Debía hacer algo, era obvio que no podía quedarse allí sentada escuchando como esa odiosa mujer creaba inseguridades en el hombre que amaba, pretendiendo desprestigiarla.
Después de tanto pensarlo, decidió ponerse en pie y salir al encuentro de aquellos dos que hablaban.
En cuanto la miraron, todo quedó en silencio. La dura mirada de Alexa la recorrió con desprecio, así como la indignación misma que sintió ante su mirada.
—No sé quién sea Anna, ni lo que haya ocurrido entre ella y Mateo pero, si su deseo es volver y tú sirves de intermediaria, puedes decirle que ya Mateo ha encontrado a alguien que lo ama y lo respeta, todo lo que ella no pudo ni supo hacer.
—Emely. . . —Mateo quiso intervenir pero ella no se lo permitió— en cuánto a ti, no puedo hacer nada con mi color de piel, de hecho, si pudiera, no lo haría, estoy muy orgullosa de él. Si a tí te disgusta, es tu asunto, no el mío, no tengo porque escuchar tus comentarios. Mateo, quisiera ir a casa, mi amor, mañana debo ir temprano a la universidad. Por cierto—se giró hacia Alexa— jamás lastimaría a Mateo, y el hecho de que lo pienses, habla mucho de quién eres y lo que llevas en tu corazón, porque como diría mi abuela; el león piensa que todos son de su condición.
—Y es así como demuestra que no es tan inocente como aparenta— sonríe Alexa— la niña tiene uñas.
—Si—reconoció— y las mantengo bien afiladas, una nunca sabe cuándo le toca defenderse de alguna arpía que pretende trastocarte la vida. Mi amor, iré a despedirme de tu madre— dijo sonriendole a Mateo, antes de girar sobre sus talones y marcharse.
Alexa, la observó irse, con la mandíbula presionada, era una arpía, lo sabía, no podía engañarla con esa carita inocente.
—¿Con qué se alimenta?, ¿Con veneno?— dijo y luego sonrió con ironía. — es una grosera.
—Tu te comportaste grosera primero, Alexa, ella solo se ha defendido. Intenta mantenerte al margen y dejarla en paz, no tienes motivos para tratarla mal— Alexa elevó una ceja.
—¡Es el colmo, Mateo!— le dijo enojada, se giró para marcharse y dejarlo solo.
Mientras el aire fresco de la tarde golpeaba su rostro, ellos avanzaban por la carretera, Mateo estaba tenso y Emely, un poco enojada con aquella mujer. En cuanto estaba por llegar a la casa, él se desvío hacía la plaza, ella frunció el ceño pero no dijo nada, descendió de la moto y se quitó el casco.
—¿Qué sucede?
—¿Podemos hablar? Sé que debes ir a estudiar mi amor, pero prometo que no será mucho tiempo.
—Bien—suspiró— ¿Y no podemos ir a mi casa?
—Quisiera terreno neutral— le dijo con una sonrisa y ella asintió. Al llegar a los banquitos de la plaza, se sentaron uno junto a la otra, Mateo guardó silencio unos minutos y Emely, comenzaba a impacientarse, estaba por decir algo, justo cuando el comenzó a hablar.
—Anna, era una chica dulce y muy buena, solo unos meses menor que yo, vivía cerca de la casa de mis padres, fuimos juntos a la preparatoria. Siempre la miraba desde lejos y me gustaba mucho, tenía unos lindos ojos ámbar. Fue precisamente en clases cuando comenzamos a hablar y hacernos amigos, paso poco tiempo antes de que comenzamos a salir como amigos y solo tres meses después, nos hicimos novios, teníamos dieciséis. Tuvimos un noviazgo largo y muy tranquilo, fue una buena época— Emely sintió un poco de celos al escucharlo decir que su tiempo junto aquella mujer había Sido un buen tiempo, pero guardó silencio— nos graduamos y fuimos juntos a la universidad, solo que en distintas carreras, yo comencé administración de aduanas, siempre he sido bueno con las cuentas y los números, ella decidió estudiar arquitectura. La universidad fue una época difícil, comenzamos a relacionarnos con diferentes personas, se hacía muy difícil vernos y compartir tiempo, ella comenzó también a tener trato con otras personas y así conoció a Arthur, quién era el hermano mayor de una compañera de clases— él se detuvo en su relato, parecía que le costaba seguir hablando.
—¿Se enamoraron?— preguntó lo obvio.
