Emely, no comprendió esa actitud de Mateo, la.manera en la que entrelazó sus dedos, la forma en la que miró a su hermano, era. . . una clara advertencia. ¿Intentaba marcar territorio?
Era absurdo.
Al menos a ojos de ella lo era, acababa de conocer a Jackson, era bastante mayor que ella y solo habían cruzado un saludo, era ilógica esa reacción, sin embargo decidió no prestarle mayor atención y dedicarse a disfrutar de la tarde con ellos.
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Después de un largo día en la universidad, abarrotada de números y cuentas, Emely salió agotada de la universidad, se despidió de las chicas y emprendió el camino a casa. Pasaba media tarde cuando llegó.
—¿Cómo te fue, cariño?— la saludó Elene en cuánto cruzó el umbral de la puerta.
—Bien, madre —le dijo y le besó la mejilla— agotador, pero bien.
Comenzaba a caer la noche cuando llegó su amiga Lisbeth, quién era muy cercana desde la infancia, y más que amigas se habían convertido en hermanas de distintas madres. Lisbeth siempre había Sido un apoyo incondicional, había Sido fuerza en los momentos duros, apoyo en los malos, y siempre había compartido cada uno de sus triunfos y viceversa.
Se adoraban.
Amaban pasar tiempo juntas y poder apoyarse siempre.
Lisbeth, saludó a Elene, con besos en la mejilla y entró a la habitación y la encontró sobre la cama con los cuadernos y libros esparcidos.
—¿Exámen?— le preguntó, Emely elevó la vista y la miró con una sonrisa.
—Hola Lis, Si, la verdad está muy fácil, no es nada del otro mundo — decía mientras recogía y apilaba los libros para darle espacio a su amiga.
—He venido porque una ingrata lleva más de tres días sin escribir— se dejó caer sobre la cama abrazando una mullida almohada— desde que tienes novio, te has olvidado de mi. — hizo un tonto puchero— lo prefieres a él — fingió llorar.
—¡No digas tonterías! — la golpeó suavemente con otra almohada, y se acostó junto a ella.
—Es un reclamo a media, la verdad estoy muy contenta de que estés feliz y por fin te hayas animado con Mateo, es un buen chico.
—No es fácil.Sabes que no lo es— dijo con un suspiro.
—Lo sé, pero eres muy joven, a ver, ni tienes veinte años, era obvio que debías volver a enamorarte. Maikol, es cosa del pasado.
—Lo sé, y siempre lamentaré, que todo haya salido tan mal. — dijo en tono triste.
—Yo siempre lamentaré, no haberlo abofeteado. Debiste dejarme ponerlo en su lugar.
—No era necesario, Lis, lo digo en serio, es mejor dejarlo pasar.
—El muy idiota jugo con tus sentimientos— dijo enojada— es obvio que no había que dejarlo pasar, te hizo mucho daño, Em, se merecía una paliza.
—Si, pero ahora tengo a Mateo. Es una gran hombre Lisbeth, realmente me siento muy bien con el, me gusta todo, absolutamente todo de él.
—Solo espero que se porte bien. ¿Cómo te fue en su casa?
—Mucho mejor de lo que esperaba, la verdad. Su madre es muy dulce y cariñosa, ya hasta me llama, hija— dijo con una enorme sonrisa— Amé inmediatamente a su pequeña sobrina, es una cosita preciosa de ocho años, con unos enormes y preciosos ojos, tiene la carita más bonita que haya visto y. . .
—Alli va de nuevo tu corazón de madre. — dijo rodando los ojos y aventándole una almohada.
—No puedo evitarlo, es una niña preciosa, me lleno de mucha ternura, es bellísima, muy hermosa.
—A ti todos los niños te parecen preciosos y tiernos— le dijo en tono burlón.
—Ya lo sé, pero ella es especial, su nombre es Luciana, ya verás cuando la conozcas, te enamorarás de ella de inmediato. Deberías acompañarme a visitarla algún día, te aseguro que te encantará.
