Te invito a conocer -cuando te perdí... 2parte del dia que te perdi...Buena lectura
Al terminar la abracé fuerte sin querer soltarla, teníamos mucho que aclarar. Dejé que se calmara su respiración agitada y cuando iba a hablar escuché la puerta y recordé a los chicos del equipo. “¡Maldición!”. Me levanté rápido buscando mi ropa y le dije. “Vístete, No salgas de la habitación”. Pensé por unos segundos antes de abrir la puerta, que podría decir, lo mejor era dejar a Lili encerrada en mi habitación toda la noche ¿Sería lo mejor? Volvieron a tocar, pero más fuerte y me acerqué a abrir. “Trajimos cervezas y algunas frituras, el partido empieza a las tres”. Entraron los chicos mirando mi departamento y buscando donde sentarse. Uno de ellos miró hacia atrás y me dijo. “Hey Roger ¿No sabíamos que te acostabas con la nerd?”. Otro le siguió. “Debes ser delicioso estar con una calladita como ella. ¿Por qué no la compartes?”. Giré para mirar a Lili de pie cerca de la puerta de mi habitación y les dije lo más sereno posible. “Calma amigos, ella no es de esas, solo está aquí
6 años después… La Isla Santa Ana, quedaba algunos kilómetros al sur del país, era la isla más grande del archipiélago. Tenía alrededor de 500 habitantes, los turistas la visitan buscando lugares y paisajes emblemáticos. Desde un acuario, tiendas de souvenir, un museo, algunos restaurantes con comida deliciosa y mariscos frescos, era un gran atractivo turístico. En especial un restaurante donde ofrecía comida de primera y un excelente repertorio de música de todos los géneros. El restaurante *La Gloria* Estaba ubicado en el centro de la ciudad, por las noches el lugar estaba lleno y los fines de semana se tenía que hacer reservación, todo esto se debía a una hermosa mujer que tocaba el piano. Era sábado por la noche, en el lugar no cabía ni un alfiler, dentro de la cocina, todos estaban apurados y terminando sin fin de platillos especiales, el señor Arturo dirigía el lugar, los meseros llevaban las órdenes a cada mesa y otros servían las bebidas en la barra, los comensales charla
Su padre nunca quiso presionarla, al parecer las cosas no salieron bien en aquellos tiempos y él tuvo que arrastrarla por sus problemas con la empresa. “Papá… yo…” Ella no sabía que decirle a su padre sobre el tema, era doloroso. Él sonrió a carcajadas abrazándola. “Crees que no me daría cuenta que los gemelos son hijos de Roger, Bruno es idéntico a él, sus gestos, a veces la forma en que habla o se comunica, sus facciones, tiene mucho de él, mientras que Clara se parece a ti, pero tiene los ojos de Roger”. Lili observó a sus hijos pensando que las palabras de su padre eran ciertas, como podría olvidar a Roger si sus pequeños se lo recordaban a cada momento. “Lo siento papá... por no decirlo antes, es solo que…” El señor Arturo tomó su hombro interrumpiendo. “Sé que es doloroso y de verdad lo siento… Todo lo que pasó fue por mi culpa”. Ella negó sonriendo triste mientras miraba a su padre recordando ese amor del pasado que nunca fue real. “Nunca me voy a arrepentir de seguirte”.
