Al día siguiente: 8 de junio
—Revisa ese reporte de venta antes de enviarlo a contaduría, necesitamos que los números estén correctos —le pido a Francisco, y él asiente.
—Por supuesto señor Danek —responde sin dudar y luego se da media vuelta para salir de mi oficina y apenas lo hace se encuentra con Inés.
Ella sonríe al verlo, y luego pasa a mi oficina.
—Señor Danek, la señorita Haizea Alarcón está en la recepción y quiere hablar con usted —me informa y miro la hora.
«Eso fue rápido» Pienso y trato de no sonreír.
—Hazla pasar, y por favor tráenos dos cafés —le pido amablemente.
—Por supuesto —rebate y sin más, ella se retira mientras que yo acomodo la corbata color negra que llevo puesta.
«Bueno, llego la hora de hacer el trato más importante que he hecho jamás»
En solo cuestión de minutos alguien llama a mi puerta e inmediatamente voy a abrir para encontrarme con su aproximadamente metro setenta de altura vistiendo un vestido azul que hace juego con sus ojos.
—Señorita Alarcón, bienvenida. Pase por favor —la recibo y ella sonríe mientras pasa por mi lado.
—Muchas gracias, señor Danek —pronuncia cuando el aroma de su perfume invade mis sentidos haciéndome cerrar los ojos.
—Buena elección de perfume —comento cerrando la puerta y caminando hacia ella.
—Gracias, pero no he venido aquí a hablar de mi perfume —dice firme y sonrió.
—Tome asiento por favor, así podremos hablar de otra cosa que no sea su perfume ya que veo que no le interesan los halagos —expreso sin parar de sonreír y ambos nos sentamos de lados opuestos de mi escritorio.
Ella me mira fijamente y apoya sus manos sobre mi escritorio.
—¿Tiene claro que lo que me propuso ayer ha sido una locura? —me cuestiona y asiento.
—Claro que lo sé, y eso no es nada, ¿Qué me dice de esto? —inquiero y saco el documento del cajón de mi escritorio.
Justo en el momento que me dispongo a dárselo, alguien llama a la puerta y al saber que debe de ser Inés, le digo que pase.
—Disculpe señor Danek —expresa trayendo los cafés y los deja sobre el escritorio.
—Muchas gracias, por favor que nadie nos interrumpa, ¿sí? —le pido y después asentir vuelve a retirarse.
Haizea espera a que ella cierre la puerta y luego me mira.
—¿Qué es eso? —cuestiona al ver el folder que apenas llegue a apoyar sobre el escritorio.
—Léelo y me dices que piensas —me limito a responderle para después deslizarlo hasta que ella lo toma y abre el folder y comienza a leer el contrato que prepare.
Puedo ver la reacción en su rostro y sé que tal vez me excedí.
—¿Qué rayos es esto?—pregunta levantando su mirada para verme a los ojos.
—¿Acaso no te interesa convertirte en accionista y vicepresidenta de Motriz Enterprises? Te estoy ofreciendo que tu proyecto sea parte de mi empresa —expongo.
—Esa parte no es la que me preocupa —habla y por supuesto que sé a lo que se refiere.
—¿Y qué parte te preocupa? —inquiero inmutable.
Ella mira el documento una vez más.
—Precisamente la parte que habla del matrimonio que deberá durar un año, ¿Por qué? Pensé que se trataba de fingir ser tu pareja, no de casarnos —sentencia firme.
—Pues ya ves, cambie de términos —declaro sin dudar.
—¿Por qué? No estoy rechazando tus términos, pero necesito saber los motivos, lo merezco, ¿no? —dice con autoridad y sonrió.
—Por supuesto —respondo y giro el monitor de mi pantalla para que vea la noticia que acabo de recibir.
—“La expareja del empresario Aren Danek ha contraído nupcias con su mayor enemigo comercial Jorge Núñez” —lee en voz alta y me mira.
—No quiero que le vendas tu proyecto a nadie más. No solo tendrás dinero aceptando este trato, sino que el respeto de todos, ¿eso es lo que querías? ¿no? —inquiero y sus ojos se cristalizan sin que yo entienda por qué.
—¿Sabes porque aceptare esto? ¿no? —responde y soy yo quien ahora no aparta su mirada de ella.
—Dinero, estatus social —digo firme y niega.
—Él —sentencia y coloca su celular sobre el escritorio mostrándome la fotografía de un hombre de cabello oscuro que aproximadamente tiene su misma edad. Lo sorprendente de esta fotografía es que él está en la cama de un hospital con lo que pareciera ser un soporte artificial para respirar.
—¿Quién es él? —indago.
—Mi novio, y si quiero dinero no es solo para que la gente no me mire como lo hace, sino para que él pueda vivir —habla y esto no lo esperaba.
—Olvídate del trato, te daré el dinero que necesitas para que él tenga la atención que necesita —expreso volteando el monitor de la computadora, y luego trato de sacarle el documento, pero ella lo impide.