—No lo sé, ella aseguró que sí. Para mí, se dejó deslumbrar con todo lo que él tenía, buen auto, buena casa en la zona más privilegiada de la ciudad, buena apariencia, ella me aseguró que se había enamorado locamente de él, gracias a todo el tiempo que compartieron por causa de su amiga, para mí. . . si me lo preguntas, solo me cambió por alguien más.
—¿Qué pasó con ellos?
—Se casaron y fueron a vivir al extranjero, tienen dos hijos. . . en ocasiones ha intentado contactarme, pero luego de todo lo ocurrido no quise tener ningún tipo de contacto con ella.
—Fue algo muy duro. Nadie debería atravesar por una traición así, creo que sí se enamoró de él, lo honesto hubiese sido decirlo desde un principio.
—Lo fue— aseguró él— pero es cosa del pasado.— sonrió.
—¿Es por ella que no terminaste tu carrera?
—Es uno de los tantos motivos. Pero te prometo que voy a retomarla y me graduaré, seré un gran hombre para ti.
—Debes hacerlo por ti, para mí ya eres un gran hombre— le acarició las mejillas— eres bueno, bondadoso, trabajador y me amas, es todo lo que necesito para ser feliz. Es bueno que retomes los estudios, pero no lo hagas por mi, es algo que te debes a ti mismo.
—Gracias por entender. — le tomó la mano y se la besó con dulzura.
—Gracias a ti, por compartirlo conmigo. No debes avergonzarte, todos tenemos un pasado, eres mayor que yo por cinco años, pero eso no significa que yo no haya sufrido por amor. De hecho, he sufrido mucho porque soy alguien muy emocional, y por eso me costó tanto dar el paso para estar contigo, mi amor. Pero entendí que no debemos cerrarnos a amar nuevamente, solo por las malas experiencias.
—Gracias por confiar en mi— le besó rápidamente los labios— hubiese sido muy doloroso que siguieras rechazandome.
—Me alegra haberme animado, amarte me hace bien, Mateo— le acarició la mejilla.
—Igual a mi, mi amor.
—Tu cuñada es un ser. . . despreciable. ¿cómo se atreve a decirte todas esas cosas?— presionó los dientes con fuerza.
—Ella llegó a ser muy buena amiga de Anna.— dijo a modo de excusa.
—¿Desde hace cuánto está con tu hermano?
—Desde hace mucho. Luciana tenía dos años cuándo su madre murió de una extraña enfermedad, siempre he pensado que mi hermano la mató — Emely, abrió los ojos y lo miró asombrada. . . más que asombrada, lo miró aterrorizada.
—¿Qué?— se llevó una mano al pecho.
—No de manera literal, claro. Mi cuñada comenzó a enfermar porque él dejó de venir a casa, se consiguió una amante. . .
—Alexa.— dijo obvia.
—Asi es, Lorena lo supo y su salud comenzó a desmejorar, entraba en crisis y depresión constante, hasta que un día su corazón se detuvo.
—Tuvo que ser muy duro para Luciana.
—Estaba muy pequeña. Solía decir desde entonces que su madre se había ido al cielo.
—Que dolor. . . me da la impresión de que ella. . . no quiere mucho a Luciana. ¿ me equivoco?
—No. Alexa no quiere a Luciana, realmente dudo de que quiera a alguien, aunque en el fondo solo pienso que está frustrada.
—¿Por qué?— preguntó asombrada.
—Tiene problemas en su matriz— se encogió de hombros— lo intentó durante mucho tiempo pero, los médicos aseguran que jamás podrá ser madre.
—Debe ser muy triste para una mujer recibir esa noticia. No poder darle un hijo al hombre que amas.
—Supongo que si. Desde que inició su aventura con Bruno, lo que más ha deseado siempre es darle un hijo, pero es un deseo que jamás se cumplirá. Detesta a la niña porque es idéntica a su madre, además de que es un recuerdo viviente de lo que jamás podrá tener.
— La niña no tiene culpa de eso, es una inmadura. En todo caso, tiene a la niña desde muy pequeña, tuvo la oportunidad de volcar en ella todo el amor de madre, quererla, cuidarla y darle mucho amor, por el contrario la obliga a decirle tía y es fría con ella.
—Te lo dije, mi amor. Luciana, es un recuerdo de los que, ella siempre quiso y nunca tendrá, además de ser igual a su madre físicamente. Supongo que por eso evita que la llamé madre, y le pidió que le diga tía, mi amor.
—Es absurdo, completamente absurdo, si me lo preguntas, se comporta de una manera muy estúpida con Luciana, ella es la más inocente en todo esto, y además tiene una deuda moral con ella, separó a sus padres. ¡Le debe un buen trato!
—Asi es. . .
—¿Tu hermano no dice nada?— preguntó incrédula.
