Subí rápido a mi habitación como me dijeron, la mayoría de mi ropa favorita ya no estaba, saqué una caja del armario y la abrí, eran todos mis recuerdos con Roger y mi mamá.
Tomé la caja y abrí el cajón de mi escritorio llevando mi libreta de canciones, mi piano eléctrico y bajé.
El mayordomo negó. “No puede llevarse el piano será un problema. Mire a hacia la sala y observe el gran piano de cola que era de mi madre, mis lagrimas empezaron a salir.
El mayordomo tomó mi mano, sabiendo por qué lloraba. “Lo siento señorita, pero no hay forma de llevarse ninguno de los dos, afectaría el viaje y el piano de su madre es muy grande, no hay tiempo para moverlo.
Asentí a Moisés triste, él me conocía desde bebé y sabía lo que me importaba las cosas de mi mamá, me acerque al gran piano y lo acaricie delicadamente recordando algunos momentos que pasé con mamá.
Mis lágrimas corriendo por mis mejillas, abracé fuerte a Moisés. "Cuida el piano de mi mamá, búscale un buen lugar donde lo cuiden y lo amen como yo lo he amado estos años".
Moisés sonrió. "Lo prometo señorita".
Caminé a la salida de la casa con mis cosas, mi padre estaba afuera esperándome, subí al auto y observé cómo él miraba detenidamente la mansión, su rostro era triste y sombrío, estábamos dejando todos nuestros recuerdos con mamá, dejaríamos todo porque papá no fuera a la cárcel, él ya era muy mayor, su cabeza estaba llena de canas y el ver en este momento su semblante me quebró.
Subió al auto junto con Moisés el mayordomo y arrancaron el coche. Me gire para observar por la ventana de atrás como iba desapareciendo poco a poco la gran mansión.
Cuando ya no estaba a la vista, triste me acomode en el asiento abrazando mis cosas.
Llegamos a la central de autobuses, cuando yo estaba apuntó de bajar del coche, observe como papá le daba un fajo de dinero a Moisés, este negó diciendo. “Señor lo necesitarán”.
Mi padre hizo que lo tomara. “Debes repartirlo entre los trabajadores y disculparme por no poderles dar lo que se merecen, todos fueron buenas personas y espero arreglar esto pronto… si es posible dales las gracias”.
Yo bajé mi rostro triste por las palabras de mi papá. Yo también esperaba que las cosas se arreglaran, no quería que mi papá fuera a la cárcel.
Mi padre salió del coche junto a Moisés, después de unos minutos me pidieron que saliera y me dieron mi boleto.
Lo leía y llevaba otro nombre, observé a Moisés, quien me miró y sonrió. “No deben saber a dónde van, le pedí a una mujer que comprara los boletos”.
Mi padre y Moisés se abrazaron fuerte, ellos a pesar de que era jefe y empleado eran amigos de años.
Moisés le dijo a mi padre. “Cuídate Arturo, cuida de tu hija”.
Mi papá con lágrimas amenazando con salir asintió. “Cuídate Moisés”.
Subimos al autobús y me quedé viendo por la ventana a Moisés que estaba de pie esperando a que el autobús se alejara, suspiré recargándome en la ventana triste, los recuerdos de mi vida aquí venían a mi mente…
Recuerdo de Lili…
Papá restauró el piano de cola hace un tiempo y cada año le mandaba hacer mantenimiento, era de mi madre, es mi adoración, es color caoba y decora la gran sala de mi casa, me ayuda a crear hermosas melodías.
Hoy vestía una blusa morada me fascina ese color, pantalón de mezclilla con balerinas negras, a pesar de que mi familia era acomodada me gustaba vestir sencilla, solo usaba brillo de labios y a veces usaba sombras en mis ojos, pero solo en ocasiones especiales.
Mi madre Gloria Montalvo también era artista, trabajó la mayor parte de su vida en foros de televisión y escenarios, llegó a grabar dos discos, pero cuando yo nací ella dejó el medio artístico por problemas de salud dedicándose a la familia.
Mi padre el señor Arturo Montalvo tenía una fábrica de alimentos procesados muy prestigiosa, le iba muy bien, las recetas de sus alimentos mayormente eran de familia, éramos muy felices hasta que mamá murió hace dos años de un infarto. Esta tragedia nos cambió la vida por completo a mi papá y a mí.
Son las doce del día, todavía tengo una clase pendiente a la una, así que decidí quedarme debajo de un gran árbol cerca del aula, es uno de mis lugares preferidos.
Revisaba mi libreta de apuntes de color morado, ahí escribo los versos que se me ocurren en el transcurso del día para crear mis canciones, agradezco que mamá me heredo los genes de compositora y su talento en la música.
Escribía algunas frases que venían a mi mente cuando noté ese olor que me encantaba, sentí que alguien acarició mi cabello negro delicadamente y se sentó a un lado mío.