—No, no hare las cosas de manera gratuita. Firmare este contrato y uniremos nuestras vidas durante un año. Tú obtendrás lo que quieras, y yo también —explica.
—Te estoy ofreciendo lo que necesitas, ¿Por qué quieres complicarte en este trato? —insisto y ella voltea el monitor de mi computadora.
—Porque gracias a él, mi novio está en coma. Pablo trabajaba para su empresa y por no tener las medidas adecuadas en la fábrica, unas que se le repitieron que debía tener, sufrió ese grave accidente —menciona sorprendiéndome.
—¿Entonces esto sería una venganza? —averiguo.
—Así como usted quiere que ella sufra por verlo casado con otra, yo quiero tener el poder para arruinar a ese tipo —expone y la miro con asombro.
—¿Cómo sabe que me quiero vengar de ella? — presiono.
—De ella y de todos los que hablan de usted. Sé que aun la ama, que por eso aún tiene su foto en su oficina —dice y señala el portarretratos que tengo a un lado.
—Muy buen punto, entonces ¿Qué? ¿pedimos una cita para casarnos y comenzamos con el plan? —resumo y asiente.
—Cuente con ello, yo me encargo de que mi familia y la familia de mi novio este al tanto para que esto no sea un escándalo —informa y asiento.
—Tenemos un trato —digo y me pongo de pie para estrechar su mano.
—Tenemos un trato —responde imitando mi gesto y estrecha mi mano con firmeza.
Cuatro días después: 12 de junioNunca se me paso por la mente hacer algo semejante, pero aquí estoy esperando por ella en la recepción de la corte para casarnos y comenzar este teatro. Lucas y Alex, dos de mis mejores amigos, y en este caso testigos de mi boda, me miran como tratando de entender lo que ocurre.—¿De verdad te casaras? —inquiere Lucas y asiento.—Ya sabes como son las cosas —me limito a decir cuando de pronto la puerta principal se abre y allí aparece ella luciendo un vestido corto color blanco que dibuja su figura de una manera bastante tentadora.—Perdón por la demora —se disculpa caminando hacia mi—. ¿Empezamos con esto? —inquiere y sonrió.—Hola, ¿no? —respondo sarcástico.—Hola Aren, ¿Cómo estás? ¿estas listo para casarte? —contesta haciéndome reír.—Muy bien gracias, y sí, estoy listo para atar mi vida a la tuya —hablo y sonríe.—Solo por un año —susurra y mira a nuestro alrededor cruzándose con la expectante mirada de Lucas y Alex—. ¿Los testigos? —averigua y de
Los “si acepto”, fueron fríos por parte de los dos, pero al final del día esto se trataba de un acuerdo, ¿no? Nos miramos mutuamente después de salir del salón donde se llevó a cabo la ceremonia, y luego Haizea observa el certificado de matrimonio.—¿Quieres guardarlo tú? —me pregunta fríamente y asiento.—Claro, lo guardare con nuestro contrato —menciono en un susurro, y al ver a los paparazis, la tomo de la mano para que juntos caminemos hasta salir de la corte dejando a mis amigos atrás.—Esa gente no se va —murmura.—Están esperando una foto, ¿se la damos? ¿o dejamos que nos continúen siguiendo hasta obtenerla? —indago y su mirada llena de confusión se fija en mí.—Ya tomaron fotos, y muchas cuando entramos a casarnos, ¿Qué más quieren? —rebate y sonrió.—Sabes muy bien lo que buscan —digo y la miro a los ojos—. ¿Qué hace una pareja enamorado? —continuo y sonríe.—¿De verdad? ¿No les basta con vernos casados? —responde sarcástica y en respuesta encojo mis hombros.Viendo que somos
Abro la puerta principal de la casa, y noto como ella tan solo se ha quedado a algunos pasos detrás de mí y observa todo con demasiada atención.—¿Qué ocurre? ¿No te gusta mi casa? —indago y sus ojos se encuentran con los míos.—¿Bromeas? ¿A esto le llamas casa? —rebate y mira hacia arriba—. Es inmensa, ¿Cómo puede ser que solo vivas tú aquí? —continua cuando abro un poco más la puerta y ella finalmente se decide a entrar.Sonrió ante la forma que mira cada detalle y tan solo camino detrás suyo por el vestíbulo hasta llegar al salón.—Tenía planes de una familia en este sitio, pero ya ves, ella está haciendo su vida con alguien más —explico.Haizea deja su bolso sobre el sofá y se voltea para verme a la cara.—Sabes, si el mundo de los negocios no tuviera tantos prejuicios, yo también tendría una casa así. Eso sin contar que no tendría que estar endeudada por pagar los gastos médicos de Pablo —continua y camina por el salón hasta llegar a las puertas de cristal que dan al jardín—. Mir
