—Lo siento— dijo Mateo, desviando la mirada.—Basta con solo ver cómo la miras para darse cuenta de que aún tienes sentimientos por ella— Denisse, parecía decepcionada— en ocasiones pienso que fue un error quedarme a tu lado— le dijo sincera— es evidente para todos, Mateo, tienes sentimientos por ella, y sentimientos muy fuertes, no me merezco esto, Mateo, quizás lo mejor hubiese sido terminar lo nuestro y que intentaras recuperarla.—Emely, jamás me hubiese perdonado lo que hice. De verdad lo siento, mi amor— la abrazó lleno de culpa— no puedo evitar tener sentimientos hacia ella, la quise demasiado, y es como si la historia hubiese quedado inconclusa, sin cerrar el ciclo. Lo siento amor, lo siento mucho.—La quisiste mucho, y aún así le fuiste infiel, la abandonaste, la lastimaste. Sé que la quieres, tus ojos lo dicen y tú hermano también lo nota y es claro, y obvio que no le gusta, es su mujer , yo lo noto Mateo, y me hace daño, no quiero esto en nuestra relación y debes comprender
Emely, despertó muy temprano, tenía el cuerpo maravillosamente dolorido. Sonrió al ver a Bruno, profundamente dormido a su lado. Había sido una noche increíble y placentera. Se levantó y se colocó su pijama, con cuidado fue al cuarto de baño, y lavó su cara, sus dientes y se peinó, necesitaba una ducha, pero debía ocuparse primero de la comida de su amado esposo. Observó su imagen en el espejo, sus labios estaban inflamados y tenía cara de haber dormido poco, y aún así tenía una sonrisa enorme en su rostro.Con cuidado salió de la habitación y fue a la cocina. Se dedicó a prepararle un almuerzo delicioso, y lo empacó ya que aquel día sería ajetreado por algunos eventos en el restaurante, tenían tres reservaciones importantes y lo más probable es que no pudiese salir a la hora del almuerzo para llevarle de comer, por ese motivo se sentía más tranquila empacándole su comida y asegurándose de que estaría bien alimentado. Para el desayuno, preparó omelette con tocino, jamón y queso, unos
Alexa, no paraba de pensar y maquinar en qué podía hacer para eliminar de sus vidas a Emely Simmons. Debía hacer algo para recuperar su felicidad y su dicha, desde que había vuelto a vivir sola, la miseria, el dolor, el odio, y sobre todo el alcohol eran sus fieles compañeros.Estaba dispuesta a todo.Cualquier cosa.Lo que fuese con tal que sirviera para recuperar a Bruno y había tomado la firme determinación de que si para ser feliz, Emely debía morir, ella felizmente le robaría su último suspiro.*****************************************************************************Dos días más tarde, Emely llegó agotada del restaurante, el día había sido en extremo extenuante, lleno de varios eventos y comensales complicados, Liliana no estaba en casa, y solo encontró a Denisse y Mateo, al parecer habían tenido inconvenientes donde vivían y le pidieron a Liliana que los apoyará permitiéndoles vivir allí un par de semanas, así que por lo tanto después de saludar amablemente, subió al segund
Mateo, estaba junto a Denisse, en la habitación viéndo una película, escuchó a lo lejos gritos, gritos que parecían llamarle.Se movió saliendo de la cama.—¿Escuchaste eso?— le preguntó preocupado a Denisse.—¿Qué cosa?— Denisse respondió, sentándose en la cama.—Es como si. . . me llamaran. — dijo y salió apresuradamente de la habitación hacía la entrada, escuchó gritos y lamentos, corrió a abrir la puerta y justo llegó cuando alguien comenzaba a llamar con desesperación.Abrió la puerta y se paralizó de miedo—¡Ayúdame tío, te lo ruego ayúdame!— le pedía su sobrina con las mejillas bañadas en lágrimas.—¿Qué sucede, Luciana?— la miró, a su camisa y rostro, teñidas de sangre— ¿Te has cortado?, ¿Qué pasa?—Emely, se está muriendo— sollozó— ayúdame tío, te lo ruego, no sé qué hacer. — Mateo, no esperó más, salió de la casa corriendo escaleras arriba, la puerta estaba abierta, entró para encontrar un cuchillo en el suelo, y Emely con su camisa teñida de un fuerte color carmesí.—¿QUÉ
