Alexa, no paraba de pensar y maquinar en qué podía hacer para eliminar de sus vidas a Emely Simmons. Debía hacer algo para recuperar su felicidad y su dicha, desde que había vuelto a vivir sola, la miseria, el dolor, el odio, y sobre todo el alcohol eran sus fieles compañeros.Estaba dispuesta a todo.Cualquier cosa.Lo que fuese con tal que sirviera para recuperar a Bruno y había tomado la firme determinación de que si para ser feliz, Emely debía morir, ella felizmente le robaría su último suspiro.*****************************************************************************Dos días más tarde, Emely llegó agotada del restaurante, el día había sido en extremo extenuante, lleno de varios eventos y comensales complicados, Liliana no estaba en casa, y solo encontró a Denisse y Mateo, al parecer habían tenido inconvenientes donde vivían y le pidieron a Liliana que los apoyará permitiéndoles vivir allí un par de semanas, así que por lo tanto después de saludar amablemente, subió al segund
Mateo, estaba junto a Denisse, en la habitación viéndo una película, escuchó a lo lejos gritos, gritos que parecían llamarle.Se movió saliendo de la cama.—¿Escuchaste eso?— le preguntó preocupado a Denisse.—¿Qué cosa?— Denisse respondió, sentándose en la cama.—Es como si. . . me llamaran. — dijo y salió apresuradamente de la habitación hacía la entrada, escuchó gritos y lamentos, corrió a abrir la puerta y justo llegó cuando alguien comenzaba a llamar con desesperación.Abrió la puerta y se paralizó de miedo—¡Ayúdame tío, te lo ruego ayúdame!— le pedía su sobrina con las mejillas bañadas en lágrimas.—¿Qué sucede, Luciana?— la miró, a su camisa y rostro, teñidas de sangre— ¿Te has cortado?, ¿Qué pasa?—Emely, se está muriendo— sollozó— ayúdame tío, te lo ruego, no sé qué hacer. — Mateo, no esperó más, salió de la casa corriendo escaleras arriba, la puerta estaba abierta, entró para encontrar un cuchillo en el suelo, y Emely con su camisa teñida de un fuerte color carmesí.—¿QUÉ
Después de estar junto a ella por largo rato, entró la enfermera informando que le suministraría un medicamento, al salir nuevamente a la sala de espera se topo con Liliana, quién lloraba abrazando a Luciana, mientras Román parecía cabizbajo y triste, Mateo, estaban también Camille, Elena y el padre de Emely. También estaban Lisbeth y Manuel, la mejor amiga de Emely, parecía bastante afectada, lloraba desconsoladamente aferrada a su marido.Todos quisieron saber cómo se encontraba ella.—Su apariencia es bastante frágil— dijo intentando mantenerse tranquilo— ha perdido mucha sangre, pero afortunadamente ya le están haciendo transfusiones, la operación fue buena, sólo toca esperar, que reciba bien la transfusión.—Alexa debe rogar nunca encontrarse conmigo— dijo Lisbeth, llorando — le arrancaré todo el cabello, desgraciada infeliz, ¿Cómo pudo hacerle esto?—¡Mi pobre hija!— Elena, se abrazó a su esposo.—Mi amiga saldrá de esto — aseguró Lisbeth — ella lo superará, ella lo superará.—E
Dos días más tarde, Alexa estaba en manos de la Policía, la satisfacción recorrió a Bruno al saber que su locura, no quedaría impune. Con Alexa, tras las rejas, podía tener tranquilidad para su esposa y sus hijos.Emely, iba mejorando muy bien, su cuerpo había aceptado la transfusión, y a pesar del dolor y la incomodidad para moverse y respirar, el médico aseguraba que todo avanzaba favorablemente.Semana y media más tarde, Emely fue dada de alta, regresar a la casa era una tranquilidad enorme, ahora debía asegurarse de terminar de recuperarse. Luciana, lloró de alegría cuando al fin pudieron estar nuevamente juntos. Bruno junto a Liliana, Elena y Camille, estaban muy dedicados al cuidado de Emely, quién además de convaleciente, disfrutaba de las atenciones que le daban por su embarazo, aunque se sentía aún bastante débil, y aún le dolía un poco cuando se movía con brusquedad, pero estaba feliz de volver a casa y satisfecha de saber que Alexa, no aparecería nuevamente en la puerta par
