UN AÑO MÁS TARDE. . .La vida nunca se sintió mejor que ahora, disfrutar de todo los que ahora tenía había valido cada minuto, de cada segundo de aquellos malos ratos vividos. Recordó el pasado, cuando jóven e inocente vivía sumida en el dolor y la angustia, todo parecía tan lejano, tan distante, tan imposible. . . como si no hubiese sido ella quién había vivo todo eso, sino como si fuese parte de una vieja película, aquella vida era completamente ajena, si bien todo había dolido, agradecía profundamente cada experiencia que la llevó a convertirse en la mujer que ahora era, fuerte, decidida, exitosa, pero con un corazón noble, bondadoso y lleno de amor, pero sobre todo una exitosa mujer de familia, que tenía un esposo del que cuidaba y la protegía, así como hijos que complementaban su existencia.Su vida era tal y como la había deseado alguna vez. Quizás más de lo que hubiese creído merecer, y aún así, agradecida por recibirlo.Siempre recordaba a Lisbeth, diciéndole que todo estaría
Emely sonrió, mientras observaba atentamente la pantalla de su celular, mordió su labio inferior intentando controlar las emociones que le invadían, tenía la necesidad de poder controlar esas emociones que fluían cuando lo miraba o lo pensaba, si quiera.Sus pasadas experiencias le traición recuerdos amargos, no era afortunada en el amor, y encontrar a alguien que realmente valorara sus emociones y sentimientos, era muy complicado, gracias a qué la habían lastimado mucho en un par de ocasiones, había jurado no enamorarse, no volver a entregar tan fácilmente el corazón, pero Mateo Larson, le hacía querer olvidarse de todas aquellas promesas, que creía que ya no podría sostener.Giró su rostro hacia la mesa de noche junto a la cama de su habitación, el florero contenía una docena de rosas, seis blancas y seis rosadas, aquel había sido un gesto muy hermoso, y más porque ella nunca había recibido rosas, y las amaba, amaba el olor, la dulce fragancia que despedían, que Mateo fuese el prime
La universidad es la etapa más dura de la formación para convertirte en un profesional, vienes de la preparatoria que tenía su grado de dificultad, pero en el que podía divertirse, salir, era menos presión, ahora la universidad, múltiples profesores, múltiples materias, más estrés, menos tiempo libre, más trabajos para realizar, pero si quieres algo debes esforzarte y eso era precisamente lo que hacía Emely.Ella tenía la vista fija en su cuaderno, estudiando concentrada mente para su prueba.—Em, vámonos. — gimió Cristina— yo no estudié.—Estás demente si piensas que no voy a entrar a la evaluación, en vez de rogar por irnos, deberías preocuparte en estudiar para lograr al menos responder algo.—Solo faltan quince minutos para que comiencen las clases, estás loca si piensas que puedo memorizar algo en tan poco tiempo y con todo el estrés encima. ¡Reprobaré, Em!—Ni siquiera haces un esfuerzo real, Cristina — dijo sin levantar la vista de su cuaderno — yo si estudié y no me ausentaré
Emely, no comprendió esa actitud de Mateo, la.manera en la que entrelazó sus dedos, la forma en la que miró a su hermano, era. . . una clara advertencia. ¿Intentaba marcar territorio?Era absurdo.Al menos a ojos de ella lo era, acababa de conocer a Jackson, era bastante mayor que ella y solo habían cruzado un saludo, era ilógica esa reacción, sin embargo decidió no prestarle mayor atención y dedicarse a disfrutar de la tarde con ellos.*****************Después de un largo día en la universidad, abarrotada de números y cuentas, Emely salió agotada de la universidad, se despidió de las chicas y emprendió el camino a casa. Pasaba media tarde cuando llegó.—¿Cómo te fue, cariño?— la saludó Elene en cuánto cruzó el umbral de la puerta.—Bien, madre —le dijo y le besó la mejilla— agotador, pero bien.Comenzaba a caer la noche cuando llegó su amiga Lisbeth, quién era muy cercana desde la infancia, y más que amigas se habían convertido en hermanas de distintas madres. Lisbeth siempre había