—No lo sé— dijo ceñudo.
—Mi amor, tengo que preguntarte algo importante y te pido que me respondas con la verdad.
Alexa, entró, encontrándose con Bruno, quién la miró y frunció el ceño.—¿Por qué estás enojada?— quiso saber.—Esa niñita. . .— presionó con fuerza la mandíbula.—¿Qué niña?, ¿De qué hablas?— era obvio que no la comprendía.—Esa tal Emely, que chiquilla tan desagradable.—Alexa, Alexa. . .—Es una mosca muerta, Bruno. ¿No lo ves?, ¡Mateo no lo ve!, ¡Tu madre no lo ve!, ¡Nadie parece verlo!—Parecía frustrada.—Quizás es porque no hay nada que ver— se encogió de hombros— es absurdo que le tengas mala fé a alguien que acabas de conocer, Alexa. ¡Eso es ridículo!—Ridículo o no, ella no es una blanca paloma. . .es una arpía venenosa— Bruno la miró fijamente y luego se giró dándole la espalda.*****************—Puedes preguntar lo que quieras, preciosa— le regaló una enorme sonrisa.—¿Qué sucede con tus hermanos?. . . Disculpa si soy tan directa — le dijo porque el semblante de él cambió— sé que quizás no tenga derecho a preguntarlo pero. . . Jackson, me pareció muy agradable, sin embargo
Luciana estaba acostada cómodamente en su habitación, rodeada de colores y hojas con muchos dibujos, cuándo la puerta se abrió de golpe, se levantó rígida al percatarse que se trataba de Alexa.—Hola, tía. — dijo suavemente.—Eres una pequeña traidora, Luciana— la miró con desprecio.—¿Qué?— la niña no comprendía, sus ojos se abrieron enormes.—Traidora, quiero saber, ¿Cómo es que llega una recién aparecida y tú vas llamándola tía?— la miró fijamente, estaba enojada.—Yo. . . yo. . . es la novia del tío, ella dijo que podía llamarla tía. . .—¿Cómo a mí?, ¿ o sea que ella es como yo?— preguntó furiosa.—No, no. Tu eres la novia de papá, ella es la novia del tío y. . .—Escuchame muy bien, niñita tonta— la miró con desprecio — No me gusta esa mujer, no quiero que te acerques a ella, mantente alejada. ¿Lo entiendes?—Pero. . .—Esa mujer no es tu tía, no lo es y nunca lo será, así que no vuelvas a llamarle tía, no es tu tía. ¿Entiendes?, ¡No es tu tía!— la niña la miró aterrorizada, con
Estudiar. . .Fin de Semestre. . .Exámenes finales. . .Estudiar. . .Fin de Semestre. . .Exámenes finales. . .Se sentía agotada en extremo, cansada de tanta teoría y números, su cabeza dolía y sus ojos pedían descanso inmediato.—¡Necesito algo que calme mi migraña!—Emely, estaba frente al computador, mientras se daba un masaje en las sienes—¡Me va a estallar la cabeza!—Hija mía— le dice Elena— deberías tomar un descanso.—Debería — dice suspirando— pero no quiero, éste exámen es muy importante madre, gran parte de la nota está en éste exámen.—Lo sé, cariño— colocó ambas manos en sus hombros— pero con clavarte frente al computador sin descanso, lo único que lograrás es que mañana al presentar el exámen tengas migrañas peor.—Tomaré un descanso de cinco minutos.— dijo después de pensarlo.Así se dispuso mientras envolvía hielo en un pañuelo y los colocaba en sus agotados ojos.—Eso te ayudará mucho.—Eso espero, madre. . . he tomado una decisión, quiero retomar mis clases de danz
En cuanto Emely entró a su casa dejó el balde de helado en la nevera, dos minutos después escuchó el motor de la motocicleta y contuvo las lágrimas mientras el sonido se hacía distante.Si, había sido de muy mala educación dejarlo solo fuera de la casa pero, se sentía terriblemente decepcionada de él, y es que, o sea, le costaba mucho creer que Mateo había desconfiado de ella, al punto de ir a su casa con un balde de helado, solo como excusa para confirmar que estuviese en su casa.—¿Todo bien, hermana?— la dulce voz de su hermana menor llegó hasta ella.—Eh, si. . .si claro, Camille, todo bien. Voy. . . a mí habitación debo seguir estudiando. — Decidió que necesitaba algunos minutos solo para despejar su cabeza y volver a concentrarse.Habían pasado unos diez minutos cuándo su celular timbró, anunciando un mensaje."Realmente lo siento, mi amor"Emely, vió el mensaje sin comprender, el por qué era tan inseguro. A ella también la habían traicionado, también tuvo una relación que no fu
