Muevo mi pie una y otra vez mientras que espero que Haizea baje al salón, y debo decir que estoy extremadamente nervioso. No es fácil asumir que volveré a ver a esa mujer y que en esa ocasión será junto con quien para todos es mi amada esposa. Consulto el reloj una vez más, y cuando estoy a punto de decirle que se dé prisa, siento el sonido de sus tacones en los escalones.Levanto mi mirada y la imagen que aparece frente me deja sin aliento.—¡Guau! —es lo único que sale de mi boca. El vestido largo color negro le queda increíblemente bien, y ni hablar de la forma que se dibuja a su figura, o de ese pronunciado escote diseñado para robar miradas.—Querías una esposa que se viera elegante y sexy, ¿no? —me pregunta recordando las palabras que le dije antes de que nos fuéramos a cambiar.Le ofrezco mi mano para que termine de bajar el último peldaño y sonrió sin dejar de mirarla a los ojos.—Lorena odia que en las fiestas haya mujeres más hermosas que ella —le confieso y Haizea me mira s
Haizea y yo estamos disfrutando de una exquisita copa de champagne mientras que conversamos con algunos conocidos, y debo admitir que ella sabe desenvolverse muy bien en este mundo de fieras. Yo solo observo, comento cuando es necesario, y hago mi mejor esfuerzo por no reírme ante la manera que los hombres la miran. Todos intentan mantener contacto visual con ella, pero se les hace cuesta arriba bajo la tentación de su escote, y no los culpo, ella es sumamente hermosa.—Nos gustaría conversar con usted de una manera un poco más formal, tal vez una reunión en nuestra oficina —propone Isaac, quien es un importante empresario automotriz de México.Paso uno de mis brazos por la cintura de Haizea y hago que me mire.—Cariño, no olvides que tú y yo somos mucho más que esposos —le digo de manera disimulada para que no acepte.—No lo olvido — esponde sonriente y vuelve a verlo—. Lamentablemente para usted, ahora soy accionista y vicepresidenta de la empresa de mi esposo, y por ende ya mis pro
Pensé que había tocado fondo el día que ella me dejo, llegue a creer que no podía llorar más, que no podía sentirme peor, pero me equivoque; hoy todo aquello ha sido superado por las palabras que me acaba de decir Lorena, por esa crueldad con la que me miro, y hacerme sentir que no valía nada. La impotencia y el dolor apenas me dejan caminar por este jardín hasta que finalmente consigo llegar a un rincón alejado y me dejo caer de rodillas al suelo para luego sentarme.La brisa proveniente de la bahía roza mi rostro y esta opresión en el pecho se hace más fuerte.—¿Aren? —escucho la voz de Haizea.Abro mis ojos y allí está frente a mi mirándome mientras que trata de entender lo que me sucede.—Haizea —es lo único que consigo pronunciar mientras que veo como ella se arrodilla frente a mí.Me mira detenidamente y toma mi rostro entre sus manos.—¿Qué fue lo que paso? —inquiere preocupada y el dolor no se va.—No me quería, solo quería mi dinero, pero ni siquiera eso le alcanzo. Me dejo p
No sé muy bien que se supone que debo hacer en estos momentos, pero mi instinto me lleva a quedarme algunos pasos lejos de ella mientras que se acerca a un grupo de tres personas que están de pie en esta sala de espera. Haizea abraza a la mujer de cabello rubio y por mi parte solo observo la imagen hasta que se marchan. Quiero suponer que irán a ver a Pablo, asique decido quedarme aquí y esperar pacientemente. Mi cabeza es un caos, piensa en lo que paso en aquella gala y me doy cuenta de que todo esto es un gran error. Por una parte, Lorena y sus duras palabras para conmigo, y por otro lado el novio de Haizea ha despertado, y con esto todo cambia más pronto de lo que esperaba. Sé que ella va a tener que pasar más tiempo con él. Posiblemente nuestra convivencia se vea interrumpida cuando ella decida verlo, y por supuesto deberé tener una conversación con este hombre para explicarle que no tengo malas intenciones con Haizea.No sé muy bien cuanto tiempo, y es que estoy completamente pe