—¡TÍA EM! —gritó Luciana nada más verla entrar mientras corría hacia ella y la abrazaba por la cintura—¡QUÉ ALEGRÍA QUE VINIERAS!—Hola cariño, que alegría para mí venir— se puso de rodillas en el suelo y le dio un beso en la frente — estás muy bonita.—Tu estás muy bonita, tía.—Que bueno que llegaron, ya tengo listo el almuerzo — Emely, estaba algo apenada por las atenciones recibidas en aquel lugar, la trataban muy bien y el calor de hogar la rodeaba nada más cruzar el umbral de la puerta.Compartieron un sustancioso almuerzo, los cuatro, riendo alegremente, luego de eso decidieron ver una película juntos. La verdad era un rato sumamente agradable, hasta que Luciana se quedó dormida, recargada sobre Emely.—Se ha quedado dormida— le dijo a Mateo, con dulzura.—Te adora, no hace más que hablar de ti y de lo preciosa que eres.—¿Yo? Es un verdadero halago — sonrió— es una niña muy bonita.—Se parece a su abuela— dijo Liliana, con una enorme sonrisa, luego despertó a la adormecida niñ
Debía hacer algo, era obvio que no podía quedarse allí sentada escuchando como esa odiosa mujer creaba inseguridades en el hombre que amaba, pretendiendo desprestigiarla.Después de tanto pensarlo, decidió ponerse en pie y salir al encuentro de aquellos dos que hablaban.En cuanto la miraron, todo quedó en silencio. La dura mirada de Alexa la recorrió con desprecio, así como la indignación misma que sintió ante su mirada.—No sé quién sea Anna, ni lo que haya ocurrido entre ella y Mateo pero, si su deseo es volver y tú sirves de intermediaria, puedes decirle que ya Mateo ha encontrado a alguien que lo ama y lo respeta, todo lo que ella no pudo ni supo hacer.—Emely. . . —Mateo quiso intervenir pero ella no se lo permitió— en cuánto a ti, no puedo hacer nada con mi color de piel, de hecho, si pudiera, no lo haría, estoy muy orgullosa de él. Si a tí te disgusta, es tu asunto, no el mío, no tengo porque escuchar tus comentarios. Mateo, quisiera ir a casa, mi amor, mañana debo ir temprano
Alexa, entró, encontrándose con Bruno, quién la miró y frunció el ceño.—¿Por qué estás enojada?— quiso saber.—Esa niñita. . .— presionó con fuerza la mandíbula.—¿Qué niña?, ¿De qué hablas?— era obvio que no la comprendía.—Esa tal Emely, que chiquilla tan desagradable.—Alexa, Alexa. . .—Es una mosca muerta, Bruno. ¿No lo ves?, ¡Mateo no lo ve!, ¡Tu madre no lo ve!, ¡Nadie parece verlo!—Parecía frustrada.—Quizás es porque no hay nada que ver— se encogió de hombros— es absurdo que le tengas mala fé a alguien que acabas de conocer, Alexa. ¡Eso es ridículo!—Ridículo o no, ella no es una blanca paloma. . .es una arpía venenosa— Bruno la miró fijamente y luego se giró dándole la espalda.*****************—Puedes preguntar lo que quieras, preciosa— le regaló una enorme sonrisa.—¿Qué sucede con tus hermanos?. . . Disculpa si soy tan directa — le dijo porque el semblante de él cambió— sé que quizás no tenga derecho a preguntarlo pero. . . Jackson, me pareció muy agradable, sin embargo
Luciana estaba acostada cómodamente en su habitación, rodeada de colores y hojas con muchos dibujos, cuándo la puerta se abrió de golpe, se levantó rígida al percatarse que se trataba de Alexa.—Hola, tía. — dijo suavemente.—Eres una pequeña traidora, Luciana— la miró con desprecio.—¿Qué?— la niña no comprendía, sus ojos se abrieron enormes.—Traidora, quiero saber, ¿Cómo es que llega una recién aparecida y tú vas llamándola tía?— la miró fijamente, estaba enojada.—Yo. . . yo. . . es la novia del tío, ella dijo que podía llamarla tía. . .—¿Cómo a mí?, ¿ o sea que ella es como yo?— preguntó furiosa.—No, no. Tu eres la novia de papá, ella es la novia del tío y. . .—Escuchame muy bien, niñita tonta— la miró con desprecio — No me gusta esa mujer, no quiero que te acerques a ella, mantente alejada. ¿Lo entiendes?—Pero. . .—Esa mujer no es tu tía, no lo es y nunca lo será, así que no vuelvas a llamarle tía, no es tu tía. ¿Entiendes?, ¡No es tu tía!— la niña la miró aterrorizada, con