Después de estar junto a ella por largo rato, entró la enfermera informando que le suministraría un medicamento, al salir nuevamente a la sala de espera se topo con Liliana, quién lloraba abrazando a Luciana, mientras Román parecía cabizbajo y triste, Mateo, estaban también Camille, Elena y el padre de Emely. También estaban Lisbeth y Manuel, la mejor amiga de Emely, parecía bastante afectada, lloraba desconsoladamente aferrada a su marido.Todos quisieron saber cómo se encontraba ella.—Su apariencia es bastante frágil— dijo intentando mantenerse tranquilo— ha perdido mucha sangre, pero afortunadamente ya le están haciendo transfusiones, la operación fue buena, sólo toca esperar, que reciba bien la transfusión.—Alexa debe rogar nunca encontrarse conmigo— dijo Lisbeth, llorando — le arrancaré todo el cabello, desgraciada infeliz, ¿Cómo pudo hacerle esto?—¡Mi pobre hija!— Elena, se abrazó a su esposo.—Mi amiga saldrá de esto — aseguró Lisbeth — ella lo superará, ella lo superará.—E
Dos días más tarde, Alexa estaba en manos de la Policía, la satisfacción recorrió a Bruno al saber que su locura, no quedaría impune. Con Alexa, tras las rejas, podía tener tranquilidad para su esposa y sus hijos.Emely, iba mejorando muy bien, su cuerpo había aceptado la transfusión, y a pesar del dolor y la incomodidad para moverse y respirar, el médico aseguraba que todo avanzaba favorablemente.Semana y media más tarde, Emely fue dada de alta, regresar a la casa era una tranquilidad enorme, ahora debía asegurarse de terminar de recuperarse. Luciana, lloró de alegría cuando al fin pudieron estar nuevamente juntos. Bruno junto a Liliana, Elena y Camille, estaban muy dedicados al cuidado de Emely, quién además de convaleciente, disfrutaba de las atenciones que le daban por su embarazo, aunque se sentía aún bastante débil, y aún le dolía un poco cuando se movía con brusquedad, pero estaba feliz de volver a casa y satisfecha de saber que Alexa, no aparecería nuevamente en la puerta par
UN AÑO MÁS TARDE. . .La vida nunca se sintió mejor que ahora, disfrutar de todo los que ahora tenía había valido cada minuto, de cada segundo de aquellos malos ratos vividos. Recordó el pasado, cuando jóven e inocente vivía sumida en el dolor y la angustia, todo parecía tan lejano, tan distante, tan imposible. . . como si no hubiese sido ella quién había vivo todo eso, sino como si fuese parte de una vieja película, aquella vida era completamente ajena, si bien todo había dolido, agradecía profundamente cada experiencia que la llevó a convertirse en la mujer que ahora era, fuerte, decidida, exitosa, pero con un corazón noble, bondadoso y lleno de amor, pero sobre todo una exitosa mujer de familia, que tenía un esposo del que cuidaba y la protegía, así como hijos que complementaban su existencia.Su vida era tal y como la había deseado alguna vez. Quizás más de lo que hubiese creído merecer, y aún así, agradecida por recibirlo.Siempre recordaba a Lisbeth, diciéndole que todo estaría
Emely sonrió, mientras observaba atentamente la pantalla de su celular, mordió su labio inferior intentando controlar las emociones que le invadían, tenía la necesidad de poder controlar esas emociones que fluían cuando lo miraba o lo pensaba, si quiera.Sus pasadas experiencias le traición recuerdos amargos, no era afortunada en el amor, y encontrar a alguien que realmente valorara sus emociones y sentimientos, era muy complicado, gracias a qué la habían lastimado mucho en un par de ocasiones, había jurado no enamorarse, no volver a entregar tan fácilmente el corazón, pero Mateo Larson, le hacía querer olvidarse de todas aquellas promesas, que creía que ya no podría sostener.Giró su rostro hacia la mesa de noche junto a la cama de su habitación, el florero contenía una docena de rosas, seis blancas y seis rosadas, aquel había sido un gesto muy hermoso, y más porque ella nunca había recibido rosas, y las amaba, amaba el olor, la dulce fragancia que despedían, que Mateo fuese el prime