Salía de mi casa, papá ya estaba camino a la empresa, cuando llegué en mi coche a la universidad estaba distraída al estacionarme, le pegue a un auto, baje del coche para checar el golpe. “¡Maldición!”. El chico del otro auto salió y se acercó a mí, era alto de tez clara y ojos cafés oscuro, su cabello era castaño y claro. Lo observé por un momento, era realmente muy guapo. “Lo siento, te pagaré la reparación”. Le dije muy apenada. Él me sonrió. “Es solo un pequeño rasguño, no te preocupes”. Yo me sentí un poco nerviosa con su mirada. “Insisto, te pagaré el arreglo”. El regreso al auto y saco su mochila cerrando las puertas para después caminar hacia mí. “Qué tal si me pagas mostrándome el edificio, soy nuevo y no conozco nada”. Yo acepté alegremente. “Está bien, ¿En qué carrera estás?”. “Música”. El me mostró su horario. Al leer su horario me asombre. “Tiene las mismas clases que yo”. “Eso es genial, estaré detrás de ti todo el tiempo”. Lo dijo regalándome una sonrisa carismá
Omar hizo una mueca. “¿Él sabe que te gusta?”. Yo me detuve y me quedé mirándolo asustada. Omar se rio. “Es difícil no darse cuenta, pero al parecer él no lo sabe”. “No. Y te pido que no digas nada por favor, no quiero perder su amistad, como vez él no me ve más que como su amiga”. Dije eso haciendo una mueca con mi boca amarga. El entendió dejando el tema y seguimos caminando hasta que llegamos a un local, se detuvo y me preguntó. “¿Quieres un helado?”. Yo lo observe algo incómoda por nuestra conversación de hace un momento y nunca salía con nadie más que con Roger. Omar notó mi estado y me dijo. “Será como agradecimiento por ayudarme a encontrar una tienda de música”. Me alegré al escuchar sus palabras. “Ok”. Él me acompañó hasta la escuela y disfrutamos nuestro helado mientras conversábamos de nuestros artistas favoritos, habíamos dejado los autos en la universidad para poder caminar al centro comercial que estaba cerca. Omar abrió la puerta de su auto y se recargó mirándo
“Ok, te veo en un rato”. Colgué el teléfono apurándome al centro comercial.Llegue a las tiendas, compre el regalo de Lili y el del padre de Bianca, no quería llegar con las manos vacías. Al llegar a la casa, Bianca abrió la puerta feliz. “Hola cariño”. Se acercó a mí melosamente y beso mis labios. “Te estamos esperando”.Entre y camine detrás de ella hasta el patio notando más gente en el lugar, cuando me di cuenta de quién era gire a ver a Bianca enojado. “¿Qué hacen ellos aquí?”.Bianca se puso nerviosa y me explicó. “Tu padre y el mío se conocen por negocios, dio la casualidad que mi papá conversó con él y lo invitó”.Observe de nuevo al hombre de pie junto al padre de Bianca, era mi padre si se podría llamar así, le hizo la vida imposible a mi madre durante años junto a su amante, hasta que la obligó a divorciarse y le quitó mi custodia. Nunca le voy a perdonar lo que hizo.Camine junto a Bianca hasta ellos. El padre de Bianca me sonrió saludando. “Bienvenido chico, estaba contán
Un semestre nuevo comenzó, odio el ir de vacaciones con mi padre, tener que soportar a mi madrastra y su hijo era desgastante, ellos siempre me hicieron a un lado y me menospreciaban cuando mi padre no estaba cerca, fingían llevarse bien conmigo ante las personas, al parecer era deseo de mi padre tener a todos juntos para poder demostrarle a la gente que éramos una familia muy unida. -Mentiras y más mentiras… El día de la presentación de Lili solo pude mandarle un mensaje disculpándome, estaba realmente apenado y arrepentido, lo peor no tuve oportunidad de hablar con ella en todas mis vacaciones, la extrañaba mucho. Salí de mi salón antes de que Bianca viniera a acecharme. Busque a Lili por todos lados, después recordé su lugar favorito, camine hacia las bancas y ahí estaba comiendo y escribiendo en su libreta de canciones, era una costumbre de ella, a veces tenía que recordarle comer porque estaba tan entretenida que se terminaba el tiempo del almuerzo y teníamos que regresar a los
