puerta feliz. “Hola cariño”. Se acercó a mí melosamente y beso mis labios. “Te estamos esperando”.Entre y camine detrás de ella hasta el patio notando más gente en el lugar, cuando me di cuenta de quién era gire a ver a Bianca enojado. “¿Qué hacen ellos aquí?”.Bianca se puso nerviosa y me explicó. “Tu padre y el mío se conocen por negocios, dio la casualidad que mi papá conversó con él y lo invitó”.Observe de nuevo al hombre de pie junto al padre de Bianca, era mi padre si se podría llamar así, le hizo la vida imposible a mi madre durante años junto a su amante, hasta que la obligó a divorciarse y le quitó mi custodia. Nunca le voy a perdonar lo que hizo.Camine junto a Bianca hasta ellos. El padre de Bianca me sonrió saludando. “Bienvenido chico, estaba contán