Emely, fijo la vista en su amiga. Lisbeth, era preciosa, un cabello rizado, con enormes ondas castañas que caen hasta media espalda, tiene un cabello precioso y muy bien cuidado, una cara hermosa, con profundos ojos verdes oscuros, un verde aceituna. Un cuerpo que no es esbelto, pues está lleno de curvas, con el que Lisbeth está más que satisfecha, asegura que es esa exhuberancia la que la hace "irresistible"
—Te prometo que te acompañaré.
—No te arrepentirás. Hay algo que si me pareció muy extraño, no sé si Mateo tenga buena relación con su hermano, se supone que ellos son tres, conocí a Jackson, o Jack como le.dicen de cariño, quién es el mayor de todos, el caso es que se estaba portando muy amable, me saludo de forma cariñosa, o sea, me refiero a que era agradable, Mateo me tomó de la mano entrelazando nuestros dedos, quizás sean locuras mías, pero se sintió como si estuviese marcando territorio. Fue realmente extraño.
—Quizás sintió que su hermano te miraba mucho— dijo con una enorme sonrisa.
—Tonterías, solo estaba siendo amable.— El teléfono de Emely sonó, indicando un mensaje de texto:
"Hey guapa, amor mío, ¿Me aceptas invitarte a comer?"
Ella sonrió como tonta.
—Es Mateo, me está invitando a comer.
—Acepta — le dijo emocionada — en todo caso yo no podré quedarme mucho tiempo, así que, dile que si y vayan a comer a un lindo lugar.
Lisbeth, se marchó dejándola para que se alistará para su cita, Emely le informo a su madre que saldría con Mateo y que no cenaría en casa.
—De acuerdo, cariño. Tengan mucho cuidado, ya sabes que las motocicletas me ponen los nervios de punta.
—Lo prometo.— le dijo con una dulce sonrisa.
Quince minutos más tarde, ella salía para recibirlo, lo encontró recargado en su motocicleta, con una chaqueta de cuero y pantalones oscuros, una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Él abrió sus brazos para recibirla y ella se refugio feliz en ellos, para luego elevar su rostro hacia el ofreciendo su boca como tributo de amor.
Mateo, la besó con amor y necesidad como queriendo alimentarse de ella.
—Te extrañe— le dijo en cuanto se separaron.
—Yo también te extrañé, preciosa.
—Por favor cuídense mucho, hijo maneja con cuidado— decía Elene, quién aparecía en el umbral de la puerta.
—Por supuesto que sí, suegra— Mateo, se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo. Emely, se sintió feliz, le agradaba que las familias se llevarán tan bien. Sobretodo porque siempre rogó para que su madre quisiera al hombre que ella escogiera, así como que su suegra la quisiera como una hija, y ver aquello cumplido era hermoso.
Mateo, aún debía conocer a su hermano; Frank, quién tenía un carácter muy fuerte y podía ser intimidante, pero estaba seguro de que se llevarían bien.
Durante el trayecto se abrazaba con fuerza a él.
—¿Estás bien? — le preguntó por segunda vez, el aire que los golpeaba y los cascos impedían que se comunicaran bien, sin embargo él siempre se aseguraba de que ella estuviese bien y a gusto.
—Estoy bien, mi amor— dijo antes de abrazarlo más fuerte.
Emely, sonrió cuando entraron al restaurante, era sencillo pero muy cómodo, ellos se ubicaron en la terraza, estaba feliz allí bajo el cielo nocturno, mientras tenía sentado frente a ella al hombre que amaba, quién la sostenía de las manos con cariño, transmitiéndole seguridad.
—¿Cómo estuvieron tus clases hoy?
—Bien, fue un día tranquilo, pero se acercan los finales, así que estaré ahogada en exámenes, pero intento relajarme, mi amor.
—Es sólo un escalón más, nada con lo que no puedas preciosa— le besa las manos y ella se sonroja levemente.
—¿Cómo estuvo tu día en el trabajo?
—Muy bien, hubo buen trabajo hoy, así que mi padre está feliz — sonrió él— Aunque no está muy feliz por lo que le he dicho.