Ella frunció los labios negándose rotundamente. “Lo siento, pero yo no trabajo en giras, ni me gusta la televisión”. La frente de Omar se arrugó refutando las palabras de Lili. “Pero eres muy buena, serias muy famosa”. Trató de convencerla. Ella sonreía cálidamente. “Tengo otras prioridades y me gusta ayudar a papá con el restaurante”. Omar contempló el rostro de la mujer con una gran sonrisa. “Supe que exoneraron a tu padre de los cargos, ahora son libres pueden volver”. Ella recordó un poco de su pasado. “Si, papá ahora es un hombre libre, pero ya tenemos una vida hecha aquí, no deseo volver… no hay nada para mí en esa ciudad". Omar observó su rostro, como se formaba un tinte de tristeza y melancolía al hablar, cambió la conversación comprensivamente y él ya no preguntó más. Hablaron durante un rato hasta que tocaron la puerta de Lili. "Pase". Se abrió la puerta y Bruno entró. "Mamá". Detrás caminaba la pequeña Clara y al ver al hombre extraño se detuvo escondiéndose detrás d
Lili caminó hasta su habitación, se dio una larga ducha y mientras se secaba el cabello recordó de nuevo a Roger, ella cerró sus ojos y aparecieron imágenes de él sonriéndole, jugando con ella, charlando y al final esa última noche juntos. Suspiró largo y cansado, habían pasado ya muchos años y ella seguía igual de enamorada como el primer día. Por la mañana Lili ayudó a Clara a vestirse, le puso un bello vestido rosa de princesa y peinó su cabello en un moño alto con un listón del mismo color, Bruno era muy independiente, pero le gustaba pasar tiempo con ellas, se peinaba en el espejo mirando a su madre y su hermana como conversaban y platicaban. “Estoy listo, iré a pedir verduras”. Lili estuvo de acuerdo y siguió peinando a su hija, exclamó feliz. “¡Te ves hermosa!”. Clara asintió bajando su cabecita con pena, Bruno salió de la hacienda, era muy grande y antigua, cuando llegaron a la isla, estaba abandonada, el padre de Lili la compró a un precio muy bajo, con el tiempo ellos fuer
Omar respiró hondo y le comentó. “Él te ha estado buscando todos estos años”. Quería ver su reacción. Lili sonrió. “No se para que, se nota que es muy feliz con su prometida”. Ella acomodo su cabello. “Es pasado y a pesar de que lo sigo amando como cuando éramos chicos, solo son recuerdos”. Las palabras de Omar se quedaron en su boca queriendo explicarle algunas cosas que pasaron con Roger, pero en ese momento se convirtió en un hombre egoísta y se quedó callado. Siguieron caminando por la playa por un rato más. Más tarde Omar y Lili salieron de la casa, lo acompañó a su coche, antes de abrir su auto Omar se detuvo tomando la mano de Lili besando el dorso. “Me divertí mucho, gracias por invitarme”. Lili apretó su mano regalándole una gran sonrisa. “Gracias a ti, es bueno que nos hayamos encontrado de nuevo, puedes venir a quedarte”. Omar sonrió por unos momentos y de forma pícara le dijo. “Volveré a la ciudad mañana, pero prometo volver en unos días, tenía pensado tomarme unas vac
Roger salió de la oficina después de un arduo día de trabajo, llegó a la mansión, al entrar su madrastra ya lo esperaba. “¡Roger!” El no se detuvo, la ignoró caminando hacia las escaleras. “¡Roger!”. Se escuchó la voz chillona y lamentable. La pensión que se les daba no costeaba todos sus gastos y tenía que rogarle a Roger que ayudará a su hijo en los negocios. Desde que perdió las acciones, vivían de forma precaria. Al fin se paró en el primer escalón y se giró para ver a la mujer. “¿Qué quieres?”. Le dijo fastidiado. La mujer se acercó apretando los puños y tragándose su orgullo. “José necesita dinero para hacer unos negocios”. Roger se burló acariciando sus labios. “¿De nuevo?”. La mujer asintió. “Él y Bianca necesitan dinero”. Roger la contempló por unos momentos, hace algunos años, su padre había decidido dejarle todo a su hermanastro, Roger no quería problemas y se alejó mucho más, Bianca empezó a salir con José por orden de sus padres, lo que les interesaba era que quedar
Días después… Lili terminaba de sembrar algunas verduras junto a sus hijos cuando llegó la ama de llaves. “Señora, tiene una visita”. Lili se levantó limpiando sus manos, mirando el sendero de tierra que conducía a la siembra, Omar caminaba hacia ellos con una gran sonrisa. Bruno y Clara también se levantaron para recibirlo. Omar al llegar abrazó a Lili. “Hola”. Beso su mejilla mientras ella le regalaba una gran sonrisa. “¡Oye! volviste rápido”. Omar afirmó nervioso. “Si, te extrañaba”. Lili se palmeó el pecho. “¡Qué lindo!”. Bruno se acercó. “Hola”. Clara estaba detrás de su madre mirándolo fijamente. Omar saludo a Bruno. “Hola… ¿Qué hacen?”. Los examinó estaban llenos de tierra y llevaban sombreros que los cubrían del sol. Lili le mostró. “Estamos plantando algunas verduras”. Omar se arremango la camisa. “¿Puedo ayudarlos?”. Los tres se miraron entre sí, Lili le advirtió. “Te ensuciaras…” Omar la tranquilizó. “Está bien, tengo ropa en el auto”. Lili ladeó un poco su cab