Roger Adams mi mejor amigo de toda la vida, es un chico alto de tez clara y ojos verdes claros que tenían algunas líneas grises haciéndolos únicos, su cabello es castaño claro y sus facciones son perfectas, su sonrisa es la más linda y dulce que conozco, lástima que hace ya un tiempo que no la muestra.
Hoy vestía unos jeans y playera a cuadros en color azul y blanco, llevaba las mangas arremangadas y dejaba ver su reloj negro que le regale cuando fue su cumpleaños.
Junto a su reloj llevaba una pulsera delgada de plata igual a la mía, recuerdo cuando las compró, fue un día de San Valentín, eran pulseras de amistad, llevaban nuestras iniciales grabadas, pero no unidas por la Y famosa de parejas.
“Hola Lili, ¿Terminaste tus clases?”.
Levante mi rostro para verlo. “No, me falta una de la tarde”.
Roger estiró sus brazos hacia arriba. “Yo terminé por hoy, estoy cansado”.
Yo negué con la cabeza. “Volverás a saltarte las clases”.
Roger se recostó en el gran árbol cerrando sus ojos. “Sabes que me aburro mucho, ya aprendí todo lo que dicen en la clase”.
Roger era muy inteligente desde niño, siempre fue carismático, atento y muy divertido, pero después de que su mamá los abandonó a él y su padre, cambió mucho y eso me duele, he tratado de ayudarlo, pero no se abre conmigo y se guarda muchas cosas. Decidió perderse en fiestas y mujeres, siempre sale con una chica diferente cada mes, yo enamoradísima como estoy de él, me dolía verlo vivir de esa manera, pero me alegraba que no durará con ellas, eso cambió hace tres meses cuando conoció a Bianca una chica que estudia la misma carrera que él, de administración. Giré mi cabeza al lado derecho y la vi ahí caminando hacia nosotros, era una chica muy guapa y alta, cabello castaño y ojos del mismo color. Vestía una minifalda rosa y blusa blanca con hombros descubiertos, usaba joyería y maquillaje cargado, su cabello bien arreglado en un moño grande y usaba tacones altos en color rosa. “Hola Liliana”. Ella de pie frente a mí me saludó. Yo levanté un poco mi rostro y sin mirarla la saludé.
Desde que Roger empezó su relación con Bianca nosotros nos distanciamos, ahora con la noticia tenía mucho miedo de que él me dejara de hablar, ellos habían tenido algunas discusiones por mí. Roger tenía la costumbre de acariciarme al verme, podría ser mi cabello, mis orejas, mis mejillas, mis manos o mis brazos, pero siempre era así conmigo desde niños, besaba mi cabello o frente con cariño, a Bianca no le gustaba que me tratara de esa manera por ello discutían continuamente. Su relación ya era más estable y yo sentía que la que estorbaba ahí era yo, sabía que él pronto se alejaría más de mí. Habían pasado días y Roger no me busco en ese tiempo, tenía la costumbre de visitarme en mi árbol favorito o mandarme mensajes por las noches deseándome que durmiera bien, pero no lo hizo más. Estaba muy ocupado con los partidos de fútbol, estaban por llegar a la final tenían que trabajar duro. Recostada en mi cama observaba mi celular tenía escrito un mensaje avisando sobre la presentación,
Salía de mi casa, papá ya estaba camino a la empresa, cuando llegué en mi coche a la universidad estaba distraída al estacionarme, le pegue a un auto, baje del coche para checar el golpe. “¡Maldición!”. El chico del otro auto salió y se acercó a mí, era alto de tez clara y ojos cafés oscuro, su cabello era castaño y claro. Lo observé por un momento, era realmente muy guapo. “Lo siento, te pagaré la reparación”. Le dije muy apenada. Él me sonrió. “Es solo un pequeño rasguño, no te preocupes”. Yo me sentí un poco nerviosa con su mirada. “Insisto, te pagaré el arreglo”. El regreso al auto y saco su mochila cerrando las puertas para después caminar hacia mí. “Qué tal si me pagas mostrándome el edificio, soy nuevo y no conozco nada”. Yo acepté alegremente. “Está bien, ¿En qué carrera estás?”. “Música”. El me mostró su horario. Al leer su horario me asombre. “Tiene las mismas clases que yo”. “Eso es genial, estaré detrás de ti todo el tiempo”. Lo dijo regalándome una sonrisa carismá