—¿Sucede algo?— preguntó preocupada.
—No es nada malo, he decidido retomar los estudios.
—¡Eso es maravilloso, felicidades mi amor, bien sabes que estoy para apoyarte, puedo ayudarte con las actividades, las investigaciones, con las cuentas, lo que necesites, es una suerte que tengas que ver muchos números, la contaduría y la Administración de Aduanas, pueden darse la mano, te juro que te ayudaré en todo. Tienes mi apoyo incondicional!
—¡Muchas gracias! — Sonrió— mi padre no está muy feliz ya que no podré estar tanto tiempo en el taller, pero quiero estudiar y tú me has inspirado. Quiero que en el futuro, nuestros hijos tengan dos padres profesionales, tú te has esforzado mucho, mi amor. Mereces a alguien que se esfuerce igual— Emely, estaba realmente conmovida por sus hermosas palabras, inspirarlo a retomar sus estudios, a mejorar, sobretodo escucharlo hablar de un futuro juntos, de hijos. . . era hermoso.
—Ellos tendran un padre Administrador de Aduanas— volvió a sonreír, Emely comovida se levantó de su asiento y sin pensarlo se sentó sobre las rodillas de él y lo besó con lágrimas en los ojos
— Tu me inspiras a ser mejor, Em. Me gusta esa reacción.
—Gracias por tus palabras, estaba asustada de enamorarme de nuevo.
—Lo sé — limpio con dulzura las lágrimas en sus mejillas — lo veía en tus ojos cada vez que me rechazabas, cada vez que esquivabas mis palabras. Sabía que alguien te había lastimado y tenías miedo de amar nuevamente, pero también pude ver en tus ojos que valía todo el esfuerzo luchar por ti. ¡TE AMO! — elevó su rostro y gritó, ella lo miró con ojos enormes.
—Detente, no hagas eso — le dijo mientras intentaba levantarse de sus rodillas, pero él se lo impedía— todos están mirando.
—Que todos se enteren de lo que siento. ¡TE AMO EMELY, TE AMO! — ella se sintió tan feliz, se inclinó sobre él tomándolo de ambas mejillas, mientras él rodeaba su cintura y comenzó a besarla nuevamente.
Emely, se sentía dichosa. Mateo era más, mucho más de lo que ella hubiese esperado. Sentir que estaba dispuesto a mejorar para que ambos pudiesen crecer juntos, escucharlo hablar de un futuro, de hijos, eso dejaba en claro cuán en serio se tomaba la relación y resultaba encantador para Emely, quién había navegado constantemente en un mar de desconsuelo y malos amores, estar ahora así, con Mateo, hacía que tanto sufrimiento valiera la pena, cada lágrima era recompensada con. un beso, con un gesto, con un te amo.
"Solo deseo que está vez sea diferente, que él no me lastime, que todo vaya bien, que no me rompa el corazón. . . Por favor, por favor, que está vez sea diferente "
Esa era su constante plegaria.