Al día siguiente: 14 de junioSe me parte la cabeza, trato de abrir mis ojos, pero siento que me pesan tanto que la tarea se hace cuesta arriba. Respiro profundo, froto mis ojos con mis manos y finalmente encuentro la fuerza para abrirlos. La imagen del techo de mi cuarto es lo primero con lo que me encuentro, pero luego un movimiento me hace mirar a mi costado derecho de la cama y me encuentro con ella.«¿Qué fue lo que paso aquí?», me pregunto alarmado al ver a Haizea completamente desnuda a mi lado. Ella aun esta dormida y la sábana apenas cubre su cuerpo por debajo de la cintura. Me distraigo en su geografía, pero al mismo tiempo mi corazón late en una mezcla inexplicable de ansiedad, miedo, y «¿excitación?». —¿Qué carajos hice? —me pregunto en un susurro.Es tanta mi confusión que me dispongo a levantarme de la cama cuando ella abre sus ojos de una manera bastante débil. —Buenos días —saluda y un gesto de queja me deja saber que se siente igual que yo —. Que dolor de cabeza —s
Dos días después: 16 de junioHa sido un fin de semana bastante complicado, y es que después de lo que paso la otra noche, ni Haizea ni yo sabemos muy bien como actuar. Incluso el camino a la empresa estuvo lleno de silencios, y supongo que es normal, ¿no? Oficialmente, hoy es su primer día aquí y sé las cosas no deberían ser tan extrañas como lo son ahora, pero si hay algo que tenemos claro, es que debemos seguir con nuestro teatro, aunque ya ni siquiera sé que es falso o verdad. La miro al bajar del coche y me uno a su lado.—¿Quieres seguir adelante con esto? —pregunto y miro nuestras manos—. Si no quieres podemos terminarlo y admitir que nuestro matrimonio fue por conveniencia —le ofrezco y ella niega inmediatamente.Antes de aceptar mi mano, ella se para delante de mí y se quita los lentes de sol para verme a los ojos.—Aren, ya no hare esto por Pablo, ni por su tratamiento, ni la venganza contra Jorge por ser el responsable de lo que le paso —habla firme y debo admitir que me s
Después de que las puertas del elevador se abrieran, ella ha salido prácticamente corriendo de aquí, pero por supuesto no sabe cuál será su oficina, por ende, no le ha quedado otra opción más que esperarme en el pasillo.—Ven por aquí —indico cuando paso por su lado y al adelantarme, siento sus pasos detrás que mí. Abro la puerta de mi oficina, espero a que ella entre y luego cierro la puerta detrás de nosotros.—Aren, lo que paso en el elevador… —trata de explicar y cierro la puerta con llave. —Lo que paso en el elevador, ¿Qué? —cuestiono acercándome a ella, pero Haizea tan solo camina hacia atrás tratando de que la distancia entre los dos siga existiendo.—Es que ha sido un error, yo estoy muy mal por lo que paso con Pablo, pero desafortunadamente no puedo quitármelo de aquí, ¿entiendes? —expresa llevando una mano sobre su corazón.—Entiendo —afirmo y cuando ella trata de alejarse más de mí, sus caderas chocan con el borde del escritorio.—Aren —susurra cuando la tomo por la cintu
Concentrarme en las reuniones que tuve ha sido una tarea casi imposible. Era solo cuestión de verla sentada al otro lado de la mesa de reuniones y sentir ganas de volver a tenerla entre mis brazos. Es una locura lo que estamos haciendo porque básicamente estamos mezclando absolutamente todo, y si hay una cosa que aprendí en este mundo de los negocios, es que no debe mezclarse con el placer, pero con ella rompo todas mis reglas.Ahora escucho al gerente del banco del otro lado de la línea y yo solo puedo verla a ella moviéndose de un lado a otro en su oficina a través de las puertas de vidrio que conectan su oficina y la mía.—Le enviare el documento firmado hoy mismo, no se preocupe —le informo al gerente con tal de concluir esta llamada.Una vez que ambos nos ponemos de acuerdo en los detalles, cuelgo el teléfono y me pongo de pie para ir hacia su oficina. Abro la puerta corrediza y entro bajo el efecto de esa mirada azul.—¿Te gusto tu oficina? —averiguo sonriente.—No has venido ha