¡Oh Dios mío, alguien había llegado!Emily pensó en que hubo la posibilidad de que los encontraran en la sala de la casa, en proceso de hacer el amor y se sintió avergonzada.Emily, corrió a la habitación, en cuanto entró cerró la puerta tras ella y fue al cuarto de baño para vestirse, podría ser Liliana y sería terriblemente vergonzoso que la encontrará medio desnuda en su habitación.Después de vestirse pasó las manos aún temblorosas por su cabello intentando peinarse un poco. Se miró al espejo y sintió un poco de vergüenza, sus labios estaban rojos e hinchados, su cuello, estaba enrojecido en algunas partes y en ese preciso instante, odió tener una piel tan delicada. Respiró profundo varias veces para intentar calmarse.—¡Estás loca, Emily Simmons!— se reprendió a sí misma, pensando en que pudo haber llegado alguien sin que hubiese sido escuchado, y el calor cubrió su rostro nada más de imaginarse que algún integrante de la familia, pudiese haberlos encontrado en esa posición en la
—¿Qué sucede, papito?— preguntó Luciana. — Te haz puesto muy triste.—Una mala noticia, mi amor— la acercó a él, abrazándola con fuerza, sintiendo el peso de la tristeza en sus hombros. No lloraba, hacía mucho que había dejado de llorar, hacía mucho que había dejado de reír, de expresarse, su carácter se había endurecido demasiado.—¿Bruno, está todo bien?— le preguntó Alexa, pero él ni levantó la vista hacia ella.—Murió mi abuela, cariño— su voz mostraba dolor, aunque su cara no expresará absolutamente nada.—¡Oh, Bruno!— caminó hasta él — permíteme abrazar a papi, tesoro— Luciana levantó la vista, el rostro de su madrastra no expresaba para nada la dulzura de sus palabras. Sintiendo tristeza, se alejó, permitiéndo que ella abrazara a su padre, quién solo se recargó de ella, pero no lloró — ¿Iremos?—No puedo — se alejó y volvió a abrazar a su hija y luego suspiró. Luciana no se sentía afectada, no conocía personalmente a la abuela de su padre, pero le ponía triste, que su padre est
—¡ERES UNA ESTUPIDA, INGRATA, MALA AMIGA, TE ODIO!— gritaba Lisbeth, mientras entraba como torbellino a su habitación.—¡LIS!—le respondió saltando de la silla frente al computador para abrazarla.—¡NI SE TE OCURRA TOCARME!—dijo furiosa y Emely se detuvo de inmediato—¡Lis. . . lo siento!— se disculpó mirándola tiernamente.—A mi no me pongas esa tonta mirada— la señaló con el dedo— ésta vez, no te va a funcionar Emely Simmons.—Lis. . .—Eres la peor de las amigas— la golpeó sin fuerza en el hombro — nunca me imaginé que me cambiarías por un hombre — tomó una almohada de la cama, para comenzar a golpearla—¡ Eres ingrata, ya no te quiero, no te quiero, no te quiero!—Lo siento, lo siento, lo siento. No existe una sola cosa en el mundo, que pueda decir para justificarme— Lisbeth, dejó de golpearla, arrojó la almohada a la cama, y se sentó — No lo puedo creer, Em, en serio. Me tienes demasiado olvidada, ya casi no hablamos por teléfono.—Lo sé — se sentó junto a ella.—Y te extraño. . .
—Esta será nuestra casa, aquí construiremos a tu gusto— la besó el cuello rápidamente —será tu casa, mi amor.—¿Seguro que a tu madre no le molesta que construyamos sobre su casa?— le preguntó sonriendo.—No, de hecho está feliz, ella fue la de la idea. Vamos, sabes que mi madre te adora, como si fueses su hija, mi hermana fue arrebatada de sus brazos estando muy pequeña, siempre ha sufrido esa ausencia, creo que tu llenas ese lugar.—Y me halaga, sabes cuánto la quiero, me siento dichosa de tener una buena relación con mi suegra, eso era importante para mí. Aunque no sé porqué no se la lleva bien con Alexa, ella es la nuera más antigua— rió.—Sabes que esa mujer destruyó el matrimonio de mi hermano, mi cuñada Lorena murió por su culpa — su rostro se ensombreció — y además de eso, no se porta bien con Luciana.—No entiendo como puede ser tan cruel con esa chiquita —dijo con pesar— es tan hermosa y adorable.—La viva imagen de Lorena, por eso la odia.—Es una arpía — dijo Emely furiosa