—¡TÍA EM! —gritó Luciana nada más verla entrar mientras corría hacia ella y la abrazaba por la cintura—¡QUÉ ALEGRÍA QUE VINIERAS!—Hola cariño, que alegría para mí venir— se puso de rodillas en el suelo y le dio un beso en la frente — estás muy bonita.—Tu estás muy bonita, tía.—Que bueno que llegaron, ya tengo listo el almuerzo — Emely, estaba algo apenada por las atenciones recibidas en aquel lugar, la trataban muy bien y el calor de hogar la rodeaba nada más cruzar el umbral de la puerta.Compartieron un sustancioso almuerzo, los cuatro, riendo alegremente, luego de eso decidieron ver una película juntos. La verdad era un rato sumamente agradable, hasta que Luciana se quedó dormida, recargada sobre Emely.—Se ha quedado dormida— le dijo a Mateo, con dulzura.—Te adora, no hace más que hablar de ti y de lo preciosa que eres.—¿Yo? Es un verdadero halago — sonrió— es una niña muy bonita.—Se parece a su abuela— dijo Liliana, con una enorme sonrisa, luego despertó a la adormecida niñ
Debía hacer algo, era obvio que no podía quedarse allí sentada escuchando como esa odiosa mujer creaba inseguridades en el hombre que amaba, pretendiendo desprestigiarla.Después de tanto pensarlo, decidió ponerse en pie y salir al encuentro de aquellos dos que hablaban.En cuanto la miraron, todo quedó en silencio. La dura mirada de Alexa la recorrió con desprecio, así como la indignación misma que sintió ante su mirada.—No sé quién sea Anna, ni lo que haya ocurrido entre ella y Mateo pero, si su deseo es volver y tú sirves de intermediaria, puedes decirle que ya Mateo ha encontrado a alguien que lo ama y lo respeta, todo lo que ella no pudo ni supo hacer.—Emely. . . —Mateo quiso intervenir pero ella no se lo permitió— en cuánto a ti, no puedo hacer nada con mi color de piel, de hecho, si pudiera, no lo haría, estoy muy orgullosa de él. Si a tí te disgusta, es tu asunto, no el mío, no tengo porque escuchar tus comentarios. Mateo, quisiera ir a casa, mi amor, mañana debo ir temprano
Alexa, entró, encontrándose con Bruno, quién la miró y frunció el ceño.—¿Por qué estás enojada?— quiso saber.—Esa niñita. . .— presionó con fuerza la mandíbula.—¿Qué niña?, ¿De qué hablas?— era obvio que no la comprendía.—Esa tal Emely, que chiquilla tan desagradable.—Alexa, Alexa. . .—Es una mosca muerta, Bruno. ¿No lo ves?, ¡Mateo no lo ve!, ¡Tu madre no lo ve!, ¡Nadie parece verlo!—Parecía frustrada.—Quizás es porque no hay nada que ver— se encogió de hombros— es absurdo que le tengas mala fé a alguien que acabas de conocer, Alexa. ¡Eso es ridículo!—Ridículo o no, ella no es una blanca paloma. . .es una arpía venenosa— Bruno la miró fijamente y luego se giró dándole la espalda.*****************—Puedes preguntar lo que quieras, preciosa— le regaló una enorme sonrisa.—¿Qué sucede con tus hermanos?. . . Disculpa si soy tan directa — le dijo porque el semblante de él cambió— sé que quizás no tenga derecho a preguntarlo pero. . . Jackson, me pareció muy agradable, sin embargo
Luciana estaba acostada cómodamente en su habitación, rodeada de colores y hojas con muchos dibujos, cuándo la puerta se abrió de golpe, se levantó rígida al percatarse que se trataba de Alexa.—Hola, tía. — dijo suavemente.—Eres una pequeña traidora, Luciana— la miró con desprecio.—¿Qué?— la niña no comprendía, sus ojos se abrieron enormes.—Traidora, quiero saber, ¿Cómo es que llega una recién aparecida y tú vas llamándola tía?— la miró fijamente, estaba enojada.—Yo. . . yo. . . es la novia del tío, ella dijo que podía llamarla tía. . .—¿Cómo a mí?, ¿ o sea que ella es como yo?— preguntó furiosa.—No, no. Tu eres la novia de papá, ella es la novia del tío y. . .—Escuchame muy bien, niñita tonta— la miró con desprecio — No me gusta esa mujer, no quiero que te acerques a ella, mantente alejada. ¿Lo entiendes?—Pero. . .—Esa mujer no es tu tía, no lo es y nunca lo será, así que no vuelvas a llamarle tía, no es tu tía. ¿Entiendes?, ¡No es tu tía!— la niña la miró aterrorizada, con
