5: ESPOSOS

Los “si acepto”, fueron fríos por parte de los dos, pero al final del día esto se trataba de un acuerdo, ¿no? Nos miramos mutuamente después de salir del salón donde se llevó a cabo la ceremonia, y luego Haizea observa el certificado de matrimonio.

—¿Quieres guardarlo tú? —me pregunta fríamente y asiento.

—Claro, lo guardare con nuestro contrato —menciono en un susurro, y al ver a los paparazis, la tomo de la mano para que juntos caminemos hasta salir de la corte dejando a mis amigos atrás.

—Esa gente no se va —murmura.

—Están esperando una foto, ¿se la damos? ¿o dejamos que nos continúen siguiendo hasta obtenerla? —indago y su mirada llena de confusión se fija en mí.

—Ya tomaron fotos, y muchas cuando entramos a casarnos, ¿Qué más quieren? —rebate y sonrió.

—Sabes muy bien lo que buscan —digo y la miro a los ojos—. ¿Qué hace una pareja enamorado? —continuo y sonríe.

—¿De verdad? ¿No les basta con vernos casados? —responde sarcástica y en respuesta encojo mis hombros.

Viendo que somos el centro de atención de muchas personas que están a nuestro alrededor, acaricio su rostro.

—¿Qué tan rápido quieres que te respeten en el mundo de los negocios? —inquiero y ella respira profundo.

Tomándome por absoluta sorpresa, ella se acerca un poco más y pasa sus brazos por encima de mis hombros.

—No tenemos demasiado tiempo para conseguir lo que queremos, pero no te olvides que yo tengo novio y lo amo demasiado —advierte haciéndome sonreír.

—No te preocupes, aprendí mi lección en el amor. Esto es tan solo un negocio —sentencio y sin decir nada más, ella acorta toda la distancia y me besa haciendo que yo responda a su boca y atrape su cuerpo entre mis brazos para que no haya distancia entre nosotros.

—Ahora si se lo creerán —pronuncia sobre mis labios y sonrió.

—Totalmente —rebato y la miro a los ojos—. Deberías venir conmigo a mi casa por si nos siguen, además, deberás mudarte conmigo por este año —sugiero y asiente.

—Tengo mi maleta en el coche, ya te lo dije, yo también tengo mis intereses en este contrato —declara.

—Muy bien señora Danek, me agrada mucho lo decidida que es y cómo se anticipa a todo —digo haciéndola reír.

—Ya ves, ahora mejor vayamos que no quiero que sigan mirándonos, son molestos —me pide y asiento.

—Vamos, mis amigos ya saben que deben irse, que no habrá fiesta —bromeo y la suelto para tomarla de la mano y así ir hacia mi coche.

—Espera, mi auto —murmura deteniéndome en mitad del camino.

—Dale la llave a mi chofer, él se encargará de todo —sugiero y de inmediato la busca en su pequeño bolso para después dársela a Noel.

—Encárgate de su auto, nos vemos en la casa —le informo y él tan solo asiente para después hacer lo que le he pedido.

Por mi parte, abro la puerta del coche para que ella suba, y luego subo yo del lado del conductor y al mirarla noto lo nerviosa que esta.

—No quiero pensar más de la cuenta en lo que acabamos de hacer porque es una locura —murmura.

Sus palabras me sorprenden, y es que no pensé que se pondría así.

—¿Te estas arrepintiendo? —inquiero mirándola fijamente.

Haizea respira profundo y voltea a verme.

—No, y espero no hacerlo —rebate—. Es solo que hay cosas que no estaban contempladas en mi mente —explica y sé por dónde va la cosa.

—¿El beso? —averiguo y asiente.

—Olvidaba que nos tocara fingir cuando estemos frente a las personas que deben creer que lo nuestro es verdad —confiesa y sonrió.

—No te preocupes, no tengo intenciones de propasarme contigo. Piensa en los besos como parte de la actuación, no involucres al corazón y ya —sugiero.

—Va —rebate y mira por la ventanilla—. ¿Podemos irnos? Pareciera que me case con Ben Affleck y que yo fuera JLO —murmura haciéndome reír.

—Ya nos vamos, a mí también me molesta esta gente —digo y pongo en marcha el coche para luego arrancar alejándonos de aquí—. ¿Qué dijeron tus padres de esta boda? —averiguo haciendo que me mire.

—Me dijeron que estaba loca por hacer algo así, pero ya después lo entendieron y me apoyaron, supongo que con el tiempo se irán acostumbrando —relata.

—Vamos a tener que conocernos un poco mejor, no sabemos nada del otro y eso sin dudas no es bueno para cuando nos empecemos a mover en mi circulo social —sugiero y asiente.

—Me parece bien, no quiero fallar, quiero que ese idiota pague por lo que le paso a Pablo —sentencia.

—No quisiera tenerte de enemiga —bromeo y me mira.

—Ni yo a ti, mira que hacer todo esto… guau —dice mirándome fijamente.

—No me gusta que la gente me deje en ridículo —me defiendo.

—Te entiendo, a mí tampoco —pronuncia y respira profundo.

La miro un breve instante y pienso en lo que pueda estar pasando por su mente.

—¿Todo bien? —averiguo y niega.

—No, solo pienso… imaginaba algo diferente para mi boda, y por supuesto a alguien diferente, pero está claro que nadie puede controlar el destino —indica.

—Lo sé, la vida es muy caprichosa, pero también tiene sus cosas buenas, así que mejor miremos eso para afrontar esto de una mejor manera —sugiero y ella tan solo asiente.

Quiero pensar que esto nos dará alivio, hará que nuestra vida sea mejor, o al menos que podamos encontrar algo de paz en medio de todo este caos.

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