Me levanté apurado no podía creerlo. Era mi amiga y le debía tanto a su padre, ellos estuvieron conmigo cuando mi mamá se fue, ¿Cómo pude hacer esto? Yo tenía plena confianza del padre de Lili y me aproveche de ella. Era un completo imbécil, como pude hacerle eso, ella siempre fue tan inocente y yo sabía muy bien que fui el primero, yo ni siquiera me merecía eso. Ella era como un ángel puro y yo… “Esto no está bien, no debimos...” “¿Roger?”. Ella se acercó y yo la evité ofuscado, ¡Por Dios! la aventé tan lejos que se dio un golpe en la pared. “Esto estuvo mal Lili ¿No lo entiendes? Tengo novia y tú… eres mi mejor amiga”. Quería que ella entendiera lo difícil de la situación. Me sentía sofocado y noté la forma en que ella me miraba llena de tristeza. -¿Por qué lo hice? – Me regañaba a mí mismo. Salí del departamento corriendo, No debí tocarla, no a ella… Baje las escaleras rápidamente, había gente alrededor pero no podía ni saludar, no tenía cabeza para eso, camine por la calle s
Al terminar la abracé fuerte sin querer soltarla, teníamos mucho que aclarar. Dejé que se calmara su respiración agitada y cuando iba a hablar escuché la puerta y recordé a los chicos del equipo. “¡Maldición!”. Me levanté rápido buscando mi ropa y le dije. “Vístete, No salgas de la habitación”. Pensé por unos segundos antes de abrir la puerta, que podría decir, lo mejor era dejar a Lili encerrada en mi habitación toda la noche ¿Sería lo mejor? Volvieron a tocar, pero más fuerte y me acerqué a abrir. “Trajimos cervezas y algunas frituras, el partido empieza a las tres”. Entraron los chicos mirando mi departamento y buscando donde sentarse. Uno de ellos miró hacia atrás y me dijo. “Hey Roger ¿No sabíamos que te acostabas con la nerd?”. Otro le siguió. “Debes ser delicioso estar con una calladita como ella. ¿Por qué no la compartes?”. Giré para mirar a Lili de pie cerca de la puerta de mi habitación y les dije lo más sereno posible. “Calma amigos, ella no es de esas, solo está aquí
6 años después… La Isla Santa Ana, quedaba algunos kilómetros al sur del país, era la isla más grande del archipiélago. Tenía alrededor de 500 habitantes, los turistas la visitan buscando lugares y paisajes emblemáticos. Desde un acuario, tiendas de souvenir, un museo, algunos restaurantes con comida deliciosa y mariscos frescos, era un gran atractivo turístico. En especial un restaurante donde ofrecía comida de primera y un excelente repertorio de música de todos los géneros. El restaurante *La Gloria* Estaba ubicado en el centro de la ciudad, por las noches el lugar estaba lleno y los fines de semana se tenía que hacer reservación, todo esto se debía a una hermosa mujer que tocaba el piano. Era sábado por la noche, en el lugar no cabía ni un alfiler, dentro de la cocina, todos estaban apurados y terminando sin fin de platillos especiales, el señor Arturo dirigía el lugar, los meseros llevaban las órdenes a cada mesa y otros servían las bebidas en la barra, los comensales charla
Su padre nunca quiso presionarla, al parecer las cosas no salieron bien en aquellos tiempos y él tuvo que arrastrarla por sus problemas con la empresa. “Papá… yo…” Ella no sabía que decirle a su padre sobre el tema, era doloroso. Él sonrió a carcajadas abrazándola. “Crees que no me daría cuenta que los gemelos son hijos de Roger, Bruno es idéntico a él, sus gestos, a veces la forma en que habla o se comunica, sus facciones, tiene mucho de él, mientras que Clara se parece a ti, pero tiene los ojos de Roger”. Lili observó a sus hijos pensando que las palabras de su padre eran ciertas, como podría olvidar a Roger si sus pequeños se lo recordaban a cada momento. “Lo siento papá... por no decirlo antes, es solo que…” El señor Arturo tomó su hombro interrumpiendo. “Sé que es doloroso y de verdad lo siento… Todo lo que pasó fue por mi culpa”. Ella negó sonriendo triste mientras miraba a su padre recordando ese amor del pasado que nunca fue real. “Nunca me voy a arrepentir de seguirte”.