Estudiar. . .Fin de Semestre. . .Exámenes finales. . .Estudiar. . .Fin de Semestre. . .Exámenes finales. . .Se sentía agotada en extremo, cansada de tanta teoría y números, su cabeza dolía y sus ojos pedían descanso inmediato.—¡Necesito algo que calme mi migraña!—Emely, estaba frente al computador, mientras se daba un masaje en las sienes—¡Me va a estallar la cabeza!—Hija mía— le dice Elena— deberías tomar un descanso.—Debería — dice suspirando— pero no quiero, éste exámen es muy importante madre, gran parte de la nota está en éste exámen.—Lo sé, cariño— colocó ambas manos en sus hombros— pero con clavarte frente al computador sin descanso, lo único que lograrás es que mañana al presentar el exámen tengas migrañas peor.—Tomaré un descanso de cinco minutos.— dijo después de pensarlo.Así se dispuso mientras envolvía hielo en un pañuelo y los colocaba en sus agotados ojos.—Eso te ayudará mucho.—Eso espero, madre. . . he tomado una decisión, quiero retomar mis clases de danz
En cuanto Emely entró a su casa dejó el balde de helado en la nevera, dos minutos después escuchó el motor de la motocicleta y contuvo las lágrimas mientras el sonido se hacía distante.Si, había sido de muy mala educación dejarlo solo fuera de la casa pero, se sentía terriblemente decepcionada de él, y es que, o sea, le costaba mucho creer que Mateo había desconfiado de ella, al punto de ir a su casa con un balde de helado, solo como excusa para confirmar que estuviese en su casa.—¿Todo bien, hermana?— la dulce voz de su hermana menor llegó hasta ella.—Eh, si. . .si claro, Camille, todo bien. Voy. . . a mí habitación debo seguir estudiando. — Decidió que necesitaba algunos minutos solo para despejar su cabeza y volver a concentrarse.Habían pasado unos diez minutos cuándo su celular timbró, anunciando un mensaje."Realmente lo siento, mi amor"Emely, vió el mensaje sin comprender, el por qué era tan inseguro. A ella también la habían traicionado, también tuvo una relación que no fu
¡Oh Dios mío, alguien había llegado!Emily pensó en que hubo la posibilidad de que los encontraran en la sala de la casa, en proceso de hacer el amor y se sintió avergonzada.Emily, corrió a la habitación, en cuanto entró cerró la puerta tras ella y fue al cuarto de baño para vestirse, podría ser Liliana y sería terriblemente vergonzoso que la encontrará medio desnuda en su habitación.Después de vestirse pasó las manos aún temblorosas por su cabello intentando peinarse un poco. Se miró al espejo y sintió un poco de vergüenza, sus labios estaban rojos e hinchados, su cuello, estaba enrojecido en algunas partes y en ese preciso instante, odió tener una piel tan delicada. Respiró profundo varias veces para intentar calmarse.—¡Estás loca, Emily Simmons!— se reprendió a sí misma, pensando en que pudo haber llegado alguien sin que hubiese sido escuchado, y el calor cubrió su rostro nada más de imaginarse que algún integrante de la familia, pudiese haberlos encontrado en esa posición en la
—¿Qué sucede, papito?— preguntó Luciana. — Te haz puesto muy triste.—Una mala noticia, mi amor— la acercó a él, abrazándola con fuerza, sintiendo el peso de la tristeza en sus hombros. No lloraba, hacía mucho que había dejado de llorar, hacía mucho que había dejado de reír, de expresarse, su carácter se había endurecido demasiado.—¿Bruno, está todo bien?— le preguntó Alexa, pero él ni levantó la vista hacia ella.—Murió mi abuela, cariño— su voz mostraba dolor, aunque su cara no expresará absolutamente nada.—¡Oh, Bruno!— caminó hasta él — permíteme abrazar a papi, tesoro— Luciana levantó la vista, el rostro de su madrastra no expresaba para nada la dulzura de sus palabras. Sintiendo tristeza, se alejó, permitiéndo que ella abrazara a su padre, quién solo se recargó de ella, pero no lloró — ¿Iremos?—No puedo — se alejó y volvió a abrazar a su hija y luego suspiró. Luciana no se sentía afectada, no conocía personalmente a la abuela de su padre, pero le ponía triste, que su padre est