UN AÑO MÁS TARDE. . .La vida nunca se sintió mejor que ahora, disfrutar de todo los que ahora tenía había valido cada minuto, de cada segundo de aquellos malos ratos vividos. Recordó el pasado, cuando jóven e inocente vivía sumida en el dolor y la angustia, todo parecía tan lejano, tan distante, tan imposible. . . como si no hubiese sido ella quién había vivo todo eso, sino como si fuese parte de una vieja película, aquella vida era completamente ajena, si bien todo había dolido, agradecía profundamente cada experiencia que la llevó a convertirse en la mujer que ahora era, fuerte, decidida, exitosa, pero con un corazón noble, bondadoso y lleno de amor, pero sobre todo una exitosa mujer de familia, que tenía un esposo del que cuidaba y la protegía, así como hijos que complementaban su existencia.Su vida era tal y como la había deseado alguna vez. Quizás más de lo que hubiese creído merecer, y aún así, agradecida por recibirlo.Siempre recordaba a Lisbeth, diciéndole que todo estaría
Emely sonrió, mientras observaba atentamente la pantalla de su celular, mordió su labio inferior intentando controlar las emociones que le invadían, tenía la necesidad de poder controlar esas emociones que fluían cuando lo miraba o lo pensaba, si quiera.Sus pasadas experiencias le traición recuerdos amargos, no era afortunada en el amor, y encontrar a alguien que realmente valorara sus emociones y sentimientos, era muy complicado, gracias a qué la habían lastimado mucho en un par de ocasiones, había jurado no enamorarse, no volver a entregar tan fácilmente el corazón, pero Mateo Larson, le hacía querer olvidarse de todas aquellas promesas, que creía que ya no podría sostener.Giró su rostro hacia la mesa de noche junto a la cama de su habitación, el florero contenía una docena de rosas, seis blancas y seis rosadas, aquel había sido un gesto muy hermoso, y más porque ella nunca había recibido rosas, y las amaba, amaba el olor, la dulce fragancia que despedían, que Mateo fuese el prime
La universidad es la etapa más dura de la formación para convertirte en un profesional, vienes de la preparatoria que tenía su grado de dificultad, pero en el que podía divertirse, salir, era menos presión, ahora la universidad, múltiples profesores, múltiples materias, más estrés, menos tiempo libre, más trabajos para realizar, pero si quieres algo debes esforzarte y eso era precisamente lo que hacía Emely.Ella tenía la vista fija en su cuaderno, estudiando concentrada mente para su prueba.—Em, vámonos. — gimió Cristina— yo no estudié.—Estás demente si piensas que no voy a entrar a la evaluación, en vez de rogar por irnos, deberías preocuparte en estudiar para lograr al menos responder algo.—Solo faltan quince minutos para que comiencen las clases, estás loca si piensas que puedo memorizar algo en tan poco tiempo y con todo el estrés encima. ¡Reprobaré, Em!—Ni siquiera haces un esfuerzo real, Cristina — dijo sin levantar la vista de su cuaderno — yo si estudié y no me ausentaré
Emely, no comprendió esa actitud de Mateo, la.manera en la que entrelazó sus dedos, la forma en la que miró a su hermano, era. . . una clara advertencia. ¿Intentaba marcar territorio?Era absurdo.Al menos a ojos de ella lo era, acababa de conocer a Jackson, era bastante mayor que ella y solo habían cruzado un saludo, era ilógica esa reacción, sin embargo decidió no prestarle mayor atención y dedicarse a disfrutar de la tarde con ellos.*****************Después de un largo día en la universidad, abarrotada de números y cuentas, Emely salió agotada de la universidad, se despidió de las chicas y emprendió el camino a casa. Pasaba media tarde cuando llegó.—¿Cómo te fue, cariño?— la saludó Elene en cuánto cruzó el umbral de la puerta.—Bien, madre —le dijo y le besó la mejilla— agotador, pero bien.Comenzaba a caer la noche cuando llegó su amiga Lisbeth, quién era muy cercana desde la infancia, y más que amigas se habían convertido en hermanas de distintas madres. Lisbeth siempre había