Omar hizo una mueca. “¿Él sabe que te gusta?”. Yo me detuve y me quedé mirándolo asustada. Omar se rio. “Es difícil no darse cuenta, pero al parecer él no lo sabe”. “No. Y te pido que no digas nada por favor, no quiero perder su amistad, como vez él no me ve más que como su amiga”. Dije eso haciendo una mueca con mi boca amarga. El entendió dejando el tema y seguimos caminando hasta que llegamos a un local, se detuvo y me preguntó. “¿Quieres un helado?”. Yo lo observe algo incómoda por nuestra conversación de hace un momento y nunca salía con nadie más que con Roger. Omar notó mi estado y me dijo. “Será como agradecimiento por ayudarme a encontrar una tienda de música”. Me alegré al escuchar sus palabras. “Ok”. Él me acompañó hasta la escuela y disfrutamos nuestro helado mientras conversábamos de nuestros artistas favoritos, habíamos dejado los autos en la universidad para poder caminar al centro comercial que estaba cerca. Omar abrió la puerta de su auto y se recargó mirándo
“Ok, te veo en un rato”. Colgué el teléfono apurándome al centro comercial.Llegue a las tiendas, compre el regalo de Lili y el del padre de Bianca, no quería llegar con las manos vacías. Al llegar a la casa, Bianca abrió la puerta feliz. “Hola cariño”. Se acercó a mí melosamente y beso mis labios. “Te estamos esperando”.Entre y camine detrás de ella hasta el patio notando más gente en el lugar, cuando me di cuenta de quién era gire a ver a Bianca enojado. “¿Qué hacen ellos aquí?”.Bianca se puso nerviosa y me explicó. “Tu padre y el mío se conocen por negocios, dio la casualidad que mi papá conversó con él y lo invitó”.Observe de nuevo al hombre de pie junto al padre de Bianca, era mi padre si se podría llamar así, le hizo la vida imposible a mi madre durante años junto a su amante, hasta que la obligó a divorciarse y le quitó mi custodia. Nunca le voy a perdonar lo que hizo.Camine junto a Bianca hasta ellos. El padre de Bianca me sonrió saludando. “Bienvenido chico, estaba contán
Un semestre nuevo comenzó, odio el ir de vacaciones con mi padre, tener que soportar a mi madrastra y su hijo era desgastante, ellos siempre me hicieron a un lado y me menospreciaban cuando mi padre no estaba cerca, fingían llevarse bien conmigo ante las personas, al parecer era deseo de mi padre tener a todos juntos para poder demostrarle a la gente que éramos una familia muy unida. -Mentiras y más mentiras… El día de la presentación de Lili solo pude mandarle un mensaje disculpándome, estaba realmente apenado y arrepentido, lo peor no tuve oportunidad de hablar con ella en todas mis vacaciones, la extrañaba mucho. Salí de mi salón antes de que Bianca viniera a acecharme. Busque a Lili por todos lados, después recordé su lugar favorito, camine hacia las bancas y ahí estaba comiendo y escribiendo en su libreta de canciones, era una costumbre de ella, a veces tenía que recordarle comer porque estaba tan entretenida que se terminaba el tiempo del almuerzo y teníamos que regresar a los
Me levanté apurado no podía creerlo. Era mi amiga y le debía tanto a su padre, ellos estuvieron conmigo cuando mi mamá se fue, ¿Cómo pude hacer esto? Yo tenía plena confianza del padre de Lili y me aproveche de ella. Era un completo imbécil, como pude hacerle eso, ella siempre fue tan inocente y yo sabía muy bien que fui el primero, yo ni siquiera me merecía eso. Ella era como un ángel puro y yo… “Esto no está bien, no debimos...” “¿Roger?”. Ella se acercó y yo la evité ofuscado, ¡Por Dios! la aventé tan lejos que se dio un golpe en la pared. “Esto estuvo mal Lili ¿No lo entiendes? Tengo novia y tú… eres mi mejor amiga”. Quería que ella entendiera lo difícil de la situación. Me sentía sofocado y noté la forma en que ella me miraba llena de tristeza. -¿Por qué lo hice? – Me regañaba a mí mismo. Salí del departamento corriendo, No debí tocarla, no a ella… Baje las escaleras rápidamente, había gente alrededor pero no podía ni saludar, no tenía cabeza para eso, camine por la calle s
Al terminar la abracé fuerte sin querer soltarla, teníamos mucho que aclarar. Dejé que se calmara su respiración agitada y cuando iba a hablar escuché la puerta y recordé a los chicos del equipo. “¡Maldición!”. Me levanté rápido buscando mi ropa y le dije. “Vístete, No salgas de la habitación”. Pensé por unos segundos antes de abrir la puerta, que podría decir, lo mejor era dejar a Lili encerrada en mi habitación toda la noche ¿Sería lo mejor? Volvieron a tocar, pero más fuerte y me acerqué a abrir. “Trajimos cervezas y algunas frituras, el partido empieza a las tres”. Entraron los chicos mirando mi departamento y buscando donde sentarse. Uno de ellos miró hacia atrás y me dijo. “Hey Roger ¿No sabíamos que te acostabas con la nerd?”. Otro le siguió. “Debes ser delicioso estar con una calladita como ella. ¿Por qué no la compartes?”. Giré para mirar a Lili de pie cerca de la puerta de mi habitación y les dije lo más sereno posible. “Calma amigos, ella no es de esas, solo está aquí