Al día siguiente: 13 de junioHa sido una noche bastante larga y por supuesto complicada. No dejo de pensar en la locura que he cometido y en todo lo que me espera en estos próximos meses. Ni siquiera sé bien si debería tener un plan en marcha, o improvisar a medida que la vida me lo pida. Cierro la llave de la ducha, envuelvo una toalla en mi cintura para luego continuar con mi rutina matutina hasta que ya estoy vestido y listo para desayunar. Camino por la casa hasta llegar a la cocina, y antes de que ella se percate de mi presencia, observo como mantiene una videollamada con quien supongo es su familia.—Lisa, te prometo que todo esto lo estoy haciendo por tu hermano. El culpable pagara por su negligencia —le dice y no puedo ver la imagen en su celular.—Haizea, ten cuidado con esto, es peligroso —oigo la voz de una mujer.—No lo es, Aren es un buen hombre — justifica haciéndome sonreír ya que eso es algo lindo de escuchar.—Eso es lo peligroso cuñis… no te enamores de él, ¿sí? Yo
Nunca estuvo en mis planes comportarme como el típico hombre rico que pagaba las tarjetas y deudas de una mujer para después llevarla de compras. Siempre fui más partidario de que ellas fueran independientes y resolvieran sus propios problemas, aunque por supuesto, si ella lo pedía o necesitaba ayuda, yo no tenía problema en interceder. Sin embargo, lo que estoy haciendo con Haizea es completamente diferente.Sé muy bien que ella es una mujer independiente y capaz de resolver cualquier tipo de problemas que quiera, pero por nuestro acuerdo, y su paz mental, estoy haciendo que todo sea un poco más fácil. La miro sentada a mi lado mientras el chofer nos lleva al exclusivo centro comercial de Bal Harbour Shops, y su silencio habla más que todas las palabras que pueda pronunciar.—Oye, no te sientas mal, era parte de nuestro acuerdo —le digo sabiendo lo que puede estar pasando por su mente.Es extraño porque no la conozco tanto, pero de pronto hay actitudes de ella que reconozco enseguida
No soy uno de esos hombres a los que les encanta ir de compras, mucho menos acompañar a su pareja y sentarse a que comience un desfile más largo que la semana de la moda en Paris. Sin embargo, este trato tiene algunas cláusulas que ambos debemos cumplir para ser vistos en ciertos círculos sociales, y esa es una. Estamos aquí caminando, tomados de la mano, jugando a ser la pareja perfecta mientras que ella mira las vidrieras de los locales. —¿Sabes que puedes entrar a cualquiera? ¿No? —le digo tratando de animarla y me mira.—Es que no estoy acostumbrada a este tipo de ropa, lo mío es de un presupuesto más bajo y fácil de combinar —me cuenta haciéndome reír.—Bueno, es hora de cambiar esos hábitos, además, tú puedes ponerte un costal de papas si quieres y te quedara bien —expreso sincero y sonríe.—Con la moda rara que hay aquí, tal vez sea eso lo que use —murmura y miro a nuestro alrededor.—Ven, creo que este local te gustara, están todas las marcas dentro de un mismo lugar, y los
El camino de regreso a casa ha transcurrido en completo silencio, y no sé si se deba a los besos que nos tuvimos que dar, o al desfile de ropa que evalué sin influenciar en su decisión de que comprar y que no. Noel nos abre la puerta, y ella es la primera en bajar del coche para después entrar a la casa con su silencio aun siendo presente.—Noel, ¿puedes entrar las bolsas por favor? —le pido amable y él tan solo asiente mientras que yo voy detrás de ella. Respiro profundo tratando de no frustrarme con su actitud, y la sigo hasta que intenta cerrar la puerta de su cuarto, pero lo impido interponiendo mi brazo—. ¿Se puede saber que ocurre? —inquiero finalmente y cierro la puerta detrás de mí para evitar que huya.Haizea cruza sus brazos y me mira fijamente.—Sucede que he sido tu muñequita en aquel local y no me ha gustado —sentencia.Sus palabras me llaman la atención, tanto que entrecierro mis ojos y me acerco un poco más.—¿Mi muñequita? ¿De qué hablas? —presiono confundido.—Juega t
Muevo mi pie una y otra vez mientras que espero que Haizea baje al salón, y debo decir que estoy extremadamente nervioso. No es fácil asumir que volveré a ver a esa mujer y que en esa ocasión será junto con quien para todos es mi amada esposa. Consulto el reloj una vez más, y cuando estoy a punto de decirle que se dé prisa, siento el sonido de sus tacones en los escalones.Levanto mi mirada y la imagen que aparece frente me deja sin aliento.—¡Guau! —es lo único que sale de mi boca. El vestido largo color negro le queda increíblemente bien, y ni hablar de la forma que se dibuja a su figura, o de ese pronunciado escote diseñado para robar miradas.—Querías una esposa que se viera elegante y sexy, ¿no? —me pregunta recordando las palabras que le dije antes de que nos fuéramos a cambiar.Le ofrezco mi mano para que termine de bajar el último peldaño y sonrió sin dejar de mirarla a los ojos.—Lorena odia que en las fiestas haya mujeres más hermosas que ella —le confieso y Haizea me mira s